Amigos

Code: Lyoko y sus personajes son propiedad de MoonScoop y France3.

Amigos

Si a Ulrich le hubieran preguntado alguna vez cómo sería para él un momento perfecto al lado de Yumi, jamás se habría imaginado contestando que estar sentados en un frío escalón de piedra mirando la nieve caer con pereza en medio de la nada. Sin embargo, aquel momento era perfecto sin lugar a dudas. En paz, hablando como dos personas normales, sin nada pesando sobre sus hombros, sólo ellos dos compartiendo tiempo y espacio.

—Cuando Odd me invitó no estaba muy segura de si esto era una buena idea.

—Ya, las ideas de Odd suelen acabar en desastre.

—Pero esto está bien —susurró. La punta de la nariz de Yumi estaba roja y sus ojos estaban llorosos a causa del frío, a Ulrich le pareció más adorable que nunca—. Si no hubiese cobertura sería perfecto.

—Si no hubiera cobertura a Jérémie le daría un ataque.

Yumi asintió despacio con aquella sonrisa amable estampada en los labios.

—Estoy segura de que aún revisa el sistema de escáneres, aunque el superordenador este apagado.

—Claro, porque nunca se sabe cuando X.A.N.A. puede atacar —replicó Ulrich fingiendo que se subía las gafas nariz arriba.

Estallaron en una carcajada con el aliento condensándose contra el frío.

—Pero X.A.N.A. ya no está —añadió ella enjugándose las lágrimas que se le había saltado al reír— y no lo echo de menos ni un poquito.

—¿Nunca?

—Admito que a veces, sobre todo al principio. —Se encogió de hombros. Yumi era la única persona con la que no había llegado a hablar de verdad sobre cómo se sentía con la desaparición del virus informático psicópata, no se había atrevido, era un tema sobre el que siempre pasaba de puntillas como si caminara sobre una fina capa de hielo que amenazase con romperse y sumergirle en agua congelada—. Fue el centro de nuestras vidas durante un buen tiempo y, claro, ir a Lyoko era genial, pero todo giraba en torno a X.A.N.A., Lyoko, Franz Hopper y Aelita, como si no tuviéramos derecho a otras cosas. Como si la vida se resumiese en eso.

Suspiró, encogió las piernas y abrazó sus rodillas. Era un gesto familiar, Ulrich la había visto adoptar aquella posición muchas veces, cuando estaba triste, asustada o muy cansada, era algo que Yumi hacía sin darse cuenta.

—Una parte de mí lo odiaba. Quería hacer cosas, vivir mi propia vida, cometer mis propios errores, ir a sitios, conocer a gente... pero por las noches me despertaba buscando una alerta X.A.N.A. en la pantalla del móvil, lo posponía todo por si pasaba algo en Lyoko. Siempre X.A.N.A., siempre Lyoko.

»Quiero a Aelita, es mi mejor amiga, y puede que esto suene muy egoísta. Pero quería pensar menos en ella y más en mí, olvidarme de su existencia durante unas horas y hacer lo que quisiera con quien quisiera.

—No —susurró Ulrich copiando su posición de manera inconsciente—. Yo me sentía igual. Siempre en pausa, siempre esperando, siempre alerta. Siempre otros, nunca yo.

—Pero ya se acabó.

—Sí.

—Si hiciésemos un gran salto al pasado, en vez de seguirte a la fábrica, me embarcaría en la épica aventura de buscar amigos en Kadic, puede que empezase por Sissi —bromeó.

Ulrich no pudo evitar reír. Yumi había entrado al grupo por ser testaruda y decirle que iría con él porque no tenía amigos. Si no le hubiera seguido no habría conocido Lyoko, seguramente tampoco serían amigos, habrían sido simples compañeros en la clase de artes marciales de Jim y, después, cada uno por su lado; porque él se había fijado en ella al momento, pero ella no tenía motivo alguno para fijarse en un crío de catorce años enfurruñado y más bajo que ella.

—No te habrías divertido tanto.

—Seguro que no, tampoco habría tenido tantos dolores de cabeza.

—A lo mejor no seríamos ni amigos.

Yumi disintió.

—Yo creo que sí, de alguna manera. No habríamos tenido tantos problemas —continuó con aquel tono firme, pero delicado—, todo habría ido mejor, habría sido mucho más fácil.

—Eso seguro.

Desde luego si hubieran querido intentar estar juntos la presión no habría sido tan alta, habrían tenido tiempo para dedicarse y el espacio para las dudas no sería un abismo infranqueable. Lyoko les había jugado en contra.

—Pero nuestra vida es la que es y no podemos cambiarla —continuó Yumi sonriéndole—. Con nuestros aciertos y errores. Y el pasado ya no puede modificarse por más vueltas que le demos.

—No hicimos las cosas muy bien. —Ulrich lo sabía y decir lo contrario sería faltarle a la verdad—. Sobre todo yo. La verdad es que fue un desastre absoluto.

—Somos amigos, no es un desastre absoluto.

Amigos. Como si fuera una condena a cadena perpetua. Ojalá pudiera cambiarlo, borrar la maldita frase de "sólo somos buenos amigos" para siempre, evitar pronunciarla jamás. Amigos, lo que no quería ser con Yumi. Aunque sí, amigos era mejor que nada. Amigos era algo con lo que conformarse.

—Sí, amigos.

Era la palabra más pesada y dolorosa, pero aceptaba la situación, al menos hasta que lograse descubrir si aquello podría funcionar, si Yumi aún sentía algo por él. Si quedaba hueco para él todavía.

Yumi se soltó las piernas y se puso en pie con agilidad, se sacudió el trasero con gracia.

—Vuelvo adentro, me estoy congelando.

—Eso es porque llevas vaqueros —murmuró Ulrich levantándose también—. La tela se queda fría y se pega a la piel.

—¡Vaya! Ahora resulta que eres un experto en ropa de abrigo.

—Te acompaño.

»Por cierto, creía que sería el único que vendría solo.

Los ojos negros de Yumi se clavaron en los suyos como si buscasen alguna respuesta cósmica en él, se acomodó un mechón tras la oreja y empujó la puerta dejando que el calor del interior se derramase por la rendija.

—¿Por qué?

—Porque...

Era una buena pregunta cuya respuesta no tenía. Dejó que la puerta se cerrase con suavidad a sus espaldas.

—Porque el gafe soy yo, el resto estáis libres de mala suerte.

—No estoy tan segura.

Continuará

Notas de la autora:
¡Hola! Tenía ganas de llegar a esta parte de la historia y avanzar un poco con este par.
Mañana más.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top