Podrida

Amelia

Enzo puso en marcha los trámites para reconocer a mi hijo. Su seriedad al respecto todavía hoy me deja asombrada. Es increíble ver lo mucho que ha cambiado y madurado con los años. Ya no es ese niño inmaduro, caprichoso y orgulloso de antes. Ha estado bien al pendiente de nosotros. Nos visita diariamente y me ayuda en todo. Aún me cuesta creer que Enzo haya entrado en mi vida de esta manera y que se haya convertido en el padre para mi bebé. Le habla con tanto cariño y se comporta como un niño pequeño cuando tiene a Enzo cerca. Como madre, se siente muy lindo que quieran a tu hijo y lo traten con tanta dulzura y amor. 

Tan reciente como ayer, escuché una noticia desgarradora sobre Dominick. Me enteré que estaba de luto por la muerte del bebé que ha estado criando como suyo, pero eso no es lo más perturbador, sino que está siendo investigado como principal sospechoso. Está cooperando con las autoridades y tengo entendido que si no lo han encarcelado es porque no hay pruebas suficientes que lo incriminen. Claro está, además de las conexiones que tiene la bruja de su madre.  

No voy a mentir, sentí un inmenso alivio, pero no por lo que sucedió, jamás podría alegrarme de la muerte de un bebé, sino porque pude conocer la verdad a tiempo de que ese no era mi verdadero hijo, porque no hubiera podido soportar una noticia como esa. Solo de imaginar que algo malo le suceda a mi bebé, siento un miedo terrible. Aún no sé en qué ha parado todo eso, lo único que me cuesta creer es que Dominick haya hecho tal cosa. Él se ha convertido en un monstruo, es cierto, pero no tendría sentido que le haya hecho algo, habiendo cuidado y protegido a ese bebé como si fuera suyo. 

Hoy es navidad. Esta noche será la reunión familiar que había programado mi tía. Vine con ella a la tienda para hacer unas compras de última hora. Ella, tanto como yo, no habíamos tenido la oportunidad de comprar algunos regalos pendientes, ya que su esposo no se ha despegado de ella, lo mismo me sucede con Enzo. Ahora que frecuenta la casa, es difícil escabullirme para comprarle algo. El árbol está repleto de regalos, en su mayoría son para mi hijo. Sé que está pequeño y no conoce aún el significado de la navidad, de regalos y de todo lo relacionado, pero ahora que está conmigo, quiero celebrar todas las navidades. 

Para ser honesta, no sé qué regalo sea el indicado para Enzo. Él tiene mucho dinero y se da todos los lujos que quiera. Sé que le encantan los autos y las motos, pero de eso tiene de sobra en la casa. Además de que con lo que gano, no podría comprar tal cosa. Aunque la verdad es que se merece el cielo con todo lo que hace por mí y por mi hijo. 

—A mí sobrino le encanta mucho el ajedrez. 

—Sí, aún recuerdo lo mucho que le gustaba jugar ajedrez. Además de lo bueno que era.

—Desde que se le metió en la cabeza estudiar leyes, dejó por completo los juegos de mesa. Deberías atacarlo por ahí. 

—Tienes razón. Debería tomarlo en cuenta.  

—Esta noche te tengo varias sorpresas preparadas, que estoy segura que te encantarán. 

—Tu sonrisa me pone los pelos de punta, me hace sospechar que algo muy grande estás tramando.  

—Quién sabe. 

Escuché la voz de Dominick detrás de mí y casi sufro un infarto. El fuerte tirón que me dio por el antebrazo casi me hace caer. Su rostro lucía irreconocible. Si antes se le marcaba esa bolsa debajo de los ojos, esta vez lucía mucho peor. En su mirada percibí desprecio, pero sus ojos llorosos lo hacían ver tan vulnerable. 

—¡Mírenla, graben bien el rostro de esta mujer! ¡Ese es el rostro de una madre que acaba de perder a su único hijo! 

—¡Suéltame, Dominick! 

—Si ni siquiera por tu propio hijo eres capaz de sentir algo, ahora sabiendo que ya no está con nosotros, esto confirma nuevamente que estás podrida por dentro, Amelia. Nunca quisiste a nuestro hijo, ¿cómo pude creer que algún día me amaste a mí? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top