| Escena Extra 2 |

| Una bienvenida digna de permanecer en la memoria |




| J I M I N |



Simplemente el separarme de Yoongi en estos momentos me parecía algo imposible de hacer, desde mi llegada él no ha parado de robarme besos, o inclusive de mover sus caderas contra mi cuerpo, es tan maravilloso sentir aquella fricción entre nuestros cuerpos, amo que haga esa clase de movimientos.

Me había despertado primero y Yoongi estaba a mi lado, sus cabellos hechos un completo desastre, su boca estaba entre abierta, estoy seguro de que podría estar roncando en estos momentos, pero no lo hace, sonreí al mirar su hermoso rostro, tan pacifico, estaba teniendo un buen sueño al parecer, se removió un poco acercándose solamente un par de centímetros hacia mí.

—Yoongi —le hable con voz suave, pero no respondió nada, estaba demasiado concentrado en dormir que seguramente mi voz había sido solamente un eco entre sus sueños para él.

Me acomode mejor, sentándome con sumo cuidado en la cama, recargue mi codo en la almohada para evitar caer, y me deslice un poco para terminar de nueva cuenta acostado, estaba de lado, mirándolo, sonreí al ver como fruncía un poco su ceño y volvía a acomodarse.

Pase mi mano izquierda por sus cabellos, despejando un poco su frente, tan suaves hebras, no pude resistir mucho y deposite un casto beso en sus labios, sentí como se removía un poco, sonreí ante aquello, ¿sería una buena idea despertarlo con una pequeña sorpresa? Por supuesto que lo es, es una grandiosa idea.

Con mucho cuidado, me posicioné encima de él, sin aplastarlo, comencé a darle cortos besos en sus labios, escuchaba como soltaba pequeños suspiros y apartaba un poco su rostro, sus piernas rozaron con las mías, quería reír al ver su ceño fruncirse por la incomodidad, seguramente pensaba que estaba siendo molestado por algún mosquito, al parecer estoy estropeando su comodidad en dormir, pero eso no era lo importante ahora.

Mis manos viajaron de forma lenta por sus costados, acariciándolos con mis dedos, su tersa piel cubierta por su holgada playera bajo mi tacto, tan perfecta, marcando sus pequeñas curvas, seguía por mi camino, hasta que por fin mis manos dieron con el borde de su playera holgada, metí mis manos de inmediato debajo de su playera, sintiendo la suavidad de su piel bajo la yema de mis dedos, tan perfecta como una tela de seda.

Seguí dándole cortos besos, haciendo un camino desde su mandíbula hasta su cuello, pasando mis dientes rozando aquella zona, tratando de darle leves cosquilleos para que supiera que nada de esto estaba pasando dentro de sus sueños, soltó un suspiro al sentir como mordía levemente su suave piel en el cuello, sonreí satisfecho.

Mis manos pasaron levemente por su pecho, se removió un poco ante mi tacto, pase mis manos por sobre su poco marcado vientre y las fui subiendo hasta que quedaran por debajo de su pecho, con mucho cuidado levante un poco las manos, y las coloque por encima de sus pezones, coloque ambas manos una en cada uno de sus pezones y comencé a hacer movimientos circulares, suavemente, de nueva cuenta se removió un poco, su cadera se elevó un poco por fin rozando nuestras entrepiernas al instante, para estar dormido, sabe muy bien lo que hace, gruñí un poco al sentir como movía su pelvis de un lado a otro haciendo fricción entre nuestros miembros, maldición, eso se sentía tan bien.

—Eres travieso hasta cuando duermes, Yoongi —mencione cerca de su oído, mi voz había salido rasposa, como si tuviera alguna infección en la garganta, escuche un suave suspiro salir de sus labios, pase mi lengua por mi labio inferior, quería que despertará, no iba a estar esperándolo por más tiempo.

Mis labios hicieron de nuevo un recorrido por la mandíbula de Yoongi hasta por fin llegar hacia sus labios, lo iba a despertar, junte mis labios con los de Yoongi, mordiendo un poco su labio inferior, haciendo que soltase un quejido y abriera los ojos de golpe, permitió que mi lengua entrará a su cavidad bucal, sentí sus manos dirigirse hacia mi cuello, pasarlo un poco y pegarme más a su boca empujándome, y complacido fui succionando su lengua, soltó un jadeo al sentir como la mordí levemente y me separaba de él.

—¿Dormiste bien, Yoongi? —le pregunté, sentí como se movía levemente, rozando nuestras entrepiernas en aquel movimiento, lo hacía adrede.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿despertaste bien? —solté una suave risa por su comentario, bese castamente sus labios, mis manos pellizcaron suavemente sus rozados pezones y él arqueo un poco su espalda, haciendo su cabeza hacia atrás, mostrándome la extensión de su cuello.

Como pude, debajo de las sábanas, separe sus piernas con mis rodillas y ahora sí había logrado quedar entre ellas, mis manos viajaron hacia sus caderas y lo aproxime más hacia mí, haciendo que nuestras caderas quedaran juntas, aún teníamos nuestros boxers puestos, pero por supuesto haría que desaparecieran en poco tiempo, bese de nueva cuenta sus labios, probándolo poco a poco, sentí sus manos viajar por mi espalda, repartiendo caricias con sus delgados dedos, pasándolas por mi marcado y duro abdomen de vez en cuando, me encantaba cada toque que me daba en aquel momento, era una maravillosa sensación.

Simule embestidas, sintiendo como las telas eran un estorbo entre el contacto de nuestras pieles, Yoongi se apartó del beso para dejarme escuchar sus suaves gemidos cuando inicie con aquellas falsas embestidas, sus piernas se enroscaron de inmediato en mi cuerpo.

—A-ah, Ji-min —soltó con una melodiosa voz, bese sus labios castamente para sonreírle.

—Sigue, precioso, me encantan tus gemidos —le insistí a lo que él con sus ojos entrecerrados, siguió jadeando y diciendo mi nombre.

Me detuve para mirarlo, mis manos se pasaron por sus pezones dándole suaves pellizcos y él cerraba los ojos disfrutando de la ola de placer que le causaban mis acciones, sonreí complacido al ver cada una de sus expresiones en su rostro.

—J-jimin —soltó en un jadeo, sentí sus manos viajar a mis cabellos y jugar con ellos mientras me miraba—, h-hazlo... h-hazme el a-amor.

—Las veces que quieras, Yoongi —le respondí de inmediato, y deposité un beso sobre su frente.

Me separe un poco de él, quitándome de entre sus piernas para poder quitar mi boxer, ya estaba siendo un total estorbo, mi erección por fin fue liberada, y cuando lo hice, sentí las manos de Yoongi sobre ella, tocando el glande y pasearse por toda la extensión, solté un gruñido al sentir como masajeaba la punta con una hermosa delicadeza, los pequeños cosquilleos en mis testículos se sentían tan bien, solté un gemido que no pude retener, soltando su precioso nombre, ciertamente Yoongi tiene unas manos simplemente mágicas, amo que me toque y me encanta tocarlo.

Poco a poco lo despoje de sus boxers, liberando su erección, la tome con una de mis manos y comencé con un aviven, arriba y hacia abajo, apretando un poco la punta y dándole masajes mientras miraba como Yoongi lamía y se mordía sus labios por mis acciones, tan perfecto.

—¿Me quieres dentro, precioso? —le pregunte, sabía que lo quería, no por algo había comenzado a sentir como empujaba su cuerpo hacia el mío, y por supuesto que lo complacería en su capricho.

—J-jimin —soltó mi nombre en un gemido, coloque mi pulgar en la punta de su pene, no dejaría que se corriera, no ahora.

—Eres tan perfecto, Min Yoongi —aproxime sus caderas hacia mí, levantándolo, separe sus glúteos y la punta de mi pene estaba cerca de su entrada, de inmediato roce con sumo cuidado por allí, sus piernas se enroscaron en mi cuerpo—, ¿estás muy ansioso, no lo crees?

—P-por f-f-favor... Ji-min —aquella voz tan suplicante sólo hacía que me pusiera cada vez más excitado.

Decidí complacerlo y de inmediato me adentre en él de una sola estocada, arqueo su espalda pegando nuestros pechos, sus uñas lograron enterrarse en mi espalda, eso se había sentido tan bien, sus paredes apretaron toda la extensión de mi pene, pegue mi frente contra la suya, sintiendo nuestros alientos chocar.

—Lo siento —pedí disculpas de inmediato, sabía que la posibilidad de que lo hubiese lastimado en aquel acto de impulso de mi parte eran muy altas, había sido un error, no quería lastimarlo, pero ni siquiera yo podía seguir aguantando la necesidad de entrar en él, de sentirme unido a él.

—N-no importa —separe nuestras frentes y mire su rostro, sus mejillas sonrojadas, aparto unos segundos su mirada de la mía—, perdona por lastimarte a ti.

Se refería al enterrar sus uñas en mi espalda, pero ciertamente no me importaba, había sido una sensación fabulosa el sentir como sus uñas se enterraban en mi piel desgarrando un poco, las marcas seguramente estarían totalmente enrojecidas debido a la fuerza, pero no me interesaba.

—No importa —me dedico una bella sonrisa al escuchar mi respuesta—, ¿puedo moverme? —le pregunté, sentí como elevo un poco sus caderas.

—S-sí —asintió de inmediato.

Comencé a embestirlo despacio, sintiendo como sus calientes paredes lograban apretar toda mi extensión, sentía sus dedos apretarse contra la piel de mi espalda a cada una de mis estocadas, sus piernas daban un ligero temblor cuando sentía como salía de él poco a poco, era tan maravilloso sentirlo, profundicé un poco más mis embestidas, escuchando los jadeos y suplicas que me daba para que siguiera con mis acciones.

—Aa-ah Jimin... m-m-más...

—Con mucho gusto, Yoongi —le respondí, mis manos se aferraban a su espalda, pegándolo a mi cuerpo, mis besos se pasaban de sus labios a mordidas en su cuello, besando y chupando, quería dejarle un pequeño recuerdo para que no olvidará lo que había pasado en está mañana.

Sus jadeos eran cada vez más y seguía soltando gemidos pidiéndome que continuara, sentía como sus paredes apretaban mi extensión una y otra vez en cada una de mis embestidas, mis testículos comenzaban a cosquillear.

—¡Ah! ¡Jimin! —sentí sus manos jalar mis cabellos hacia atrás para luego sentir como toda su esencia se esparcía por nuestros vientres, ensuciándonos.

Tome con posesividad sus caderas y me empuje con un poco más de velocidad dentro de él, quería llegar a mi preciado orgasmo, su espalda se arqueo y seguía jadeando mi nombre en un montón de gemidos que adoraba escuchar muy cerca de mi rostro.

—¡M-más! Aah ¡Jimin! —estaba dando en su próstata, y no pararía hasta seguir complaciéndolo, al igual que a mí.

Cuando había dado una estocada profunda, sentí como el orgasmo me invadía por completo, sintiendo todo aquel placer tan junto esparciéndose por mi cuerpo y por fin liberando mi semen dentro de Yoongi, llenándolo totalmente, junté nuestros cuerpos abrazándolo contra mí, sus manos jugaban con mi cabello mientras yo me escondía en la hendidura de su cuello y hombro soltando un gruñido al sentir como la ola de placer me invadía. Nuestras respiraciones trataban de controlarse, seguí por unos momentos en mi escondite, y cuando logre normalizar mi respiración, me separe de mi escondite para mirarlo.

Yoongi tenía sus cabellos algo sudados pegados a su frente, sus mejillas tenían un hermoso tono de rosa, se veía tan perfecto, bese sus labios varias veces, ambos cerramos los ojos complacidos por el contacto entre nuestros labios.

—Me encantas, Yoongi —le dije entre el beso.

—Y tú a mí, Jimin —me respondió separándose un poco.

Volví a besarlo de nueva cuenta, acariciando su espalda, ambos cubiertos por las sábanas disfrutándonos mutuamente, definitivamente la mejor forma de despertar en las mañanas.

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