| Capitulo 21 |

| Esperar es la única opción, Un hasta luego es muy significativo y El último beso de un inicio |





—¿Estás seguro de que no estás olvidando algo? —esa había sido la pregunta con la que Yoongi decidió saludarme aquella mañana.

Era la segunda vez que repasaba toda la lista de mis cosas, no me llevaría muchas, después de todo mi regreso iba a ser evidente, mire el nuevo lugar al que me dirigía, solamente espero me reciban con gusto, aunque eso casi es siempre posible, suspire para mirar a la entrada de mi habitación, Yoongi mantenía sus brazos cruzados sobre su pecho y estaba recargado en el marco de la puerta.

—Tengo todo listo —mencione en respuesta mientras en mis manos le mostraba el mapa que había impreso del nuevo lugar al que me dirigía.

Dejo de recargarse sobre el marco de la puerta y sus brazos bajaron para poder caminar hacia mí, de inmediato me quito en un rápido movimiento el mapa de mis manos y lo extendió, vi sus ojos mirar a muchas direcciones, seguramente leyendo las diferentes avenidas y calles que marcaba el mapa como los lugares más importantes de la ciudad.

—¿Ulsan? —había dado en el clavo, ese mapa tenía sólo dos lugares, Busan y Ulsan, y por supuesto no estaba en mis planes volver a Busan—. Supongo que irás a las playas de por allí.

—Tengo suficiente playa con Busan, —rodé los ojos—, mis vacaciones de verano casi siempre eran de ir a la playa con mi familia, a pesar de que me guste el mar, eso no significa que me guste estar con los pies bajo la arena todas las vacaciones de verano —extendí mi mano y él me entrego el mapa—, visitaré el centro del lugar y espero encontrar un lugar en donde hospedarme y buscar un departamento para rentar.

No planeaba tener otro compañero de habitación, eso sólo quería tenerlo con Yoongi, no con alguien más, pues dejaría de ser especial, así que, era mejor reservar.

—A mí en lo particular me hubiera gustado vivir cerca del mar —menciono Yoongi.

—¿Alguna vez estuviste en una playa?

Mi mirada fue directo a la suya, pude ver como sus ojos miraban hacia el techo de mi habitación, estaba tratando de recordar cuando había estado cerca de la arena y el agua salada del océano.

—Solamente... fue una vez, en Seosan —menciono despacio, de nuevo sus ojos fueron a dar hacia mí—, allí la arena es muy cálida, recuerdo que mis padres querían pasar su décimo aniversario allí, apenas había cumplido los cuatro años, y ellos querían celebrar tanto su aniversario como mi fiesta de cumpleaños, y fuimos allí, me gusto estar allí, la arena cubriendo mis pies, tan cálida y a la vez tan refrescante, el sentir que pisas algo tan blando que parece que te hundirás, la brisa del mar pegando en tus mejillas —vi como una sonrisa asomo por sus labios ante el recuerdo—, desde ese día en lo único que podía pensar era en regresar a ese lugar —apretó un poco sus labios—, pero no lo hice, ni siquiera cuando viaje a Busan...

—Cuando vuelva de mi escape, podemos ir —ahora su sonrisa era dirigida hacia mí, sus ojos me daban ese hermoso brillo de anhelo, me encanta ver sus ojos tan expresivos, si Yoongi no podía decirme algo, con sólo mirarlo a los ojos, sabía lo que me diría, me encanta su mirada tan expresiva.

—Eso me encantaría —menciono, soltó un suave suspiro, camino por la habitación casi vacía, podía escuchar sus pasos sobre el suelo, tenía los pies descalzos, por lo que he podido apreciar, la mayoría del tiempo le gusta estar descalzo en el departamento, pero apuesto a que le encantaría estar descalzo en cualquier lugar al que vaya—. ¿Llamarás algún taxi?

—Eso planeo —respondí—, pero lo haré cuando salga de aquí, iré a la avenida principal a tomarlo, no debes preocuparte.

—¿En qué irás? —mire como su cabeza se ladeaba un poco, Yoongi siempre me recordaba a un pequeño gato que apenas está conociendo el mundo, tan curioso y despistado.

—Iré de taxi, en taxi —le respondí, recalcándolo para así darle a entender que le había mencionado que sí iba a viajar en taxi, para mí esa era una manera mucho más fácil de viajar, de esa forma había logrado mi pequeño escape a Daegu, y ahora me iría a Ulsan, muy cerca de Busan, y algo lejos de Daegu—. Es más fácil viajar así.

Mire como se acomodó sentándose en la cama, su mirada viajaba por el techo y después se iba directamente al suelo, sabía que no se sentía preparado para no volverme a ver por un tiempo, camine hacia él y me senté a su lado, mire como jugaba con los dedos de sus manos entrelazándolos entre sí, y separándolos levemente, sonreí débilmente.

—Regresaré, Yoongi.

—Lo sé —respondió con un hilo de voz—, ¿sabes? Estoy consciente en que volverás, pero... todavía siento que no estoy listo para que te vayas de mi vida tan pronto, te voy a extrañar demasiado.

De inmediato recargo su cabeza sobre mi hombro, con sus ojos cerrados, pase mi brazo por su cuerpo hasta dar con su cintura y darle suaves caricias de arriba hacia abajo, tampoco me sentía listo para dejarlo así, tan pronto, pero necesitaba esto, y aunque no quisiera, sentía que debía hacerlo, bese su coronilla, dejando mis labios allí por unos momentos y después reposar mi mentón suavemente sobre su cabeza.

—También te extrañaré demasiado —dije, mi voz había salido casi inaudible, pero por la cercanía que teníamos en ese momento, estaba seguro de que él me había escuchado claramente, así que no tenía razón por la cual repetir mis palabras.



...



Subí con mis dos maletas en manos en el asiento trasero, miré el mapa mientras el conductor encendía de nueva cuenta el vehículo, el lugar más cercano, tenía que buscarlo, debía estar cerca de la división, para que así pudiera pasar sin algún problema.

Y allí estaba el lugar perfecto, Yongch'on, estaba más alejado de Daegu, allí tomaría otro taxi para que me llevará hasta Kyongju, me hospedaría por una noche completa en aquella ciudad, y de nuevo emprendería mi viaje para llegar a Ulsan.

—¿A dónde lo llevo, joven? —me pregunto el taxista, era un hombre de unos cuarenta años, con una sonrisa amable, utilizaba lentes de armazón delgado y un corte de cabello en casquete corto.

—A Yongch'on, por favor, si es tan amable —me dio un asentimiento con la cabeza en respuesta y así fue como comenzó a avanzar.

Mire por la ventanilla derecha, a pesar de que me había alejado del edificio en dónde vive Yoongi, pasamos por allí, la misma calle, mire hacia arriba, en su balcón, grande había sido mi sorpresa al verlo allí, con una taza de té en sus manos, podía apreciar la tira de vapor que ondeaba de un lado a otro, sus cabellos revueltos, y una mirada seria que solamente se dedicaba a enfocar un punto ciego en el frente, se veía perfecto.

Pronto la imagen de él se iba alejando más, hasta que por fin desapareció de mi vista, sonreí por inercia, definitivamente aquella imagen no se iría de mi cabeza en ningún momento, para nada la olvidaría, me hubiera gustado tener una cámara en mis manos en ese preciso momento para poder enmarcar aquella imagen, pero a veces es mejor tenerla mentalmente, así puedo recordarla a cada momento del día, para recordar siempre la razón por la que iba a regresar.

—¿Escapando? —la pregunta del taxista hizo que dejará mis pensamientos a un lado.

—Sí, sólo un poco —mencione en respuesta—, está ciudad de los sueños perdidos ha sido fascinante, pero es momento de escapar un poco.

—¿Usted es quien dice eso siempre? —levante una ceja, no entendía a que se refería—. Perdone que lo diga, pero es que hay un puente peatonal, y alguien a veces grita allí, he llegado a escuchar algo así como; ¡bienvenido a la ciudad de los sueños perdidos!

Sonreí ante aquel comentario, la imagen de Yoongi dándome aquella bienvenida vino de nuevo como una película.

—No, no lo soy —respondí—, pero... —por inercia las comisuras de mis labios me hicieron mostrar una sonrisa—, he conocido al que hace eso, y si usted lo conociera, sabría el por qué está ciudad es de los sueños perdidos.

Al igual que yo lo había hecho.

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