| Capitulo 17 |
| En la ciudad de los sueños perdidos, Arrepentimientos mutuos y Una propuesta que no podrá cumplirse |
—Necesito decirte algo —dije soltando un suspiro, Yoongi estaba sentado a horcajadas encima de mí, movía levemente sus caderas de un lado a otro, causando una fricción en nuestras partes bajas, haciendo que soltará gruñidos complacido, podía ver en sus ojos lo excitado que se encontraba, y de igual manera lo estaba yo, pero no podía concentrarme en nuestro placer, y mucho menos ahora, tenía que decirle lo que tengo planeado, estoy seguro que será completamente mi fin.
—¿Qué puede ser tan importante? Me lo dirás después, hay que hacerlo —de nuevo unió nuestros labios en un beso húmedo, nuestras lenguas peleaban por el control, maldita sea, esto hará que me detenga de lo que quiero decirle, y no quiero eso.
A regañadientes, aparte a Yoongi de mis labios, pude ver la confusión en su rostro, se sentó por completo sobre si, ladeando un poco su cabeza, todo en él me decía que me preguntaba lo que estaba pasando, relamí mi labio inferior con frustración, maldición.
—Perdón, Yoongi —dije finalmente—, pero es de suma importancia que me escuches.
Lo mire a los ojos, suplique con mi mirada que me hiciera caso, que prestará su atención completa a mis palabras y que dejará de lado un nuevo encuentro intimo entre nosotros, estaba nervioso por lo que él pudiera decirme, no quería que se negará a escucharme, no ahora.
—Está bien —sentí como movió sus caderas acomodándose mejor sobre mí, tragué grueso, hacía eso a propósito para provocarme, y lo estaba logrando, pero debía de tomar control ahora, no podía dejar perder el control sólo por aquellos movimientos que me estaban enloqueciendo—. Puedes continuar.
No quería que me sonriera, no quería que lo hiciera, sentía que cuando se lo dijera, él se molestaría, borraría su preciosa sonrisa, y es lo que menos quería en este mundo.
—Te he mencionado que prácticamente estoy huyendo —comencé a hablar, pero me estaba costando, no encontraba las palabras correctas que hicieran menos doloroso el golpe—, sólo iba a estar aquí por un tiempo, cuando juntará cierta cantidad de dinero... yo me iría —su sonrisa fue desvaneciéndose poco a poco, lo que más me temía, una de mis manos fue a dar a su rostro, lo acerque hacia mi para juntar nuestras frentes—, Yoongi... uno de mis sueños es viajar por toda Corea y... —mire como negaba con la cabeza varias veces, el movimiento era lento, separo nuestras frentes, tuve que volver a juntarlas en un movimiento brusco—, he terminado el contrato en la cafetería, me iré.
—No —murmuro, apreté mis labios en una fina línea recta—. ¡No!
Coloco sus manos con las palmas abiertas directamente sobre mi pecho y me empujo para separarnos, se incorporó levantándose de inmediato de mi regazo, mire como iba directo hacia la puerta del departamento, me levante de inmediato y corrí hacia su dirección, trate de agarrar su mano, pero logro impedirlo apartando su mano lejos de la mía
—N-no te me acerques —me advirtió.
—Yoongi...
—¡Demonios! —exclamo, llevo sus manos hacia su cabeza, tomando entre sus dedos sus cabellos y jalándolos levemente, vi como tragaba en seco y me miraba, sus ojos estaban cristalizados—. ¡Maldita sea! No me hubiera acostado contigo, ¡ni siquiera me hubiera enamorado de ti, joder!
Negué con mi cabeza al escuchar sus palabras.
—Yoongi, no digas eso —de nuevo me acerque, pero coloco sus manos enfrente, no quería que lo tocará—, por favor, comprende.
—¿Comprender? —sonrió ladino mientras negaba con la cabeza—. ¿Qué quieres que comprenda? ¿Qué te irás y me dejarás aquí como un idiota? ¿Por qué decidiste enamorarme para después irte como sino sintieras nada? —sus ojos comenzaron a aguarse cada vez más, y lo único que quería hacer era tomarlo entre mis brazos y darle un abrazo para hacerlo sentir mejor, pero sabía que en ese preciso momento no dejaría que me acercará a él para nada.
—No estoy tan contento por esto —dije en respuesta—, y no planeaba esto.
—¿Qué carajos era lo que no planeabas, Park Jimin? —me grito aquella pregunta.
—¡Enamorarme! —grité, y en ese momento lo vi, sus facciones se relajaron, pero aquellos ojos cristalinos por las lágrimas retenidas, seguían allí.
Silencio.
Eso era lo que estaba en nuestro alrededor, no mentía, no planeaba sentir más allá que una amistad, o solamente compañerismo, después de todo éramos eso, compañeros de departamento, simples roomies, pero se había convertido en algo más, algo mucho más fuerte, y ese algo había sido un error de lo que me prometí no pasaría, pero debía admitir que había sido el mejor error en toda la mierda de corta vida que había llevado en todos estos años.
Yoongi negó lentamente con su cabeza, me dio la espalda y abrió la puerta, de inmediato salió hacia el pasillo, y se fue por completo de mi vista cuando la puerta fue cerrada con fuerza, causando un golpe certero, pase una mano por mis cabellos, estaba más que frustrado, había sido una mala idea decírselo.
Todavía su imagen rondaba por mi cabeza, sus ojos denotaban una increíble tristeza y decepción, la había jodido completamente, apreté los dientes, miré las esculturas que estaban sobre aquel televisor antiguo y de inmediato le di un golpe a la que me había regalado Taehyung.
—¡Mierda! —exclame frustrado, la figura había caído en un golpe sordo en el suelo, mi mirada se colocó en la que pertenece a Yoongi, ¿debería seguirlo? Se enfadará, y seguramente no era de esas personas que le gustaba hacer escenas de peleas en la calle.
Lo esperare, sólo espero pueda perdonarme.
Esto definitivamente era el peor error de mi maldita vida.
...
Una hora había pasado, y él todavía no regresaba.
Dos horas habían pasado y ya me estaba preocupando.
Tres horas...
¡Mierda!
Deje de estar sentado en el sofá, pase una mano por mis cabellos, Yoongi no tardaba tanto, nunca lo hacía, ¿en dónde demonios se había metido? No lo entendía, camine hacia mi habitación, abrí la puerta y entre para mirar en donde había dejado mi celular, en cuanto mire que se encontraba en la mesita de noche, no dude ni un segundo más y camine hasta llegar a la mesita y tomarlo en mis manos.
Lo desbloquee, y de inmediato entre al icono de contactos, busque el número de Yoongi y de inmediato marque, grande fue mi sorpresa al escuchar el sonido de la canción de Frank Sinatra viniendo de la habitación de Yoongi, ahora si podía recordar el nombre de aquella canción "Singing In The Rain" ¡maldición! Corte la llamada, esto era inútil.
Tenía que salir e ir a buscarlo, no podía solamente quedarme en el departamento, ¿qué tal si ni siquiera regresaba? Tenía que irme, con las llaves en mis manos, camine en dirección hacia la puerta, no podía dejar a Yoongi solo, y menos en el estado en que lo he puesto, debía ir hacia él y rápido, abrí la puerta y mi vista de inmediato se quedó unos momentos en la puerta del departamento de enfrente, y en mis pensamientos había una pregunta que quizás podía ser de gran ayuda para encontrar a Yoongi.
¿Taehyung sabrá en dónde puedo encontrar a Yoongi?
Tal vez lo sepa, o tal vez sea inútil preguntarle, de todas maneras, valía la pena el riesgo, cerré la puerta detrás de mí y camine un par de pasos para poder quedar frente a la puerta del singular vecino de Yoongi, toque tres veces.
Espere unos momentos y después escuche la puerta abrirse, Taehyung tenía sus cabellos casi rubios, el color azul había comenzado a caerse de sus hebras.
—¿Jimin? —pregunto extrañado, abrió por completo la puerta, está vez no vestía ropas llenas de pintura, estaba normal, bueno, si se considera normal tener una camisa con diferentes logotipos de marcas de automóviles y pantalones holgados de color beige—. ¿Qué necesitas?
Me mostró una de sus típicas sonrisas cuadradas, ¿acaso no escucharía los gritos? Porque pensé que, si se escucharían, o seguramente estaba tan ensimismado escuchando o haciendo algo que ni siquiera se percató de nada.
—Eres amigo de Yoongi —él dio un asentimiento—, necesito que me digas si acaso él tiene algún lugar al que le guste ir cuando se encuentra triste o enojado.
Todos nos gusta tener un lugar privado al cual ir para sentirnos más tranquilos.
—Sé en donde puedes encontrarlo —me sonrió de nuevo—, hay un puente peatonal, te escribiré la dirección, allí lo encontrarás —volvió hacia dentro de su departamento, escuche que estaba buscando algo, a los pocos segundos regreso mientras seguía anotando algo, arranco la hoja de papel de su cuaderno de hojas grises y me lo entrego, mire la dirección, no estaba lejos, podía llegar rápido—, por cierto si lo ves, ¿le podrías decir que me devuelva mi bicicleta? —parpadee un par de veces, extrañado por aquella petición—. Toco a mi departamento y cuando le abrí solamente entro y se la llevo sin decirme nada, supongo que es por algo, ¿podrías hacerme ese grande favor?
—Por supuesto, no te preocupes por eso, le diré que te entregue tu bicicleta de inmediato en cuanto lo encuentre.
—¡Muchas gracias!
Definitivamente no comprenderé nunca a esté chico ni a Yoongi.
...
Mis pasos se detuvieron al ver a Yoongi en aquel puente, justo en medio, mirando hacia los carros que pasaban por debajo de él, no había ninguna expresión en su rostro, me percaté que la bicicleta estaba a un lado suyo, recargada en el barandal, Yoongi tenía la mirada puesta en la carretera, aunque parecía más concentrado en sus pensamientos que en mirar a los vehículos transitar, subí los últimos escalones para poder acercarme.
Camine hacia él, podía ver que su semblante era más tranquilo, todavía por mi cabeza pasaba la pregunta del por qué aquel lugar podía ser bueno cada que se sentía triste o molesto, no lo comprendía, tal vez se lo pregunte. Yoongi es un gran misterio que aún me faltaba revelar, pero poco a poco, ningún misterio puede revelarse tan rápido, sería como no querer disfrutar de la vida.
—¿Cómo supiste en dónde me encontraba? —esa fue su pregunta, detuve mi caminar para quedarme mirándolo, dejo por unos momentos de mirar hacia la carretera y me dio una mirada de soslayo.
—Taehyung me lo ha dicho —soltó el aire que estaba reteniendo y por fin se dio media vuelta para mirarme—. ¿Por qué estás aquí?
—Es el único lugar en dónde puedo gritar lo que quiera sin que nadie sepa lo que digo —dijo para después regresar su mirada a la carretera—, el sonido de los carros es enorme, y nadie sabrá las blasfemias que he mencionado.
—Me encantaría intentarlo —a pesar de que le había sonreído, él no correspondió mi sonrisa.
El viento lograba alborotar nuestros cabellos, llevándolos hacia arriba o hacía un lado, cubriendo parte de nuestra vista, pero ninguno le prestaba atención a eso, sino que nuestras miradas estaban concentradas en la carretera, en los vehículos, aunque fue por poco tiempo, ya que cuando volví a mirarlo, él lo hacía de igual forma, nuestras miradas ahora estaban concentradas uno en el otro, y ninguno la apartaba.
—¡Bienvenido a la ciudad de los sueños perdidos! —menciono Yoongi levantando los brazos levemente—. Mis sueños perdidos.
De nuevo su mirada volvió hacia la carretera.
—Nuestros sueños perdidos —mencione, de nueva cuenta volví a sentir sus ojos marrones sobre mí, analizándome, camine de nuevo hasta poder por fin estar a su lado, frente a frente—, disculpa si te hice daño, tal vez no fue una buena idea decírtelo.
Negó lentamente con su cabeza.
—Te equivocas, al menos no te lo guardaste —soltó un suspiro—, ¿cuándo te irás?
—No lo sé —de nuevo silencio, mire como bajaba su rostro, pero lo impedí colocando una mano sobre su mentón para que levantase el rostro, sin apartar la mano, me acerque para acortar la distancia que nos separaba y le di un casto beso en sus labios—, ven conmigo.
—Aunque quisiera, no puedo hacerlo —eso me había hecho sentir una punzada que iba subiendo por mi pecho y se dispersaba, quería que él viniera conmigo, descubrir Corea juntos—, mi lugar está aquí, en Daegu.
Sin mencionar algo más lo atraje hacia mí para poder brindarle un abrazo, sintiendo la calidez de nuestros cuerpos mezclarse, no me aparto como pensaba que lo haría, en cambio correspondió a mi abrazo y se apegó más a mí. De alguna forma, aquel abrazo logró reconfortar nuestros corazones.
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