| Capitulo 16 |
| Sonrisas reconfortantes, Pedazos rotos que se componen sin pegamento y Cosas en que pensar |
Cuando por fin pusimos un pie en el departamento, recibí un abrazo enorme departe de Yoongi, sonreí al sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo, dude por unos momentos en si podía rodearlo con los mis propios brazos para corresponder el abrazo que me estaba brindando, no sabía porque la duda había invadido tan repentinamente mi cuerpo, pero de cierto modo pude hacer que mis brazos lo rodearan y lograra dejar de sentirme errático al querer corresponder el abrazo.
—Eres el mejor novio que he tenido —murmuro contra mi pecho—, creí que moriría en aquel lugar, justo frente a él...
Nos separamos para poder mirarnos a los ojos, pero mis brazos seguían en su cintura, mirando sus hermosos ojos marrones, apenas y podía percatarme de sus palabras, pero había entendido cada una, ¿podía sentirme más reconfortante al escuchar que me consideraba su novio sin siquiera pedírselo? Lo había dicho para que Jungkook dejará de mirarlo, para que supiera que Yoongi le había olvidado por completo, era una mentira blanca, una pequeña mentira que ahora parecía ser más una verdad con las palabras de Yoongi, y eso simplemente hacía que mi corazón se sintiera totalmente conforme.
—¿Me consideras tu novio ahora? —una de mis manos subió hasta dar con su mejilla, acariciando con mi pulgar la suavidad de su piel tan blanca.
—No sé si sea lo correcto, pero me encanta pensar que así es —estaba de acuerdo con él, me encanto decirlo, me encanto que no lo haya negado, me encanto todavía más que piense que lo somos.
Somos pareja, somos uno, la sensación de aquellas palabras, lograban que me sintiera totalmente cálido y lleno de un sentimiento que jamás creí volver a sentir en mi vida, estaba enamorado y sumamente perdido por este chico de piel nívea.
—Entonces, ¿debería pedírtelo formalmente? —pregunte, a lo que él soltó una suave risa como primera respuesta.
—No es necesario que lo hagas, con tus actos me lo dices todo, Jiminie —de nuevo aquel brillo, cálido, esos ojos brillantes, esas pupilas dilatadas me lo estaban diciendo todo, le gusto a Yoongi, y podría decir que me decía algo más que el simple hecho de gustar, con sólo una mirada me estaba transmitiendo que me ama, al igual que lo hago yo.
Acune su rostro con mi mano, deje de tener cualquier mínima distancia entre él y yo, y sin apartar mi mirada de la suya, deje que nuestras respiraciones se juntarán para poder al fin darle un beso en sus labios, no había rastro alguno de otras intensiones, sólo se trataba de un beso, transmitiéndole todo el cariño, uno al otro, el agradecimiento por ser apoyado, por ser escuchado, por ser uno para el otro como los mosqueteros, suaves toques entre nuestros labios unidos, disfrutando de la cercanía mutua.
Me separe de él, ambos sin darnos cuenta habíamos cerrado los ojos, disfrutando de la sensación de tener nuestros labios juntos, abrí mis parpados y pude notar que Yoongi también lo hacía, acaricie su mejilla nuevamente, sentí sus manos sobre mi pecho, me encantaba que las tuviera allí, me sonrió de la manera más dulce y tierna que haya visto, tan feliz y encantador, tan único, quería robarle cientos de besos en aquel momento, quería demostrarle cuanto lo apreciaba y quería.
—¿Me dejarás repararte? —le pregunté, no tenía que dar explicaciones, pude ver que entendía a lo que me estaba refiriendo en ese momento.
—Ya lo hiciste —me respondió, sentirme orgulloso de mí mismo no estaba mal en aquel momento—, ¿sabes? En verdad lo hiciste, tenía tanto miedo de entrar y verlo, que sentía que cuando él dijera algo, me desmoronaría por completo, que si me miraba podría llegar a tartamudear, que sentiría escalofríos al verlo de nuevo, que no resistiría y lloraría allí mismo —sus ojos viajaron hacia mí—, pero... no sentí nada.
Hizo una pausa para mostrarse sonriente, me encantaba esa sonrisa suya, mostrando sus blancos dientes y aquellas líneas que formaban sus ojos gatunos al sonreír.
—Cuando él hablo y me miro, no sentí nada, en lugar de eso —de nuevo su mirada se fijó en mí—, fuiste tu quien me hacía sentir más, estabas allí, acariciando mi mano, mandándome una corriente tan cálida y reconfortante, sonreías hacia mí y hacías que mis piernas se sintieran como gelatina, me hablabas y sentía mis mejillas calentarse, podía sentir un millón de cosas en cada momento, y cuando me percate —soltó una risilla en un suspiro—, no estaba prestándole atención a Jungkook —hizo una pausa, relamió sus labios—, porque solamente podía tener toda mi atención en ti.
¿Es normal que sienta que esté chico está a punto de provocarme una taquicardia? Porque sinceramente es lo que está haciendo en estos momentos, esos ojos me hacían delirar, esos labios me transportaban a un mundo en donde solamente él y yo estábamos, esas sonrisas suyas hacían que por inercia quisiera sonreír de inmediato, todo en él provocaba demasiado al igual que yo provocaba muchas cosas dentro de él y que apenas él me las decía, ¿esto es amor? ¿Esto podría considerarse como amor? Porque si es así, entonces quiero vivir toda mi vida como un idiota enamorado.
—Ambos caímos por el otro, Yoongi —sonreí a lo que él ladeo más su rostro hacia mi mano—, estoy totalmente enamorado de ti.
—Ambos lo estamos.
Le robe un beso, estaba más que contento por todo esto, y no lo cambiaría ni siquiera por lo más valioso que pueda existir en toda la faz del planeta.
...
Namjoon me había llamado a su oficina, quería que habláramos los términos del contrato que teníamos de trabajo, sabía a lo que se refería, no fue necesario tocar la puerta, pues estaba abierta, asome por completo y cuando Namjoon fijo su mirada para ver quien estaba en la entrada, me permitió entrar dándome un gesto con la cabeza para que ingresará a la oficina.
—¿Cómo has estado, Jimin? —Namjoon siempre ha tenido una fuerte confianza en todos sus empleados, casi siempre le gustaba tratarnos como si fuéramos amigos de toda la vida, sin mucha formalidad, era agradable.
—Pues hasta ahora debo decir que, de maravilla, ¿qué hay de usted? —aunque claro no dejaba de ser algo formal con él, aunque sabía que eso le molestaba un poco.
—De igual manera —soltó un suspiro, tomo unos papeles para acomodarlos en sus manos y luego los coloco justo frente a mí, pero claro al revés, por lo cual no podía leerlos, no de forma rápida—, la razón por la que te he llamado a mi oficina, es simple —mantenía sus codos recargados sobre el escritorio de madera oscura—, quería saber ¿cuándo será el día en que te retires?
¿Retirarme?
—¿Perdón? —pregunte, estaba confundido ante sus palabras, su mirada se vio sorprendida, así que de inmediato negó con la cabeza.
—No me malinterpretes, eres un excelente empleado —dejo de recargar sus codos y se acomodó mejor en su silla—, me han dado buenas críticas sobre ti, inclusive tus compañeros te consideran un gran trabajador, pero cuando entraste me habías dicho que cuando llegarás a cierta cantidad de sueldo diario, te irías, inclusive tuvimos que preparar un contrato especial para ti, y debo darte felicitaciones, ¡has sobrepasado tu cometido! —él me sonrió como si esperará que saltase de la felicidad por la nueva noticia, pero no podía, simplemente no podía.
Estaba ¿feliz? No, no podía decir que estaba cien por ciento feliz, ¿había logrado juntar el dinero que necesitaba? Ni siquiera podía caberme algo como eso en la cabeza, ¿lo había logrado? Era un motivo de celebración, podía irme de Daegu y continuar con mi viaje por todo el resto del país, pero había alguien que me detendría de cumplir ese cometido.
Min Yoongi.
No quiero abandonarlo.
¡Maldición! ¿Por qué simplemente pensarlo me rompe tanto el corazón? Era una realidad, me había enamorado de él, cuando se supone no debía de interesarme por alguien sentimentalmente para poder continuar con mi viaje, con el escape de mi realidad.
¿Qué demonios haría ahora? Esto se estaba convirtiendo en un verdadero dilema para mí, pero sabía perfectamente lo que tenía que hacer.
Tendré que decírselo.
Debía hacerlo, por más que me doliera el hechode sólo pensarlo, debía decirle a Yoongi.
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