| Una plática no tan grata, Enfrentando al pasado y La promesa de no abandonar |

Accesible.

Tal vez demasiado accesible, esa era la palabra con la que podía describir la actitud de Jungkook, había sido fácil contactar con él, para Yoongi había sido el trabajo más duro que había hecho, podía verlo en sus ojos, sentía la necesidad de cortar la llamada de inmediato para que cuando escuchará la voz de quien antes había sido su pareja no le afectará de por medio, quería que colgará la llamada y mandará su celular a volar, pero no lo hice, afortunadamente estaba allí para él y no tenía que tomar acciones tan precipitadas, sostuve su mano durante toda la llamada, apretándola y alentándolo a que no hiciera algo estúpido, aunque prácticamente sentía que estábamos tomando una decisión estúpida, era un nuevo reto al sufrimiento, pero no dejaría que Yoongi se dejará vencer por ese chico.

Cuando la llamada dio a su fin, mire como Yoongi mordía con fuerza su labio inferior y apretaba sus parpados con fuerza, sabía que era difícil enfrentarse al pasado, pero era necesario hacerlo, si quería dejar de pensar en aquel sujeto como un daño más en su vida, tenía que superarlo de una maldita vez, estaba conmigo, y no permitiría que cayera de nuevo al fondo de un abismo del que casi nunca se puede salir, me aseguraría de ser la cuerda que lo ayude a salir de aquel abismo y que jamás se rompería a la hora de salvarlo.

—Me hubieras detenido —sus palabras hicieron eco en mi cabeza, deje que mis pensamientos se fueran y lo mire de reojo, él me miraba, podía ver la preocupación emanar de él—. ¿Por qué no lo hiciste? —me reclamo.

—Yoongi, debes enfrentarlo —dije, mi voz era delicada, no quería alterarlo y mucho menos alterarme a mí—, dijiste que lo harías, y será bueno para ti, por fin podrás descansar de ese juego mental que tanto te atormenta.

—Es ridículo que me sienta todavía de esta forma solamente por él —sentí como apretó levemente mi mano—, ¿sabes? —trago saliva—. Nunca pensé que superar a alguien fuera tan difícil, antes no era así, me dejaban o yo lo hacía, y nada pasaba ningún maldito lamento de mi parte o siquiera una reclamación, nada... no había nada.

—Es porque ahora en verdad ha sido amor —bajo su rostro evitando mi mirada, podía comprender como se sentía, no necesitaba que me lo explicase.

Cuando uno llega a enamorarse de verdad, el sufrimiento es nato, amar es sufrir, siempre ha sido así, puedes tener altos y bajos, es complicado, tan complicado que ni siquiera es fácil de explicar, el amor es complicado, amar a alguien es todavía más complicado, Yoongi había experimentado eso por primera vez, era obvio que cuando algo llegase a salir mal se sentiría de aquella manera, destruido y desconcertado, pero era simplemente el resultado de amar.

—Me estoy arrepintiendo —menciono Yoongi volviendo a levantar su rostro, pude ver que sus ojos se estaban comenzando a cristalizar—, n-no quiero llorar, pero... —soltó un suave sollozo—, es tan difícil.

Libere mi mano de su agarre y logre colocar mi brazo alrededor de su cuerpo, pasándolo por su espalda y por fin tenerlo en su hombro que estaba un poco más alejado de mí, lo atraje hacia mi cuerpo, no era un abrazo completo, pero trataba que lo fuera, su cabeza estaba recargada en mi hombro derecho, podía sentir los leves temblores en su piel, podría dar la casualidad de que las lágrimas se hicieran presentes en aquel momento, pero no importaba, estaría allí apoyándolo.

—Yoongi —dije su nombre apenas en un susurro—, pase lo que pase, estaré contigo, no dejaré que aquel idiota te haga daño de nuevo, lo prometo.

—E-está bien —menciono—, gracias... te amo.

Eso había hecho a ambos sonreír, me encantaba escucharlo decir aquella pequeña frase al igual que a él al decirlo, se sentía tan bien viniendo de su parte, tal vez alguna vez pensé en el amor de distinta forma, pero ahora se sentía tan bien recibirlo de manera tan reciproca y única que no quería abandonar aquel sentimiento nunca.

Era tan distinto, podía decirle aquellas palabras a alguien más, pensando que su respuesta será mutua, y aunque me correspondiera sabría que no es lo mismo, porque esa era una realidad, no era lo mismo, podría parecer que el sentimiento era mutuo, pero la realidad era que solamente eran palabras vacías que la otra persona te decía, sin el verdadero sentimiento que me estaba inundando en ese momento, estaba seguro de ello.

...

A la mañana siguiente había pedido un día libre en el trabajo, no me costó obtenerlo, a Namjoon parecía agradarle mucho el cómo trabajaba en la cafetería, así que fue fácil conseguir aquel permiso de su parte, ahora Yoongi y yo estábamos de camino hacia el lugar en donde nos había citado Jungkook, al parecer llevaría a su esposo, Yugyeom.

Yoongi estaba de lo más nervioso, no podía ni siquiera concentrarse en el camino, se detenía de vez en cuando para poder tranquilizarse, y le insistía en que siguiera, me sentía extraño al estar de ese modo con él, la mirada atenta de algunas personas sobre nosotros, seguramente pensaban que estábamos teniendo una pelea y que me lo llevaba a la fuerza, pero no era de ese modo, la razón era muy diferente, pero nadie lo comprendería.

—Vamos, Yoongi —volví a insistir, sólo faltaban un par de metros para que pudiéramos llegar al lugar que nos había citado Jungkook, él negó frenéticamente con la cabeza, haciendo que sus cabellos se sacudieran levemente—. No tengas miedo.

—No lo entiendes —menciono Yoongi—, ¿acaso no te das cuenta? Seguramente él planea burlarse en frente de mí, colocará su mano con la argolla de compromiso lo más cerca mío para que la mire, hará que me siente justo frente a su esposo, ¡no quiero entrar!

—Yoongi —su mirada se clavó directamente con la mía—, tal vez no pueda entender ni la mitad de lo que pasa por tu cabeza —dije de inmediato—, pero debes comprender que estaré allí contigo, no importa en donde te sientes, me sentaré a tu lado, no importa aquella argolla, tomaré tu mano sobre la mesa, haré que me mires a mí en lugar de a él, sé que no es fácil superar a la persona que amaste, pero debes hacerlo por ti, para que estés mejor, para poder iniciar de nuevo con alguien más, y ese alguien soy yo —sus ojos seguían sobre los míos, prestándome toda su atención—, por favor hazlo.

Pude sentir como su mano había dejado de sentirse tan tensa en la mía, lo había tranquilizado, sus mejillas tenían un tenue color rosa, casi pálido, su mirada me denotaba que había comprendido a la perfección cada una de mis palabras, podía jurar que incluso quería pedirme con solamente una mirada que lo abrazará.

—Entremos —sostuve firmemente su mano y con cuidado comencé a caminar, escuchaba sus pasos detrás de mí, no lo abandonaría, no ahora que está más desquebrajado, no puedo hacerle algo como eso.

Así que, sin más, ambos seguimos con nuestro camino, hasta que el dichoso restaurante al que estábamos citados se apareció frente a nosotros.

El restaurante podía decirse que era de cierto modo elegante, prácticamente el edificio tenía una decoración antigua, típica de los edificios que se encontraban en ciudades como lo es Londres o Madrid, mire alrededor, las mesas estaban decoradas de manera simple, mantel blanco y sobre aquel mantel servilleteros y algunas botellas, algunas de agua y otras de cerveza, además de los menús.

Caminamos un par de pasos cerca de la recepción, Jungkook había reservado la mesa, así que fue fácil, cuando mencione su nombre de inmediato nos dirigieron a la mesa en dónde comeríamos y no fue para nada sorpresivo el que ya estuvieran allí Jungkook con su esposo, apreté levemente la mano de Yoongi, sabía que él tenía la mirada agachada, así que fue mucho más fácil que él mirara hacia enfrente, pude ver como Jungkook dejaba la conversación con su esposo y dirigía su mirada hacia Yoongi.

—Perdonen la demora —hable para que su mirada dejará a Yoongi en paz, podía saber que algo estaba tramando, es decir, ¿por qué lo invitaría a la boda? ¿Por qué debía haber alguna razón de llegar a una reunión como si fueran viejos amigos?

—No se preocupen por eso —Yugyeom fue quien me contesto—. Apenas íbamos a comenzar a ordenar.

—Es bueno verlos, perdona —está vez Jungkook se levantó del asiento y se dirigió hacia mí—, no nos conocemos.

—Park Jimin —respondí extendiendo mi mano libre hacia él—, soy el novio de Yoongi.

Pude ver que su sonrisa se había desvanecido levemente, su mirada poco discreta se dirigió hacia Yoongi quien se había acercado a mi lado, miro nuestras manos entrelazadas, pego su lengua hacia su mejilla interna, eso significaba que estaba disgustado, podía verlo, todo en él decía que estaba totalmente disgustado.

—Un placer, soy Jeon Jungkook y él es mi esposo Jeon Yugyeom.

—Un placer —respondí.

La comida había sido tranquila, o bueno eso quería darle a entender a Yoongi, quería que estuviera tranquilo, para nada nervioso, que no se dejase llevar tan rápido por las emociones, de vez en cuando acariciaba su mano sobre la mesa, podía ver como Jungkook se percataba de mis acciones, sonreía complacido hacia Yoongi, Yugyeom era quien se comportaba de lo más normal y amigable, conocía a Yoongi y era mucho más fácil que le sacará platica.

Yoongi en un momento me dijo que iría a la barra del restaurante a pedir unas bebidas para ambos y Yugyeom no dudo ni un sólo segundo en acompañarlo, cuando ambos se habían ido, pude sentir la mirada de Jungkook sobre mí, sonreí para después dirigir mi mirada hacia él.

—Te interesa ¿no es así? —le pregunte a lo que él rodó los ojos.

—¿Por qué me debería de interesar? Nunca pensé que saldría con alguien más, es increíble que alguien como tú pueda fijarse en Yoongi —sonrió con diversión, cosa que me disgusto al instante—, dime la verdad, ¿cuánto te pago para estar aquí?

Fruncí el ceño, sentía como mi mandíbula iba apretándose, no me había agradado para nada aquella pregunta.

—Nada —respondí.

—¡Oh, por favor! —menciono sin dejar de sonreír divertido—. Yoongi no es capaz de salir con alguien como tú, además no creo que haya sido tan fácil el superarme.

—Será mejor que cierres esa boca —demande—, a menos que quieras que te la cierre yo mismo.

El silencio se hizo presente entre ambos, ninguno aparataba la mirada del otro, era como un desafío uno que no estaba dispuesto a perder, parpadear en ese momento no era una opción, si tenía que poner a ese tipo en su lugar lo haría.

—¿Qué pretendes? Además, ¿por qué te gusta él? —señalo con la barbilla hacia la dirección en donde todavía se encontraban Yoongi y Yugyeom—, Yoongi es un problema mental difícil de descifrar, no podrás con él, lo dejarás cuando lo creas necesario, lo abandonarás porque te darás cuenta de que no es una persona con la que te gustaría estar para toda una vida, que es un chico cambiante, que puede que sus problemas emocionales lo lleven a quebrarse intensamente, y lo cambiarás por alguien que no se comporta como un adolescente buscando quien es él... sé que lo harás, te darás cuenta, tarde o temprano lo harás.

—Te equivocas —mire en dirección a Yoongi, sonreía por la plática que mantenía con Yugyeom, tal vez aquel chico se dejase llevar por sus emociones, pero era normal, nada que no pudiera controlar a voluntad propia, nada en que no pueda ayudarlo, me encantaba como es, eso jamás lo iba a negar, podría decir a veces cosas que podían llegar a llevarme a muchas preguntas, pero me gustaba, todo de él me gusta demasiado—, me gusta lo complicado, si no lo fuera, entonces nada sería divertido —su mirada seguía en mí, había suavizado un poco sus gestos—, Yoongi es complicado, pero eso es lo que lo hace tan distinto a otras personas, es confuso, me agrada que lo sea, y más porque sé que no me aburriré de él, estás consciente de eso, y por eso nos has invitado aquí, para saber si Yoongi todavía siente algo por ti —sonreí de lado—, ¿sabes algo? Él todavía siente algo por ti, pero... —relamí mis labios con la punta de la lengua—, te aseguro que he logrado que disminuyeran aquellos sentimientos vacíos que le diste por estar contigo, y no dejaré que se destruya a él mismo sólo por tu presencia, él es más fuerte de lo que piensas, Jeon.

Sin palabras.

No me dijo absolutamente nada.

Había logrado cerrar el pico del loro.