| Capitulo 11 |
| Vilchis es más que una figura, Una inesperada llamada y Conociendo las mejores sensaciones|
Aquella mañana había sido una de las más tristes que haya visto en toda mi vida, el cielo nublado sólo podía decirme que algo podría salir mal, y no es solamente por mirarlo, había tenido demasiadas malas experiencias que me llevaban siempre a mirar el cielo y casi siempre se encontraba nublado, siempre que algo malo pasaba en mi vida, el cielo estaba nublado, como ahora lo estaba, quizás las coincidencias eran demasiadas.
Era mi día de descanso, así que podía quedarme con Yoongi, me levante, sentía que mis articulaciones podían rechinar en el proceso, estire mis brazos y piernas soltando un pequeño quejido al escuchar el tronar de aquellas burbujas de aire que se encuentran en las articulaciones, coloque ambos pies sobre el suelo y me levante, di unas cuantas sacudidas con mis manos a mis cabellos y emprendí camino hacia la cocina, seguramente Yoongi ya estaría haciendo algo para desayunar, o quizás estaría dormido, eso me daba la oportunidad de poder darle una sorpresa.
Me dirigí a pasos pesados hacia lo que es la estancia, de nuevo mi vista se había colocado en aquellas dos figuras, todavía me daban algo de miedo, pero no he tenido el suficiente valor de preguntarle a Taehyung el significado de aquellas cosas, simplemente no podía hacerlo, no sabía muy bien que reacción pudiera tener ante mi pregunta, aunque por lo poco que sabía de Taehyung, seguramente no tendría una mala reacción como pienso.
Seguí mi camino pasando por el frente del sofá y entrando a la cocina, efectivamente allí se encontraba a quien más quería en el mundo, seguramente podría considerarse como una exageración de mi parte, paro la verdad era que mis sentimientos por él habían incrementado, y pensar en que me iría de su lado estaba demasiado en mi cabeza.
Algún día de estos tendré que decírselo, y no estoy seguro de tener el valor suficiente como para hacerlo, después de todo, mi plan todo este tiempo había sido juntar dinero, e irme para otro lugar, conocer de esa manera el país, pero Yoongi ahora se convertía en el ancla de mi barco, que no lo dejaba navegar.
—Buenos días, Jiminie —mi vista fue a dar a aquella hermosa sonrisa sin que mostrará las perlas que tenía por dientes, mi vista sin querer fue por unos segundos hacia sus piernas, eran torneadas, delgadas, y muy suaves al tacto, blancas como la mismísima luna—, ¿dormiste bien?
—No estabas a mí lado, pero podría decirse que de cierta manera lo hice —vi el tenue sonrojo en sus mejillas, me encantaba provocar algo como eso en él, Yoongi se avergonzaba con alguno que otro halago, o simplemente con mirarlo demasiado tiempo, debo admitir que a veces me sucedía lo mismo, pero con el pasar del tiempo había logrado que ya no me sucediera, la vergüenza ya no era parte de mí.
Vi su mirada dirigirse de nueva cuenta a la repisa, estaba picando algo, se dio la vuelta para seguir con sus acciones, caminé hacia él, quería darle un pequeño regalo, después de todo lo merecía, necesitaba dárselo, demostrarle que estaba agradecido de que estuviera preparando el desayuno.
Cuando estuve lo suficientemente cerca de él, rodee su cuerpo con mis brazos, colocando mis manos entrelazando mis dedos por sobre su vientre dándole caricias, recargue mi mentón en su hombro derecho, pase mis labios por el lóbulo de su oreja y le di un suave beso.
—¿Q-qué crees que haces, Jimin? —su voz entrecortada me dio a entender que lo estaba poniendo nervioso, mis manos comenzaron a dar un viaje de caricias, pase mi mano por su entrepierna y jure sentir como la piel pálida de Yoongi se erizaba ante el contacto de mis dedos—. Detente.
Su voz apenas había sido un susurro, ni siquiera fue demandante, y aunque lo hubiera sido, ni loco me hubiera detenido allí mismo, continué con mis caricias, de vez en cuando las pasaba por aquellos boxers grises que estaba utilizando, daba caricias a su hombría, haciendo que él hiciese su cabeza hacia el lado izquierdo, mostrándome más su cuello, pase mis labios por aquella dulce piel, sintiendo como se estremecía por cada caricia que le daba.
Mis manos viajaron al borde de la playera holgada que utilizaba en aquel momento y las introduje por allí, pasé mis manos por su no tan marcado abdomen, mi mano izquierda se paseaba de nuevo por su entrepierna mientras que la derecha la guiaba en dirección a los pezones de Yoongi, cuando por fin había encontrado uno, comencé a acariciarlo, dándole suaves toques con mis dedos.
—J-jimin —gimió al sentir como mis dientes se encajaban levemente por la piel de su blanquecino cuello—. T-te d-d-dije que te d-detengas —soltó un suspiro largo.
Le había costado tanto decir aquello, pero su hermosa voz soltando quejidos complacidos por mis acciones, me obligaban a no detenerme, quería más, quería volver a sentir a Yoongi, y no me detendría, sus caderas se habían comenzado a mover levemente, causando que su trasero diera perfecto con mi entrepierna, restregándose levemente, gruñí al sentir que hacía aquellos movimientos, mis labios fueron de nuevo a su cuello dándole atención.
Yoongi era muy sensible en su cuello, con leves mordidas estaba seguro que lo haría correrse en un santiamén, pero no quería eso, lamí y chupe por la unión de su cuello y hombro mientras escuchaba como se quejaba y daba jadeos que lograba silenciar mordiéndose su labio inferior, pero quería escucharlo, no quería que me dejará con las ganas de escuchar su voz.
—Déjame escucharte, precioso —susurre muy cerca de su oído.
—Ji-min —soltó de nuevo en un jadeo, mi mano paso por el resorte de su boxer, tenía tantas ganas de bajarlo.
Mi erección estaba palpitante, Yoongi no dejaba de restregarse cerca de mi entrepierna, y eso solamente estaba causando que el poco control que tenía se fuera al caño, solté un jadeo, apretaba mis dientes con fuerza, no podía soportarlo más.
—Continua —le pedí a lo que él en respuesta soltó un suave suspiro mientras me dedicaba a darle suaves besos por la extensión de su cuello, quería besar sus hermosos y delgados labios, pero no podía darme ese lujo ahora, quería mantenerlo en aquella posición, él delante mío—. Eres muy bueno en esto, Yoongi.
—¡Aaah! —soltó un suave grito al sentir como apretaba levemente su erección, a ambos nos estaba comenzando a estorbar la maldita ropa, afortunadamente él estaba casi semidesnudo al igual que yo, me gustaba dormir sin algo que cubriera mi torso, sólo me cubría con unos pantalones holgados—. M-más.
Aquel gemido me saco de mis pensamientos por sólo unos instantes, que él estuviera tan ansioso como yo, me hacía poner cada vez más duro, deje de estimular sus pezones para dirigir una de mis manos hacia mis pantalones del pijama que utilizaba y bajarlos, llevándome el boxer de igual forma, mi dura erección estaba libre, la coloque justo en el redondo trasero de Yoongi para que sintiera el cómo me tenía en aquel momento.
—J-jimin —dijo mi nombre en un corto gemido, sentí la tela de su boxer restregándose sobre mi erección, logrando sacarme un gruñido complacido por aquel contacto entre nuestros cuerpos, se sentía tan bien estar de esa manera con él—, t-te amo.
Eso me hizo sonreír de sobremanera, me acerqué de nuevo a su oído y en voz baja, casi como si estuviera a punto de decirle el mayor secreto de la humanidad, respondí;
—Y yo a ti, precioso —mis manos se dirigieron de nueva cuenta hacia el resorte de su boxer y por fin lo baje, deje libre a su erección, Yoongi tenía la respiración entrecortada, pase con suavidad dos dedos por la punta de su pene haciendo que se removiera un poco, provocando que mi erección se rozará con su entrada, haciéndome tragar grueso al sentirlo.
Sin prepararlo, coloque mi pene justo en su entrada, restregándolo débilmente dándole fingidas embestidas, eran sólo roces, y podía sentir sus leves temblores que daba su cuerpo ante mis acciones.
—¿Me quieres dentro, Yoongi? —le pregunte divertido, con una de mis manos agarre su pene y comencé con un vaivén suave de arriba hacia abajo, acariciando su glande delicadamente haciendo que él cerrará sus ojos, complacido por el tacto.
Sus cabellos me daban leves cosquillas en el hombro, podía sentir su caliente piel bajo mi tacto, volví mi mano libre a sus pezones estimulando solamente uno de ellos mientras seguía con aquel vaivén.
—P-por favor... Ji-min —gimió mi nombre, y no resistí más, introduje un poco de mi hombría dentro suyo haciendo que arqueará levemente la espalda mientras soltaba un agudo jadeo por sus labios.
Esperé unos momentos a que se acostumbrará a mí, cuando sentí como se había removido ligeramente, me introduje por completo, soltó un jadeo al sentir que estaba totalmente dentro de él, sentía como sus paredes tan calientes lograban apretar mi erección tan bien, no quería separarme de aquella sensación nunca.
—¿Puedo moverme, precioso? —le pregunte dándole un beso en la mejilla.
—S-sí —respondió casi sin aliento.
Comencé a moverme, dándole embestidas despacio, sentía como apretaba sus glúteos provocando que se sintiera todavía mejor cada que lo penetraba, pronto sus gemidos seguían saliendo por sus hermosos labios, mis embestidas habían ido aumentando poco a poco, podía escuchar como seguía suplicándome porque le diera todavía más placer.
—Ni creas que dejaré que te corras tan rápido, Yoongi —apreté levemente la punta de su pene causando que él soltase un suave suspiro por sus labios.
—Ji-min aah... —estiro su brazo hacia atrás para poder colocarlo doblado y que su mano tocará mis cabellos, jalándolos con algo de fuerza al sentir como mi pene daba en su próstata con fuerza—. Ahí... ¡m-más!
—Con gusto, mi querido Yoongi.
Cedí ante su petición y comencé a aumentar la velocidad de mis embestidas, lo obligue a separar más sus piernas para que me diera más acceso a su entrada, sostuve su cuerpo con mi brazo izquierdo rodeando su abdomen y pegándolo a mí, deje de apretar la punta del pene de Yoongi para así poder comenzar a masturbarlo haciendo un vaivén más rápido y poniendo mucha más atención a su glande.
—¿Te gusta? —no sabía cómo había logrado articular aquella pregunta, y es que las paredes de Yoongi eran tan cálidas, su entrada tan estrecha apretaba tan delicioso que me hacía sentir tan perdido con cada embestida, que era increíble que pudiera seguir consciente del presente cuando me sentía en el mismísimo paraíso.
—M-me encanta —logro articular aquella respuesta, y yo seguí embistiéndolo, dando en su punto dulce que hacía que sus piernas se estremecieran y soltará gemidos en los que pronunciaba mi nombre y me pedía por más, quería más atención en aquella zona, y por supuesto no me negaría a dársela—. ¡J-jimin!
Soltó para liberar su esencia en mi mano, parte de su abdomen y quizás algo más cerca de la encimera, después de todo seguíamos en la cocina.
—¡Ah, Yoongi! —solté después de dar unas ultimas embestidas y correrme en su interior, sentí como se removió al sentir como me había corrido dentro de él, mantenía mis brazos en su cintura, abrazándolo contar mí, aún no sacaba mi pene de él, nuestras respiraciones poco a poco fueron recuperándose, para que pudiéramos dejar que los espasmos de placer fueran dispersándose poco a poco, pego su mejilla cerca de mi rostro.
—¿A qué debo esto? —pregunto Yoongi divertido.
—Quería darte un pequeño regalo de agradecimiento.
—Me agradan este tipo de regalos —ambos sonreímos divertidos por aquel comentario.
...
Después de nuestro pequeño encuentro en la cocina, ambos habíamos decidido que era una mejor idea ir a comer en un lugar más público, según Yoongi, para que no intentará tomarlo de nuevo de aquella forma que lo había hecho, pero inclusive él debía admitir que le había encantado la forma en que lo había llevado al placer máximo.
Entramos a un pequeño restaurante local, en dónde servían más que nada la típica comida de cualquiera que viviera en Estados Unidos, y era sencillo, un café y unos huevos estrellados con tocino había sido mi pedido, mientras que Yoongi se había decidido por unos panqueques con miel de maple y un pequeño trozo de margarina encima.
—¿Sabes? Tenerte cerca me está afectando, Jimin —comento Yoongi después de tragar el bocado de comida—, me afectas mucho.
—Lo mismo digo —Yoongi se estaba convirtiendo en mi nueva droga—, pero ¿qué querías que hiciera?
—Te hubieras detenido cuando te lo pedí —sonreí ladino ante su comentario, mientras que él mantenía su ceño levemente fruncido, aunque se viera molesto, sé que no lo estaba.
—¿Detenerme? —Yoongi elevo una ceja al escucharme—. ¡Debes estar bromeando! ¿Cómo detenerme si te tengo a mi merced? Además, no veía que te quejarás por lo que te estaba haciendo.
Soltó una suave risa ante mi comentario, sonreí ante aquello, era divertido poder mantener una buena conversación con Yoongi después de tener relaciones, usualmente no me sucedía algo como eso, antes en Busan me gustaba encontrarme con algún buen polvo, y cuando terminábamos, me gustaba sacar conversación, aunque fuera solamente por un lapso corto de tiempo, pero las conversaciones eran tan erráticas, la persona con la que estaba nada más tenía en la cara escrito un "me avergüenza hablarte porque tuvimos sexo" en la frente, y eso me ponía más que molesto, se supone que no debería de ser de esa forma, ¿cómo alguien puede acostarse contigo y no sentirse avergonzado en el momento, y al día siguiente ser la persona más tímida del mundo? Ciertamente no era nada atractivo.
—Deberíamos de intentarlo en la estancia —me sugirió divertido a lo que yo solamente solté una risa.
—¿Y con esas extrañas esculturas de espectadores? —me encogí en mi sitio de sólo imaginarme a mí a Yoongi en pleno acto, y esas figuras presentes, nada atractivo—. Ni loco.
—No tiene nada de malo —se encogió de hombros, restándole importancia, después agarro la taza en sus manos para darle un sorbo a su bebida caliente, a Yoongi le encantaba todo tipo de té, ahora tomaba un té verde—, tienen un gran significado, pero si quieres podemos esconderlos, ¿no querrás que tú alma vea nuestras acciones?
Sonreí mientras negaba con la cabeza, mastique un poco del tocino, el sabor de la sal inundo por completo mis papilas gustativas, trague aquel bocado para volver a mirar a Yoongi.
—¿Qué es exactamente lo que representan esas cosas? —pregunte, no podía preguntárselo a Taehyung, pero al menos Yoongi era la persona indicada para decírmelo.
—Representan los pedazos rotos de tu alma —me respondió Yoongi, mi semblante se volvió serio—, aunque el nombre tiene otro significado muy distinto.
—¿Cuál es? —volví a preguntar, la curiosidad me estaba matando por dentro.
—Es 'Victoriosa, Libertad, Chistosa' —juro que estaba a punto de reírme por aquel significado—. Junto todo; es Vilchis.
Era interesante lo que estaba escuchando y aun así tenía muchas preguntas que generaban aquellas palabras.
—¿Por qué se supone que su nombre tiene que estar representado por aquellas palabras?
—Son las palabras favoritas de Taehyung —dio un sorbo a su bebida caliente.
—¿Y por qué su significado tiene que ser tan mórbido? —sonrió ante mi pregunta, limpio sus labios con el dorso de su mano derecha y sus ojos se clavaron en mi mirada.
—Taehyung quería representar el lado más oscuro del alma de cada persona, es como tener el retrato del diablo de tu alma —hizo una pequeña pausa—, todas las figuras son distintas y todas deben ser frutas, así es más fácil plasmarlas, pues según Taehyung, los animales saldrían como un alebrije.
—¿Un alebrije? —pregunte, aquella palabra me había sonado tan extraña.
—Es una combinación de distintos animales juntos, son espíritus que se encargan de ser guardianes, pero éstos son coloridos y con distintas formas, algunos son atemorizantes.
Ahora podía comprenderlo un poco, aun así, me encantaría buscar en Google aquella palabra. Estaba a punto de preguntarle algo a Yoongi cuando el sonido del tono de su celular me detuvo, pude escuchar una canción de Frank Sinatra, pero no recordaba el nombre de aquella canción, mire como Yoongi saco el celular de su bolsillo del pantalón y contestaba.
—¿Sí? —pregunto, su vista paso de ser un ceño fruncido a un semblante serio, y después a uno de preocupación, ¿qué era lo que pasaba? Necesitaba saberlo de inmediato—. Y-yo... l-lo pensaré... s-sí, hasta luego.
Corto la llamada y con sólo una mirada mía supo que le estaba preguntando de quién se trataba.
—Era Jungkook.
¿Jungkook? ¿Qué diablos quiere ese imbécil?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top