| Capitulo 09 |
| Una nueva adicción adquirida, El segundo sueño roto de Yoongi y La primera noche en la misma cama |
Las sesiones de besos que Yoongi me dejaba proporcionarle se estaban convirtiendo en un vicio para mí, y era inevitable no poder ignorar el besarle, amaba mi decisión de haber tomado el turno de la mañana, todo el resto de mis días se estaba basando, en despertar, desayunar, trabajar, regresar, comer y besar a Yoongi.
Como ahora lo estaba haciendo, estaba viendo la televisión cuando él había llegado de hacer las compras, de inmediato había depositado un casto beso en mis labios, el cual había profundizado un poco al acercar su rostro hacia el mío.
Me separo de él empujándome un poco y se fue a la cocina, no sabía si era correcto esperarle o no, pero sinceramente no quería hacerlo, me incorpore y fui directamente hacia él, mire como su figura iba de un lado a otro por las repisas, guardaba algunas latas y un paquete de azúcar, me acerque a él cuando vi que estaba estirándose para guardar un frasco de mermelada, y allí en la encimera lo acorrale.
Últimamente mi control sobre no hacerle nada más a aquel chico de piel tan blanca, se estaba yendo completamente al caño, era inevitable, Yoongi podía hacerme sentir tan estresado, y es que ese chico hacía cada cosa que me estaba volviendo por completamente loco.
Movía sus caderas a veces cada que tarareaba una canción, le gustaba vestir solamente con una playera más grande y unos boxers cada que era hora de ir a dormir, le gustaba que mirase sus clavículas, y siempre era demasiado juguetón con respecto a mis coqueteos que al parecer a veces eran inútiles, pero esta vez no lo dejaría escapar con tanta facilidad, coloque mis manos a sus costados mientras pasaba mi nariz por su cuello, disfrutando de su delicioso perfume que tanto me encantaba que utilizará, era una fragancia sumamente deleitante, llena de frescura.
—Jimin... —soltó cuando le di un ligero apretón a sus costados—. ¿Estás bien?
—No, maldición —susurre sobre su piel—, ¡no lo estoy! —lo gire bruscamente para que pudiera verme a los ojos.
Todavía estaba acorralándolo, podía ver en sus ojos el mismo deseo que yo estaba sintiendo, vi como su vista fue a dar por cortos segundos hacia mis labios y después sentí sus manos dándome caricias en el pecho, Yoongi cerro levemente los ojos y me sonrió.
—¿Qué pasa? —el tono que uso fue uno de burla, sabía el cómo me encontraba, y solamente le gustaba jugar, y a mí también me gustaban esa clase de juego, lleve una de mis manos hacia su espalda baja, casi tocando su hermoso y perfectamente formado trasero, mordió su labio inferior, quería volverme loco.
—Estoy harto —mi voz había salido tan ronca, sentí como se estremeció levemente bajo mis manos—. Te la pasas provocándome, ¿acaso quieres que hagamos algo, Yoongi?
Él dejo las caricias de lado y beso castamente mi mentón para regalarme otra sonrisa, ¿inocencia? No lo creo, Yoongi no tiene nada de inocencia, su rostro podría representar inocencia, pero sus acciones no.
—Bueno, me dijiste que, si quiero que prácticamente me des una buena sesión de sexo, te la pida, pero —ladeo levemente la cabeza—, no sé si hacerlo, ¿sabes? —sentí como se pegó más hacia mi cuerpo y movía levemente sus caderas, aprete la mandíbula, maldición.
Trague grueso al sentir aquello, mierda, si él no se detenía entonces lo tomaría allí mismo, y me importaría poco si él se encontraba cómodo o no en aquel lugar.
—Detente, a menos que quieras que te la meta aquí —le advertí, y él simplemente soltó una risa, una hermosa y silenciosa risa.
—¿Y qué te lo impide? —mi respiración era pesada, aquella pregunta sólo causaba un mal en mi interior—. Tienes muy buen control para tus hormonas, Jiminie —detuvo sus movimientos y sentí como elevo sus manos de mi pecho a mis hombros para después pasarlas por mis cabellos—, pero... —volví a percatarme de esa sonrisa traviesa en sus labios—, creo que ha llegado la hora de que dejes eso de lado, me gusta cuando un chico tan caliente como tú —sus ojos dieron con los míos—, pierde el control, es más placentero —de nuevo mordía su labio inferior, y fue cuando ya no resistí más.
Besé bruscamente sus labios y él al instante me correspondió, movíamos con algo de desesperación nuestros labios en busca de más contacto, lo obligué a abrir la boca dándole un pequeño apretón en uno de sus glúteos, en cuanto lo hice soltó un suave gemido y pude introducir mi lengua dentro de su boca.
Atraje más su cuerpo hacia el mío colocando ambas manos sobre su trasero, mientras le proporcionaba suaves masajes y seguía comiéndome su boca por completo, soltaba pequeños gemidos que eran silenciados por la pelea de nuestras lenguas, cuando nos separábamos por leves instantes, succionaba su lengua o mordía su labio inferior, cuando el aire ahora era más que necesario, me separé bruscamente de él, sentía sus manos viajar por el borde de mi playera, pero lo detuve.
Mi plan no era exactamente follarlo en la cocina, quería hacerlo en una cama, con él recostado mientras me encargaba de penetrarlo hasta que llorara de placer.
De nueva cuenta lo besé antes de que hiciera alguna protesta por haberlo detenido y fui caminando a pasos torpes con él para poder llegar a una de las dos habitaciones que tenía aquel departamento, aunque debía admitir que era más complicado de lo que creí, pasos levemente largos, cortos, apenas y podía concentrarme en el camino debido a que Yoongi ni siquiera me apartaba, mis ojos se desviaban de su bello rostro para poder percatarme del camino, aunque el delicioso saber de sus belfos me impedía concentrarme por completo, pero afortunadamente, habíamos logrado llegar por el pasillo que nos condujo a las habitaciones, de inmediato abrí la puerta de una, afortunadamente era la mía.
Caminamos con sumo cuidado, hasta que logramos llegar a la cama, y sin tirar a Yoongi, lo coloqué encima de mi cama para después colocarme encima de él, me separe del beso, vi cómo se relamió los labios y soltaba un pequeño jadeo, su mirada era tan brillante, llena del mismo deseo que tenía yo en esos precisos momentos, deposite un casto beso en sus labios.
—No haré nada que no te guste, pequeño —me sonrió y paso sus manos por mis cabellos.
—Sólo es sexo, Jimin —su mirada se clavó en la mía—. Ni que fueras a tratar de hacerme el amor.
Por unos momentos me quedé pensando en sus palabras, tener una simple follada, un buen polvo como algunos lo llamaban, no hay sentimientos de por medio, nada que quisieras repetir con la misma persona, solamente satisfacción carnal, pero no quería hacerle eso a Yoongi, pude ver la pizca de tristeza en su mirada cuando menciono aquellas palabras, mi corazón dolió de sólo ver aquellos ojos tristes, no podía solamente hacerlo mío por puro deseo carnal, lo sabía perfectamente.
¿Por qué pensaba que no me atraía? ¿Qué demonios pasaba por su cabeza? ¿Por qué pensaba que solamente eran un juego los besos que nos dábamos? ¿Por qué demonios sigue con lo mismo? Planeo acostarme con él, pero no por un deseo carnal, he sentido que aquel chico ha estado demasiado tiempo cubriendo mis pensamientos que no puedo sacarlo a la primera, simplemente no puedo, la sola imagen de Yoongi aparecía cuando menos lo esperaba, y no me quejaba, me agradaba que este chico permaneciera constante en mis pensamientos.
—Yoongi... te haré el amor —dije sin dejar de mirarlo a los ojos, quería que me creyera, que dejase de pensar en que todo esto solamente se trataba de un juego.
—Solamente dices lo que crees que me gustaría escuchar —besé con suavidad sus labios, y de nuevo salió aquel hermoso quejido de placer cuando lo hice, lleve una de mis manos a sus cabellos, acariciándolos con suavidad, sin prisa alguna.
Me separé de él provocando un pequeño chasquido entre nuestros labios.
—No me malinterpretes, en verdad me gustas —confesé.
—No es lo mismo —soltó un suave suspiro y aparto su mirada—, sólo es una simple atracción, ambos la sentimos, tal vez si lo hacemos de una maldita vez —volvió a mirarme por breves instantes—, se podrá ir para siempre, sólo quieres que me acueste contigo, Jimin.
—No, quiero algo más —su mirada volvió a conectar con la mía—, Yoongi... sé que dirás que suena a lo más idiota y repetitivo en toda la vida —relamí mis labios antes de soltar un corto resoplido—, pero... todo se siente tan diferente cuando se trata de ti, quiero besarte todo el maldito tiempo, quiero que me dejes entrar en tu mundo y me muestres el porqué de tantas cosas que veo en ti y no puedo comprender del todo, te quiero a ti Min Yoongi, quiero que me dejes amarte.
Pude ver que en sus ojos había un brillo de esperanza, su mirada cambio al instante con mis palabras, no eran mentiras, estaba hablando con la mayor sinceridad posible, podrá ser que sintiéramos la misma atracción, el mismo deseo, es normal, pero había algo diferente, si solamente quisiera tener sexo con él, lo hubiera hecho en cuanto lo vi con aquel juguete, y no sólo quería tener una noche pasajera y en el olvido total, quería tener a Yoongi, quería que fuéramos algo más que simples compañeros, o amigos, quería que él sintiera lo mismo que estaba sintiendo, sabía que no era una simple atracción.
Si lo fuera, entonces no le hubiera ayudado a enfrentar a Jungkook en su boda de esa forma, no hubiera siquiera pensado en cómo ayudarle, no le hubiera besado, simplemente no hubiera pasado absolutamente nada, ni siquiera aquella conversación en dónde lo vi llorar por primera vez, no hubiera mencionado nada de lo atractivo que es.
Podría verme como la clase de chico que sólo busca palabras bonitas para meter a una chica a la cama, pero no lo era, ni lo seré, y no quiero que Yoongi tenga esos pensamientos sobre mí, porque no soy quien él piensa que soy.
—¿Cómo crees que puedo confiar en esas palabras tuyas, Jimin? —Yoongi se trataba de alguien sumamente desconfiado, pero es entendible—. Es obvio que sólo soy alguien más para tu lista de buenos polvos.
—No lo eres —en verdad no lo es—, ¿quieres que te lo demuestre? —vi como su manzana de Adán subió levemente—. Lo haré.
No deje que me diera una respuesta.
No necesitaba escuchar lo que iba a decirme, besé sus labios con tanta parsimonia, con leves movimientos de nuestras bocas, ladeando un poco mi cabeza para darnos más acceso a nuestros labios, disfrutando de su sabor.
Me separé de él y fui directo a su cuello, dándole leves mordidas que hacían que soltará leves jadeos y se encogiera levemente en su sitio, ese era uno de sus puntos sensibles, definitivamente lo tomaría mucho más en cuenta de ahora en adelante.
Sentí sus manos darles suaves tirones a mis cabellos mientras dejaba que sus pequeños gemidos salieran levemente de sus labios, podía escucharlos y me estremecía de placer con sólo escucharlo jadear.
—Aah —soltó mientras sentía como mis manos se adentraban en su camisa para poder encontrar sus pezones.
Con mis pulgares comencé a darles caricias en círculos a sus pezones, y él movió sus piernas enroscándolas en las mías, lo moví un poco y coloque una almohada debajo de su cabeza para que estuviera más cómodo, él seguía gimiendo debido a mi tacto, mostraba su cuello en forma sumisa, dejándome ver la extensión de su piel, pase mi lengua algunas veces por allí y relamía mis labios para depositarle pequeños besos húmedos y algunas mordidas para que se estremeciera debajo de mí.
—J-jimin —gimió mi nombre con su melodiosa voz, a lo que yo complacido le di un beso en los labios, él me miro por fin a los ojos.
—Eres precioso, Yoongi —le dije cerca de su oído, quería que me escuchará con mucha atención—. Me encanta el cómo reaccionas a cada acción que hago, tan precioso —relamí su lóbulo de la oreja y sentí como daba ligeros temblores complacido por mis acciones.
Deje de masajear sus pezones que ahora estaban completamente erectos y pase a desabotonar su camisa, su mirada seguía puesta en mí, su respiración tan errática y ese leve sonrojo en sus mejillas, sus labios hinchados y rojizos, era simplemente perfecto ante mis ojos.
Cuando por fin logre desabotonar cada uno de los botones de su camisa, la extendí y el coopero con ayudarme a enderezarse y quitársela por completo, ahora podía verlo, su torso levemente marcado, su piel tan blanca y suave, y esos pezones que eran de un tono rosa, simplemente perfecto, su clavícula marcada, podía ver su pecho subir y bajar, de nueva cuenta sentí sus manos en la orilla de mi playera, levante los brazos un poco y él entendió que podía dejar que me quitará aquella prenda de vestir.
Y así lo hizo, cuando logro sacarla por completo, sentí sus manos en mi abdomen, mentiría si dijera que no me ejercitaba para nada, me gustaba tener el abdomen marcado, había logrado tenerlo perfectamente marcado y fuerte, sentí sus suaves y delgados dedos pasearse por mi marcado abdomen, vi cómo se relamió sus delgados labios y después me miro.
—Eres mejor de lo que pensé.
—Me alegra haber mejorado tus expectativas, pequeño Yoongi —lo acerque a mí y deposite un beso en sus labios, podía sentir sus manos pasearse de arriba a abajo sobre mi pecho, solté un sonido complacido por aquellas caricias, me gustaba que las hiciera, lograba volverme loco con tan sólo eso.
De nueva cuenta lo deposite en la cama y volví a estar encima de él, mire sus pezones y sonreí, se veían tan lindos, apetecibles, dirigí mi rostro hacia su pecho hasta quedar frente su pezón izquierdo y comencé a lamerlo, sentí como se había estremecido ante aquello, así que después lo metí en mi boca, pasando mi lengua, mordisqueándolo suavemente con mis dientes, mientras al otro le daba atención acariciándolo con mis dedos y pellizcándolo suavemente, Yoongi trataba de retener los gemidos, sentía sus piernas quererse contraer hacia su pecho debido al placer que le estaba provocando aquella acción.
—Jim-in... a-ah —volvió a gemir en voz baja, como si temiera ser escuchado.
—Eres tan dulce, mi Yoongi —solté en un suspiro—, no te reprimas, quiero escuchar tu bella voz gimiendo mi nombre, hazlo precioso.
Comencé con su otro pezón, dándole lamidas e introduciéndolo a mis labios para poder darle mucha más atención con mi lengua, chupándolo, mordiéndolo suavemente, mientras que al otro lo masajeaba y daba pellizcos, sentía como pasaban los espasmos de placer por el cuerpo de Yoongi, y cuando le di una última lamida a su pezón y levante la vista, vi la más hermosa imagen, su rostro con un poco de sudor perlándolo por completo, sus labios entre abiertos, brillantes por la saliva, su piel con ese leve rubor, sus cabellos revueltos hechos prácticamente un desastre.
—Te ves hermoso, Yoongi —acaricié sus cabellos y sentí como hacía más su cabeza hacia la palma de mi mano, y soltaba pequeños jadeos disfrutando de mi tacto, sentí sus manos dirigirse al borde de mi pantalón, sonreí ladino y él imito mi sonrisa.
—Jamás creí tener algo como esto, con alguien como tú —menciono—. Pero se siente tan bien, eres muy bueno.
Pase mi lengua por mis labios y dirigí mis manos está vez hacia sus pantalones, los cuales no dude ni un sólo minuto en desabrocharlos, lo saque de sus piernas y por fin lo había dejado casi por completo desnudo, utilizaba un boxer algo justo, pero debía admitir que se veía tan bien sobre su piel, el color negro sí que lo hacía resaltar más.
Pase mi mano por el bulto que había formado su erección contra la tela de su ropa interior, y el soltó un suave gemido.
—¿Te gusta, pequeño? —pregunte mientras seguía con mis caricias.
—J-jim-in —jadeo para hacer su cabeza hacia atrás.
Sentí sus manos ir al cierra de mi pantalón y quitarlo con brusquedad para después pasar a desabrocharlo por completo, con algo de ayuda que le proporcione, me quite por completo aquel pantalón, vi como su vista era dirigida hacia mi entrepierna, y luego sentí como su mano pasaba por allí, gruñí al sentir su tacto sobre la tela, después sentí sus dedos juguetear con el borde del elástico de mi boxer y entrar sin permiso alguno para tomar mi hombría y comenzar a acariciarla.
Volví a gruñir al sentir sus dedos en mi glande y acariciarlo suavemente, Yoongi tenía un toque tan suave con esos dedos, que me estaba volviendo completamente loco.
—Yoongi —solté en un suave jadeo—, tocas increíble, precioso.
Mis manos se dirigieron hacía sus costados, levanté un poco sus caderas y allí pude llevarlas hacia su trasero, el cual daba ligeros apretones que lograban que Yoongi soltará pequeños gemidos placenteros.
—Te amo, Yoongi —soltó un gemido cuando logre quitarle por completo sus boxers y me aleje un poco para admirar su cuerpo completamente al descubierto, ante mis ojos estaba el chico más precioso de todos, con esa figura delgada y bien delineada, sólo para mí—, eres tan hermoso.
Vi como apartaba la mirada, avergonzado, sonreí victorioso y me quite mis boxers, la tela ya estaba siendo un verdadero estorbo para mi hinchada erección, mire como sus ojos volvían a dirigir su vista hacia mí, analizándome con la mirada, cada parte de mí, me hubiera gustado saber en ese momento en todo lo que estaba pensando, vi cómo se removió levemente, y estaba a punto de llevar su mano a su erección, pero lo detuve.
—De eso me encargo yo, mi pequeño Yoongi.
Él me miro abriendo levemente la boca, miro hacia mi entrepierna y pude sentir como sus manos se dirigían hacia ella, tomo con ambas manos la longitud de mi pene y comenzó a masturbarme de forma lenta y delicada, sentía sus manos subir y bajar lentamente, hice mi cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos, disfrutando del toque que me daba Yoongi, sus suaves manos se sentían tan bien acariciando toda mi longitud, simplemente me estaba sintiendo morir.
—Sigue, Yoongi —le pedí mientras soltaba pequeños gruñidos, debía evitar correrme, todavía quería llenarlo de mi esencia, así que detuve sus manos y las llevé por encima de su cabeza, tampoco quería que se tocará.
Relamí mis labios para depositar un beso en sus labios, soltaba pequeños jadeos que lograban ser reprimidos por la unión de nuestras bocas, y fue cuando separé levemente sus nalgas para introducir un dedo dentro de él, me mordió el labio inferior logrando separarnos.
Comencé a penetrarlo con mi dedo índice mientras el soltaba pequeños quejidos ante eso, sus manos pasaron a mis hombros los cuales apretaba cada que sentía que volvía a introducir mi dedo dentro de él, cuando sentí sus caderas moverse, introduje el segundo, arqueo su espalda juntando nuestros pechos, baje mi cara hacia la blanca piel de su cuello y comencé a morderla, besarla y lamerla, quería que tuviera un pequeño recuerdo de esta noche.
—Aah... J-Jimi-nie m-más... m-m-más —su voz se había vuelto algo aguda y eso me había encantado, deje de ponerle atención a su cuello y lo hice que me mirara a los ojos, deje de penetrarlo con mis dedos y él me presto más atención—. N-no t-t-te deten-gas... m-más...
—No lo sé, ¿es lo correcto? —él me miro tan suplicante, besé castamente sus labios y volví a penetrarlo con mis dedos, pero podía ver que en su mirada había más deseo, no podía seguir soportando sólo mis dedos, quería algo más—. ¿Me quieres dentro, Yoongi?
—P-por favor —soltó en un jadeo—, m-m-más... a-aah.
Lo recosté por completo en la cama, separé sus glúteos de nuevo y dirigí mi erección hacia su entrada, me fui introduciendo en él de forma delicada, Yoongi arqueo su espalda al sentir como iba introduciendo mi pene en su entrada, soltó un pequeño quejido cuando por fin entre por completo, nuestras respiraciones chocaron en cuanto estuvimos muy cerca uno del otro.
—Te amo —susurre cerca de sus labios, rozándolos levemente en el proceso.
—Y yo a ti, Jiminie —cuando dijo eso sonreí complacido y junté nuestros labios en un beso.
Comencé a penetrarlo lentamente, saliendo de él disfrutando de cada embestida que le daba, escuchaba sus gemidos, me pedía que continuará, lo besaba para apaciguar el dolor de las embestidas que le proporcionaba, soltaba en gemidos su nombre para que viera lo complacido que me estaba teniendo en esos momentos.
Yoongi apretaba mi erección por completo cada que entraba y salía de su interior, me estaba haciendo delirar, me estaba llevando al mismísimo cielo, sus gemidos cerca de mi oído y pidiéndome que continuará, nuestros labios unidos y disfrutando del sabor y toque de cada uno, ambos logramos llegar al clímax pronunciando el nombre del contrario en un gemido que hizo que ambos cayéramos con pocas energías en la cama, nuestras respiraciones eran erráticas.
Esa había sido la mejor noche de mi corta vida, jamás creí que hacer el amor fuera mucho mejor que una simple follada, salí con mucho cuidado de Yoongi y de inmediato lo atraje hacia mí para abrazarlo.
Deposite un beso en sus labios mientras acomodaba sus cabellos levemente húmedos por el sudor.
—Te amo —dije para después brindarle unas caricias a su espalda.
—Te amo —repitió mientras se acurrucaba más en mi pecho.
—¿Sabes? He querido preguntarte, ¿por qué piensas que es un simple juego de mi parte? —deposite un beso en su cabeza, dejo de esconderse en mi pecho para mirarme.
—Me han quitado muchas cosas —menciono en un resoplido—, por ejemplo, Jungkook decía que hacíamos el amor, cuando en realidad era de lo más brusco, jamás le dije que en ningún momento había logrado complacerme del todo —su mirada fue a dar con la mía—, en cambio, ahora... ¡maldición! —soltó una suave risa—. ¡Wow! Si esto es hacer el amor, quiero hacerlo solamente contigo, Jimin.
Le han roto tantas ilusiones, y yo quiero ser ese alguien que le pueda ayudar a recuperar cada una de ellas, y eso es lo que voy a hacer.
—Lo mismo digo, Yoongi —dije, regalándole una sonrisa—, si me dejas, puedo seguir plantando las flores de tus sueños marchitos, y jamás dejaría que se marchitasen de nuevo, en verdad te amo, como no tienes idea.
—Entonces, hazlo.
Eso me había dado la mejor sensación en elpecho.
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