| Capitulo 07 |

| Una cita rechazada, El significado de una palabra y La talla perfecta para un traje |




¡Gracias al universo! Por fin había terminado mi turno de trabajo, es un día especial, era hora de conseguir los trajes, Taehyung nos había recomendado ir a un lugar específico, y es que por lo que sé, allí es donde trabaja Seokjin, el esposo de mi jefe, por una parte, estaba algo atemorizado, ¿qué tal si lograba reconocerme?

Seokjin casi siempre visitaba la cafetería, pero lo hacía más frecuentemente en las tardes, tal vez no me reconozca de inmediato o simplemente le parezca conocido, o como es de esperar, sea sólo un fantasma y este exagerando las cosas.

—Jimin...

Debo decir que estaba comenzando a sentirme harto de escuchar aquella voz de nueva cuenta, desde hace tres días, está chica no ha parado de seguirme, de un lado a otro y sólo haciéndome preguntas personales, las cuales de vez en cuando lograba esquivar.

—¿Te gusta cómo me veo? —ni siquiera la miraba.

—Como sea —esa había sido mi respuesta, escuche un bufido de su parte, mire mi teléfono celular, tenía que llegar pronto o si no se haría tarde, y no quiero que mi precioso chico de porcelana se moleste.

Aunque todavía no formalice una relación con Yoongi, ya siento que estoy con él, y no solamente es por el hecho de compartir el departamento, simplemente siento que está conmigo, en todo momento me la paso pensando en cada uno de sus gestos, ¿acaso me estoy comenzando a interesar en él? Dicen que el amor nace de la vista, y si viera a Yoongi, puedo decir que definitivamente había sido un hermoso flechazo instantáneo.

Yoongi mantenía a mi mente muy ocupada, inclusive creo que me la he pasado sonriendo como todo un estúpido, los clientes se ven felices al verme de la misma manera, supongo que eso ayuda mucho al negocio.

—Jimin.

Y allí estaba de nuevo, ¿qué acaso no piensa irse?

—¿Qué necesitas? —pregunté, mi voz había salido tan cortante, que pude ver la tensión acumulada en los hombros de aquella chica en cuanto me escucho.

—Estaba pensando en que... —ella junto sus manos, estaba nerviosa, todo su cuerpo la traicionaba—, ya que hemos salido temprano, ¿podríamos quizás ir a comer algo? O si prefieres, ¿ir al cine?

¿Estaba invitándome a salir?

No quería ser grosero, pero ni muerto saldría con ella, es decir, no es fea ni nada por el estilo, pero... Yoongi me espera, y sinceramente si tuviera que escoger entre salir con ella o con Yoongi, definitivamente escogería a Yoongi.

—Lo siento, pero tengo cosas más importantes que hacer —respondí, estaba a unos pasos de la puerta, y sentí un agarre sobre mi muñeca, sé que es ella, no tenía que ser adivino para saberlo, detuve mis pasos.

—B-bueno —y allí estaba de nuevo ese nerviosismo—, si quieres sólo podemos caminar por la ciudad, ¿no te parece?

Rodé mis ojos, no quería nada con ella, ¿acaso no lo entendía? Es decir, ¿por qué algunas personas son tan insistentes? Odio a esa clase de personas, ¿por qué hacían algo como eso? Cuando alguien les da una respuesta concreta, deben aceptarla, no puedes convencer a todo el maldito mundo y que todos estén a tu disposición, respire profundamente, no debía alterarme, aunque estaba comenzando a hacerlo, debía tener mi control de siempre.

Debo admitirlo, tengo un mal carácter, pero soy buena persona, o eso es lo que me han dicho, mire hacia aquella chica que tenía una tímida sonrisa, y podía notar que estaba maquillada levemente, rímel en las pestañas, al igual que sus labios pintados de un rojo carmín, y ese leve rubor aplicado en sus mejillas, no definitivamente era demasiada pintura para mi gusto.

Yoongi no necesitaba maquillarse para atraerme, ese chico era simplemente perfecto en todos los sentidos de la palabra, cuando sentí que el agarre en mi muñeca era más débil, hice mi mano hacia atrás para liberarla, miré sus manos, sus uñas pintadas del mismo tono de rojo que sus labios, ¿no hay otro color? En fin.

—No es no, y punto —dije cortante, no tenía tiempo que perder, pero está chica estaba logrando que mi tiempo se fuera por la borda.

—¿Por qué? Es decir, me arregle para este momento, no creas que no he notado el cómo me miras.

¿Mirarla?

No me contuve, solté una risotada, y es que sinceramente no la miraba, ni siquiera ni un maldito segundo, él que lo hacía era ese Jaebum, yo ni siquiera volteaba a verla.

—Estás muy confundida —¡Por Dios! Está chica necesitaba fijarse más en los detalles.

—Jimin, no es divertido —dijo, sus mejillas se inflaron levemente y su ceño se fue frunciendo poco a poco—, ¿cómo puedes actuar de esa manera? Merezco más respeto.

—No te estoy faltando el respeto, aprende mejor a usar esa palabra —dije de inmediato—, y además creo que Jaebum merece esa cita tuya, porque él es quien se la pasa mirándote las piernas a cada rato, y te sugiero que dejes de usar esas faldas cortas —señale aquella falta de color negro que estaba usando en ese momento—, varios clientes han intentado alzártela para verte las bragas —las mejillas de aquella chica se tornaron rojas como dos cerezas—, ahora si me disculpas, tengo a alguien esperando, y que además si me interesa.

No espere a que me contestará, sólo pude ver su boca levemente abierta, bueno, así es como se puede causar una gran impresión.



...




—Perdón por la demora —dije en cuanto vi a Yoongi abrazando sus piernas mientras se encontraba mirando la televisión.

—No importa, de todas formas, esperaba que tardarás un poco más.

Mire hacia la pantalla, Yoongi gustaba de muchas cosas, pero en especial de esas películas tan sangrientas, le gustaba toda clase de película que incluyera por lo menos una muerte, y para él no contaba la muerte de algún animal, sino era alguno de los personajes principales de la película, no estaría para nada feliz.

—Hay que irnos —dijo mientras tomaba el control de la televisión y de inmediato oprimía el botón de apagado, dejo de abrazar sus piernas y se incorporó levantándose para dirigirse a mi dirección.

De inmediato no dude ni un segundo en tomarlo de la cintura y aproximarlo hacia mí para juntar nuestras bocas en un beso de apenas segundos, soltó un pequeño sonido complacido por aquel acto.

—¿Por qué se siente tan fabuloso besarte que ni siquiera puedo tratar de apartarte? —sentí sus manos sobre mi pecho dándome caricias suaves.

—Quien debería reclamarte, soy yo —deposite un pequeño beso en su nariz—, me estoy volviendo algo adicto a probar tus labios, no puedo esperar a ver la cara de tu ex novio cuando vea lo mucho que disfrutas que te bese.

—¿En verdad quieres hacerlo? —soltó un suspiro—. Pienso que no deberíamos ir, no quiero que se la pase interrogándome sobre ti y mi supuesta nueva relación, entre tú y yo —dijo mientras me señalaba para después señalarse a él mismo—, sabemos que esto no pasará de unos cuantos besos robados.

Como siempre, matando mis ilusiones, pero ni crea que lo va a lograr, cuando sienta que esto va más allá de unos cuantos besos y caricias leves, le diré lo que en verdad estoy sintiendo por él, técnicamente me está volviendo loco este precioso chico de piel tan blanca como la azúcar misma.

—Si te interroga, contestaré yo —aclare para que no sintiera preocupación alguna—, además no planeo soltarte en toda la fiesta, quiero que vea que le he quitado a alguien que alguna vez fue valioso para él.

—Todo suena como un simple juego —dijo en voz baja—, y sólo practicas conmigo besos.

—No estoy jugando, Yoongi —mi voz había sonado tan demandante, que vi como sus ojos dirigieron su mirada a los míos de forma inmediata.

No estaba jugando, en verdad me estaba sacando de mis casillas de control. Yoongi me estaba comenzando a gustar, y no como una persona en forma de amistad, él me gusta como una potencial pareja que podría tener por un largo, largo tiempo.

—¿Qué debo hacer para que me creas? —le pregunte con voz suave.

—Nada —me respondió sin titubeo alguno—, puedo ver en tu mirada que nada de lo que has dicho es mentira —trago grueso y después desvió la mirada—, de todas formas, no creo estar listo para estar en algún tipo de relación.

—¿Por qué no estarlo? —lo apegue más hacia mi cuerpo, nuestras narices ahora se rozaban ligeramente debido a la cercanía, al igual que nuestros labios—, somos perfectos el uno para el otro, puedo hacerte cambiar de opinión al respecto, conmigo tendrás una relación tan duradera, que créeme que sería capaz de pedirte matrimonio.

—Sueños vacíos... —me respondió, y aquella ligera sonrisa de decepción apareció en su rostro—, la promesa de matrimonio es demasiado fuerte para que lo digas en el contexto en el que estamos ahora, ya me la han dicho, y no fue real, ¿por qué quieres hacerme creer que contigo será diferente?

—Porque lo será.

Paso su lengua por sus labios, rozando ligeramente los míos debido a la cercanía que teníamos, apreciaba sus hermosos ojos marrones, esas pupilas dilatadas, sabía que las pupilas se dilatan cuando ves algo que te gusta, y eso solamente podía significar una cosa, que Yoongi sentía lo mismo que yo, y no debería de estar negándolo, sé lo que él siente por mí, y sé lo que siento yo por él, ¿qué más quería?

Podría considerarse de momento como una atracción, pero sabía que era algo más que eso, algo tan fuerte entre ambos que era imposible ignorar, me sentía tan atraído como las cargas eléctricas negativas a las positivas, y esa preciosa corriente que me recorría con solamente darle un casto beso en los labios, me confirmaba lo que estaba pasándome.

Me estaba comenzando a enamorar de Min Yoongi.

—No sé si debería creerte.

—Deberías, Yoongi —hice una pausa, perdiéndome por unos segundos en el marrón brillante de sus ojos—, no me gusta jugar con los sentimientos de otros, y me gustaría demostrarte que lo que estoy sintiendo en estos momentos por ti, es real.

—Entonces hazlo...

No le respondí, cerré aquel compromiso que me hacía con él con un beso.

—Debemos apurarnos, ya quiero ver los trajes —podía ver la emoción en su mirada.

—Sí —respondí de inmediato—, espero haya de mi talla.

—¿Qué talla eres? —su cabeza se ladeo ligeramente cuando hizo aquella pregunta.

—Varía mucho, usualmente es difícil que me consigan uno que no apriete tanto de las mangas y hombros.

Bueno, la talla perfecta no existía para mí, ciertamenteeso me había comenzado a pasar cuando apenas había cumplido los diecisieteaños, y mi madre le costaba trabajo encontrarme un traje que se ajustaráperfectamente a mi medida, espero que Seokjin consiga lo imposible.

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