| Capitulo 03 |
|Descubrimiento nocturno, El chico de ropas rosas y El amor podría ser opcional|
Sólo habían pasado dos horas en el trabajo, y ya parecía que iban a iniciar los problemas, resulta que una de mis compañeras, —de la cual todavía no me he aprendido el nombre y debería, pues es la empleada estrella, o eso me dijo Namjoon, el dueño de la cafetería—, había derramado el café de uno de los clientes, y no fue en el suelo.
Me había percatado de algo, y era que prácticamente me la pasaba siempre observando a varios clientes que eran muy habituales y que se ponían a hacer las mismas cosas de siempre, por ejemplo, hay un señor de no más de cuarenta años que siempre se sienta en una de las mesas del fondo a leer su periódico, nunca ha pedido más que un expresso, y siempre lo pide lo más cargado posible, y he notado el por qué, sus ojeras son inmensas.
Otro cliente muy habitual, es una chica que seguramente apenas ha cumplido los veintiún años, se la pasa pidiendo más que nada galletas con arándanos secos y un café americano, de vez en cuando se queda, pero casi siempre se va.
A decir verdad, estar trabajando aquí —a pesar de que es estresante—, es interesante ver como todos siguen una cierta rutina diaria, y eso a mi parecer, es mejor que estar viendo televisión, ahora entendía porque mi abuela de vez en cuando se sentaba cerca de las ventanas, se divertía con la rutina de los vecinos.
—¡Mira lo que has hecho! —y volviendo a mi triste realidad, allí estaba Jisoo disculpándose con una reverencia una y otra vez con aquel chico.
Me había dado cuenta de que traía un abrigo de color rosa pastel, y claramente ahora con una enorme mancha de café, que seguramente se quedaría allí por un largo rato si es que no la limpiaba de inmediato.
—En verdad estoy muy apenada —Jisoo volvió a realizar otra reverencia—, ¡lo lamento!
El chico había empujado levemente a mi compañera de trabajo y había salido hecho una furia de la cafetería, Namjoon me había dicho que reportase cualquier incidente que se viera en el negocio, y por supuesto no dude ni un sólo segundo, saque mi celular y le mande un mensaje sobre lo sucedido.
Mi vista se pasó por los otros chats, allí estaba el de Yoongi, le había pedido su número para cualquier emergencia, y claro que había aceptado, después de todo somos compañeros, pude ver la fotografía que tenía, esa sonrisa era demasiado linda, ¿por qué me estaba comenzando a gustar mi compañero de departamento?
Eso no debía pasar, en cuanto juntase el dinero suficiente me iría de esta ciudad, no esperaría más tiempo, y enamorarme de alguien no era una opción, y más si se trataba de Yoongi, aunque debía admitir que es un chico demasiado dulce.
A nadie le hace algún daño enamorarse de otra persona, pero... sí lo pensaba mejor, ilusionar a Yoongi sería demasiado, ¿cuál sería su reacción si le dijera que me gusta y después me fuera sin más que decir o poder hacer? Seguramente sería como destruir el sueño de un chico enamorado.
Eso sí que no me gustaría en lo absoluto.
...
Agradecí a los cielos porque por fin había salido del trabajo, y era para mucho, desde aquella lasagna, me había considerado el fanático número uno de la comida preparada por Min Yoongi, ¿cómo no enamorarme de esa forma? La comida que preparaba simplemente era perfecta y única, estoy seguro que la comería por el resto de mi vida.
¿Podría llevarme a Yoongi como chef personal por mi viaje a toda Corea del Sur? Posiblemente, con una buena paga, él aceptaría.
En cuanto entre al departamento me di cuenta de que al parecer Yoongi no se encontraba, la estancia estaba completamente vacía, al igual que la cocina, miré hacia la mesa del comedor, allí había algo de estofado, ¡genial! Una buena comida no debía ser desperdiciada, pero estaba harto del uniforme.
Camine hacia mi respectiva habitación, justo al frente de la de Yoongi, pero antes de que pudiera entrar, un pequeño gemido fue lo que había llamado mi atención, me quede en silencio por unos momentos, ¿acaso había alguien en la habitación de Yoongi? La curiosidad carcomía mis huesos por completo, y ms propio cuerpo quería traicionarme, quería ver lo que estaba pasando.
No, es incorrecto el querer entrar o espiar.
Trague grueso al escuchar un jadeo, junto con un gemido, se escuchaba tan... complacido, respire profundo y apreté mis labios, no debía mirar, ¿qué tal si se trataba de su pareja?
—Él no tiene pareja... —susurre para mí mismo.
Pero eso no importaba, ¿qué tal si había decidido tener un buen polvo con alguien? Mi mano aún seguía colocada en la perilla, por más que mandaba la orden a mi mano para girarla y entrar para cambiarme, no podía, esos gemidos tan dulces no dejaban que logrará concentrarme, de nueva cuenta trague grueso.
La maldita curiosidad me había ganado por completo, me gire sobre mi propio eje y camine solo un paso para poder estar frente a la puerta de la habitación de Yoongi, me percate de que la puerta no estaba completamente cerrada, por lo que había sido mucho más fácil, la empuje con mi dedo índice logrando abrir una pequeña rendija en donde podía mirar.
Estaba completamente seguro de que mis pupilas estaban dilatadas, Yoongi estaba completamente desnudo, masajeaba lenta y tortuosamente la punta de su hombría mientras se penetraba con un maldito juguete sexual, por su hermosa piel brillaban las perlas de sudor, podía ver como saltaba sobre ese dildo una y otra vez y soltaba pequeños gruñidos, mientras hacía su cabeza para atrás y cerraba los ojos disfrutando de aquel contacto.
—Joder... —solté en un suspiro, evitando alzar la voz, no quería que me descubriera espiándolo.
Aquella imagen había sido demasiado, sentía como los boxers me estaban comenzando a estorbar, maldita sea, me había excitado con sólo verlo de tal forma.
Yoongi soltó de nuevo un gemido, y de nuevo había capturado mi atención, vi como había aumentado los movimientos con su mano, y escuche como soltaba un gemido agudo cuando logro correrse, su esencia había salido disparada de inmediato, su respiración era algo errática, y temblaba ligeramente por aquel orgasmo que le había dado.
Aquella noche me masturbe pensando en él, pensando que era yo en lugar de ese maldito dildo, que lo hacía gemir.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top