| Capitulo 01 |

|Una ansiedad, Búsqueda de empleo fallida y Un vecino de otro mundo|



Me he dado cuenta de algo, y es que Min Yoongi no ha parado de morderse las uñas, hace una semana lo he visto de un lado a otro, y casi siempre mantiene cerca de sus labios sus dedos de las manos, al principio pensé que solamente se tocaba los labios, pero luego me había percatado de algo, y era que estaban entreabiertos, al igual que sus dientes, y mascaban las uñas de vez en cuando.

No sé si será una buena idea comentárselo, no estoy seguro de que actúe de buena forma al enterarse de que he descubierto algo tan personal de él, y sé que seguramente no me comentará algo, usualmente no lo hace.

—¿Estás bien? —esa pregunta había salido de mis labios al ver que de nueva cuenta pasaba justo frente a mí, y su mano estaba justo cerca de su boca.

—¿Sí? —lo ha dudado, me lo ha preguntado, ¿por qué hacerlo? No es como si supiera que él se encuentra de maravilla.

—¿Estás seguro?

Se encogió de hombros, me dio una corta mirada y se fue, seguramente iría a su habitación, eso era lo más seguro, supongo que tiene una ligera ansiedad, hemos estado algo ocupados, Yoongi trabaja en un periódico, es fotógrafo, y cada que ocurren disturbios grandes y tiene que ir a tomar fotografías, se pone muy nervioso, supongo ha tenido malas experiencias en esa clase de eventos, y lo reconozco, no sería de mi agrado participar o asistir a alguno de esos eventos.

Escuche sus pasos sobre el suelo de madera, de nuevo lo vi frente a mí, pero está vez mantenía sus manos detrás de la espalda, como si estuviera ocultando algo.

—¿Irás a trabajar?

Ciertamente no había encontrado un empleo que haya sido de mi agrado, y no sabía que contestarle, él no estaba enterado de que no he encontrado empleo, me ha dado una semana para encontrar uno, y no lo he logrado, ¿será posible que esa fuera la razón del por qué se encontraba tan ansioso?

—Es domingo —me excuse.

—¿Qué no las cafeterías trabajan a diario? —bien, ahora había perdido.

—La realidad es... —no pude continuar, él había hablado.

—No conseguiste un empleo, lo sé.

Apreté los labios, la sensación de culpa por haberle mentido me había recorrido por un pequeño lapso de tiempo, y de nueva cuenta mi mirada fue a dar a sus ojos, Yoongi tenía una mirada que lograba analizarte de primera mano, parecía que podía leer completamente todo lo que pensabas o decías, siempre tan concentrado en evitar parpadear.

—¿Cómo lo sabes?

—Lo acabas de afirmar —sonrió ladino—, pero no importa, de todas formas, planeaba entregarte esto.

Dejo de ocultar sus manos para estirar sus brazos y enseñarme lo que tanto estaba ocultando, y era exactamente lo que había mencionado, un anuncio de empleo de una cafetería.

—Tal vez puedas pedir una entrevista, y trabajar como mesero —sugirió.

—Lo intentaré, ¿crees que este abierto el lugar?

—Lo está, fui en la mañana.

Bueno, Min Yoongi me había conseguido una oportunidad de empleo, la paga era semanal, y más las propinas, podía sobrevivir el suficiente tiempo, además de ahorrar un poco para poder irme de Daegu.

—Gracias.

—No me lo agradezcas —Yoongi me regalo una sonrisa, una en donde logre ver esas rosadas encías, ciertamente me había gustado esa sonrisa.

El sonido del timbre había dejado que mi mirada se dirigiera hacia la puerta de entrada, después de unos segundos regrese mi mirada hacia Yoongi, estaba de igual manera que yo, miraba hacia la puerta, sólo que él, se había atrevido a ir hacia ella.

A pasos lentos Yoongi se dirigió hacia la puerta, tomo la perilla y la hizo girar, aún no había quitado el seguro a la puerta, tal vez por precaución, cuando la abrió, sólo fue una rendija pequeña, pero vi que de nueva cuenta cerraba la puerta y quitaba el seguro por completo deslizándolo, y abrió la puerta en su totalidad.

Allí estaba aquel vecino, Kim Taehyung, el artista, o es así como Yoongi le había bautizado, para mí solamente era un vecino que simplemente se la pasaba ensimismado en otro planeta, era extraño, siempre se pintaba el cabello de distintos colores, y ahora lo traía de un azul turquesa que hacía resaltar más sus pobladas cejas.

—¿Tienes café instantáneo? —esa fue la pregunta con la que saludo a Yoongi.

—Sí, ¿café en un día caluroso?

—Lo necesito, es para hacer el logotipo de una tienda de café, me ha pedido que lo entregue la siguiente semana.

Taehyung era diseñador gráfico, uno muy bueno debía admitir, se esforzaba mucho en sus trabajos, nunca perdía la paciencia, y entregaba todo lo que le pedían, aunque debo admitir que todavía aquella figura encima del televisor no me inspiraba tanta confianza, y menos cuando veía una película de terror y ciencia ficción, termino siempre pensando que ha salido una clase de alíen que viene a devorarme.

—¡Hola Jimin! —eso había hecho que saliera de mis pensamientos.

Le di una sonrisa en respuesta, a lo que Taehyung también había sonreído de inmediato, ciertamente para ser un dichoso artista en progreso, debía admitir que no entendía algunos de sus trabajos que se encontraban casi siempre en la estancia de Yoongi.

—Aquí tienes —ni siquiera me había percatado de que Yoongi había desaparecido y ya estaba entregando el café instantáneo a Taehyung.

—Gracias, Jimin... —lo mire—. ¿Qué te gusta más, las zarzamoras o las frambuesas?

—¿Zarzamoras? —respondí, no muy seguro, pero lo hice, y se vio conforme con eso.

—¡Bien! Nos vemos luego.

Yoongi cerró la puerta en cuanto vio a Taehyung salir por la puerta.

—Te hará un Vilchis...

—¿Por qué?

Se encogió de hombros, estoy pensando ahora que estoy rodeado de locos.

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