9- Delatada

¿Y si Giyuu ya la había delatado? La aparición de sus dolidos ojos azules durante ese beso que se había dado con Douma no había dejado de dar vueltas en la cabeza de Shinobu durante todo el recorrido a casa. Los pasos de la joven eran lentos, casi como si no quisiera darlos y se viera obligada a hacerlo. Quería retrasar ese momento lo antes posible. No se sentía en condiciones para enfrentar a Kanae en caso de que ya lo supiera.

De pensar en su hermana el miedo invadió a la azabache, causándole un escalofrío que le recorrió lo más recóndito de la espina dorsal. Kanae había amado a Douma primero, lo había creído el amor de su vida... Seguro que su corazón se partiría en pedazos de saber que ahora Shinobu era su principal interés. Tragó con dificultad, intentando deshacer el apretado nudo que ahora yacía en su garganta. Delatar sus verdaderas intenciones de la razón por la que estaba haciendo eso sería peor. En seguida Kanae la haría cortar todo lazo con Douma e intentaría convencerla de que no era la gran cosa.

Para Shinobu sí lo era y hasta le indignaba que Kanae tratara de aparentar que nada sucedía. Que el dolor nunca había estado ahí, cuando ella sabía que no se trataba de otra cosa más que una máscara que usaba su hermana para no preocuparlas más. Finalmente, con estos pensamientos en su cabeza y como un acto más automático, se detuvo delante de la puerta de su casa. Ya no podía seguir dando vueltas. Iba a tener que entrar y comprobar por sí misma las consecuencias que habían acarreado sus actos.

Abrió la puerta y sintiéndose igual que un criminal que está por pagar sentencia de muerte, Shinobu entró a la casa. Kanae no tardó en recibirla. El tiempo en el que detectó su presencia fue relativamente corto, denotando a Shinobu que su hermana ya la estaba esperando de antes. Esa clase de detalles ya no le pasaban por alto a la azabache. Había aprendido a leer los movimientos de Kanae casi con exactitud para ir estudiando si llegaba a levantar sospecha. Aunque de nada iba a servir si todo su plan quedaba al descubierto.

—Shinobu, tardaste en llegar... ¿En dónde estabas? —Fue la primera pregunta indagante que formuló Kanae. Shinobu la analizó con rapidez. ¿Era una trampa que le estaba tendiendo? ¿Esperaba que le mintiera para luego hacerle saber que ya sabía la verdad?

—En el trabajo —respondió la azabache intentando sonar lo más convencida posible mientras en sus labios se formaba una sonrisa, que intentaba transmitir tranquilidad.

Solo había una forma de averiguar cuánta información poseía Kanae y era seguirle la corriente hasta que esta misma decidiera sacar todo a la luz. Shinobu no iba a tirarse de cabeza ella sola, negando cosas que todavía no sabía si eran del conocimiento de su hermana. El rostro de Kanae degeneró a la preocupación, lo que hizo que las alarmas en la cabeza de Shinobu se encendieran. ¡Lo sabía, lo sabía todo y estaba decepcionada de que su hermana le estuviera mintiendo a su cara!

—Tomioka-Sensei me informó que no tomaste su clase... —soltó Kanae, haciendo que Shinobu empezara a sentir los nervios a flor de piel.

La chica tragó saliva con dificultad. Cada vez sentía que le costaba más mantener su rostro indiferente, aparentando que nada estaba sucediendo cuando por dentro se hallaba cerca de enloquecer por las emociones que experimentaba. Kanae y Giyuu habían mantenido contacto. Giyuu la tenía al pendiente de algunas cosas, poco faltaba para que cayera todo el teatro que había montado sobre ella.

—Lo siento. No me sentía bien y todavía sigo con un poco de molestar. Creo que lo mejor será que vaya a la cama —se escusó Shinobu después de unos segundos en silencio, que para ella se sintieron horas.

Kanae, al ver que su plan para saber dónde había estado Shinobu fracasaba, intentó detenerla en su camino hacia las escaleras. Cuando sus ojos inquisitivos no pasaron por alto un hermoso adorno que yacía en la clavícula de su hermana, descendiendo desde su cuello. Era esa la pista que había estado buscando.

—¡Qué lindo collar! —elogió Kanae sin ocultar la sonrisa que empezaba a posicionarse sobre sus labios.

Shinobu maldijo en pensamientos al percatarse de que no se había sacado el collar que le había dado Douma. Con errores así ella misma regalaba las señales de que algo estaba ocultando. Sin embargo, no tenía porqué irse por lo más fatalista. Solo era un collar, no significaba nada.

—Gracias. Fue un regalo —balbuceó de manera escueta para restarle importancia al objeto.

—Ah... ¿De tu novio?

Shinobu sintió que la mandíbula se le desencajaba de su lugar y un escalofrío se propagó por todo su cuerpo corriendo con su sangre, dejándola helada. Los pensamientos que intentaban abrirse paso en su cabeza eran demasiados como para detenerse en alguno y procesarlo. Abrió la boca, tratando de pensar rápidamente en alguna coartada para presentar su inocencia.

—¿Cómo lo sabes? ¿T-te lo dijo...?

Todo su plan se deshizo con esas preguntas. Ya se había delatado ella sola. Pero no podía evitarlo, Shinobu estaba aterrada y se notaba en el palpable tono de voz que usó al formularlas. Kanae pareció avergonzada al afirmar con la cabeza.

«Giyuu sí me delató», pensó Shinobu bajando la escalera para caminar hacia la sala, donde procedió a sentarse sobre uno de los sillones. Ya no tenía caso seguirlo negando. Kanae lo sabía. Se sintió descompuesta. En serio había tenido la esperanza de llegar a encontrar algo que metiera en problemas a Douma para pagar por todo lo que le había hecho a su familia y a su hermana. Pero ahora el anhelo de justicia se esfumaba.

—Me habías tenido preocupada con tu actitud tan extraña —comenzó a relatar Kanae, atrayendo la atención de Shinobu hacia ella—, así que admito que cuando te vi con Mitsuri el fin de semana, hice planes con ella para salir y... me ha contado lo de tu romance.

Shinobu no pudo evitar fruncir el ceño. ¿De qué estaba hablando Kanae? ¿Dónde encajaba Mitsuri en toda la historia con Douma? De pronto, sus ojos se abrieron al recordar la media verdad que le había contado esa vez que salieron juntas a comer. Así que ella había sido su fuente informante y no Giyuu...

—Lo siento, no quería ser entrometida, pero te mostrabas tan evasiva que... empezaste a preocuparme —se disculpó Kanae haciendo que Shinobu saliera de sus pensamientos nuevamente—. Entiendo que no me hayas querido contar nada por mi mala experiencia, sin embargo, lo que me pasó a mí no tiene que ser un impedimento para ti y para desarrollar relaciones con quien te guste. Yo te apoyo y mientras seas feliz yo seré feliz. No hay nada en este mundo que yo busque más que su bienestar.

Shinobu se levantó de su lugar y no pudo evitar envolver a su hermana mayor en un fuerte abrazo. Por detalles como esos Kanae era el pilar más fuerte de esa casa, lo que impedía que se desmoronara y para Shinobu era la razón para seguir adelante en lo que estaba haciendo.

—Lo siento mucho por no haberte dicho antes...

—No te preocupes —interrumpió Kanae una vez se apartaron del abrazo en el que se habían envuelto.

La sonrisa que apareció entre sus labios daba a conocer a Shinobu que estaba dispuesta a sacar más información ahora que creía saber lo que su hermana ocultaba. Kanae se dejó caer en el sitio que antes había ocupado en el sofá y palmó el lugar a su lado varias veces, indicando con ese gesto a Shinobu que se sentara con ella. La menor suspiró y acató la orden con desgano. Su cuerpo, en los últimos momentos se había vuelto un torbellino de sensaciones desagradables y ahora para coronarlo se sentía enferma. Le enfermaba estar ahí, viendo a su hermana confiar de nuevo en ella y tragándose con ingenuidad el montón de mentiras que soltaba.

—Así qué... —prosiguió Kanae en tono juguetón, ignorando el malestar interno que acaecía Shinobu—. ¿Un chico de la academia, eh?

—Hermana mía, sabes que te quiero con mi corazón, pero esto es algo que me gustaría reservar en privado solo para mí. Permíteme que así sea —pidió la menor cortando de tajo con la situación. No quería alargar lo que para ella iba a ser una desagradable plática que terminaría con dejarle un mal sabor de boca.

Se puso de pie y se acercó hasta Kanae, depositando en su nívea frente un cariñoso beso, antes de proceder a irse. Apenas se apartó, Kanae la tomó de la mano, impidiendo que se alejara.

—¡Espera, por favor! De acuerdo, no pienso insistir más en detalles, pero al menos déjame conocer su nombre para quedarme más tranquila.

—Murata. —Ni corta ni perezosa la respuesta salió de los labios de Shinobu antes de que esta pudiera pensarlo más. Había sido el último chico con el que había tenido interacción antes de salir de la academia y parecía que su presencia todavía rondaba por la mente de Shinobu.

—¡Oh! ¿Así que el vicepresidente de segundo? Parece un buen chico —opinó Kanae soltando por fin la mano de su hermana, al saber la información que tanto anhelaba conocer.

—Lo es.

Y con esa corta frase saliendo de sus labios, Shinobu abandonó la sala, dispuesta a ir hacia su habitación y dar fin a lo que fácilmente podía catalogar como uno de los peores días de su vida. Subió las escaleras, deteniéndose de golpe en el pasillo que conducía a su habitación. En hurtadillas, escuchando desde una esquina la plática que se desenvolvía entre sus hermanas, estaba Kanao. Los ojos de ambas se encontraron y la menor procedió a entrecerrar los suyos en gesto de desaprobación a lo que había oído.

—Cuidado, Shinobu. No vayas a enredarte y enredar a los demás en tus mentiras —advirtió con severidad.

—Tranquila, lo tengo todo controlado. Sé lo que hago —le recordó Shinobu sin detenerse más tiempo con ella.

Caminó hasta su cuarto y se encerró, tirando a la papelera el collar que Douma le había dado. Shinobu tomó su libreta donde hacía anotaciones y se dejó caer en su cama. Había muchas cosas que replantear con lo sucedido. Tenía que volver a tener las cosas bajo su control porque se le estaban saliendo de las manos y del primero que tenía que encargarse para que eso no sucediera era de Giyuu.

El azabache llegó a su apartamento y apenas cerró la puerta a sus espaldas dejó caer las cosas que llevaba en las manos. Su mente se dedicaba a repetir vez tras vez la escena que había contemplado esa tarde. Que estuviera pasando por ahí no era una simple casualidad.

La actitud de Shinobu era motivo de preocupación para varios y él se incluía en ese grupo. La ausencia en su clase no había pasado desapercibida y, deseando obtener respuestas, salió tras ella apenas terminaron las clases.

Al verla entrar en una cafetería estuvo a punto de retirarse. Sin embargo, por la vidriera del local se percató de que un hombre varios años mayor que ella llegaba a hacerle compañía. Algo le impidió irse. Se sentía en la obligación de cuidar de ella. Era su alumna y no podía dejarla en caso de que se encontrara en peligro. Prefería asegurarse de que estuviera bien. Aunque..., tampoco podía negar que la situación le despertaba celos. Le hacía resurgir y remover todos los sentimientos que seguía teniendo hacía ella por más que deseaba acallarlos.

Y fue ese beso lo que terminó de demolerlo, de demostrarle lo ridículo que era por seguir pretendiendo a una joven que claramente lo había rechazado y que se había conseguido otra pareja. Darse cuenta de eso lo hizo sentir un acosador y un total perdedor, incapaz de soltar a Shinobu, una chica con la que en primer lugar ni siquiera podía tener algo sin arriesgar su trabajo.

Giyuu meneó la cabeza. No quería volver a traer a flote esos sentimientos tan negativos. Sin embargo, su mente reacia a eso lo hacía volver a esa escena y lo hacía recrear al tipo con el que estaba Shinobu una vez tras otra. Recordaba haberlo visto antes, en algún otro lado. Y no se trataba de algo positivo.



N.A: ¡He vuelto! Muchas gracias por su paciencia a todos aquellos que estuvieron al pendiente de la historia.  No se preocupen, solo fue un pequeño bloqueo no pienso dejar esto inconcluso 🤭

Y bueno, con mucho sudor y sangre les traigo este capítulo, que fue difícil de redactar por toda la información y sentimientos que se manejan. Espero que les haya gustado 🙇🏻‍♀️

Antes de despedirme quiero dar un especial agradecimiento a Maarit_Viscardi por ser una lectora tan diligente y dejarme comentarios que me ayudan a seguir avanzando la trama. Sin tu ayuda no habría podido llenar el hueco en la escena de Giyuu. Muchas gracias, preciosa! ☺️💕

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