6- Bermellón

Una vez pasado el efecto estimulante de los tragos y las drogas consumidas, la mente ya lúcida de Ume no dejaba de repetir la conversación que había tenido con Douma, como una escena puesta en bucle. Y en cada reincidencia la sensación de peso que cargaban las palabras del rubio se volvía más intensa.

—En realidad no la ama... —balbuceó. Su rostro se ensombreció al momento que sus ojos sin vida se fijaban en las baldosas del suelo—. Solo la ve como un juguete.

Gyutaro, su hermano, apartó la mirada del televisor y echó un vistazo a la albina que se encontraba sentada del otro lado del sofá. Era inusual verla tan absorta en sus pensamientos, dando vueltas a un mismo asunto. Sin embargo, no había nadie que la conociera mejor que él y sabía que esa actitud no tardaría en desvanecerse.

—Déjalo que lo crea —sugirió el chico encogiéndose de hombros antes de regresar su vista hacia el programa que se emitía en el televisor—. Está de mejor humor y sirve de que te deja en paz aunque sea por unos días.

Su hermana quedó sorprendida por la indiferencia que cargaban las palabras de Gyutaro. No era así de sencillo. Con Douma, y todo lo que lo envolvía, nunca era fácil.

—¿Y qué hay de Kochou? ¿No estás preocupado por ella?

Si bien ninguno de los dos era cercano a la mediana de las hermanas Kochou, lo cierto era que Ume esperaba más interés en el tema de parte de Gyutaro, ya que él iba a la misma clase que Shinobu. Incluso esta le había llegado a dar tutorías para ayudarlo a mejorar sus notas en más de una ocasión.

—Kochou no es mi problema —admitió el joven en tono áspero. Bajó el volumen del televisor y se acercó a su hermana, tomando una de sus delicadas manos entre las suyas—. Pero tú sí lo eres y en la situación en la que te encuentras me parece que conviene más hacerle caso a Douma. No le des tantas vueltas al asunto.

La expresión que se adueñó del hermoso rostro de la joven le hizo saber a Gyutaro que sus palabras lejos de lograr tranquilizarla la habían alterado aún más. El chico se mordió el labio inferior mientras buscaba la manera de ser más asertivo.

—Sé lo que piensas —prosiguió al cabo de unos cuantos segundos en los cuales los dos quedaron en silencio—, pero Kochou estará bien, es muy inteligente. Ella no es Kotoha.

Fue la pronunciación de este último nombre el que logró que a Ume se le formara un enorme nudo en la garganta. Su hermano la conocía a la perfección y sabía el origen de sus males, aún si ella no los había pronunciado.

—Kochou no es Kotoha —repitió Ume en voz baja.

—¡Exacto! Y sabes que Douma puede llegar a ser... —Gyutaro se mostró dudativo antes de decidirse a continuar con la frase que había planteado—: no tan horrible, siempre y cuando no lo hostigues, ni te metas en sus asuntos.

La albina sacudió la cabeza, intentando despejar de su mente la profunda tristeza que la nublaba. Había algo de verdad en las palabras de su hermano. Quizás estaba siendo demasiado paranoica por la mala experiencia vivida con anterioridad. Shinobu era una chica astuta y discreta, contaba con cualidades que le serían de gran utilidad si las cosas con Douma se deformaban. La situación no pintaba tan mal como para terminar igual que Kotoha, ¿no?

Ume le dirigió una leve sonrisa a su hermano. Agradecía sus intentos por consolarla y no iba a preocuparlo de más acarreando con ella asuntos del trabajo. Se limitaría a empezar la labor asignada por Douma el mismo lunes y, con algo de suerte, saldría con las manos limpias.

“Shinobu volvió a dar otra vuelta sobre el colchón, enredando más su cuerpo entre las mantas. Por más que lo había intentando, no lograba conciliar el sueño. Cansada de permanecer ahí recostada, se levantó para tomar un poco de agua con la esperanza de que eso le ayudara a despejar su mente.

Bajaba las escaleras cuando de pronto la voz de Kanae proveniente de la sala la hizo detenerse en seco. Shinobu pensó en acercarse para preguntar a su hermana la razón de su desvelo, pero al percatarse del tono en su voz lo descartó, decidiéndose a escuchar a escondidas desde su lugar la conversación que la mayor sostenía.

—Sí, estoy consciente de la hora, no es la mejor..., pero es un asunto de suma urgencia... ¿Podría verificarlo de nuevo? —suplicaba la voz de Kanae a quien sea que estuviera del otro lado de la línea. Su voz portaba un obvio matiz de preocupación y amenazaba con cortarse en llanto en cualquier momento.

Shinobu se sintió descompuesta. Su corazón daba violentos palpitares contra su pecho y su mente empezaba a enloquecerla con las mil y un conjeturas que formulaba debido a la incertidumbre de lo que estaba sucediendo. El instante que tardó en contestar Kanae se volvió eterno para la joven de orbes violetas.

—Es que..., le prometo que yo no realice ese retiro. Tiene que haber un error, por favor... No entiende, son los ahorros de mi vida —imploró con un hilo de voz. La joven hacía un esfuerzo sobrehumano por no desmoronarse ante la mala noticia.

Tras unos minutos más en silencio la llamada pareció llegar a su fin. Kanae colgó y se dejó caer en uno de los sillones, dando rienda suelta al llanto que a duras penas había estado conteniendo. Shinobu mordió su labio al momento que decidía abandonar el lugar donde había estado escondida. No podía dejar a su hermana sola si estaba pasando por tan mal momento.

—¿Nee-san? ¿Qué sucedió?...”

Después de todo lo que le había tocado vivir, Kanae merecía ser feliz más que nadie en el mundo. Eso era lo que Shinobu creía con fervor.

Hasta hace unos meses era una hazaña que Kanae abandonara su lugar en la cama y que ingiriera las tres comidas que correspondían diariamente, pero esa tarde algo parecía haber cambiado en la mayor de las Kochou. Lucía radiante e incluso, por primera vez en mucho tiempo, había sacado su labial bermellón para aplicarlo con perfecta técnica sobre sus labios.

Ese pintalabios era tan caro como glamuroso. Kanae lo había conseguido algunos años atrás, en el lujoso suburbio de Omotesandō. Y en palabras de la joven, era un cosmético reservado únicamente para ocasiones especiales ya que ella aseguraba que “daba suerte en el amor, además de cargarla de buena fortuna”.

Shinobu no la había visto usarlo desde sus salidas con Douma. Debía ser una buena señal contemplar como Kanae superaba esa faceta de su vida y volvía al uso de ornamentos que podían acarrear memorias desfavorables. Aquello debía poner a Shinobu contenta, pero contrariamente lograba encoger su corazón.

“Portate bien. No hagas preocupar a tu hermana.”

La idea de que había algo entre Giyuu y Kanae seguía presente en ella, y el no haber recibido respuesta al mensaje que le había mandado a Tomioka aumentaba su ansiedad. Era una preocupación egoísta, lo sabía, y mentalmente Shinobu no dejaba de reprenderse por ese sentimiento indeseado, pero no podía seguir con la duda carcomiéndole tanto el corazón como la cabeza. Se irguió sobre la cama, lugar desde el cual veía a su hermana arreglarse frente al tocador, y le esbozó una sonrisa.

—Vaya, ¿a dónde vas tan guapa, Nee-san?

El tono cantarín empleado para formular su pregunta buscaba ocultar los malos sentimientos que se formaban en ella.

—Oh, nos convocaron a una reunión de maestros de último minuto. —Fue la afable respuesta que dio Kanae.

«Donde de seguro estará Tomioka», pensó Shinobu. La sonrisa que ornamentaba sus labios se tornaba inquieta contra su voluntad, no podía controlarlo.

—Es inusual que los llamen en un fin de semana —comentó con un deje de duda la de mechones violetas.

—¡Lo mismo pensé! Pero parece ser que es algo relacionado con el festival cultural. Seguro es porque se necesitan pulir los últimos detalles —explicó su hermana mayor con alegría.

Parecía que a ella estaba lejos de molestarle esa junta de imprevisto, todo lo que estaba relacionado con el festival  le hacía mucha ilusión. Kanae terminó de colocarse en su cabellera azabache los prendedores en forma de mariposa y le sonrió satisfecha a su reflejo.

—¡Estoy lista! —avisó levantándose de su sitio y tomando su bolso—. Bueno, ya debo irme. No sé a qué hora voy a desocuparme, pero sobró comida de ayer. Si les da hambre solo deben calentarla.

Shinobu asintió y la despidió haciendo un alegre ademán con la mano. Tan pronto Kanae abandonó la habitación, la joven de orbes violetas se dejó caer en la cama nuevamente, soltando un largo suspiro.

Injusta, egoísta... Eran algunas de las palabras que a Shinobu se le ocurrían para describir la naturaleza de los sentimientos que la invadían. Tenía que deshacerse de ellos a cómo diera lugar. Kanae era feliz y eso debía ser lo único importante. Además, hasta el momento todo se basaba en suposiciones suyas basadas en hechos ambiguos y, aunque resultara haber algo entre su hermana y el maestro de gimnasia, no poseía el derecho para reclamar algo. Ella misma había dejado las cosas con Giyuu con tal de ir tras Douma sin obstáculos.

Tan pronto como la imagen del rubio llegó a la cabeza de Shinobu, su entrecejo se frunció y sus puños se apretaron con violencia a ante la rabia que llegaba a invadirla. El origen de todas las situaciones desagradables que estaba viviendo era él. Todo era culpa de Douma. Y precisamente por eso no podía darse el lujo de preocuparse por otras cosas. Debía mantener su atención y energías en el plan que tenía en mente para poder completarlo exitosamente.

«Solo las personas inmaduras no son capaces de controlar sus emociones», resolucionó en su mente y con ese pensamiento inhaló profundo, se acercó al tocador de su hermana luciendo una encantadora sonrisa. Tomó el labial bermellón para colocarlo en sus labios. Ella también tenía un compromiso esa tarde y quería verse presentable.

N.A: ¡Hola, estoy de vuelta! ヽ(;▽;)ノ

Solo quería agradecerles por haberme esperado con la paciencia de unos ángeles. El capítulo pasado tuvo muy buena recepción y eso me dió muchos ánimos, tienen todo mi aprecio y agradecimiento chicos 。:゚(。ノω\。)゚・。

También quiero agradecer y mandar mucho amor a Inarille  que hizo este preciosísimo dibujo:

¡¡BuAaaaaAAa, LO AMÉ DEMASIADO!! En verdad mil gracias, nena, sigo sin palabras de lo bellísimo que te quedó. Eres talento puro 🥺🤧💖💖💗❤️💕

Les súper recomiendo que se pasen por su perfil. Tiene un libro dedicado a sus preciosos dibujos y todos son maravillosos, además de que también es una increíble escritora QwQ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top