Capítulo 5.- Pánico

"Pánico es un ser vil que ama a los desesperados. Nace en momentos tensos y se asoma en lugares inesperados. Presiona tu garganta, acelera tu corazón. Ama creerse la muerte, pero no es más que un temor disfrazado"

—Señorita me disculpara pero podría esperar afuera —Haydee mordiéndose los labios asiente, se levanta y con la cabeza totalmente gacha se voltea para salir ahí de inmediato "!Corre Haydee! Podemos lograrlo"

—¡Tú! —exclama Ian interponiéndose en nuestra salida. Sonríe pero frunce el ceño, es obvio que está atónito. Haydee respirando hondo, buscando las fuerzas levanta su mirada altiva —¿Qué haces aquí?

—Por suerte no tengo que darle explicaciones señor McKengsly, con su permiso —de forma educada se abre paso. Eso vámonos de aquí, aunque debo revirar un poco porque McKengsly es casi como un dios griego, o será que la ausencia de ver hombres lindos estos días hace que lo vea más buenote de lo normal. Como sea un poco de colirio para mí. Pero ¡¿qué es esto?! McKengsly sostiene del brazo a Haydee hasta con un poco de rabia. ¡Suéltala desgraciado! Sé que Haydee se ha quedado de una pieza.

—¿Qué haces aquí? —vuelve a preguntar pero ahora con imposición.

—Sé que te mueres por tocarme, pero te estás extralimitando —jala su brazo para volver a obtener su libertad.

            Ahora sí nada nos detiene y salimos. Haydee da la vuelta en el pasillo, solo cuando sabe que ya nadie puede verla se sienta con todo su peso en aquel sofá de color asqueroso. No nota que en frente una chica bastante joven y rubia la observa sonriendo amigable.

—Oh disculpa —Haydee quita su cara de preocupación para sonreír.

—No te preocupes el señor McKengsly tiene ese efecto en todas. Yo ya me medio acostumbré, aun así siempre tengo esa risa tonta cuando lo veo.

—No estoy así por lo que piensas —alarmada se levanta acercándose al escritorio de la chica —¿él viene mucho acá?

—Sí. Todas las dos cuadras le pertenecen, se podría decir que es el dueño de todos los locales de por aquí. Yo no entiendo de esas cosas, pero él les ha dado préstamos a todos o algo así.

—Entiendo... ¡Maldito desgraciado! —pensó para sí misma pero al igual que yo lo dijo sin querer en voz alta, la chica no hizo más que reír —Disculpa es que ese señor y yo no tenemos una linda historia.

—¿Tú y él han salido?

—¡No! No, claro que no. Dios me libre. Es otra cosa.

Desde aquella recepción se pudo escuchar la puerta de la oficina abriéndose, así que Haydee sin pedir permiso se escondió detrás de aquel escritorio, no quería volver a topárselo.

McKengsly con toda su elegancia salió mirando a todos lados, tal vez le sorprendió no ver a Haydee esperando a fuera. Mira a la recepcionista solo levemente y ella se deshace en sonrisas y en un "pase buen día Licenciado McKengsly". Otro que no tarda en llegar es aquel señor que nos entrevistó.

—¿La señorita Ramírez se fue? —pregunta.

—¡Aquí estoy! —esa seguramente no es la mejor entrada para nadie. Pero Haydee con presura sale de su escondite dejando atónito a aquel señor —Usted dirá —arregla su saco y lo mira como si nada extraño hubiera pasado. Como dicen "Todo es cuestión de aptitud".

—Señorita me habría encantado mucho tenerla con nosotros, pero me temo que no puedo contratarla. No sé cuáles hayan sido las diferencias con el joven McKengsly pero le debemos nuestra existencia a él. Mil disculpas.

—No se preocupe —sonríe como si habría deseado no ser contratada —en cuanto lo vi entrar lo imaginé. Disculpe haberle hecho perder su tiempo. Adiós. 

Estrecha su mano, le sonríe a la chica y sale con aquel seguro caminar. Honestamente no sé cómo puede mantener el equilibrio con aquellos enormes tacones, más de una vez he pensado que sus piernas no vivirán para contarlo. Además que le han hecho pasar cada pena, cada caída desastrosa y ahí sigue usándolos. Como sea los seres humanos son tan masoquistas y vanos. Mi pobre Haydee no se salva de la podrida vanidad.

¡Oh No! ¡En serio! Este hombre necesita una maldita vida. Aunque que bien se ve nuestro auto con él recostado en una de las puertas ¡qué cosas piensas! ¡Reacciona! Imagínatelo pintado de verde, hum aun así se ve lindo. Ya ¡me rindo! Me iré a un club desnudista, me hace falta ver ¡HOMBRES!

Haydee no disimula su desagrado, su expresión es parecida a la de Jennifer Lawrence en la película En Llamas, saben esa mueca rara que pone en el ascensor. No sé si Haydee ha visto mucho esa peli estos últimos días pero la imita a la perfección.

—No sabía que el gran Ian McKengsly tenía fichado mi auto ¿Me has estado vigilando?

—Es el único Mercedes del estacionamiento, tenía que ser tuyo. ¿Una secretaria con un Mercedes iba a trabajar de administradora en un supermercado?

—Quería expandir mis conocimientos. La bolsa de valores tiene la magia de envejecer, así que necesito algo más tranquilo.

—¿Por eso es que te ves tan desmejorada? —Haydee solo sonríe "ríe, ríe, suprime tu ira"

—Este es tu secreto —con su dedo señalaba todos los edificios frente y detrás de ellos —absorbes el dinero de estas pobres personas, de estos humildes empleados y así tienes más para derrochar en la bolsa. Me das asco. 

—¿Qué harás ahora Haydee?

—No puedes ser dueño de cada local en Chicago —aquella sonrisa de McKengsly le indica que sí lo es —¡Malditos monopolistas! —Escupe —Este mundo está así por personas como ustedes.

—¿Acaso no fue tu objetivo convertir a Maxwell en el mayor monopolista del mundo desde Rockefeller? Casi lo conseguiste con el trato de Jo Yung.

—¿Cómo te quedaste con Jo Yung?

—No te lo diré, solo que tu antiguo jefe es un imbécil. Te veo tan desesperada que te haré un favor.

—Qué, dejarás que alguno de tus esclavos me de trabajo de limpieza —toma las llaves y la inserta en la puerta.

—No. El trabajo es para ser mi asistente —¡Que! Grito. La cara de Haydee es un poema, aunque de inmediato comienza a reír como desquiciada.

—Eres un gran bromista McKengsly, no conocía esa faceta tuya. Sí claro, tú ibas a ofrecerme ser tu asistente y mucho más yo iba a aceptar.

—Lo hago por una razón específica que no te contaré, y no tienes nada Haydee ¿Qué más podrías hacer?

—Abriré mi propia empresa —abre con fuerza la puerta y lanza su cartera dentro —tengo ahorros, no me verás en la bolsa, pero tendré algo que es mío ¿acaso no es eso lo que todo el mundo quiere? Gracias por tu oferta, pero No. No pienso ser tu payaso personal, porque para nada bueno me querrás a tu lado.

—Deberías pensarlo. Solo por esta semana la oferta estará en pie —le da un golpecito al capo y se va.

Haydee está como ida dentro del auto. No puede creer que aquello haya pasado, las dos estamos en Shock. "Ian ofreciéndote ser su asistente. Qué sucede en el mundo" Arranca lo antes posible y en el camino llama a Mónica para contarle todo. Hayde, Haydee no sabes que no se debe hablar por teléfono mientras se conduce. Pero las personas hasta que casi se medio matan no entran en razón. 

La conversación va de "¿aceptarás?"  "claro que no" y ahora que las escucho hablar me doy cuenta que ninguno de mis compañeros de trabajo se encuentran cerca. ¡Qué extraño! El mendigo de Destino no ha abierto su boca. Creo que todos se confabulan en mi contra y eso nunca es bueno.

Después de un almuerzo con Mónica. Haydee decide que definitivamente invertirá su dinero. Pasa toda la tarde y noche planeando que hará. Busca grandes locales a la venta y es que odia alquilar, las cosas que se alquilan pronto te las pueden quitar, así que ella prefiere ser dueña absoluta de sus cosas. Ve un lugar bastante decente y céntrico, lo mejor de ese lugar es que está segura que McKengsly nada tiene que ver con él.

Al día siguiente nos vamos a trotar y al parecer está alegre. Compra un café y paga con su tarjeta de crédito. Nos encontramos con Galilea una antigua ami enemiga y en frente de ella le dicen que su tarjeta ha sido rechazada. Vuelven a probarla y nada, le da otra y nada. Da su tarjeta de Débito en donde sabe que sí tiene dinero y el resultado es el mismo. La chica del café nos ve muy mal y Galilea de una forma nada disimulada se va como si Haydee apestara. Un hombre mayor sonriendo paga el café y creo que espera algún pago, pero nosotras solo nos vamos corriendo de ahí.

"!Qué demonios ocurre! —grita llegando a su departamento. Abre su laptop y la página de su banco se abre de inmediato. Cantidad de dinero en su cuenta 000000 —¡Qué!"

Grita, se toma el corazón que de pronto siente le comienza a doler. Desesperada comienza a teclear más y más cosas. Y ahora sí escucho la risa estruendosa de Destino.

"Me robaron, me robaron. Esto es solo un mal sueño, un error en el banco —respira con dificultad, tengo miedo de que en cualquier momento le dé algo —tu dinero está ahí, no pudieron robar todas tus cuentas, ni usar todo el dinero de tus tarjetas. Tranquila, todo estará bien"

Sin importarle que esté sudada, que una mala coleta sujeta sus cabellos y que no carga ni una pizca de maquillaje, toma sus llaves, su cartera y a toda velocidad llega al banco. No sé cómo no la han detenido por exceso de velocidad, pero sin duda alguna la multaran por haberse estacionado en donde no debía. 

La histeria que desata contra aquella mujer del banco es tal que llaman a seguridad. A batuqueado la computadora, incluso la ha lanzado al suelo. Ha perdido el control. Ahora mismo parece una gran fiera, no la reconozco, ésta no es mi inteligente Haydee.

Con la vista perdida comienza a caminar hacia la salida con aquellos vigilantes escoltándola, camina como a ciegas, sin quitar la mano de su pecho, siente que el aire se le va. Una cara conocida llega a sujetarla, le pregunta que le pasa, pero ella no puede decir nada y de pronto se desvanece.

"Ya ves lo que le hiciste a tu protegida. A veces es bueno que todos nosotros solo dejemos que ellos lleven su vida"

Me dicen y ahora todos esos traidores están reunidos detrás de mí, como si ver a Haydee así fuera gracioso. Ella no puede morir, no por una tontería así ¿verdad?

            Haydee no demora en despertar, aunque su cuerpo tiembla y se siente perdida, lo sé porque observa todo como si perteneciera a otro planeta.

—¡Ya déjenla en paz! No está dentro del banco ¿pueden irse? —yo me ¡Derrito!!!! Creo que a los muppets aquí detrás de mí no les gusta que esté tan feliz, pero mi Haydee solo fue invadida por pánico y ahora está este mega hombre, nuestro gran amor platónico rescatándonos. Aunque bien sé que él no es para Haydee. Ella medio abre los ojos, escucha esa voz y los abre más.

—¡James Cooper! —grita y de inmediato intenta ponerse de pie.

—Espera te desmayaste, te vías muy mal y aún estas temblando —señalaba sus temblorosas manos —por cierto ¿me conoces? —pone esa carita de "no entiendo nada" y de nuevo me estoy babeando. Haydee también literalmente lo está haciendo, y es que como boba lo ve con la boca medio abierta. Por Favor niña reacciona mira que te ves desastrosa —tu cara me parece conocida, pero no recuerdo de dónde.

—Ah... es que —se mira  de reojo en aquella pared de vidrio y solo hasta entonces se da cuenta de su estado deplorable —te he visto en las noticias —rápidamente pasa sus manos por sus cabellos y es que en la caída la coleta se le soltó un poco y ahora tiene cabellos salidos por todos lados —soy gran fans de la bolsa de valores, no tengo dinero para invertir —sonríe nerviosa y de lo rápido que habla se está quedando azul —pero aún así soy fans de todos ustedes.

—Tal vez te vi en una de mis charlas en la universidad.

—Sí, no me pierdo ninguna charla. Gracias por ayudarme me tengo que ir.

—¿Seguro estás bien?

—Lo estoy, gracias. Adiós y continua así no te va mal.

Sonríe y literalmente corre para perderse de ahí. "Esto no puede pasarme. No tengo dinero, me da ese ataque, por fin James Cooper me habla bien y yo estoy hecha un desastre —está gritando por la calle, hablando consigo misma y todos a su alrededor piensan que está loca. Estoy que le doy una patadita para que deje el drama —Y... —da la vuelta donde se supone está su auto, pero la calle está tan solitaria que podría pasar una bola de paja por ahí —¡Ahhhhh! —grita tan fuerte, tiene sus puños presionados y les digo que los oídos se me han tapado, aunque qué digo yo no tengo oídos ja, ja. Pero por algo oigo. Ustedes los humanos con sus términos vinieron a confundirme. Volviendo a Haydee ahí está al otro lado de la calle gritando cual película de terror —¡Ya basta! ¡No lo soporto! ¿Qué hice? ¿he? ¿Qué hice para que me esté pasando esto? —Ja, ja Histeria me da mucha risa tu comentario. Continúen riendo, yo no seré miss simpatía, pero ustedes no serán los mejores trabajadores del mes. Haydee no está así por mi culpa, sino por su intolerancia"

 —y ¿usted que ve? —le grita a aquel mendigo al otro lado de la calle que no deja de mirarla.

—Pisaste pupú —señala el suelo y comienza a reír, con aquella risa peculiar.

Haydee opta por no ver, respirando hondo se da la vuelta y se va. Llama a Mónica quien de inmediato llega a aquella plaza en donde Haydee está sentada totalmente vencida. Más de una vez el llanto a querido salir, pero siempre se hecha aire, respira y se contiene. Aunque ahora que Mónica llegue quizás no se aguante.

—Como lo ves es un desastre —dice ya entra lágrimas —me han quitado todo, todo. Hasta el departamento me lo quitarán. ¿Cómo se le ocurre al maldito de Gregory denunciarme ahora? Han pasado 3 años de eso.

—Volverás a recuperar todo cuando en el juicio se demuestre que eres inocente, será hasta  mejor porque tú nunca robaste nada. Es solo una soga en el cuello para Arthur Singht, él es el ladrón.

—No tengo dinero para un abogado, mis cosas están embargadas. Mi vida está acabada, porque no puedo defenderme, no puedo, no contra una mega empresa, con todos sus millones y legado. Iré presa, iré presa —de nuevo el pánico se está apoderando de su cuerpo.

—No irás presa Haydee. Tranquila, respira, respira. Sabes que es lo peor de todo.

—¿Tú puedes sacar una sola cosa? Porque todo aquí es horrible.

—Justo la semana pasada Gregory Singht estaba en Mongomeri hablando con... Andrew

—¡No!... él instó a Gregory para demandarme —tan solo pensarlo era doloroso —pero... yo no le he hecho nada a Andrew ¿por qué me odia?

—Yo creo que París te odia y Andrew está pasando por una etapa de... la bruja me hechizó. Véngate de él Haydee.  

—Más o menos ¿cómo? Voy con un cuchillo y lo mato —está completamente amargada, su buen humor se ha esfumado. Eso es lo que hacen las desgracias, borran cualquier cosa buena de las personas.

—McKengsly te ofreció trabajo.

—Y ahora que estoy demandada por robo de nuevo me va a querer en su empresa. Me va incluso a hacer una fiesta. Y un buenísimo aumento —ironía y sarcasmo váyanse de ella porque Mónica está por dejarla sola.

—¿Acaso no tienes toda esa información de corporación Maxwell? Lo de tu demanda no se sabrá hasta que te llegue la citación, ahora lo sabes por el embargo, pero podría esconderse esa información al menos por dos días. Tengo unos contactos que nos ayudarán en eso. Ve a donde McKengsly ofrécele acabar con Maxwell, dale unas pruebas de que tienes el poder, oblígalo a que te firme un contrato por al menos unos dos años. Ya con un contrato no importará que estés demandada, no podrá deshacerse de ti. Estando con McKengsly podrás derrotar a Maxwell e incluso al mismo McKengsly, eres más lista que todos ellos, siempre te han tratado de ladrona, pues es hora de sacar las garras. En éste mundo hay más trampas que ratones, así que empieza a ser ruda.

—¿Por qué quieres que acabe con Maxwell? —todo el plan de Mónica era perfecto, pero tal vez demasiado para haber sido planeado por ella ¿no les parece? —es que si acabo con él tú te quedarías sin empleo.

—No me importa. Me voy a casar —la sonrisa en su rostro era algo de otro mundo, destellaba alegría eso era notorio.

—¡Qué! —feliz la abrazaba — ¿por qué no me habías dicho?

—Bueno es que tú has tenido todos tus problemas y no quería llegar yo con mi felicidad. La verdad es que estoy embarazada, fueron semanas de estrés, pero cuando lo confirmé y le conté a Gabo me dijo que no podía estar más feliz. Así que nos casaremos, su trabajo es muy bueno y me iré a Houston con él.

—¡Vaya! ¿Dejarás tu trabajo para cuidar niños? ¿Podrás solo ser un ama de casa?

—Haydee yo no soy tú. No me gradué de una importante universidad, no tengo esas ganas de competir, soy solo una secretaria con mucha suerte. Conseguí un buen empleo, en una noche loca conocí un estupendo hombre. Seré de esas mujeres que bien ejercitadas cuidan a sus niños y son las Bitches de las escuelas. Y tú derrotarás a Maxwell. Me tienes que contar como es trabajar con McKengsly.

—Honestamente no creo que quiera contratarme. ¿Por qué me está pasando esto? En otra vida fui una maldita bruja o qué.

—Solo recuerda que otros están peores.

"!Otros están peores! Pero si yo estoy en la indigencia, aquel mendigo que hoy se burló de mí tiene más dinero, pero mañana te comerás tu orgullo, irás a donde McKengsly, le rogarás que te de trabajo. Vivirás con Christina y pasarás tus días en vela esperando que te refundan en la cárcel porque no veo como pueda pagar un abogado"

Habla con el espejo y de nuevo tiene esa mirada diabólica. El apartamento está vuelto un desastre, comenzó a empacar y como tiene cosas la condenada. Incluso ahora me siento mal, creo que después de todo sí tuve la culpa, por suerte ella no lo sabe. Pero no te rías Ti, eres horrible, hasta de la desgracia de tu persona favorita del mundo te burlas. Pero la perfección es aburrida, fue bueno este pequeño gran cambio.  

Ustedes, ustedes, vengan más acá, shuu, sin hacer mucho ruido, vengan. No estoy feliz y no me gusta el cambio, disculpen que hable tan bajo pero odio que mis enemigos me vean afligida, es mejor que piensen que disfruto de lo que han hecho, pero no crean que soy tan vil. Ahora volviendo... Oh Destino deberías hacer otra de tus jugadas, me estás comenzando a caer bien, eres tan perverso como yo.

—Esto es una gran sorpresa señorita Ramírez —Ian incluso derramó un poco de su café cuando al entrar a su piso la vio sentada en la recepción. Sé que Haydee quiere lanzarle una cachetada y mandar todo al demonio, pero quizás se diga así misma "aguanta, comete tu orgullo, el que ríe de último ríe mejor".

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Les dejo capi largo porque no los volveré a ver hasta la semana que viene y es que me tomaré el fin de semana para terminar de escribir mi relato de fantasía. Espero que les guste y si me pueden dejar un comentario sería más que genial. Mil gracias por leer. Besotes y abrazos.

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