Capítulo 20.- Competencia
Resumen:
Haydee al enterarse de un plan para acabar con McKengsly, decide decirle. Pero la única oportunidad que tiene McKegsly para no quedarse en la ruina es obtener la cuenta del Jeque Fushkaj. Él es un hombre de perversas diversiones. Y ahora Haydee está en la India, en el palacio de aquel millonario hombre, fingiendo ser la esclava sexual de McKengsly. Pero nada resulta tan fácil con la presencia de Andrew (su ex jefe y amigo) Paris, Robert y Fiji.
Les dejo este pequeño resumen debido a la gran demora en actualizar En Horario Laboral, para que entren un poco en contexto.
Capítulo 20.- La competencia
"Para ella ganar lo es todo. Para ella no hay decoro. No importan los medios, sino el fin, y el fin siempre debe ser bueno. Ella es la mejor cualidad de cualquiera que quiera ser importante. Ella sola hace a los magnates. Ella es solitaria y se vanagloria de su gran lista de enemigos. Ella es vanidosa, obstinada e inconforme. Ella es la gloria y la perdición. Ella es LA COMPETENCIA".
Haydee durmió cual bebé, aunque esa frase es muy absurda y es que ¿acaso no saben que los bebés son los seres con más mal dormir en el mundo? No tienen horario fijo, y aman la noche para hacer trasnochar a sus madres. Así que mejor diré que Haydee durmió como persona anestesiada. Yo también habría dormido así de tener a semejante hombre entre mis brazos.
Ya creo que por fin se despertará. Está moviéndose un poco y quejándose mucho, está hundiendo más sus manos en él y sonriente comienza a abrir los ojos. Te vas a llevar una sorpresa querida. Creo que le parece raro lo que ve, y es que está parpadeando de más, como intentando aclararse la vista. Sigue perdida y es que enfoca más, se levanta un poco y ¡susto!
—¡Oh por Dios! —grita y se incorpora. McKengsly todo despelucado se despierta —. Yo... yo...
—¡Por fin te despertaste! —gruñe restregándose los ojos.
—¿Por qué no me empujaste cuando te abracé? —Haydee está más lejos tapándose con la cobija y se ve realmente apenada.
—Parecías poseída. Fue algo muy raro ¡eres muy extraña! Estaba durmiendo y de pronto como en esas películas de terror, te levantaste, arrojaste las almohadas por toda la habitación ¡Mira, allá está una! —señala hacia el lado opuesto de la habitación y en efecto está una gran almohada junto con otras más desparramadas de aquí para allá. Y es que lo de ayer fue de locos. Esa es la forma de llamar la atención —. Te dije que dejaras el juego, que no iba a asustarme, pero ni siquiera abrías los ojos. De un salto te lanzaste sobre mí y pasaste tus manos alrededor de mi pecho. Te dije que me dejaras, pero no contestabas, entonces entendí que estabas sonámbula o algo parecido. A mi hermana le pasaban esas cosas y no se nos permitía despertarla, así que no te dije más nada. Pensé que en algún punto te despertarías, pero tuve que lidiar con tu cuerpo encima de mí por el resto de la noche. Hasta me duele el cuello —Haydee parece consternada y es que hasta que yo recuerde, nunca nos había pasado algo como eso —. Pobre Eric, ahora lo compadezco.
—Nunca había hecho algo así. Yo nunca fui sonámbula.
—Tal vez y tu subconsciente tenía la necesidad de abrazar a alguien. Tal vez tu necesidad de un hombre sea demasiada ¿Hace cuánto no tienes sexo?
—¡Imbécil! Aunque bueno, eso fue... Antes de que Andrew me botara. Pero ni te rías, porque tú debes llevar más tiempo sin hacerlo que yo.
—Fue hace solo cuatro días.
—¡Cuatro días! ¿Con quién?
—Eso no te importa —esto tengo que averiguarlo. Mi McKengsly usó su anaconda, y quiero saber con cual maldita lo hizo —. Ahora intenta arreglarte un poco, necesitamos ganar a lo que sea que hagamos hoy, y por favor ¡cepíllate los dientes!
—¡Ah! A..a..bue..tu... —está ahí tartamudeando ¡di algo! —¡Todo ser humano se despierta con mal aliento! —grita pero McKengsly le contesta lanzando la puerta del baño.
Las rabietas son típicas de Haydee, pero que ya se controle. Histeria salte de ella, te dije que ¡te salgas de ella! Y aquí nadie obedece. Desde la última junta todos están muy callados y eso que yo debería ser la molesta. Me encuentro dando los buenos días, intentando ser amable, pero está bien, aplíquenme la ley del hielo. Yo sin ustedes soy feliz, o bueno a ese imbécil no lo quiero tocar, yo sin ustedes soy... soy... es una maldita estupidez que todos dependamos de todos, en fin, continuemos.
—¡McKengsly! ¡¿Qué uso?! ¿Qué me pongo? —grita desde el baño, esta obstinada y toda la ropa yace tirada en el suelo.
—¿Acaso soy estilista? Yo que sé ¡muévete que se va a hacer tarde! —grita desde su cómodo asiento en el sillón en donde no para de ver su celular.
—¡Pedazo de animal! ¡Ayúdame! —Con su cabello agarrado completamente con un gancho y un paño bastante pequeño que la envuelve completa, sale. Creo que a McKengsly le parece raro verla semi desnuda, aunque no hay mucho diferencia entre la pijama de ayer y esta toalla, pero se ve que no se siente cómodo —. Pensaba que verme sexy era lo mejor, así pensarían que tu "tonta" es linda y te ganarías puntos, por tener tan buen gusto y bueno yo me sentiría halagada —sonríe como tonta —, pero ¿Qué tal que le llegue a gustar a Fuskaj? Digo ¿qué pasaría si quiere, tú sabes... ñaca, ñaca, conmigo? Entonces mejor sería verme fea. Que París y Fiji lidien con eso. Pero entonces tú perderías, y... ves que es crucial.
—Diría que eres imbécil, pero esta vez tienes razón —Haydee asiente, y él solo pasea por la habitación —. Me hiciste gastar una fortuna en esos dichosos vestidos de aquí, no son sexys, créeme, no son reveladores, y no se ven muy bien en ti ¡usa uno de esos!
—Ayer dijiste que me veía linda.
—Solo lo dije para mantenerte contenta mientras transcurría la cena. Ahora ponte una cosa de esas y ¡vámonos!
—Entonces ¿optamos porque me vea fea y poco deseable? Yo no admitiré eso, no quiero que París y Fiji me ganen.
—¿Qué quieres? —pregunta exasperado —. París y Fiji son un rato largo más bonitas que tú, así que con eso ni porque hagas milagro, Haydee.
—¡Agh! Te demostraré que soy mejor, y Fuskaj te pagará millones para acostarse conmigo, ya verás —corre de vuelta al baño y comienza a lanzar ropa de nuevo.
—¡Haydee, no seas tonta!
—Ve bajando, di que me ordenaste a bajar luego, o que... no sé... Me hiciste algo perverso, que me amarraste y debo desamarrarme sola, tú invéntate algo, eres bueno siendo un cerdo.
McKengsly no protesta más y se va. Sé que mi devoción es completa para Haydee y me prometí ver lo que solo ella puede ver, pero... no voy a perderme el encuentro de Andrew, Roberth y McKengsly.
—McKengsly cuando esto acabe recuérdame partirte la cara —gruñe Andrew pasándole por un lado. Es cómico porque ambos han decidido vestirse exactamente igual. Pareciera que están uniformados. Tienen camisas ligeras blancas y pantalones medio elegantes, medio deportivos, grises.
—No entiendo por qué, pero lo haré —sonríe—. ¿Ya Paris te dijo que se acostaba conmigo cuando era tu novia? Si es así, lo entiendo.
La muñeca de París llega vestida casi como la bella genio, se acuerdan de esa serie. ¿Acaso no sabe que no estamos en algún país árabe? Aunque es mentira que una mujer de un país árabe se pueda vestir como La Bella Genio. Incluso en la India las cosas para las mujeres están mejorando, pero... igual me obstina esa Barbie de pacotilla. Siempre debe lucir tan perfecta. Me aburre su belleza, pobre mi Haydee, sé que perderá.
París los ve a los dos y quitó su cara de prepotente a la de un conejo asustado. Esboza un "buenos días" y comienza a adelantarse al comedor.
—Me contó todo McKengsly, por suerte eso es parte del pasado. Pero yo me preguntaría ¿qué tan sincera es la lealtad de Haydee? Por las mismas razones que está contigo, te dejará, eso te lo aseguro —termina de susurrarle y divertido se aleja.
Andrew está pasando a caerme gordo. Quiere sembrar en McKengsly la semilla de la duda. ¡Por el amor del jefe! ¡Duda! ¡Duda! ¡Quédate en tu lugar!!!! ¡Agh! Esa idiota ya se fue a meter allá.
Roberth y Fiji hacen acto de aparición, ninguno de los dos se ve contento y Fiji tiene los ojos hinchados, tal vez lloró en la noche. Fiji está más decente que París, pero aun así la condenada es linda. Viste de verde y unas cadenas finitas adornan la crineja de su cabello. Roberth casi está vestido como el señor Fuskaj, hay alguien que quiere ganar de todas, todas. Nunca pensé que traicionara así a su mejor amigo. Pero bueno... McKengsly es conocido por traicionar a todos sus amigos. Roberth pasa al lado de McKengsly, y ¿por qué se devuelve?
—¡Ian! Espero que hoy podamos hacer el intercambio —McKengsly frunce el ceño, pareciera que no entiende —. Tú sabes, Haydee por Fiji.
—¿A qué juegas?
—A nada, sé... —se calla y solo sonríe —. Tú sabes lo que sé, pero ésta noche tu secretaria será mía, así el juego será justo.
—No te atrevas...
—No tienes con que amenazarme Ian, si tú eres un... mejor no digo la palabra, diré por educación, imbécil, yo lo seré más. Al parecer esa es la única forma de ganar en tu mundo.
***
—Que bien que ya están todos en la mesa —el señor Fuskaj no puede ser más colorido. Aunque en este palacio hay sirvientes como hormigas. Me impresiona tanto esplendor —. ¿Y su acompañante señor McKengsly?
—La dejé limpiándome el calzado, ayer no le dio tiempo, ya bajará pronto —Andrew voltea los ojos, pero a Fuskaj parece divertirle todo.
—Excelente. Comencemos a comer señores.
Este desayuno es una guerra de parte y parte. Se están sacando los trapos más sucios, y lo peor es que Roberth conoce todos los trapos hediondos de su ex mejor amigo, Ian McKengsly.
¡Oh! Mi Haydee ya está lista ¿Por qué la tonta esa está ahí parada en las escaleras? Mijita ya comenzaron a comer sin ti. Oh, ya entiendo, por las expresiones de Haydee puedo descifrar lo que está pensando.
"¡Cómo demonios entro! Hablar o no hablar ¡Agh!"
Conciencia dice que hice la traducción correcta.
"¿Qué haría Anastacia Steel?"
No creo que hacer referencia a ese soso personaje sea lo correcto, tampoco que Haydee haya copiado su comportamiento, pues está caminando con la cabeza gacha, se dirige en silencio hacia McKengsly, todos la ven y apretando bien los ojos está... ¡No! ¿En serio lo hará? ¡Lo hizo! Uno de los sueños de McKengsly se hizo realidad el día de hoy. Haydee está arrodillada a su lado.
Yo estoy a igual que Andrew, con la boca abierta.
—Puedes sentarte a mi lado. Ya te castigué por lo de ayer.
Haydee asiente aunque puedo ver el humito salir de su cabeza. Toma asiento ante la mirada estupefacta de todos y con disimulo pellizca la pierna de McKengsly con todas sus fuerzas.
¡Ay, Haydee! Nos veo mal, mira como nos ve Fuskaj. Si ese hombre antes pensaba con el pene ahora su cabeza grande se desintegró por completo. Mira a Haydee con lasciva, casi que puedo ver como se le cae la baba. ¡Ay, Haydee! Esta noche ¡Nos violaran! Y esa clase de puercos no se esperan a la noche ¡No!!!!
Pasa el desayuno y yo estoy comiéndome las uñas. Esa tonta de Haydee no sabe lo que le espera, yo ya lo vi todo. Esto nos traumará de por vida, ese hombre es feo, ese hombre es cochino, ese hombre solo piensa con el pene y de paso lo tiene chiquito. Me hiperventilo, me desmayo, me hiperventilo... Ok, no se aglomeren a ayudarme ¡Malagradecidos! ¡Sucios! Que yo recuerde más de una vez los he ayudado. No, no digas nada Destino ¡Que te calles! Si pudiera arrancarte la lengua y metértela por el trasero lo habría hecho hace tiempo. Sí, sí, no tenemos lengua, ni trasero, era en sentido figurado ¡Hay que decirte todo con santo y seña!
Sí, sé que a ustedes les importa un pepino estas discusiones inmateriales, pero se las calan. Y... ¿Ahora qué pasa?
—El ganador pasa la noche con su acompañante señor McKengsly.
¡Qué!!!!! Haydee y yo estamos como ciervos alumbrados. Que alguien me explique cómo la conversación dio un giro tan radical.
—¿Por qué mi acompañante es el premio y no las de Andrew y Roberth? —Así es McKengsly, pide explicaciones, no te dejes, pelea, pelea.
—No podríamos darle tal trato a la señorita Van der Price. Ella es la heredera de diamantes Van der Price, además la prometida del joven Maxwell. La señorita Fiji es igual de distinguida y la prometida del joven Jona. En cambio usted McKengsly sí no se ha dejado atrapar. Sabe muy bien distinguir el placer de la responsabilidad.
En pocas palabras "Usted sí tiene a una zorra" ¡Ay! Deténganme que mato a ese tipo. Muerte, haz lo tuyo. Muerte ¡Muerte! ¿Hasta tú vas a darme la espalda? Es que lo digo en este mundo no hay lealtad, que amigos ni que amigos.
—¿Qué jugaremos? —pregunta McKengsly sin muchos ánimos.
—Golf.
Pues claro esa mole que va a poder participar en algo que requiera esfuerzo físico.
—Si me disculpan buscaré una ropa más adecuada.
Fuskaj lo aprueba y el mismo va en búsqueda de su ropa. Haydee sigue a Ian desde atrás sin quitar esa cara de desespero, hasta que entramos a la habitación. Nos damos el tiempo de cerrar la puerta. Ian ya está en el armario escogiendo la ropa. Haydee toma el libro que estuvo leyendo en la noche y con toda la fuerza lo lanza hacia Ian. ¡Yes! Justo en la cabezota.
—¡Haydee!
—No me acostaré con Fuskaj ni con Roberth.
—¡Ah! ¿Con Andrew sí?
—Con tal de ver retorcerse a Paris, hasta lo haría. Pero no, no soy una zorra. No seguiré con esto Ian.
—Claro que lo harás, porque te pagaré mucho dinero y a parte no tienes dónde caerte muerta. No tienes ni como regresar a Chicago, así que más te vale comportarte.
—¡No! No lo haré —dice desafiante aunque sus ánimos comienzan a bajar— Mira Ian, gana, debes ganar, prométeme que te esforzarás.
—Créeme no quiero perder. Y no por ti, sino por orgullo. Pero si me has investigado que se bien que sí, sabrás que yo no juego golf. +
—¡Agh! ¿Cómo pude olvidarlo? Eres requeté malo, malo, muy malo ¡Estoy perdida!
Haydee blanca como un papel toma asiento en la cama.
—Andrew es muy bueno, y tu amigo Robert Jona también, él incluso representó a la universidad, me acuerdo de eso, pero... ¿Qué tan bueno será Fuskaj? ¡No! No importa quien gane, yo no soy una zorra. McKensgly yo no puedo.
—Podrás y ya deja de llorar.
***
El juego comenzó y todas quieren que sus chicos pierdan, excepto Haydee por obvias razones. Andrew no se muestra muy entusiasmado por el juego, supongo que Paris lo metió en cintura, le habrá dicho algo como "juega bien pero no ganes", y justo eso está haciendo, sé que en algún momento se dejará vencer.
Robert por su parte está en modo matador. Esa bola va a dónde pone el ojo. Fiji quiere matarlo, se nota en su mirada, pero él de vez en vez voltea a verla y le sonríe con suficiencia, esos dos como que están peleados.
Ian ¿Qué puedo decir de Ian? Haydee está al borde del colapso. Cada que ve a Ian darle a la bola sus cuencas oculares se abren el doble, incluso hace muecas raras con su cara y presiona sus manos, creo que piensa que con poder mental hará que las pelotas entren al hoyo, pero no. En una de esas la bola se devolvió y golpeó a Ian en el trasero, una cosa de locos.
Nosotras sudamos frío. No creo que McKengsly lo esté haciendo adrede. Haydee incluso ha tenido el atrevimiento de acercarse y soplarle el palo correcto que debe tomar, pero él no le hace caso y ¡Plam! Mete la patota.
Sé que a Haydee le queman las manos por tomar los palos ella y acabar con eso. En el hoyo diecinueve ya todo está listo. En la contiendan solo están Robert y Fuskaj. A mi Haydee la tendrán que sacar en camilla. Please un equipo de RCP por aquí.
Fuskaj lanza y
"¡No!"
Ian cubrió nuestro gritó. Está ahí tapando la boca de Haydee, por suerte Fuskaj no lo notó. Paris y Fiji rien satisfechas, pero Haydee no tiene tiempo de notarlo, está sumida en su propia desgracia.
Viene el turno de Robert, y Haydee sabe que ha tocado fondo, cuando se encuentra así misma rogando que Robert meta la pelota en el hoyo ¡Hum! Si eso pasa, luego querrá meter otra cosa en nuestro hoyo. Pero... mejor no pensar en eso ahorita.
Yo no quiero ver, no quiero ver. No veré.
—No, maldición.
Aquella voz ¿Quién fue? Abrimos los ojos y vemos a Fiji alterada, muy molesta. Alzamos la vista más allá y vemos a Robert brincando, celebrando, vemos a nuestro lado y notamos a Ian con el ceño fruncido.
Nuestra noche será con Robert Jona. Haydee no parece caer en sí, pero yo digo que no salimos nada mal.
***
—McKengsly no soy una zorra, no lo haré, no lo haré.
Haydee está literalmente comiéndose las uñas. Su rostro está desquiciado y preocupado ¿Cómo saldremos de esta?
—¿Qué querrá Robert?
Ok esto no me gusta. McKengsly solo está sentado al borde de la cama con la cabeza perdida ¡¿Qué querrá Robert?! ¡Acaso no es obvio!
—No sé tú Kengsy, Kengsy, pero creo que quiere mi cuerpo.
—Oh por favor, tiene a Fiji.
Que alguien lo cachete, que alguien acabe con él.
—¡Púdrete! Yo me voy, así tenga que pedir limosna en el aeropuerto. No me importará revolcarme con un piloto de avión, todo con tal de no ayudarte.
—Trescientos mil dólares Haydee.
Creo que eso la dejó callada. Como dicen por ahí, la necesidad tiene cara de perro, o de perra.
—¿Trescientos mil a parte de la comisión?
—Trescientos mil solo por la noche.
Alza la mirada para verla ¿Qué dice esa mirada? ¿Qué espera? ¿Cuál es la respuesta adecuada?
—Ok, es un trato.
—¡Agh! Eres tan zorra. —¿Acaso eso es decepción? No lo culpo, yo misma estoy decepcionada. ¡Bah! Mentira, digo es Robert Jona, no es un Ian, no es un Andrew, no es un Eric, pero es ¡Robert Jona! Acostarnos con él y de paso por dinero. Haydee no es una demente para desaprovechar esa oportunidad.
—¡Oye!
—Ni se te ocurra sentirte ofendida. No Haydee, admite lo que ere. Ahora corre a arreglarte, al menos intenta estar medio decente para mi amigo.
Ante aquella mirada y ese tono no tenemos nada que decir. Nos sentimos como cucarachas. Somos los peores gusanos, el pus de la sociedad.
Haydee está mirándose en el espejo del baño asqueada. Nosotras no somos zorras.
"No soy zorra... pero... necesito plata"
Esboza frente al espejo y está sonriendo. No puedo culparla yo me siento sucia y emocionada al mismo tiempo, ¿acaso no son esos dos sentimientos los que más se buscan hoy en día?
***
Creo que Haydee se ve espectacular con ese vestido negro tallado al cuerpo. Sus labios están pintados de un rojo muy fuerte. Estamos muy lindas ¿En serio haremos esto?
"No eres una prostituta Haydee"
Suspira...
Tal vez la condenada después de todo sin tenga algo de decencia. ¿Qué hace? ¿A quién llamas?
—Eric no cuelgues.
Oh por mi jefe. Es que yo digo que ellos dos deben terminar juntos. Son el uno para el otro, siempre seré Team Eric.
—¿Recuerdas lo último que pasó en tu departamento? —Oh, oh, Eric suena molesto.
—Y de cuando acá nosotros somos rencorosos. Deja el drama Teenage Queen y escucha ¿Crees que soy zorra?
—Haydee eres graciosa. Eres la una monja disfrazada de zorra. Ya te lo he dicho, presumes y presumes pero haces poco. Bueno... haces mucho conmigo —dice con picardía—, pero sé que es solo conmigo ¿Es solo conmigo, cierto? O McKengsly ya te tocó bien el botón.
—¡Agh! Eso no importa. Necesito que me digas que soy zorra, que puedo serlo. Hoy debo tener sexo con Robert Jona, me pagarán trescientos mil dólares si lo hago y...
—¡Trescientos mil! ¿Y estás dudando? Me acuesto con viejas por un mísero sueldo de veinte mil dólares mensuales.
—Ese no es un mísero sueldo Eric.
—Lo es, yo valgo mucho más, por ejemplo, trescientos mil dólares.
Haydee ríe y es que eso es lo bueno de Eric, él siempre nos hace reír.
—Mira Haydee no hay nada de malo en hacer lo que haya que hacer en pro de nuestras metas. Ve todo como una transacción comercial. Te están pagando por un servicio. En más hasta te debería subir la autoestima. Sal de ahí, porque de seguro estás toda arreglada y perfumada en algún baño, y sé la zorra que siempre has fingido ser. Deja la niña mojigata y nerviosa atrás. Se Haydee la que me ha dado los mejores revolcones, la una chica capaz de sacarme el título de Novio. Siempre que dudes de ti, recuerda eso Haydee, tú eres la única mujer que se ha hecho llamar con propiedad, novia de Eric.
—¡Bah! ¡Que orgullo! Ese título solo me dejó ante todo el mundo como la más idiota del mundo. Pero gracias Eric, yo sí puedo.
—Así es. Dime que tienes tu vestido Channel negro.
—Ese mismo Baby.
—Los zapatos de aguja Jimmy Shoes.
—Exacto.
—Los sarcillos largos Tiffanys.
—Hum.
—Colonia...
—Flowers by Kenzo —repitieron al mismo tiempo.
—Sí, esa es mi Haydee. Ve y dale con todo. Si te sirve de algo te doy permiso para que pienses en mi durante el acto.
—Por favor.
—Espero mi comisión por darte apoyo motivacional.
—Claro que no.
—Al menos me invitas una cena. Haydee estas son las discusiones que debíamos tener cuando éramos novios.
—Adiós Eric.
Haydee se observa una última vez en el espejo y sonríe. Creo que Eric cumplió su cometido. Así con esa sonrisa salimos y... ahí está él.
—McKengsly ¿Cómo crees que...?
—Lárgate y haz bien tu trabajo.
No quiso ni vernos, solo se dio la vuelta y ahí está mirando por la ventana. Haydee pasó de la alegría a la vergüenza y ahora a la rabia, porque toma su bolso y sale desafiante.
—La pasaré genial. Deberías hacer lo mismo, pídele una mujer a Fuskaj.
Así es somos perras pero tenemos la cabeza en alto. Con suficiencia salimos, marcamos el ascensor, insultamos todo lo que podemos a McKengsly y...
Todo se fue, la seguridad nos abandonó. Ese es Robert frente a nosotras, sonriéndonos extendiendo su mano, y nuestra sonrisa está en estado automático. Caminamos por inercia. La respiración se ha hecho irregular aunque la sonrisa no se borra. Robert dice algo y solo asentimos agitadas y sonriendo, solo sonreímos más y más y ni el guasón tiene una sonrisa tan grande.
—¿Comer?
Haydee asiente sonriendo.
—¿Habitación?
Haydee continúa asintiendo y sonriendo. De plano Haydee colapsó. Me pongo desde la perspectiva de Robert y debe creer que somos unas retrasadas mentales. Él pregunta y pregunta y nosotras solo sonreímos más y más.
—Ok, iremos a la habitación. Mujeres primero.
Señala el ascensor y Haydee con esa eterna sonrisa sube. Se da la vuelta para ver como las puertas se cierran y ¡No! Creo que cayó en cuenta porque la sonrisa disminuye un poco y la agitación se hace más evidente.
—¿Estás bien?
Notamos la mirada inquisidora de Robert muy cerca de nosotras y la respuesta de Haydee es la misma que ha tenido desde el ascensor. Caminamos por el elegante pasillo y estamos ahí, a las puertas del lugar donde será la violación. Robert abre la puerta, con una seña nos invita a pasar, pero Haydee está estática, sonriendo, pero estática. Robert insiste con su seña de "adelante", pero seguimos en el mismo lugar. ¡Que alguien le dé un empujón!
Eso sí lo hacen, desgraciados.
—¿Qué te pasó?
Robert se apresura a ayudar a Haydee a levantarse. Ahí estamos desparramadas en el suelo. Y es que cuando sepa quién fue el desgraciado que metió su mano peluda, se las verá conmigo. Como sea ya estamos adentro.
Con parsimonia nos levantamos y sentimos que la puerta tras nosotras se cierra.
"Estoy pérdida"
—¿Champán?
Haydee asiente tal y cual como antes. Ya sabemos que cuando las neuronas de Haydee se paralizan la dejan sonriendo como un orangután.
—¿Cianuro?
Haydee vuelve a asentir y Robert a reírse. Es notorio que no estamos bien ¿Cómo puede aprovecharse así de nosotras? Aunque... Robert, papi, no había visto esas nalgas tan deliciosas antes, aprovéchate ¡Aprovéchate!!!
Robert viene a nosotras con la botella y unas copas, le extiende una copa vacía a Haydee, pero ella le arranca la botella y la lleva a su boca. ¡Eso es niña! ¡Así se toma!
Haydee parece un charro mexicano. Tiene la garganta grande, la cabra loca esa. Se puede escuchar como el contenido de líquido en la botella baja a una velocidad impresionante. Finalmente aleja la botella y limpia su boca.
—No sé por qué siempre es solo una botella. Una estúpida copa que no se puede llenar por completo porque no se ve bien. Debería haber más, al menos unas diez.
—¡Diez!
Bueno, aunque sea el licor le soltó la lengua.
—Sí. Diez o veinte. Al menos más que solo una.
—¿Puedo pedir otra?
—No, no ¿Tú no querías cierto?
—¿Tengo otra opción?
—Creo que no.
Haydee está pasando su mirada por toda la habitación. Es igual a la de McKengsly, solo que esta es más oscura, o solo tal vez es la graduación de la luz.
—¿Quieres fresas, ostras?
Robert está ahí con una pequeña bandeja frente a nosotras. Haydee las inspecciona y puedo ver que achina los ojos, eso es señal de que tomó una decisión ¿Qué harás?
La bandeja está volando hasta chocar en el suelo. Eso es ir directo al grano.
—Deja todo eso. Vamos a lo que vinimos.
No sé de dónde mi Haydee sacó tanto coraje, pero se fue contra Robert, el pobre retrocedió hasta caer en la cama, y ahora está ahí sobre él.
Lo mira y baja su cabeza, está muy cerca de su boca, aunque creo que se dirige a su cuello. Se acerca al cuello, pero como que no le gusta esa posición, cambia el modo de su cabeza, vuelve a acercarse, vuelve a alejarse. Mira sus ojos, enfoca la vista en su boca, con ímpetu baja y vuelve a alejarse, parece un ave picoteando, aunque no termina de picotear nada ¿Qué es eso?
—¡No puedo! ¡No puedo! —Llevándose las manos al rostro se baja de ahí alejándose hasta un rincón. —No soy una zorra, yo no soy una cualquiera. No puedo.
¡Está llorando! Sí, está llorando. Se limpia las lágrimas, pero sigue llorando.
—Y tú como puedes ser tan sucio como Andrew, como Ian y como Fuskaj. Todos son asquerosos. Fiji es una perra, pero ni ella merece un tipo como tú a su lado.
No sé qué piensen ustedes, pero yo creo que esto no pinta nada bien para nosotras. Ni le dimos el revolcón de los revolcones a Robert, ni aunque sea intentamos hacerlo, y de paso lo estamos insultando. Ya nos veo escapando de la guerrilla y pidiendo limosna por ahí.
—Haydee tranquila. No pienso hacerte nada. Nunca fue mi intención.
—¿Ah, no? —Con el rímel chorreando lo mira confundida. —Entonces ¿Por qué fue todo esto?
Robert encoje los hombros. No es que esa sea la respuesta que esperábamos.
—Creo que solo quería sacar de sus casillas a Ian. Por lo de Fiji.
—A Ian yo no le importo, y tú deberías saberlo. Fuiste su único y mejor amigo. Además estoy segura que lo de Fiji fue mucho antes de que tú y ella se enamoraran.
—Lo sé.
Creo que puedo notar algo de tristeza en el tono de voz de Robert. Él saca otra botella de Champán y le extiende una copa a Haydee. Ambos están mirando la piscina abajo, por aquella enorme ventana.
—Fuiste un mal amigo Robert. Eras lo único que McKengsly tenía.
¿Qué mundo paralelo es este en el que Haydee anda defendiendo a McKengsly? Mis neuronas estás haciendo corto circuito.
—Lo sé. Dicen que el amor es ciego y yo... metí la pata en grande. Haydee, Ian es bueno y no merece todo lo que le ha pasado, se merece un millón de amigos, así que no le hagas daño, no más del que ya le has hecho.
—¿Yo a McKengsly? Él no se ha cansado de humillarme. Yo no le he hecho nada.
—¿En serio crees eso? ¿No le has hecho nada? Haydee nunca he tenido la mejor opinión de ti, pero hoy me demostraste que tal vez siempre he estado equivocado. Tú lo has dicho, Ian está solo. Yo espero poder recuperar su amistad, aunque sé que con él una falta es suficiente para eliminarte de su vida, y yo he cometido más de una. Pero tú no lo dejes, no lo traiciones. Él no se lo merece.
Creo que las palabras de Robert hicieron mella en el corazón de Haydee porque se ve afligida. Ya me imagino como en su mente pasan escenas de todas las ratadas que le ha hecho a McKengsly. De verdad somos unas ratas inmundas.
—Por cierto, de verdad eres linda, ahora lo entiendo todo.
¿Entender qué?
La pregunta quedará sin responder porque Robert empieza a hablar de otras cosas. Haydee de otras y de pronto ya nos estamos despidiendo.
Nos sentimos en paz cuando entramos en el ascensor, pero estamos que nos arrancamos los cabellos cuando hemos llegado a nuestro piso.
"¡Perdí trescientos mil dólares!"
Sí, eso nos puede hacer perder la cabeza.
Entramos a la habitación y al ver a McKengsly se nos conmueve el corazón ¿Por qué razón? Ni idea, pero él siempre es lindo.
—Muévete, nos largamos.
Lanza una maleta que nos pega en un costado.
—¡Nos vamos!
—Sí, no pienso seguir con esto. Y al volver, estás despedida.
—McKengsly sabes que debes ganar la cuenta de Fuskaj. Y ¿Cómo que estoy despedida?
McKengsly se para frente a nosotras. Estamos a menos de un metro de distancia de la cama. Nos mira de arriba abajo con desprecio. ¿A este bicho qué le picó?
—Me das asco.
Sí Ira, te doy permiso, ve y haz estragos. ¡Derechazo! Así es Haydee, izquierda, derecha, gancho.
JA, JA. Estoy segura que McKengsly no se esperaba esto. Ese golpe fue certero en su nariz, y no conforme con eso se guindó en su cuello, dándole manotazos por doquier. Esto está divertido. Ambos ahora están forcejeando en la cama.
—Asco me das tú, maldito pervertido. Mira que venderme como si fueras un proxeneta.
Los golpes, mordidas y arañazos continúan. Ian está cubriéndose, pero Haydee está poseída.
—Yo no soy una prostituta, entiéndelo. Nunca iba a acostarme ni con Andrew, ni con Robert, ni con nadie.
—¿No tuviste sexo con Robert? —preguntó ya sobre ella, sujetando sus manos.
—No, claro que no. No soy quien crees que soy.
¿Acaso eso es alivio? El rostro y el agarre de Ian se ha relajado. Soltó a Haydee y ahora está acostado a su lado, viendo el techo.
—¿Qué hicieron tanto tiempo?
—Hablar. Yo hablo ¿Sabes? Sé que no estás acostumbrado a mujeres así, pero yo sé hablar, no solo gemir.
—Yo no te vendí. Nunca te dije que lo hicieras. Solo te hice una oferta, no fue mi culpa que aceptaras.
—Pero es como si le mostraras a un niño desnutrido un muslo de pollo y esperaras que no lo tomaras, es cruel. Sabes que necesito el dinero. Como sea no lo hice, tienes tu dinero, yo estoy sin nada, y Robert dijo que le contaría a Fuskaj que la pasó muy bien conmigo, así que por ese lado creo que ganaste unos puntos de nuevo. Podemos ganar McKengsly.
—No quiero.
—¿Qué?
—No quiero. Me dejé llevar por tu maldita competitividad.
—¿Acaso tú no eres competitivo?
—Sí, pero yo soy honesto. Dejé que sembrarás en mí eso de ganar a toda costa y estuve a punto de hacer cosas denigrantes. Yo no soy así, y no quiero tener tratos con personas así. Que se lo quede Andrew, que le aproveche, él está hecho para este mundo inmundo.
—McKengsly deja la moral a un lado. A veces no importa las cosas que hay que hacer si esas ayudan a nuestras metas.
—Estoy seguro que es una frase de tu querido Eric. No Haydee, yo ganaré, no dejaré que Andrew me vea derrotado, pero no será con dinero proveniente de tratos tan asquerosos como estos.
—Kengsy, Kengsy —Haydee está destrozada, perder no está en nuestra sangre. —¿Todo esto habrá sido por nada?
—Tal vez. Aunque Haydee te diré un tip muy grande en los negocios que va en contra de todo lo que siempre has creído, pero que es muy cierto. En esta vida son más valiosos los enemigos que los amigos. Duerme. Mañana será un día interesante y verás cómo Ian McKengsly hace negocios.
***
Les digo que estuve a punto de ir contra las leyes naturales que me mantienen prisionera. Quería adelantar un poco a mis hijos, para que llegara la mañana rápido, pero con el jefe haciendo registro del perímetro tuve que contener mis ganas.
Ian se ve bastante relajado. Ya está bañado, fresco como una lechuga, huele divino, se ve a un mejor, está sonriente y Haydee no deja de mirarlo como a un bicho raro.
Mi Haydee es otro caso, es obvio que no quiere dejar la cuenta de Fuskaj así como así. Ella siempre ha sido una peleadora, ha hecho tratos con personas peores, así que siente esto como una gran derrota. Ya nos imaginamos la cara de satisfacción de París y Fiji cuando nos vean retirándonos con la cola bajo las patas.
—¿Lista? Nos vamos.
Haydee arrastrando los pies llega hasta la puerta. Bajamos en el ascensor y ahí en la sala están todos reunidos. Fuskaj nos sonríe mirando atentamente a Haydee. El condenado le tiene ganas, pero se quedará con ellas.
—Señor McKengsly ¿Piensa irse?
—Sí. Muchas gracias por su hospitalidad, pero tengo muchos asuntos que tratar.
—Ni siquiera hemos hablado de negocios aún.
—Tiene razón, hemos perdido el tiempo en cuestiones de faldas, en vez de ir a lo importante. Así que decidí no perder más mí tiempo.
McKengsly sonríe pero se nota el tono de provocación en él.
—¿Insinúa que ha perdido el tiempo al estar en mi hogar? —Las orejas de Fuskaj están rojas. Haydee tiene algo de miedo porque se abrazó al brazo de McKengsly.
—No lo insinúo, lo digo. Me ha hecho perder el tiempo señor con sus insanos entretenimientos. Andrew debería darte vergüenza tratar así a tu futura esposa. Lo mismo va para ti Robert. Si hay algo que me repele es todo este lugar.
—No le permito...
—Por eso me voy, no necesito de sus negocios. Y una cosa —Jaló la mano de Haydee y la levantó en alto—, ella no es mi esclava sexual, no es una zorra, es una mujer muy inteligente que lo vencería a usted en lo que se propusiera.
—Le habría ganado en golf —acotó Haydee, y no sé de dónde sacó la confianza para hablar.
—Me voy, pero antes... Paris —la llamó y la aludida atendió de inmediato—, esto es lo que nunca tendrás.
¡Oh! ¡No!!!!!! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Si vieran lo que estoy viendo. ¡Awww!
Lo siento, lo siento, no les estoy contando, pero es que debía asimilar esto, disfrutarlo en cámara lenta. Retrocederé un poco.
—... esto es lo que nunca tendrás.
Haydee pegó un leve gritito cuando sintió el brazo de Ian detrás de su cintura jalándola hacia él. Estaba ahí con una distancia nula entre ambos. Miró a McKengsly confundida y notando alarmada a esos labios que se acercaban a ella. Atinó a cerrar los ojos, cuando lo imposible pasó.
Si alguien le hubiera dicho años atrás que un día McKengsly la iba a besar, nunca lo habría creído, pero ahí estaba con esos labios saboreando los de ellas. No era un simple roce, era mucho más. A Haydee la tomó por sorpresa y al principio no supo ni qué hacer con sus manos, pero entre abrió sus labios y todo explotó. No era ella, no era él, no era el mundo que conocía, sin duda alguna debían estar en algún otro lugar. ¿Cómo McKengsly podía besar así?
No supo cuando todo acabó solo sintió que la jalaron del brazo y entre neblina fue llevada hacia algún lugar lejos de todos.
Sí, lo sé. La única que sabe si Haydee se sintió así o no es conciencia, o cualquier otro sentimiento, siempre sale un bichito de esos nuevos por ahí. Pero así me sentí yo y por la cara de ave a la que le tomaron foto con flash, que tenía Haydee, estoy segura que en estos momentos está aún desorientada.
Mira a McKengsly quien está en el auto demasiado contento. Saca su laptop y comienza a teclear y a pasar cosas de su celular a la computadora.
—¿Qué haces?
Sé que Haydee nunca preguntará por el beso y eso me frustra tanto.
—Solo comienzo mi jugada ¿No creíste de verdad que vinimos aquí por nada? Tu querido Andrew se hundirá.
¡Hum! Si antes estábamos pérdidas ahora mucho más ¿Qué plan tiene McKengsly? Peor aún ¿Qué con ese beso? No puede negar que le gustó el beso ¿Cierto? O... ¿Será que solo Haydee lo disfrutó?
_______________
Y después de tanto tiempo decidí continuarla!!!!!!
Lo más seguro es que la acabe en estas vacaciones, al menos esa será la meta. Pienso cambiarle la portada y hacerle más promoción. La semana que viene vendré con un nuevo capítulo. Espero que les haya gustado. Y que se hayan podido poner al día.
Besotes!!!!!
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