Capítulo 11.- Manipulación

"La Manipulación es el arte de influir en las decisiones y pensamientos de alguien. Es tener el control, emplear las armas más oscuras con tal de obtener lo que se quiere. Es tan inteligente como sucia, mueve las cosas a su favor todo el tiempo. Podría decir que es la mayor maldita de las de mi clase. ¿Saben cuál es la mayor arma que usa ésta caprichosa?... Las lágrimas".

           

            Momento de shock total. Me paralicé un poco para pensar, podría ir atrás y saber cómo McKengsly se enteró de todo, pero sin intriga no hay diversión, por eso a veces compadezco a Él saberlo todo no es divertido, bueno por algo creó el libre albedrío y ustedes los humanos siempre están cambiando de parecer, pero... ya me desvié, a lo que vamos. Ok todos aquí quedaron con cada rara, hasta mi Haydee parece un garabato, a darle Play.

            —¡Qué! Ah hum... yo... —tartamudea —. A qué te refieres —Ja, ja, ja. Esa Haydee sí es cara dura, ahora habla tan normal, tan desentendida, esta chamaca goza de la ausencia de vergüenza —. Yo dormí muy bien, sola en mi cama —Ian está igual de sorprendido que yo —. ¿Tienes fantasías conmigo, jefe?

            —Haydee ya no sé ni por qué me sorprendo —restriega sus ojos —. Ayer le dijiste a Fiji lo bien que la pasamos juntos, que ibas a encontrarte conmigo en la noche. ¿No lo recuerdas? —habla pasivo aunque ya está a punto de explotar, es como una espinilla con la cabeza amarilla, ¡uy! Me lo imaginé y me dio asquito ¡guacala! Bueno sigamos.

            —No, la verdad no —mira al techo como haciendo memoria.

            —¡No! ¿Segura?

            —Sí, bastante —asiente y como acabando con la conversación agarra un puñado de hojas que comienza a arreglar. Él está mirándola con indignación ¡oh Haydee! Mejor corre —. ¿Se le ofrece algo? —No vale niña, mejor dile "Vete, que estorbas" ¿Qué tendrá Haydee en la cabeza?

            —¡Ya basta! —gritó luego de respirar profundamente un par de veces. Ella solo cerró los ojos, esperando lo que tenga que venir —No quiero que me metas en tus idiotas juegos, mucho menos que estés diciendo por ahí o a tu querido novio que tú y yo tenemos algo. Le dirás a Fiji que todo es un mero invento.

            —Pero...

            —¡Ya Haydee! Lo harás y no quiero escuchar ningún pero.

            —¿Cómo es que te enteras tan rápido de lo que digo? ¿Cómo sabes lo de Eric? Además... ¡Ah! ¡Ya sé! Te gusta o sales con alguien de Mongomeri, por eso no quieres que crean que estás con alguien más. ¿Quién es? —está con cara de cachorrito contento y McKengsly pero para nada. Ese hombre nació con cara de pasa.

            Camina hasta quedar de frente a Haydee sin dejar de mirarla de aquella diabólica forma, hasta yo tengo miedo. La toma de los brazos y fuertemente a acerca más a él. Está ahí acechándola y ¡oh, oh, oh! Molesto te ves lindo papi.

            —¡Nadie! —grita, y lo veo todo en cámara lenta, así como en las películas, hasta puedo ver las gotas de saliva que sin remedio van a parar a la cara de Haydee —En qué planeta vives, que crees puede tratar a tu jefe cómo te da la gana. Si eres una perra ese es tu maldito problema. Me respetas a menos que quieras hacer todas las cosas que inventas.

            La suelta tan duro, mejor dicho la empuja, que sin remedio chocamos con el archivero de atrás. Mi pobre Haydee, estás semanas de desempleo ha sido maltratada todo lo que nunca fue en toda su vida. Con rabia comienza a arreglarse su camisa y a limpiarse el polvo que cayó encima de ella, al agitarse aquel viejo archivero.

            —Si no eres una perra, entonces no te comportes como tal —escupe antes de salir.

            —¿Quién dice que no lo soy? —ay Haydee cállate, por un segundo cállate. Altanería aléjate de ella ¡ya! McKengsly se detiene en seco para verla incrédulo —podríamos hacerlo.

            —¡¿Qué?!

            —Podríamos hacer todas las cosas que he inventado —tiene aquella sonrisa pícara. Cómo le gusta a la condenada dársela de lista.

            —¿Estarías dispuesta a acostarte conmigo? A tener sexo desenfrenado —ella asiente rápidamente. No sé si Haydee es mi heroína o la persona más soberbia del mundo.

            —Se lo dejé bien claro el primer día de trabajo. Para lo que quiera, aquí estoy. Siempre me ha interesado saber cómo es su equipo —baja la mirada para fijarse en su entrepierna. Ja, ja, ésta chica es un genio, ya lo decidí ¡la amo!

            —Ok —asiente y ¿qué pasa aquí? Se nos para el corazón —. Perfecto, te espero en mi oficina entonces —Haydee está reprimiendo las ganas de gritar, pero yo que la conozco sé que no se lo puede creer.

            —¿En su oficina? —alcanza a decir.

            —Claro —se encoge de hombros — ¿No pensarás que gastaré dinero en ti? La oficina está bien.

            —¿En serio lo harás? ¿No te vomitarás o algo así? —ya se puede ver el terror en ella.

            —Haydee soy hombre, siempre y cuando no hables imaginaré que eres alguien más. Además estoy estresado y ya que todo el mundo piensa que me acuesto con la asistente de mi asistente, bueno que al menos hablen con propiedad. Te espero en cinco minutos.

            ¡Cinco minutos! Suena la alarma en nuestras cabezas. Las orejas de Haydee están ardiendo y se ha olvidado de respirar ¡Hey Haydee! ¡Hey! Te estás poniendo morada ¡Reacciona! Parece que me escuchó, porque ahora toma su bolso y sale corriendo. ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Nos iremos de Titanium? Corro sin rumbo alguno y me mata la incertidumbre. Ah pero sí vamos al baño, solo es el baño, exhalo aliviada.

            Haydee corre al lavamanos ¿será que quiere vomitar? No, está lavándose la boca. No entiendo nada.

            "Agh y tenías que comerte un baggle de ajo —refunfuña. Toma su cartera y saca su pastillero que está lleno de mentitas. Las muerde rápidamente y las manos le están temblando —. ¡Oh no! ¡Te trajiste el sostén del encaje roto! —abre su camisa rápidamente para inspeccionar el estado de su sujetador —Bueno no se ve tanto, y ustedes lucen bien niñas. ¡Las piernas, las piernas! —como loca sube su pantalón y de pronto respira aliviada —No me acordaba que las depilé el fin de semana —Creo que de verdad Haydee está trastornada, y ella cómo que se da cuenta, pues se ve al espejo mientras se pone lápiz labial y de pronto su expresión cambia —. ¿Qué haces? No vas a tener sexo con McKengsly, claro que no ¿qué te ocurre? Le seguirás el juego hasta que él se rinda, o simplemente te irás de aquí. No eres una zorra Haydee, claro que no".

            Salimos del baño sabiendo que los cinco minutos ya se han ido volando. Mis hijos así van por la vida, corriendo, qué puedo hacer, es imposible ponerles reparo. Los nervios de Haydee están a flor de piel. Agita sus manos para evitar los temblores, y se hecha aire intentando evitar sudar. Le hacemos señas a Margaret de que McKengsly nos espera y respiramos hondo antes de girar la manija de la puerta.

            —Ya iba a mandar a buscarte, pensé que te habías arrepentido —dice desde su escritorio.

            —Claro que no, solo tuve que dejar arreglando unos asuntos. ¿Pongo el seguro? —señala la puerta tras ella.

            —No, nadie molestará. Además así es más emocionante ¿no crees?

            —Claro —tiene que tensar sus piernas y es que sus tacones empiezan a delatar su temblor.

            —¡Haydee! —Ella reacciona y lo ve atenta — No sé qué clase de acto sexual estés acostumbrada a hacer, pero es imposible hacerlo con tanta distancia entre los dos —señala. Aquella sonrisa ya me tiene a mí en el éxtasis.

            —Claro —sonríe como niña inocente "¡idiota!" piensa. Rápidamente camina hasta él —. Y... ¿bien?

            —Yo no pienso hacer nada —se acomoda más en esa cara silla.

            —¡En serio! —Exhala alegre —porque...

            —Dije —levanta la mano callándola — que no voy a hacer nada, pero tú sí que lo harás.

            —No entiendo —por la cabeza de las dos están pasando cosas cochinas.

            —Esfuérzate por darme placer Haydee. Pero como la regla de toda prostituta, nada de besos en la boca. Y ¿bien? Espero, pero ya me estoy cansando.

            Haydee esboza una sonrisa pero sé que quiere darle un buen golpe. ¿Y ahora qué hacemos?

            Haydee con los dedos como gelatina se acerca a él y comienza a desabotonarle la camisa.

—Aburrido —exclama fastidiado y mirando sin ganas alguna parte del techo.

Haydee suspira y sentándose en el escritorio comienza a desbotonar su camisa de forma lenta.

—Aburrido —vuelve a decir en el mismo tono.

Ella ya a punto de botar sangre por sus orejas, camina detrás de él y masajeando sus hombros se agacha para darle un beso en el cuello. Cierra los ojos fuerte, como si fuera lo más denigrante que hiciera en su vida. Y honestamente para ella lo es y mucho.

—A-bu-rri-do —grita más atorrante.

Con toda la rabia del mundo Haydee toma sus cabellos y los jala con fuerza hacia ella. McKengsly exhala un leve grito de sorpresa. De inmediato y no me pregunten cómo Haydee pega un brinco y queda encima de aquella silla, con sus piernas abiertas rodeando las caderas de McKengsly ¡No me digan que ya se prendió la olla¡ porque yo ya estoy ardiendo.

—Estás aburrido jefecito —exclama a milímetros de su boca y sin soltar sus cabellos, que honestamente le debe estar doliendo a McKengsly porque tiene los ojos achinaditos ya.

Soltándolo y sin darle chance a reaccionar arranca la camisa de McKengsly se puede escuchar los botones cayendo y rebotando en el piso tipo espejo. De inmediato también arranca su camisa, con el mismo efecto. Ajá mujer araña ahora dime ¿De dónde sacarás una nueva camisa? Eso no importa ahora. Haydee se dispuso a hacer muy bien su trabajo y ahora besa el pecho de McKengsly sin poner ninguna mala cara y es que yo lo devoraría. Incluso lo muerde un poco, va por más, pero...

—¡McKengsly!

Del grito McKengsly lanza a Haydee al suelo, quien cae de pompas de forma garrafal. Haydee está como ida y lo único que alcanza a hacer es pararse. Toda desorientada revira a ver al frente y ¡Oh mi dios!

—¡Vaya! —exhala James Cooper sorprendido. Margaret está detrás de él con la boca abierta —Esto es lo que ocupa tú tiempo. Vengo a decirte desgraciado que ni creas que vas a derrotarme, no importa cuántas trampas o artimañas tengas, te metiste con el hombre equivocado McKengsly, eres un cobarde, incapaz de dar la cara. Pero las pagarás todas.

Haydee todavía está como estatua solo cubriéndose los senos, sin saber que hacer. Hasta que escucha un clic "¡una foto!" Le alarma su cabeza. De inmediato se esconde detrás del escritorio de McKengsly.

—Solo para que vean la forma en que haces negocios —exclama James furioso.

—No te permito que... —McKengsly con sus sonrisas de lado se pone de pie.

—Por favor McKengsly vístete. Eres una vergüenza para el mundo de los negocios.

Se ve que McKengsly está incomodo pues hace el intento de sentarse de nuevo, pero a la final decide quedarse de pie.

—Cooper solo eres un hombre desesperado que debe entrar a la mala a mi oficina para amenazarme. Sé un caballero y acepta tu derrota.

—Jamás ahora más que nunca estoy seguro que soy mejor que tú.

Los guardias de seguridad ya están ahí detrás de James esperando para sacarlo de ahí. Aunque todos están pendientes del torso desnudo del presidente de Titanium, de sus cabellos despeinados, y aquellas piernas que salen de detrás de su escritorio.

Haydee está recostada a ese escritorio agarrando su camisa tapándose, parece que hubiera acabado de ver a un fantasma.

—Levántate y vete —dice cansado.

—Esto es lo más vergonzoso que he vivido —está a punto de llorar lo sé.

—Yo también y todo gracias a ti —termina gritando.

—¡¿Qué?!

—Es tu culpa, y mejor vete, vete, antes que te despida.

Haydee quiere protestar algo más, pero decide mejor tomar su cartera y salir. Afuera Margaret la observa de la forma más vil, casi puedo ver que en su mente se persigna. Unos cuantos vigilantes se quedaron y la ven de arriba abajo sonriendo entre ellos. Haydee se tapada la parte desnuda de su barriga y senos con su cartera y camina con la frente en alto. Llegamos a nuestra oficina para derrumbarnos.

Sé que Haydee no superará que James Cooper su eterno amor platónico la viera de esa forma. Y el típico sonido de los Samsung nos avisa la llegada de no una, sino varias notificaciones.

Derrotada, desesperada, angustiada y sin ganas, Haydee toma su celular y lo desbloquea. Lo que ve a continuación no es nada lindo y lo sigue el siguiente grito.

—¡No!!!!!!!!!!!!

Creo que eso lo escucharon hasta en Mongomeri. Destino no te ¡rías! Maldito desgraciado ¿esto te parece cómico? Oh Pena ¿vas a unirte a ellos? ¡Tristeza también y alegría! Muerte dime que tú no... Púdranse todos. Aunque aquí entre nos, sí es divertido.

—Món, cada vez me hundo más y más en mi miseria —habla por teléfono llorando y limpiando sus mocos con una servilleta —. Tienes que venir y traerme una camisa.

—Haydee estás demente, no puedo meterme en Titanium, si me ven allá me botan.

—Mon, pero tengo la camisa engrapada, escuchaste bien ¡Engrapada! —grita histérica.

—Creo que ese es el menor de tus problemas. Amiga nos veremos para almorzar, allá te llevaré una camisa, pero intenta llegar con tu camisa engrapada —una risita se le escapó.

—Ay Mon, que bueno que te resulte todo tan divertido. Mi vida está arruinada ¿Quién me tomará en serio? Soy la típica secretaria revolcona. Y lo peor es que me tomó la foto James Cooper, él me llamó perra en el twitter.

—Haydee amiga disculpa que me ría, pero —una carcajada salía de la bocina —... Lo siento, pero si fuera yo estarías haciendo de esto el chiste de la oficina, y yo solo reiría tomándolo como una broma. Así que aguántate. Nos vemos a las doce y treinta en el restaurant de siempre. Debo colgar que el jefe está haciendo acto de aparición.

Hay que tener pantalones para dar la cara luego de algo así. Por suerte a veces creo que Haydee tiene unas bolas enormes. Limpia sus lágrimas, peina su cabello, coloca mejor las grapas en su camisa y cómo si nada sale con su cartera guindada en su antebrazo.

Margaret no está en la recepción y eso nos alivia. Vemos que McKengsly se dirige a los ascensores y antes de que nos vea corremos a las escaleras.

"Eres gafa Haydee por qué corriste, algún día debes darle la cara. Además la enojada soy yo, no él" Los pensamientos de Haydee se detienen cuando en el próximo pido escuchamos un alboroto, seguido de una tranquilidad inesperada y de un "Buenas tardes señor McKengsly". Nos asomamos por la puerta movidas por la curiosidad y ahí están todas las hurracas reunidas. Haydee se dispone a volver a las escaleras, pero ya es tarde.

—¡Ahí estás Haydee! —grita la pelirroja ¿algún día me acordaré de su nombre? Haydee sonríe amable.

—Haydee no sabes el susto que pasamos y es que creímos que bajabas en el ascensor y era el jefe —la rubia pequeña habla con emoción.

—Debes contarnos todo —dice la alta dientona.

—Y tú que decías que odiabas al jefe, mira, que bien escondido lo tenías —la de rizos abultados le da un leve golpe.

—¿Cómo es el jefe en la intimidad? Debe ser todo un semental —exclama picarona una flaca narizona.

—Yo no sé —responde Haydee molesta y marcando el ascensor.

—Por favor Haydee te tomaron una foto, todos lo saben. Te encontró ese mega papi rico que vino.

—Sí, mi papi rico me vio —patalea haciendo muecas de querer llorar.

—¡También tuviste algo con él! ¡Ay eres la mejor! —grita la rubia pequeña.

—¡No! Ya quisiera yo. Y tampoco tuve nada con McKengsly todo es un malentendido. Yo... —de pronto se calla y yo sé lo que piensa "¿Será bueno contarle todo a ese grupo de locas chismosas?"

—Para mí no eres una buena chica para el niño —dice Margaret desde una esquina.

—Él no es bueno para mí tampoco, así que respire en paz. Y ya les dije no pasó nada. Les contaré a la salida, ahora una amiga me espera.

—Ok, pero seguro a la salida.

—Seguro —sonríe y nos vamos en un solitario ascensor.

Abajo los vigilantes son más atentos de lo normal y todos notan la camisa con grapas. Ya no soportamos esto. No nos podemos permitir pagar un taxi pero mejor llegar rápido. Por suerte Mónica que nos espera afuera paga el taxi.

—Haydee no has pensado ir a un brujo. Necesitas unos ramazos amiga.

—Mónica, Mónica, en serio no estoy para bromas. Mi vida está más que destrozada ¿Quién crees que querrá contratarme después de esto? Así no quede presa por lo que ya sabemos, igual estoy pérdida. Me dio tanta vergüenza cuando vi a James Cooper ahí enfrente, mirándome con tanto asco, fue, fue ¡horrible! —y ahí van de nuevo las lágrimas.

—Ya Haydee, piensa que de no ser así, nunca te habría visto los senos —bromea —. Tal vez y guarde la foto en su cell de recuerdo, haya recortado a McKensgly y solo guarde tu perfecto cuerpo.

—¡Me llamó zorra! ¡y en la web! —continua el yanten.

—Haydee tu puedes con esto y más. Eres Haydee Ramírez, la mujer que nunca baja la cabeza y que siempre gana.

—Alguna salida habrá. Tienes razón yo soy ganadora y exitosa —toma su copa de vino completa para tomar fuerzas —. Gracias por la camisa amiga.

—Ahora dejando todo el drama ¿cómo fue besar a McKensgly?

—No lo besé, besé. Lo primero que dijo fue "como las prostitutas, nada de besos en la boca" ¡idiota! Solo lo besé en su percudido cuello y en su flácido y blanco pectoral.

—Di la verdad —ríe divertida.

—En serio, McKengsly parece un pollo sin plumas —aunque Mónica ríe, la ve diciéndole, se honesta —. Ok, que quieres que te diga. McKengsly usa el mega perfume. Si no es de Hugo Boss es de Carolina Herrera, pero ese perfume es exquisito. Y debe hacer ejercicio pues hasta tiene chocolatitos.

—¿Nunca quisiste continuar? Quiero decir ¿No te dio lastima no culminar todo?

—Claro que no. Viviría traumatizada el resto de mi vida. Dios me libre. Sabes debo irme —mira el reloj —, deberíamos el fin de semana tener una noche de chicas. Me urge algo que no sean tragedias y eventos desafortunados.

—Claro Haydee. Solo recuerda que estoy embarazada. Nada de licor para mí. Nos vemos amiga, y no te conté lo de Andrew ayer.

—Ni me hables de eso, Toda esta semana no debió existir en mi vida.  

Con una camisa morada que no nos combina con nada, nos devolvemos a Titanium. Alarma, alarma. La zorra mayor está... bueno ya para qué te digo, sí ya la encontraste solita.

—¡París! —Haydee está pálida, no te culpo, viste al propio demonio.

—¡Haydee! —la mira de arriba abajo con despotismo. Oh muérete Barbi remendada —Si tuvieras un poco de decencia te esconderías en, no sé, algún país subdesarrollado, como un pueblo aislado de latinoamerica, con tu humilde familia —déjamela Haydee que a esta la mato yo —, o a algún país con conflictos bélicos, cómo áfrica o Asia.

—No tengo por qué irme. Debo decir que eres más inteligente que yo, pues a mí me agarraron haciendo lo que tú haces las veinticuatro horas del día, pero a ti nunca te han descubierto. Bravo por eso. ¿Por qué no vas a revolcarte una vez más con Eric?

—¿Por qué no con McKensgly? — ¡¿Qué?! —Haydee entre tú y yo no hay tapujos. Yo ya probé lo que tú probaste, en cualquier momento puedo retomarlo. Siempre me preferirán a mí en vez de a ti, una ¡Nadie! —No procesamos el insulto y es que aún estamos con lo de que McKengsly se acostó con París.

—¡Perra! —grita, saliendo de su estado de shock —Te acostaste con Christian siendo mi novio y te lo perdoné, buscaste a Eric teniendo a Andrew y resulta que te acostaste con McKengsly el enemigo de tu familia desde siempre y piensas hacerlo de nuevo solo porque se acuesta conmigo. Eres una maldita zorra, lo de allá abajo ya lo debes tener podrido.

—Sí lo soy, y...

—¿Pasa algo? —agárrenme que me desmayo. El corazón de Haydee solamente se paralizó.

—Andrew amor, eso solo que... —cómo le hace la maldita para llorar tan rápido —Haydee me grita ante todos que soy una perra. No entiendo cómo pudiste mentirle así a Andrew, cuando yo era tu amiga, te metí en nuestras vidas.

—Yo te hacía las tareas, por eso me metiste en tú vida. Solo deja el drama y enfréntate como lo que eres.

—¡Haydee! —Andrew grita dejando de abrazar a Paris —Tú no deberías estar nunca más en esta parte de la ciudad. No le vuelvas a dirigir la palabra a mi prometida ¡Zorra!

El humo, el humo, puedo ver el humo salir de la cabeza de Haydee. Y ahí va mi amiga Ira, materializándose en un puño que con fuerza aterriza en la nariz de Andrew.

"Perfecto Haydee ahora irás presa por agresión"

Reflexiona mientras dejamos todo atrás como delincuentes y nos perdemos en la multitud.

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Bueno por fin subí capi. No tengo palabras para pedir disculpas. Pero es que estuve dos semanas sin internet, antes de eso mi perrita Mía fue operada y lamentablemente después de dos semanas de lucha se murió :(. Siempre la recordarré como la malhumorada bella que era.

Ya la semana que viene mi novela Envenenado de Ti acaba, así que tendré todo el tiempo para ésta novela. Mil disculpas, espero que aun me lean y ojala la vida me deje subir más seguido, aunque estoy segura que al acabar Envenenado ya no habrá nada que me detenga. Besotes!!!!! Ojala y les guste este capi, ya se vienen capis de calma para Haydee. :)

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