Capítulo 10.- Actitud

"La Actitud debería ser la carta de presentación de todo ser humano. Han escuchado la frase "todo es cuestión de actitud" pues es cierto. Una buena Actitud se expresa como la forma positiva y segura de responder a una eventualidad. Te sacará victoriosamente de múltiples situaciones bochornosas. Es la mayor competencia de vergüenza y es que si la demuestras como es debido, siempre saldrás ganando"

            Estamos gateando debajo de aquella mesa que de inmediato se llena de piernas de todo tipo descansando. Nos encontramos totalmente apretujadas en el centro esperando no rozarnos con aquellas piernas y pies que juguetones se mueven de diversas formas.  Unas piernas vestidas por unos pantalones anchos grises de gabardina, con unos pies que calzan unos finos zapatos de cocodrilo, rebotan contra el piso, en un rebote rápido e incesante. De chocar con la mesa todos creerían que están en un terremoto, lo digo ese señor tiene un Tip, que cosa más loca. Otras piernas se mueven lentamente cambiándose de lugar, el pie para acá, ahora para allá. Bueno ¡éste más o menos está bailando merengue! Ahora puedo ver las piernas de mi querido Andrew. Distinguiría cada parte de su cuerpo, si me muestran unas nalgas podría decirles con seguridad si son de Andrew o no. Pero no crean que soy pervertida, claro que no lo soy, solo soy observadora y amante de los buenos traseros.

Haydee sé que está a punto de darle un ataque. Cómo saldremos de ésta, no lo sé. Haydee intenta alejarse un poco de los pies de Andrew, pero ya va... ¡¿Qué es esto?! Haydee espantada baja la mirada cuando la única mujer de la mesa ha abierto sus piernas, usa una falda tubo por encima de las rodillas y esa mujer óiganme todos ¡No tiene nada! ¡Qué asco! La verdad tendré pesadillas, es la zona íntima más asquerosa que he visto en mi vida. Esa tipa ¿Qué es? Ya creo yo que es una asidua lectora y seguidora de Cincuenta Sombras de Grey. Pero... ya va... ¡miren! ¡Waua! La temperatura ahí ya debe alcanzar a la del sol ¡guacala!

Haydee se niega a mirarla, pero la mujer esa abre más y más las piernas. Como que cree que está en una clase de gimnasia. En su afán por no ver eso Haydee retrocede y su mano aplasta el pie de uno de los empresarios, rápidamente la retira pero el mal ya está hecho. Honestamente romperé mi juramento de ver por los ojos de Haydee esto tengo que verlo desde todas las perspectivas.

El hombre algo mayor y canoso, pone cara extraña, pero entonces ve enfrente a la mujer cochina, ya saben de la que hablo. La ve sorprendido y ¡Oh por Dios! como que le ha gustado la bicharanga esa ¡ja, ja! Eso señor ¿esa es su cara de seductor? Con su pie busca rozar la pierna de la mujer que en su mente está coqueteando con él, claro que solo está tocando el abdomen de Haydee, comienza a subir hasta que rosa sus senos, y bueno eso ya no se lo permitimos. Haydee molesta y ofendida le da un empujón  a aquel pie, a la vez que de equivocación roza la pierna de otro empresario, pero éste es el gerente de MALESTRON. CA. El hombre no tiene a la única mujer de la mesa cerca y mira con desconfianza a su administrador. Lo digo éste es mi día, bien podría estar riéndome tirada en el suelo sujetándome la barriga.

El primer señor, el canoso goloso, no deja de buscar la pierna de su víctima y e hacerle miradas extrañas. La mujer, que ahora les diré es de cabellos rizados negros, está confundida, intenta ignorar aquellos gestos, pero cuando por fin el pie de aquel hombre alcanza su pierna, se levanta de inmediato molesta.

"¡Qué hago! ¡Qué hago! ¡Qué hago! —Haydee ya sin importarle que pies toca c comienza a buscar una salida —debes correr, escabúllete hasta la otra mesa, no debería ser tan difícil" 

Andrew deja su amena conversación de negocios, cuando la mujer molesta se pone de pie, todos la están viendo.

—No sé qué imagen le haya dado Ingeniero Price, pero no estoy aquí para aguantarme tales insinuaciones —molesta lo ve fijamente —. Soy una empresaria respetada y no merezco tal trato.

Andrew no tiene idea de que está hablando y al igual que el resto, se ven las caras los unos a los otros.

—No la entiendo Licenciada Tromp, usted comenzó todo esto. Ahora quiere darse por ofendida.

—Qué yo ¿qué? —exhala ahora más furiosa que antes.

—Disculpen que los interrumpa —¡No puede ser! Andrew se levanta de inmediato.

—¡McKensgly! ¿Qué haces aquí?

—No es tu restaurant Andrew, puedo venir a almorzar —Haydee debajo espera aprovechar que todos están pendientes de McKengsly para huir "Retirada!!!!" —. Es un placer saludarlos a todos, caballeros, dama —le sonríe a la calenturienta y ella intenta disimular un poco su disgusto —. Vine a buscar a mi asistente.

—¿Asistente? Tú asistente no se encuentra aquí —responde Andrew arreglándose la corbata.

—Claro que sí. Miren allá va.

Haydee se detiene de golpe cuando siente que todos la están mirando, se quedó justo con la cabeza debajo del mantel de la mesa contigua. "Lo mataré, juro que lo mataré —gruñe en su cabeza —Haydee no es el fin del mundo, solo te están mirando el trasero. Aquí no ha pasado nada, absolutamente nada. Tú eres la mejor, levántate sonríe, esto solo fue una pequeña broma. Oh a quien quieres engañar, estás perdida".

Todos se han quedado de una pieza al ver que una mujer se encontraba debajo de su mesa. Haydee respira hondo por última vez y sonriendo se levanta para luego revirar a verlos.

—¡Haydee! —dicen que nunca un grito fue tan amargo y doloroso como el que se escuchó en el Graham Elliot Bistro, ja, es broma. Pero el grito de Andrew fue épico, de mucho caché. Todos voltearon de inmediato a aquella mesa, donde algo extraño sucedía. Ella se encorvaba de hombros y sonreía traviesa y confidente, pero aquello no fue de gracia para nadie —Es cierto —exhaló como si le doliera —, me negué a creerlo, pero es cierto. Estás trabajando con McKengsly, te uniste a la competencia. Y de paso te metes debajo de la mesa a espiarnos ¿qué clase de persona eres?

—Yo... he... puedo explicarlo —ahora mismo los titubeos de Haydee me recuerdan al Capitan Jack Sparrow. Bueno mejor ya dejo de burlarme.

—No expliques nada. Tú y él son el uno para el otro. Mandar a tu secretaria a que me vigile, es de lo último McKengsly, es bajo hasta para ti—Haydee quiere decir algo —Solo lárgate.

—Señorita Ramírez —dice el gerente de MALESTRON —déjeme decirle que es decepcionante ver en lo que caen personas tan prometedoras. Unirse a la competencia es algo muy bajo. Sin duda alguna ninguna empresa debería tener en su nómina a personas con su concepto de lealtad.  Tanto talento desperdiciado, una verdadera lástima —¡Maldito viejo! Muerte por favor llévatelo por mí, ese vejestorio le ha estado quitando años de vida a otros que sí deberían vivir, solo llévatelo ya, aunque antes, fracaso, soledad, agonía y tristeza háganse sus amigos. ¡Vamos que esperan! Claro como siempre no me ayudarán.

—Una verdadera pena es que Almont se haya demorado tanto en llevar su caso de fraude a los juzgados del estado. Economistas como usted no deberían codearse con personas como nosotros —y la bruja hizo de las suyas el día de hoy. Quémate con tu vagina imbécil.

            —¡Oh Cállate maldita zorra! —Gritó y todos se escandalizaron, pero Haydee estaba muy lejos de arrepentirse — Todos saben cómo cierras tus tratos. Absolutamente todos se firman en la intimidad de una habitación presidencial en el Hilton. Pero cuídate porque eso de ir sin ropa interior a un almuerzo de negocios es de lo último. Una usada más a tu vagina y no la cuenta.

            —Eso es totalmente absurdo —molesta y nerviosa miraba a todos diciéndoles que eso era una completa mentira.

            —Y usted gran presidente de MALESTRON C.A o como lo llamaría yo FRAUDESTRON C.A no se vanaglorie tanto. Por estafadores como yo —decía con sarcasmo —es que aún se mantiene a flote. Dicen que el pez muere por la boca y por Dios que veré y me reiré cuando vea su foto en las portadas de las revistas bursátiles, como el mayor fraude desde ENROD CORPORATION—yo sé que todo usted es una gran fachada. Te daré un último consejo Andrew y por favor tómalo. No se te ocurra hacer tratos con él, porque pronto se declarará en Banca Rota, huirá a alguna isla del caribe y tú te quedarás pagando sus deudas. Su última gran estafa eres tú —todos lo que lo acompañaban comenzaron a protestar, pero ella siguió hablando mirando a Andrew —no dejes que te vean la cara.

            Dicho todo se dio la vuelta. Bueno ahora corramos de aquí, camina con la frente en alto y vayámonos. Pero claro que esas no son las intenciones de McKengsly.  

            —Me voy —gruñía ante ser detenida por McKengsly.

            —No. Comeremos, que para eso hemos venido —nos jala presionando nuestro brazo y ahora ahí estamos de frente a Andrew y aquella mesa.

            Haydee divertida comienza a leer el menú "Te convertiste en la reina del espectáculo, de dar lástima y de que hablar, así que Haydee por Dios supéralo, otra rayita más para ti y que vengan muchas más que así soy feliz" En su mente reía y lloraba al mismo tiempo. Haydee siempre fue de las que se reían para no llorar, aunque últimamente estaba más llorona que un bebé con semanas de nacido.

            —Ya que insiste en comer querido jefe, bueno vamos a comer —alza su mano, llamando a un mesero —quiero la langosta en mantequilla, de entrada una carpaccio de atún, junto con unas vieras asadas, voy a comer un cheese Cake desmoldado de postre. Y adicionalmente prepare un mero ahumado, unos langostinos fritos en salsa picante y unos calamares en su tinta para llevar. Señor McKengsly usted dirá que quiere comer —él solo sonríe con aquella sonrisa de lado y éste hombre me está matando. Te lo digo, tú y yo hoy en la ducha ¡amor!

            —Solo el cordero y el vino que recomiende —el mesero asiente y se retira. Haydee alza la mirada de vez en vez a la mesa de Andrew, todos la ven como que si fuera el mayor de los cinismos que se haya quedado almorzando frente a ellos —. Deja de mirarlos, ya verás que no durarán mucho rato en irse.

            —Mi vida está arruinada —sonríe como celebrando —está arruinada, está arruinada, está arruinada.

            —¿Qué es eso de que Almont te llevará a juicio?

            —Esa perra no sabe de lo que habla. Iba a llevarme a juicio por mandato de Andrew, pero se arrepintieron. Embargaron mis cosas y sabes que el gobierno está presto para quitar, pero no para devolver —habla tan serena y me impresiona la capacidad de Haydee para mentir —¿Cuál es tu juego McKengsly?

            —¿Por qué te lo diría? —toma un poco de su vino y... casi se atora, mejor dicho se atoró ¿qué le pasa? No digas que te va a dar una moridera justo ahora, ya fueron muchas emociones por un día "qué reviré un poco" ya no me empujes avaricia. Les digo que acá nadie me respeta, pero... ¡oh! Querías que lo viera a él. ¡Avaricia, Avaricia! No sabía que gozabas de buen gusto. Está lindo el chamaco, miren esos ojos esmeraldas. ¿Por qué McKengsly lo ve tan molesto? Haydee no nota nada y es que está viendo como Andrew se levanta de la mesa y junto con el resto se retiran de ahí, claro nuestro Andrew mira por última vez a Haydee y con esa mirada ya sé que es el fin.

            —Hola hermano —¡qué!! Ha ya entiendo. Es el hermano de McKengly, vaya hermanitos estos. Bueno ¡tonta! Deja de mirar como Andrew se pierde de tu campo de visión y ve a la belleza que tienes detrás de ti. Lo digo mi Haydee ha perdido facultades, el fracaso no le sienta bien —Hasta que por fin tienes novia —grita divertido y todos lo están viendo. Ahora si Haydee revira, sintiéndose aludida, aunque se demora en entender, incluso revira para ver si alguna mujer se encuentra cerca. "Haydee estás tapada mi hijita".

            —¡Novia! ¿Yo? —Exhala cayendo en cuenta —claro que no, jamás. Dios me libre. Yo soy su asistente, bueno la asistente de su asistente —solo hasta ahora creo que Haydee ha visto bien al chico, lo sé porque se sienta más erguida y tiene esa cara de cuándo piensa en sí su rostro no luce sudado y cansado.

            —¿La asistente de Margaret? —Haydee asiente y él divertido toma la silla al lado de Haydee y se sienta —muy buena elección la que hiciste hermano.

            —¿Eres su hermano? —está casi boca abierta.

            —Yeap. Su hermanito menor. No sabes lo mucho que nos queremos.

            —No te invité a que te sentarás en la mesa, así que busca otro lugar —McKengsly no se ve nada contento, la verdad parece un ogro.

            —Hermano deja la amargura por una vez en tu vida. Tantos años sin verte, merezco un almuerzo contigo y tu bella asistente de la asistente —su sonrisa es muy fresca, tanto que sentimos que una ráfaga de aire mentolado nos acaricia el rostro. Es tan jovial, igual que una lechuga fresca. Déjenme acomodarme para verlo mejor, y ustedes dirán ésta mujer se enamora rápido de hombre que ve, pero es que los hombres así son tan apetecibles que es ridículo solo querer a uno —¿Cuál es tu nombre?

            —Haydee Estefanía Ramírez Olivares —vuelve a decir con esa reluciente sonrisa como si fuera una niña presumiendo de su nombre.

            —¡Haydee Ramírez! —grita y las dos nos asustamos —¡Haydee Ramírez! —repite como no creyéndoselo. Mira a Ian como acusándolo de algo y él lo mira, y espérenme, espérenme ¿qué quiere decir esa mirada? Conozco esa clase de mirada y siempre quiere decir "si dices algo te mato" ¿Qué es lo que no debe decir éste mangazo— eres un... eres un... perro —comienza a reír a carcajadas y ósea no me dejen fuera del chiste.

            —¿Qué pasa? ¿Por qué mi nombre es causa de tanta risa? ¿Tengo cara de payaso? Disculpa pero no tengo ánimos de ser causa de gracia para nadie más el día de hoy y ya que el señor McKengsly no te quiere en la mesa y yo tampoco ¿podrías irte? —¡ajá! Haydee no está para ser monedita de oro el día de hoy.

            —Me dijeron que tenías tu carácter. De verdad lo siento, no me reía de ti. Siempre sentí curiosidad de conocerte y eres realmente linda. En más para compensar mi grosería, te invito una copa ésta noche ¿te parece?

            —Ya tengo planes, pero gracias.

            —Me retiraré, pero Haydee sabes que algún día me aceptarás una copa. Adiós hermano.

            El hermano McKengsly es apetecible y también se ve muy joven, pero por mis manos no importa la edad, todos pasan, y ni se les ocurra acusarme de pedofilia.  

            —El hambre ya se me quitó —McKengsly pone la servilleta a un lado de la mesa y ¡ya nos vamos!

            — ¡Qué! —Grita — ¡No! ¡No! Es la primera vez que comer es una odisea. No me iré de aquí luego de tantas humillaciones sin comer, así tenga que rogarle a tu hermano que me de un espacio en su mesa.

            —¿De verdad quieres almorzar conmigo? —Las dos ponemos cara de "por que crees que estamos aquí idiota" —que todo lo pongan para llevar y te puedes quedar con todo. Ahora no sé... cómete el pan.

            Se levanta sin más remedio, aunque Haydee le echa una última mirada al pan y a la final decide agarrarlo "¡Dios a lo que he caído!" Por tomar el pan nos hemos quedado un poquito atrás, yo reviró para ver al hermano McKengsly, está solo en una mesa con los audífonos puestos ¿Cómo es que los hombres McKengsly siempre están solos y no rodeados de miles de mujeres? Oh me equivoqué aquí ya le llegó compañía.

            xxx

            Las juntas de ejecutivos suelen ser sumamente aburridas, y ahí estamos sirviendo café, porque McKengsly debe pensar que Haydee es un trofeo que mostrar. Amaba las juntas de Mongomeri, todo ese desfile de bellos rostros, traseros jugosos y fuertes músculos. Mongomeri es el mayor patrocinador de Vanidad y Titanium pero para nada.

            —¿Fuiste a almorzar con el jefe? —pregunta medio a gritos Keira la peliroka.

            —Yo me muero si fuera tan afortunada, si cuando pasa por enfrente ya me derrito —Linda hace señas de desmayarse.

            —Bueno yo no quería comer con él, tampoco comí, así que no me envidien. Créanme cuando les digo que McKensgly no es ningún trofeo. Además me odia tanto como yo a él.

            —Escuchaba los cuentos de Haydee y como siempre quiso hundirnos, más nunca creí que en realidad tuvieras tanta confianza para hablar así de nuestro jefe o irrespetarlo como lo haces—Margaret habla, tantos años con los McKensgly la han hecho muy leal.

            —Él y yo hemos sido enemigos toda la vida, sospecharía si de la noche a la mañana comienzo a respetarlo y apreciarlo. En más no creo que eso pase ¡Nunca! —ríe y pone un poco más de Lips Tik en sus labios.

            —¿Tienes planes esta noche?

            —Sí Karen. Esperemos que McKengsly no la arruine. Pero hoy ceno con un ex-novio.

            —Uhhh. Eso no debe ser bueno. Aunque ningún ex novio quiso volver a salir conmigo.

            —No te preocupes. Mira que los ex son un fastidio, pero a este lo necesito. Es un famoso abogado y necesito de su asesoramiento. Crucen los dedos para convencerlo de que me ayude.

            —Lo haremos. ¡Suerte!

            —No sabes cómo envidio tu vida.

            —Keira no la envidies, estoy más quebrada que todas ustedes, amenazada de ir a prisión, una muy mala reputación me precede y recibo humillaciones últimamente cada segundo. Así que no se les ocurra envidiarme, yo envidio sus tranquilas vidas.  

            En efecto en Haydee todo es una fachada, pero aquí vamos de nuevo aparentando tener mucho dinero a la cita con nuestro Christian, aunque aquel hombre no me cae. Bastante daño que te hizo boba, pero bueno hay quienes aprenden a golpes.

            Ahora mismo estoy bostezando y es que éste tipo es tan profundo como un charco, de broma que solo habla de cómo sus músculos crecieron un centímetro más ¿cómo es que esta cosa es un abogado famoso? Claro porque su familia desde siempre ha sido dueña de una muy costosa y prestigiosa firma. Momentos como éstos me hacen ver cuánto me desperdician, las personas deberían saber que soy la cosa más valiosa que cuando pasa nunca vuelve, así que deberían aprovecharme al máximo, no desperdiciarme con aburridas cenas como éstas.

            En este restaurant no hay nadie importante, y creo que Haydee notó que si la trajo aquí es porque no quiere que la vean con ella. Como siempre lo he dicho es un ¡IMBECIL! Por fin Haydee saca el tema de su situación y ok ahí está él diciéndole que tomará su caso. Mi Haydee sería tonta si le cree aunque tal vez no tenga más remedio que creerle, confiar en que él dará la cara por ella, aunque eso sea tan poco probable como que los sapos bailen flamenco.

            —Andrew se encargó muy bien de hablar mal de ti. En la conferencia de Ekron no hizo más que decir lo incompetente que eras, lo poco respetuosa y que no podía seguir con todas tus insinuaciones.

            —¡Insinuaciones!

            —Sí. Incluso Roger le dijo "pero ¿qué tal es en la cama?". Él respondió que no estabas mal, pero que tanto se puede disfrutar con una calculadora ambulante.

            —¡Desgraciado! Además nunca tuve nada con él —vacía todo el vino en su copa, y pide que se la llenen de nuevo.

            —Lo sé, yo te creo. Pero bueno, ya no le hagas caso linda. Cuando terminemos de comer podemos ir a mi apartamento y pasarla lindo.

            Haydee sonreía picarona aunque sé que la idea no le gusta en absoluto. Lujuria está dormida en estos instantes y es que Christian puede ser muy lindo, pero no despierta nada. Que alguien llene ese cerebro de algo interesante. Haydee no hace más que tomar y tomar, tal vez crea que borracha pasará el mal rato, pero ¿de verdad es tan Christina para acostarse con alguien solo por beneficio? Solo sonría ante las estupideces de ese chango. Destino deberías hacer algo para alejarlo de él, no quiero pasar esta noche con él. Anda Destinito mueve tus deditos, anda Destinitito. ¡Oh Púdrete!... Eso Haydee puedo leer lo que piensas, eres perfecta.

            Las ostras han llegado junto con un delicado y pequeño cuchillo, es insignificante y poco peligroso, pero ella está dándole vueltas sobre la mesa, juega y juega. Lo lanza y ataja, hasta que... ¡si!!!!! Logramos nuestro cometido.

            —¡Oh mi mano! —la sangre comienza a manchar el blanco mantel "agh me duele lo que tengo que hacer para librarme de ti" —Duele horrible, necesito ir al hospital.

            Es uno de los meseros los que cubre la mano de Haydee con una servilleta de tela. Ese Christian se ve recontra fastidiado y aquí estamos en el hospital esperando. Un doctor algo mayor nos atiende.

            —Haydee odio la sangre, así que esperaré afuera —dice fingiendo un poco de preocupación. Lo digo que le llegue la hora a éste soso, como diría la reina de corazones "que le arranquen la cabeza" menos mal que no soy Muerte, sino este mundo no sufriría de sobrepoblación.

            —No te preocupes estaré bien. Doctor el dolor es insoportable.

            —En realidad es una cortada pequeña, no necesita de puntos, solo la inyección antitetánica y ....

            —Verá doctor, el hombre que ve allá afuera, tiene que creer que necesito hasta reposo. Que el dolor es tan inmenso que no puedo hacer nada, me entiende —está casi rogándole.

            —Entiendo —susurra cómplice —puedo decirle que necesita quedarse ésta noche aquí.

            —Eso sería genial.

            A los tontos se les puede convencer de todo y sin ánimos de quedarse a acompañar a Haydee, Christian no demora en despedirse y salir corriendo de ahí. Se me hace que el condenado se encontró a alguna enfermera con la cual pasar la noche, pero eso no importa, lo importante es que no meterá su cosa en nosotras, no señor.

            Contentas y ya siendo casi las 11 de la noche salimos del hospital y ¿acaso éste bendito día no tendrá fin?

            —Haydee Ramírez nunca iba a pensar encontrarte por acá y a éstas horas —la condenada es linda, siempre lo ha sido, pero es raro que este aquí.

            —Lo mismo digo Fiji ¿qué haces por acá? Yo me corté la mano —esto es incomodo y es que no es bueno encontrarse con la prima y mejor amiga de París.

            —La hermana de Robert está en labor de parto. Lo sé a ésta hora es una locura, pero bueno los bebés no avisan.

            —Felicidades entonces. Te dejo seguir tu camino —eso es apurémonos en irnos.

            —¡Haydee! —Grita y ya la tenemos atrás de nuevo —Quiero decirte que no podía creer lo que París me contó, la forma en cómo te empeñaste en destruir su relación con Andrew. Resultó que todo este tiempo estuviste enamorada de él y solo querías quitárselo, pero no te has visto en un espejo, podrás codearte con nosotros, pero no perteneces a nuestro mundo.

            —No voy a insistir con eso de que no estaba enamorada de Andrew, cree lo que te venga en gana. Bien sabes que París se estaba acostando con Eric, y le abre las piernas a todo aquel que medio le sonría. Yo la conozco, al igual que te conozco a ti.

            —Sí. Paris se revolcó con tu querido novio cuanto se le dio la gana, y sabes algo yo también lo hice. Pero ¿qué puedes hacer? Ser la ramera de McKengsly te sienta bien, aunque cuídate un poco Haydee creo que de tanto sexo ya te ves algo destruida.

            —¿Algún consejo? Porque en eso de revolcarse y parecer vírgenes París y tú son unas expertas. Además ¿Cuál es el problema de todos? ¿Estás envidiosa porque tengo largas noches de magnifico sexo con Ian? Si mal no recuerdo estabas enamorada de él, pero simplemente eras demasiado insignificante, te tocó conformarte con su amigo. Bueno grábate esto en la cabeza, yo me revuelco todas las noches con él, disfruto de sus fuertes músculos y la verdad no sabes cuan magnifico es su equipo, es algo... waua, de solo recordarlo me acaloré. Justo ahora me dirijo a disfrutar más de eso, la verdad lo siento por ti pequeña Fiji, pasaras ésta noche en el hospital, mientras yo disfrutaré de orgasmos múltiples. Adiós y créeme cuando te digo que el sexo con Eric no se compara ni en un 10% al que me da McKengsly.

            Sonará raro pero yo sí me acaloré con esto, no precisamente con la forma como Haydee lo dijo, pero es que al hacer mención a sus músculos, me lo imaginé... y... bueno no tengo que decirles más. Mientras la cabra loca de mi persona favorita en el mundo se va a su casa, es decir, el apartamento de Christina, yo me daré un paseo por la casa de McKengsly, ustedes saben espero haber llegado justo a la hora del baño.

            ¡Ajá! ¿Qué pasa? Oh vaya siguen aquí. ¿Acaso no tienen oficio? Disculpen mi hostilidad, pero es que lo que estoy viendo ahorita es... es... mejor déjenme que siga viendo. ¡Oh Papi! ¡Dame! ¡Dame! Ja ya parezco de esa chicas de reguetón, la verdad doy asco. Pero ¡maldito vapor! La gente por qué tiene el mal hábito de bañarse con agua caliente, no saben que el vapor estorba mi visión. ¡Esfúmate! Y ¡Yes! Ahí están esos brazos mojados, brillosos por el jabón. Su cabello mojado le llega hasta los hombros, aquel abdomen, no se consigue de a gratis. McKengsly papi por qué estás tan solo, bueno al menos estoy yo. Creo que hoy dormiré como nunca. Aunque saben que nunca duermo.

            —Eventualmente si va a ayudarte tendrás que tú sabes complacerlo —dice Mónica al teléfono.

            —Lo sé, lo sé, pero no puedo ser así. Es que me da de todo, solo pensarlo es... ya algo me inventaré.

            —Haydee te estás metiendo en camisas de once varas, como tu amiga te digo que pienses bien la ayuda de quien aceptas porque Christopher te cobrará cada favor, eso no lo dudes.

            —Amiga no me pongas la cabeza más grande. Te dejo porque ya estoy llegando a Titanium. Nos hablamos luego.

            —Te invito a almorzar para contarte lo de Andrew, lo de ayer fue épico.

            —Ni lo digas, y no te rías Mon.

            Saludamos a todos, cada vez conocemos a una nueva secretaria, y Margaret pareciera estar de humor. Entramos a nuestro cuchitrill y veremos que nos depara éste día. Haydee toma unos cuantos tomos de documentos tan viejos que parece que se les desvanecerán en la manos y comienza con su trabajo. A eso de las diez la puerta se abre de par en par golpeando con fuerza la pared. Haydee no puede reprimir gritar y hasta yo me asusté y es que tenía mi mente en otro lado. Ahora sí ¿qué pasa?

            —¡McKengsly! ¡Qué susto! —se toma el corazón como aliviada —¿Te ocurre algo?

            —¿No estás cansada amor de la noche entera de sexo que tuvimos ayer?

            ¡Oh! ¡Oh! Por su cara se ve que no está nada contento. Sálvese quien pueda.

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La verdad no tengo donde meter mi cara de verguenza. Ahora mismo una bolsa de papel me cubre, y es que dije que subiría capi el Domingo, pero fue la final de futbol y bueno estuve mordiendome las uñas y nada más jaja. Luego el Lunes mi sobrinito tuvo su acto de fin de año y lo vi bailar joropa, aunque el pobre no bailo nada jaja. Así que hoy me tienen aquí. Casi no subo capi y es que me obsesioné con The Maze Runner que no pude estar más bueno ese libro. En fin espero que me perdonen. Ya pronto mi otra novela Envenenado de Ti acabará y entonces sí podré avanzar rápido con ésta. Besotes y que esten muy bien :)

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