Cap 30: Entrenando con Polarus

(¡AVISO! Por favor lean las notas del final del capítulo, habrá varias cosas importantes, ¡Gracias!)

Sero bostezó y golpeó su pulgar repetidamente en el botón hacia abajo del ascensor. Anoche se quedó despierto hasta demasiado tarde jugando a las cartas con su nuevo jefe. Pero no podía decirle que no, y había galletas y-

Ugh. Ese no era el punto. Tomaría una taza de café para estar más despierto y evitaría a Stellaluna porque probablemente los regañaría a él y a Polarus.

Las puertas del ascensor se abrieron y Sero se arrastró a la cocina, buscó en las alacenas y cajones y encontró una taza. Eso era bueno. Aunque también era menos de la mitad de las cosas que necesitaba.

Una elaboración de café muy aburrida más tarde, Sero se abalanzó sobre el puf que le habían asignado (Sí, los pufs se asignaban allí, ese lugar parecía sacado directamente de algún sueño que tuvo a los ocho años).

Tomando un sorbo de su taza, Sero suspiró y abrió uno de sus ojos, cerrándolo al instante. Dios ¿Quién pensó que era una buena idea poner paredes de vidrio y ventanas por todas partes? Sus retinas dolían. Se estaba pareciendo mucho a Tokoyami, ¿No?

Soltó un fuerte suspiro y tomó otro sorbo. Necesitaba pensar en otra cosa, algo menos dramático, algo que no sonara como sacado del diario lleno de poesía dramática de un adolescente emo, rey del delineador y del angst de primer año de secundaria.

Ahora que lo piensa, Tokoyami probablemente tenía uno de esos. Kirishima también lo tuvo, según Mina. Aparentemente había sido muy emo antes de teñir su cabello. Kirishima emo. Le parecía una locura.

Bueno, técnicamente era un poco emo, pero eso era físicamente. Él estaba hablando de ser emo mentalmente, usar demasiado negro, tener una muy baja autoestima y todo eso.

Sero sacudió la cabeza y terminó su café. No iba a ponerse a divagar ahora. Kellin aparecería pronto para comenzar con el entrenamiento y Sero necesitaba prepararse para eso. Y ciertamente, pensar en delineador de ojos negro y novelas dramáticas no era algo en lo que pensabas cuando ibas a ponerte en modo héroe en formación. A menos, claro, que fueras Tokoyami.

¡No, no y no! ¡No había que pensar en esas cosas! ¡Basta, cerebro!

Tal vez necesitaba un cambio de escenario. Tal vez el puf lo estaba volviendo emo. Si así eran las cosas tendría que pedir un nuevo puf. Esperen, ¿Acaso podría hacer eso? ¿O él y su puf ahora tendría un lazo de por vida? Dondequiera que él fuera, ¿El puf lo seguiría? Eso sonaba aterrador.

Sero se paró abruptamente. Necesitaba alejarse de ese puf posiblemente embrujado ahora mismo. Se sentaría en una de esas sillas elásticas, encedería una vela para despejar sus pensamientos negativos, y esperaría a que Kellin apareciera. Sí. Eso sonaba bien. Era un muy buen plan. Pero justo cuando se giró para hacia la mesa con una muy agradable vela de jazmín, se estrelló contra alguien y perdió el equilibrio, cayendo de sentado.

Bueno, sabía que había tenido mucha suerte causando buenas impresiones el primer día, era solo cuestión de tiempo para que algún desastre sucediera.

-Lo siento -Se disculpó mientras se levantaba- No estaba mirando a dónde iba.

Cruzando los dedos y rezando para que Dios lo escuchara, oró por no haberse chocado con Stellaluna. Esa sería una de las peores maneras de comenzar su pasantía, posiblemente la peor de todas.

Gracias a Dios. No era ella.

Sin embargo, no pudo reconocer quién era.

Parecían... A ver, se veía un poco raro, si debía ser honesto. En lugar de tener piel, huesos y músculos, parecía estar completamente hecho de agua, o algo estilo, gelatina sin colorante. Era semitransparente y no tenía huesos visibles. Lo que sí tenía era pelo largo hasta la cintura que era casi del mismo color que su piel, aunque ligeramente teñido de azul. También tenía una textura muy extraña y parecía que se movía, estaba ochenta por ciento seguro de que en realidad no era pelo.

-Oh, lo siento. No te vi -Dijo, parpadeando dos veces- Señor Cellophane.

Sero levantó las cejas. Oh vaya. Las noticias sí que viajaban rápido por ahí- ¿Kellin ya le ha contado a todos sobre mí?

Sacudió la cabeza- No que yo recuerde, no.

-¿Entonces, cómo sabes mi nombre?

-¿Señor Cellophane es tu nombre? Qué peculiar -Opinó, abriendo el freezer y sacando unos cuantos cubitos de hielo, comiéndolos uno a uno mientras su cabello continuaba danzando de forma inquietante- Interesante

Sero dio unos pasos atrás, mirando al freezer de reojo mientras su corazón comenzaba a latir rápidamente. Dio un paso atrás disimuladamente. Aléjate del freezer y continúa la conversación. Sí, podía hacer eso, al menos eso esperaba.

-Eh, creo que no te vi ayer, ¿Cómo te llamas? -Preguntó un poco nervioso.

-¿Qué importa? Los nombres son simplemente una forma de categorizar a las personas que conocemos. Los nombres significan demasiado. Alguien puede ser reconocido por millones debido a un nombre.

-Sí, tienes razón -Se rascó la mejilla torpemente, recordando a Kaichi por alguna razón- ¿Quieres que te llame "persona que no conozco"?

-Eso no tendría mucho sentido, teniendo en cuenta que ahora me conoces.

-Te conocería mejor si supiera tu nombre. Me sería más fácil recordarte.

-¿Acaso esta conversación no es lo suficientemente memorable? ¿Debes ponerme una etiqueta tal como un nombre para recordarme?

-Sólo quiero saber cómo llamarte. Llamarte "Esa persona con el pelo que parece estar vivo" me suena un poco grosero.

-Yo no creo que sea grosero.

-Otras personas tal vez sí.

-¿Qué tienen que ver los otros con la forma en que deseas llamarme?

-Sólo para que pueda asegurarme de que no te confunda con alguien más, supongo.

-¿Has conocido a alguien como yo antes?

-En realidad no, pero puede que alguien sí. Sólo estoy tratando de hacerlo lo más fácil posible.

Asintió, jugando a girar uno de sus extraños tentáculos alrededor de su dedo- Ya veo.

-¡Buenos días a todos! -Exclamó una voz familiar.

Sero se volvió para ver a Kellin entrando a la sala, con la cabeza en alto y con un cartón con cuatro cafés comprados en la mano.

-¡Sero! ¡Qué bueno verte! -Dijo al acercarse- Veo que has conocido a Aoi.

-Oh. Así que ese es su nombre.

-Sí -Asintió con la cabeza- Oh y por cierto, si yo fuera tú retrocedería un poco. Al menos unos tres pasos, porque asumo que él no te lo dijo.

-¿Por qué? -Sero preguntó, mirando a Aoi cansado, que había vuelto a abrir el freezer y ahora estaba mordiendo otro cubo de hielo- ¿No me dijo qué?

-Si llegas a tocarle el pelo vamos a tener que llevarte a un hospital porque eso no es pelo, son tentáculos de medusa y te picarán y te dolerá mucho.

Aoi parpadeó perezosamente y saludó, su no-pelo danzando detrás suyo incesantemente. Bien. Pelo de medusa. Eso era una novedad. Aunque no sabía si era una novedad buena o una loca y aterradora.

-Oh. Está bien.

Kellin tomó un sorbo de su taza de café- Ahora, aunque me encantaría quedarme y disfrutar de una conversación entretenida con un gran conversador como Aoi, tenemos otras cosas que hacer. ¡Vamos, a movernos!

Aoi los saludó con la mano, comiendo un último hielo antes de alejarse. Probablemente iría a hablar con alguien más o algo así.

-Puede ser un poco... Excéntrico, pero te prometo que Aoi es un verdadero amor -Kellin frunció el ceño- Bueno, "amor" probablemente no es la palabra correcta, pero es la única que se me ocurre ahora, así que usaré esa

Sero lavó su taza rápidamente y luego se giró hacia Polarus- ¿Adónde vamos?

-Ya verás.

Así que él era una de esas personas. Maldita sea.

-Muy bien chico, ve a cambiarte y nos encontramos aquí en cinco. O en el tiempo que te tome cambiarte. Sólo vuelve aquí cuanto antes -Frunció el ceño de vuelta, con una mirada pensativa ¿Acaso cambiaría de opinión? Eso parecía- O mejor no, ve directamente al techo. Así será más rápido.

-Lo tengo.

Mostró una sonrisa y caminó hacia la oficina de la que le habían dicho a Sero que se mantuviera alejado- ¡MIMI! ¡TENGO TU CAFÉ! ¿DÓNDE ESTÁ MI CELULAR?

Hubo un breve momento de silencio antes de que ella respondiera- ¡Segunda alacena! ¡Del lado del que están los cuencos y todo eso! ¿Cómo lo perdiste allí?

-¡ME LO PREGUNTAS COMO SI YO SUPIERA LA RESPUESTA! -Kellin replicó, doblando de nuevo hacia cocina y abriendo una alacena en la que, efectivamente, había un celular - ¡ERES LA MEJOR!-

-¡Ahora quiero mi café, maldita sea!

Kellin se rió y guardó el aparato en su bolsillo para luego caminar en línea recta hacia el pasillo con las oficinas.

Oh, bueno.

Pero Sero no tenía tiempo de pensar en eso, o en si el quirk de Stellaluna era lo que la hacía tan buena encontrando cosas. Tenía que cambiarse, y prepararse para el aprender todo lo que su jefe tenía para enseñarle. Eso sonaba bastante simple. Sí, podía hacer eso. O al menos podía intentarlo.

Se metió en los vestuarios, y después de cambiarse y darse una charla de ánimo en el espejo, se dirigió hacia las escaleras, sólo para que su corazón latiera a una velocidad increíble.

Llegó al último piso sin mucho problema y abrió la puerta que conducía al techo sin dificultad alguna.

Kellin aún no estaba allí, así que optó por caminar hasta el borde del edificio y sentarse, con las piernas colgando. Tomó aire por la nariz y soltó un largo y feliz suspiro.

Iba a aprender mucho. ¿Había estado tan entusiasmado por aprender antes? Probablemente no. Probablemente nunca lo estaría, honestamente. A menos que hubiera trabajo de héroe involucrado. O Iida. O ambas cosas.

Iida.

¿Cómo estaba? ¿Adónde había ido por su pasantía? ¿Cómo estaba Tensei? No le había dicho nada a Sero desde la charla que tuvieron el día que eligieron sus nombres de héroes. Tampoco respondía los mensajes. Diablos, apenas había hablado con el Dekusquad.

Bueno, eso no era cierto. Habló con ellos, pero no tanto como solía hacerlo. Es como si, en lugar de involucrarse en las conversaciones, estas sucedieran a su alrededor. Si es que eso tenía sentido.

Aunque bueno, nada tenía mucho sentido últimamente.

Cuando terminaran las pasantías, se aseguraría de hablar con Iida. Nada de seguir ignorando los problemas. Los problemas no desaparecían si los ignorabas por mucho tiempo. Y seguramente Iida solo necesitaba un empujón en la dirección correcta.

El sonido de pasos acercándose sacó a Sero de sus pensamientos.

-Muy bien chico, ¿Estás listo para entrenar? -Kellin preguntó mientras se paraba al lado de Sero, guardando su celular en el bolsillo antes de estrechar sus manos.

-¡Sí! -Sero exclamó, poniéndose firme y serio. Al fin y al cabo, este tipo sería su jefe durante toda la semana.

Kellin sacudió la cabeza, riendo- Chico. No te preocupes. Este es el único lugar donde no tienes que seguir reglas estúpidas y caminar como si tuvieras una regla atada a tu espalda. Puedes comer cereales con agua o hacer cualquier otra tontería que quieras. Sólo, relájate un poco.

-Lo siento, es sólo que... -Sero suspiró- Estoy rompiendo todas las reglas que mi profesor me ha enseñado, ¿Sabes? Siento como si fuera a salir de un tacho de basura y empezar a gritarme o algo así.

Kellin soltó una estridente risa- No te preocupes por eso. No hay forma de que Eraserhead venga hasta aquí sólo para gritarte.

-Nunca se sabe con él.

-Buen punto.

-Así que bueno, ¿Vas a decirme a dónde vamos, o qué estamos haciendo, o algo por el estilo?

Kellin negó con la cabeza- No. Vas a tener que seguirme. ¿Puedes hacer eso?

-Síp.

Kellin sonrió- Es fácil perderse aquí y no quiero que te quedes varado, así que si necesitas que vayamos más lento, sólo dime, ¿De acuerdo?

Sero le dio un pulgar hacia arriba y golpeó la visera de su casco. Bien. Estaba listo para esto. Él podía hacerlo. Él nació listo. Y más pensamientos motivacionales.

-¡Vamos, chico!

Y con eso, Kellin saltó del techo.

Al caer, estiró su brazo y un cable de metal salió disparado desde el guante de su brazo derecho, girando hacia un poste de luz cercano y pegándose a este. Kellin surcó los aires, acercándose cada vez más al poste, para luego disparar otro cable y seguir con el proceso.

Esperen. Literalmente le acaba de decir que tenía que seguirlo o se perdería. Mierda.

Sero saltó del techo y disparó un trozo de cinta desde su codo izquierdo hacia el balcón de un edificio cercano, moviéndose ágilmente para alcanzar a Polarus.

Está bien, está bien, él podía hacer esto. ¿Cierto? ¡Por supuesto que podía! Había estado haciéndolo desde que tenía como siete años. Era prácticamente lo único que podía hacer bien.

Sero siguió a Kellin durante unos minutos más, este balanceándose entre postes de luz y él entre balcones y paredes. Pero finalmente, Kellin giró alrededor de una última farola y cayó al suelo.

Sero siguió su ejemplo, levantando la visera de su casco y mirando a Kellin.

-¡Aquí es! -Exclamó, retrayendo los cables en sus guanteletes y gesticulando hacia el edificio frente a ellos.

Sero miró hacia arriba y leyó las grandes letras azules, levantando una ceja- ¿Una escuela primaria...?

Kellin sonrió- Se.

Sero sonrió ampliamente- Genial. ¿Qué haremos aquí?

-Sólo algunas cosas generales. Pasar tiempo con los niños. Tienes que ser bueno con los niños si quieres ser un héroe, ¿Sabes? Bueno no es obligatorio, pero siempre viene bien.

-¡Claro que sí!

Kellin levantó una ceja- ¿No estás tipo, molesto, o algo por el estilo?

-¿Por qué lo estaría?

-No sé. Sólo pensé que no estarías muy interesado en pasar el rato alrededor de algunos niños en lugar de arrestar criminales o algo así.

Sero se encogió de hombros- Supongo que me gustan los niños. Además, no necesito tanta adrenalina tan temprano en la mañana.

-Genial.

Con eso, los dos caminaron un corto trecho y Kellin presionó el pequeño botón del timbre- Oh y por cierto, te deberías sacar el casco

-Oh. Sí, me olvidé de eso -Dijo Sero, quitándose el casco y sosteniéndolo bajo su brazo izquierdo. Incluso siendo un héroe, era un poco sospechoso entrar en una escuela con un casco negro puesto. Sí. Sólo un poco.

Después de unos segundos, hubo un fuerte ruido, las puertas se habían destrabado. Sero abrió una de las gigantes puertas y Kellin entró, inmediatamente girando a la izquierda hacia la oficina de las secretarias.

Kellin asomó la cabeza y luego entró, saludando de forma a la secretaria, quien lo saludó igual de jovialmente, señalándolo a un pasillo de donde salía una profesora.

-¡Polarus! ¡Estoy tan contenta de que estés aquí! -Exclamó la maestra, con la cara iluminada mientras dejaba a un lado la pila de libros que sostenía y caminaba hacia adelante, abrazándolo fuertemente antes de dirigirse a Sero- ¿Es este tu pasante?

Asintió con la cabeza- ¡Síp! Cellophan, te presento a la señora Hanamura. Señora Hanamura, él es Cellophan.

Ella le dio un fuerte apretón de manos antes de volver a dirigirse a Kellin- Muy bien, tienes unos minutos antes de que comience el receso, ¿Hay algo que necesites antes de eso?

Kellin negó con la cabeza- ¡No, no! ¡Estamos bien!

-¡Está bien! ¡Entonces, síganme por favor! -Exclamó, recogiendo la pila de libros de nuevo y comenzando a caminar por el pasillo vacío, Kellin y Sero hicieron lo que ella pidió y la siguieron.

Al pasar por las aulas, Sero miró a través de las ventanas de las puertas para ver a los niños sentados en sus escritorios. Algunos sentados rectos, otros pasándose notas. Oh vaya, había un niño que roncaba tan fuerte que habría hecho que Aizawa se sintiera orgulloso.

Desafortunadamente, Sero tuvo que despedirse del niño rocador porque la señora Hanamura y Kellin seguían caminando, y lo último que necesitaba en ese momento era perderse en una escuela primaria.

La profesora los guió por algunos pasillos más, pasando por un comedor lleno de niños gritando, llegando hasta el final de un pasillo, donde abrió la puerta y los llevó al patio de recreo

-Bueno, los estudiantes estarán aquí en unos minutos. Algunos de ellos pueden ser un poco agitados y probablemente querrán toda tu atención, y otros seguro se esconderán y no van a querer ni hablarte. Sólo, ten cuidado -Dijo la maestra- Estoy segura de que ya lo sabías, pero nunca viene de más aclararlo.

Kellin y Sero le dieron un pulgar hacia arriba mientras ella daba la vuelta.

-Ustedes dos solo prepárense para la horda

Con eso, se dio la vuelta y entró de vuelta hacia el edificio, dejando a los dos solos.

-Bien, ya escuchaste a Hanamura. Es hora de pelear con algunos niños de jardín de infantes –Se tronó los nudillos y los hombros, una expresión decidida se apoderó de su rostro- Si yo fuera tú pondría ese casco en un lugar seguro. Podría ser destruido, cubierto de mocos o alguna cosa de esas.

-¿Y dónde sería "en algún lugar seguro"? -Sero preguntó, mirando alrededor del patio de recreo. No había lugar que aquellos niños no pudieran alcanzar.

Kellin se encogió de hombros- No sé. Usé casco durante los primeros seis meses de mi carrera viniendo aquí y luego lo abandoné y nunca he mirado hacia atrás.

Sero suspiró y miró su casto- El mío es demasiado genial para rendirse.

-Bueno, entonces será mejor que estés listo para probar cuan duradero que es, porque no creo que esos niños vayan a ser misericordiosos.

-Estoy de acuerdo en eso -Se encogió de hombros- Pero limpiarlo un poco no me matará.

Sin embargo, antes de que pudiera decir nada más, las puertas se abrieron y una horda de niños salió corriendo al patio de recreo, gritando y disparando cosas con sus quirks. En fin, cosas de niños pequeños.

-Prepárate chico. Aquí vienen.

En cuclillas (Sólo un poco para asegurarse de que no sería derribado cuando niños voraces de seis años se estrellaran contra él a toda velocidad) y tirando su casco a un lado, Sero se preparó para el impacto. Pero justo antes de que los niños pudieran chocar contra ellos, un fuerte silbato se escuchó en todo el lugar y los niños se detuvieron instantáneamente, volteando a enfrentarse a su maestra.

Hanamura los miró con el ceño fruncido- ¡Niños, por favor! ¡No sean animales! ¡Traten a nuestros huéspedes con respeto!

Hubo algunas risas avergonzadas y un murmullo diciendo "Lo siento señora Hanamura". Incluso se logró escuchar un "¿Dónde está mi zapato?". Ah, Niños.

-Ahora, ¿Qué tal si saludan cortésmente a nuestros invitados?

-¡Hola señor Polarus! -Corearon los niños- ¡Es genial verte de nuevo!-

Kellin saludó alegremente y acto seguido dirigió su atención a Sero. Decenas de pequeños ojos se fijaron en él. Examinándolo. Mirándolo fijamente.

Sero sólo se había sentido igual de intimidado dos veces en su vida. Cuando entró en la escuela secundaria, y cuando conoció a Bakugo. O vaya, así que la mirada de Bakugo tenía la misma potencia que una horda de niños cinco años de edad. Interesante.

-¿Quién es él? -Preguntó uno de ellos, ladeando su cabeza a un lado curiosamente.

-¿Él? -Kellin señaló a Sero y miró a su alrededor, como si hubiera alguien más de quien pudiera estar hablando- ¡Él es mi pasante, Cellophan!

El chico sonrió y saludó- ¡Hola señor Cellophan!

Los otros niños se unieron a ella, veinte voces chirriantes saludándolo alegremente. Eso se sintió mejor de lo que esperaba.

-Gracias -Dijo la señora Hanamura, dando un paso adelante- Ahora, pueden divertirse todo lo que quieran, pero por favor no sean muy bruscos. Porque si lo son, el señor Polarus no volverá a visitarnos ¿Entendieron?

-¡Sí señora! -Todos corearon alegres y, acto seguido, fueron a jugar.


☆.。.†:*・゜☆Final del capítulo☆.。†.:*・゜☆

¡Hola mis rayitos de sol!

Bueno, hay muchas cosas para decir así que voy a intentar ser lo más breve posible.

Primero que nada, perdón por no actualizar el sábado, me agarró una fiebre terrible y bueno, pasaron muchas cosas de las que no necesitan detalles, el tema es que no pude ni agarrar la compu de lo mal que estaba :(

Segundo, decidí que, por una larga-no-tan-larga-pero-igual-larga lista de razones, pasaré a actualizar una vez por semana, aunque todavía no decidí si será sábados o lunes pero bueno.

Tercer punto importante: Cuando termine de traducir los capítulos que hay, tal vez (Repito: TAL VEZ) Haga un incorrect quotes de bnha (TAL VEZ)

Una cosita más! El capítulo de hoy no está terminado, osea que lo corté antes del final debido a una serie de razones, así que al próximo capítulo le voy a sumar también lo que faltó de este así que probablemente sea bastante largo-

¡Y ahora sí me despido! ¡Como siempre saben que me pone super contenta que dejen un voto y algún comentario! ¡Los quiero un montonazo y gracias por siempre apoyar este fic!

¡Chau mis rayitos de sol!

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