Cap 25: Bienvenida a casa
Sero suspiró y se masajeó la sien con una mano, la otra agarrando fuertemente un poste del tren para evitar caerse y aterrizar en el regazo de la anciana con un vestido floral y lentes con forma de gato. Probablemente le rompería la cadera por el impacto.
Dios, ¿Por qué tenía que pasar todo a la vez?
Las clases de entrenamiento de hoy iban a ser francamente infernales, todo por tener que prepararse para el festival deportivo. Incluso siendo una momia, Aizawa no mostraba piedad. Y ni siquiera quería hablar de lo sádico que era el entrenamiento de Midnight. O cómo All Might parecía decidido a enviarlos a todos a casa en muletas.
Pero el universo realmente debía de estar en contra suya, porque además del entrenamiento excesivamente violento, la vida en casa también estaba siendo bastante caótica, con todos corriendo como pollos con la cabeza cortada (Sí, estaba seguro de que ese era el dicho correcto) y preparándose porque Haruka regresaba a casa. Porque volvía a casa hoy.
Así que tendría que trabajar duro en el entrenamiento de ese día porque no podía permitirse hacer las cosas a medias en esos momentos, y después de que terminara la escuela tendría que correr a la parada y rezar para que el tren llegara a tiempo para poder buscar inmediatamente a los gemelos y Yuka de la escuela.
Y luego tendría que cocinar la cenar, asegurándose de mantener a Yukari lejos de los cuchillos y a Kaichi lejos del pelapapas porque la última vez que lo usó terminó en la sala de emergencias con seis puntos de sutura y lo último que necesitaba ahora mismo era un viaje a cualquier hospital.
Esperen. Se estaba yendo por las ramas, e irse por las ramas es malo. Necesitaba volver al punto... ¿Cuál era el punto?
¡Oh, cierto! ¡Su horario! ¡Planear cosas! ¡Estar ocupado, estresado y cansado!
Maldición.
Eso sonaba un poco mal.
Tachen eso, sonaba horriblemente mal.
Pero Haruka volvía a casa hoy y eso es todo lo que importaba. Él se ocuparía de todas las cosas pesadas y aburridas que tenía que hacer y mil más siempre y cuando eso significara que ella llegase a casa muy bien y el universo no decida darles más problemas.
Sero fue sacado de sus pensamientos por una voz automatizada anunciando su parada. Bien, necesitaba ir a la escuela y aprender y que le patearan el trasero en el entrenamiento antes de empezar a preocuparse por Haruka.
O tal vez podría hacer ambas cosas al mismo tiempo. Después de todo, las multitareas existían.
Esperen, ¿Kirumi no mencionó algo sobre que en realidad no existían hace como dos años? Como que en realidad solo estás cambiando tu atención constantemente de una cosa a otra y al finalmente no haces ninguna bien y-
Y se estaba yendo por las ramas de vuelta.
Perfecto. Mejor solo baja del tren, ve a la escuela, y prepárate para ser golpeado tanto mental como físicamente durante seis horas. Sí, él podía hacer eso.
Después de salir del vagón del tren, Sero corrió por la vereda hacia la UA. Bueno, ya era hora.
...
Sero golpeaba su pie contra el piso ansiosamente, con los ojos fijos en el reloj de la pared en la parte delantera de la habitación. Sólo unos segundos más. Podría salir por la ventana para ahorrar como dos minutos, pero seguro que le gritarían al menos tres profesores, y probablemente algún alumno de último año también. Eso lo atrasaría. Incluso cabía la posibilidad de que alguno de ellos lo detuviera para sermonearlo. Eso no le vendría para nada bien.
Así que sólo correría por la puerta. Al diablo con todo, solo necesitaba llegar a casa.
El último minuto de la clase terminó y el timbre de salida resonó en toda la escuela.
Bingo.
Saliendo desesperado de su asiento, Sero saltó sobre el escritorio de Kaminari y casi patea a Aoyama en la cara mientras se lanzaba hacia la puerta, corriendo como alma que llevaba el diablo por el pasillo. Sus pisadas resonando fuertemente mientras saltaba por la escalera y disparaba un pedazo de cinta hacia la baranda, apenas atrapándose a sí mismo antes de caer al suelo.
Retrayendo la cinta de nuevo en su codo, Sero continuó su camino para salir de la escuela. Tendría que hacer una parada rápida para cambiarse los zapatos, pero después de eso podría ir directo a la estación.
O podría correr todo el camino a casa. Los edificios estaban lo suficientemente cerca como para balancearse y saltar fácilmente, y había varios delitos menores en la zona por lo que incluso si un héroe quisiera detenerlo, tendrían que elegir entre él y un ladrón de bolsos.
¡Y sería un buen entrenamiento! ¡Mataría dos pájaros de un tiro!
Acelerado, Sero abrió el casillero y cambió sus zapatos más rápido de lo que nunca ha hecho nada en su vida. Pero lo más impresionante fue que no confundió el derecho y el izquierdo, se los puso bien. Un milagro que le salvó casi un minuto.
Tomando esto como una señal para seguir adelante, Sero, en efecto, siguió adelante. Corriendo como loco.
Una vez que cruzó de las puertas, Sero decidió que ir por cinta era la mejor opción. No estaba de humor para sentarse en la parada durante veinte minutos. O estar parado en el tren durante veinte minutos. O hacer cualquier cosa durante veinte minutos, en realidad. Creo que entienden la idea.
-¿Te importaría explicar por qué dejaste la clase tan repentinamente?
Sero se estremeció y miró a su izquierda, donde Iida le estaba siguiendo el ritmo con facilidad, una mirada sin impresionar en sus ojos.
-¡Pensé que no usabas tu peculiaridad con pantalones puestos!
Dios. Eso sonó mal.
-No estoy usando mi peculiaridad -respondió Iida, con una seriedad mortal.
-Oh.
Así que era locamente rápido incluso sin su peculiaridad. Qué sorpresa.
-¿Te gustaría seguir corriendo, o preferirías parar para poder explicarme qué se supone que estás haciendo?
Sero suspiró, pero se detuvo. Supuso que sí podría darle una explicación. Y podía recoger a los gemelos y a Yuka mientras caminaban a casa en lugar de justo en la puerta de la escuela. Sí, eso serviría. No perdería mucho tiempo.
-Ok, lo que pasa es que tengo que pasar a buscar a los gemelos y Yuka y luego empezar la cena y mantener a Kaichi legos del pelapapas y-
Iida lo silenció con uno de sus movimientos con los brazos particularmente rápido- Simplemente me estás diciendo detalles. Si estás en un apuro, ¿No sería más beneficioso llegar directamente al punto?
-Lo siento, lo siento -Se disculpó Sero mientras sacaba su teléfono del bolsillo y comprobaba la hora. Todavía tenía al menos dos minutos para charlar a su disposición- Bien, el punto es que tengo un montón de cosas que hacer porque Haruka vuelve a casa hoy. Creo que eso sería lo más básico de lo básico.
-Ya veo -Iida asintió con la cabeza- ¿Quieres ayuda?
-¿Qué?
-Parece que te podría ser util un poco de ayuda con sus tareas, pero ¿Te gustaría tener ayuda? Entiendo completamente si prefieres hacer esto solo.
Sero soltó un suspiro- A ver, no creo que puedas ayudar mucho con, pero un poco de compañía sería agradable.
-Entonces permíteme acompañarte.
Sero asintió con la cabeza- Muy bien, vamos. No hay más tiempo que perder.
-En efecto -Coincidió Iida.
Juntos, partieron por la calle una vez más, reanudando rápidamente su ritmo anterior. Sero entraba y salía de las multitudes. Ugh. ¿Por qué la gente tenía que estar allí y en ese exacto momento? Le vendría bien deshacerse de todos esos obstáculos extra.
Su mirada aterrizó en los edificios que había a la izquierda. No había obstáculos adicionales ahí arriba.
Sero disparó una cinta al edificio más cercano y, después de rezar por que se pegara, se apartó del suelo y la retrajo, arrastrándose hacia el edificio.
Una vez que había aterrizado a salvo en el techo, Sero continuó corriendo, saltando de azotea en azotea con facilidad. Eso sí que era vida.
Estaba tan atrapado en sus pensamientos y su felicidad, que no se dio cuenta de que básicamente había abandonado Iida, hasta que se detuvo y miró hacia abajo en la calle, donde Iida se había detenido, girando la cabeza para todos lados mientras buscaba a Sero.
Ups.
Esperen un momento. ¡Podría convertir esto en algo totalmente bueno!
Sonriendo, Sero clavó un trozo de cinta en las rejas de uno de los balcones y descendió al estilo Hombre Araña, estirando la cinta poco a poco. No quería romperse la cabeza contra el pavimento. Estaba bastante seguro de que eso no sería bueno. Y realmente arruinaría su agenda.
Soltó un silbido e Iida giró, encontrándolo, y aparentemente muy decidiendo en ir a buscarlo porque entró directo en el callejón. Wow.
Tan pronto como estuvo lo suficientemente lejos como para que nadie en la calle pudiera verlos a simple vista, Sero continuó su descenso y se detuvo justo cuando estaba nariz a nariz con Iida.
-Estar boca abajo así seguramente no puede ser bueno para tu salud -Dijo Iida, sin aliento.
Sero se encogió de hombros- Hace que la sangre fluya a mi cerebro.
Una sonrisa ladina apareció en el rostro de IIda- Supongo que es un efecto secundario beneficioso.
-Y sabes... Hay algo que me gustaría probar -Dijo sonriendo descaradamente.
-¿Y eso es...?
-Un beso al estilo Spiderman.
-¿Interferiría con tu horario?
-Al diablo el horario
Sero soltó sólo un poco más de cinta, lo que le permitió bajar unos centímetros más mientras levantaba una mano para tomar la cara de Iida, la otra todavía aferrada a la cinta.
El cálido aliento de Iida le hizo cosquillas en la mejilla mientras se inclinaba, empujando sus labios juntos en un beso un poco desaliñado.
No fue tan increíble como las películas lo pintaban, pero a ver, seguía siendo un beso.
Sero se alejó y sonrió- Nada mal, si me preguntas a mí.
-No puedo evitar estar de acuerdo.
La sonrisa de Sero se extendió aún más mientras daba una vuelta y caía al suelo de pie, retrayendo la cinta de nuevo en su codo- Gracias por acompañarme tan lejos, Ten. Nos vemos cuando quieras.
Con eso, Sero disparó cinta hacia la pared, apuntando alto, y saltó de nuevo al techo del edificio, corriendo hacia la primaria de sus hermanos. Puede que esté unos minutos demorado, pero no había problema con eso, eran sólo unos pocos minutos.
...
Hanta soltó un quejido cuando oyó el golpe en la puerta. ¿Quién venía de visita? ¿Por qué ahora? Haruka no llegaría hasta dentro de al menos otra media hora así que ¿Quién diablos estaba golpeando ahora mismo?
Dejando el cuchillo, Hanta se volvió hacia Kaichi.
-Mantén a Yuka lejos de los objetos afilados y no toques el pelapapas.
-Ok.
Hanta salió de la cocina y se dirigió a la puerta, donde la persona del otro lado había empezado a golpear de nuevo.
Sacando la llave y tomando la manija, comenzó a hablar antes de que hubiera siquiera abierto la puerta- ¿Hay algo que pueda hacer ayuda-
Se quedó callado al ver que en la puerta estaba Iida, con el pelo un poco más despeinado que la última vez que lo había visto, una bolsa de papel marrón en la mano y una mirada segura en su cara.
-Sé que no es realmente el mejor momento para pasar por aquí, pero recordé que en nuestra primera cita mencionaste que a Haruka le gustaban los cafés con leche del lugar al que fuimos y no pude evitar pensar cómo en-
Iida continuó divagando, pero toda la atención de Hanta estaba en la bolsa grande en su mano. ¿Iida realmente había ido hasta el lugar solo para comprar un café? ¿Por un dato más que dijo en su primera cita cuando estaba lleno de nervios y tratando de compensar su llegada tardía?
Wow. Sólo wow.
Pero Iida todavía estaba hablando, bordeando los niveles de Midoriya a este punto, y Hanta se dio cuenta de que tenía que poner fin a aquello antes de que fuera más lejos.
Cerrando la puerta detrás de él, Hanta dio un paso adelante y colocó sus manos sobre las de Iida, tomándolas suavemente y cortando su oración.
-No hace falta que expliques, Ten -Le aseguró Hanta- Tus acciones hablan por sí solas.
Iida se relajó visiblemente- Gracias. Ya ni siquiera sé qué estaba diciendo.
-Sí, me di cuenta -Hanta sacudió la cabeza, riendo ligeramente- Pero gracias. En serio.
-Realmente no es mucho, simplemente-
-No sólo por el café, Tenya. Por estar aquí y hacer mi día cada vez que estás cerca. Sólo por existir, supongo -Soltó una risa corta y despreocupada- Gracias por existir.
Iida sonrió suavemente- Yo podría decir lo mismo de ti.
Hanta suspiró contento. Deseaba que pudieran quedarse así para siempre. Diciéndose cosas ridículamente tiernas el uno al otro mientras estaban tomados de las manos y miraban con amor a los ojos del otro. Dios, fue tan cursi. Pero por cursi que fuera, era lo que Hanta quería.
Pero no podían hacer eso. Tenían reglas, y la regla número uno era no ser descubiertos. Y estando así era muy fácil que alguien los viera.
Al carajo. Se podía dar este permitido. Sólo un poco más. ¿A quién le importa si los vecinos los veían? No es como si la señora Arai fuera a contarle a sus amigos.
Hanta se inclinó y dejó un beso en los labios de Iida.
Sólo un poco más. Eso es todo lo que pedía.
Se retiró y lo miró a los ojos.
Pero nada dura para siempre.
-Probablemente debería irme.
Hanta asintió con la cabeza y se alejó- Sí. Además, tengo que volver a hacer la cena.
Con un último apretón de manos, los dos fueron por caminos separados, Hanta con un café con leche en la mano.
Al entrar, Hanta examinó la escena. Kaichi había hecho bien su trabajo, y Yukari no estaba jugando con cuchillos, pero Raizo estaba robando cosas de la despensa y era hora de que se activara el modo hermano mayor.
Arrastrando a Raizo fuera de la cocina, Hanta lo exilió al sofá durante diez minutos mientras le daba a Yukari una cariñosa palmadita en la cabeza y la enviaba a poner la mesa.
Pasaron los minutos, y lo siguiente que supo fue que estaban golpeando la puerta otra vez, pero esta vez, fue mucho menos robótico. Bingo.
Yukari chilló y corrió por toda la casa, una cuchara cayendo al suelo con un fuerte ruido cuando llegó a la puerta justo a tiempo para que alguien del otro lado la abriera, revelando a sus padres, Kirumi y Haruka.
Volvió a chillar, pero antes de que Yukari pudiera darle Haruka un abrazo-tacleada, Kirumi dio un paso adelante y la alzó.
-Te quiero Yuka, pero creo que deberíamos evitar las tacleadas para más tarde. En realidad, probablemente deberíamos abstenernos de las tacleadas en general -Dijo, apretando la nariz de Yukari juguetonamente.
Yuakri se retorció en los brazos de su hermana mayor- ¡Déjame ir!
Kirumi se agarró la barbilla, pensativa- Siempre y cuando prometas que no habrá tacleadas.
-¡Bien, no hay tacleadas!- Yukari retorció un poco más- ¡Ahora déjame ir!
Con un suspiro amoroso, Kirumi colocó a su hermana menor en el suelo, y tan pronto como sus pies volvieron a tierra, ella corrió hacia el sofá, saltando sobre él y golpeando con la mano el lugar libre al lado de ella- ¡Haruka Haruka Haruka Haruka!
Konomi se rió mientras cerraba la puerta, su marido guiando a Haruka al sofá, a pesar de que protestara diciendo que no necesitaba ayuda.
Haruka se sentó en el sofá, y tan pronto como lo hizo, Yukari se adelantó para verla más de cerca, y Hanta prácticamente podía ver las estrellas brillando en sus ojos. Y esto fue muy lindo en verdad. Era bueno ver sus estrellas de vuelta.
-Así que, uh, ¿Cómo has estado, Haru?- Hanta preguntó luego de dejar el cuchillo en la mesada y unirse al resto de su familia.
Se encogió de hombros y apartó un poco a Yukari quien le estaba aplastando las piernas- Mejor. Y peor al mismo tiempo.
Hanta rodó los ojos juguetonamente- Qué informativa.
-Hago todo lo posible.
-Bueno, pero al menos estás fuera del hospital -Dijo Raizo, jugando con un vendaje azul brillante en su rodilla.
Haruka hizo muecas- Sí. Ese lugar olía asqueroso.
-Olía a hospital -Corrigió Kirumi- Todos huelen así. Si quieres algo asqueroso, ve a mi viejo apartamento en El Cairo cuando se estanque la alcantarilla.
-¿Podemos dejar de hablar de alcantarillas?
-Bien, pero sólo porque pediste amablemente -Cedió Kirumi, oliendo con cuidad- Pero este lugar en realidad huele bien. ¿Qué estás cocinando Hanta?
-¿Segura de que quieres saber?
Ella rodó los ojos con una pequeña sonrisa asomándose en su rostro- Está bien, sé un pequeño mocoso. Supongo que tendré que averiguarlo por mí misma.
Comenzó a marchar hacia la cocina, con el olfato atento, pero sólo logró hacer unos pasos antes de que su padre extendiera un brazo y la agarrara del cuello de su su camisa.
-Los zapatos, cariño -Le recordó, reteniéndola.
Kirumi miró hacia abajo a sus pies e hizo una mueca- Ups
Se quitó los zapatos y los tiró hacia atrás sin mirar, obligando a Hanta a agacharse a menos que quisiera que lo golpearan. Eso fue un poco grosero.
-Te has vuelto descuidado -Observó Kaichi- No creía que podías llegar a olvidarte de eso. No creía que nadie pudiera olvidarse.
Kirumi rió- Después de años por mi cuenta, creo que se me permite ser un poco descuidada.
-Muy interesante.
-¿Así que no te debes quitar los zapatos en la puerta en Egipto? -Yuakri preguntó, su rostro reflejando su curiosidad.
-Exacto
-¿No estarías llenando tu casa de arena entonces?
-Bueno, sí, pero eso sólo significa que apenas llego debo pasar la aspiradora, y siempre viene bien pasar la aspiradora -Se encogió de hombros- Dentro de todo, funciona.
Konomi sacudió la cabeza y trató de ocultar su sonrisa- Lo que tú digas, cariño.
-¿Quieres saber cuál fue la peor parte de todo esto? -Haruka preguntó- Me refiero a, esto -Dijo, señalando las vendas al lado de su cabeza.
-¿La comida? -Raizo adivinó.
Hanta se encogió de hombros- ¿El dolor?
-¿La incertidumbre? -Kaichi asumió.
-El hecho de que toda la gente de esa cuadra me vio con la falda levantada.
Hanta y Kirumi soltaron una carcajada al mismo tiempo que Raizo le sacaba la lengua, Kaichi suspirando fuertemente mientras Konomi y Daichi se reían en el fondo.
-Y si ustedes están avergonzados por eso, realmente deberían pensar en cómo me siento yo, nunca volveré a usar mi uniforme escolar sin calzas -Empujó a Yukari fuera de su regazo otra vez- Ahora vamos. Huele bien aquí y he estado comiendo comida basura de hospital durante demasiado tiempo.
Todos se encaminaron a la cocina, corriendo y pidiendo platos, Haruka protestando fuertemente por tener que levantarse del sofá, lo normal.
Hanta sonrió para sí mismo. Aún no habían vuelto a la normalidad, probablemente nunca lo harían, pero se sentía bien. Era agradable ver a todos riendo de nuevo.
...
Hanta suspiró y tiró su teléfono a la cama. La gente podría ser tan agotadora a veces, incluso su propia familia. Especialmente su propia familia. Suspirando de nuevo, se tiró a su cama, enterrando su rostro en la almohada. Ugh. Quería que el día terminara ya.
Pero luego hubo un suave golpeteo en su puerta. Genial.
-Entra -Se quejó, con la voz apagada por la almohada.
La persona abrió la puerta y entró con cautela, aclarando su garganta.
-Uh, ¿Puedo hablar contigo?
-No lo sé, ¿Puedes? -Fue la respuesta automática de Hanta mientras se sentaba y echaba la almohada a un lado, mirando a Haruka con ojos cansados.
Se rió torpemente y miró hacia abajo a sus pies.
Hanta se acercó y le dio unas palmaditas en la cama junto a él- Ven, siéntate aquí.
Se sentó en el borde de la cama torpemente y miró al suelo, un silencio tenso cayendo entre los dos.
-Escuché lo que pasó en la USJ -Dijo de la nada mientras se hacía bolita-
-Lo extraño habría sido que no escucharas al respecto
Haruka sonrió involuntariamente- Bienvenido al club de "Tuve una experiencia cercana a la muerte" - Se rió dulcemente- No es tan exclusivo como debería ser.
-Tienes razón.
Haruka suspiró y bajó las piernas, trazando círculos en el suelo con el pie- Así que, uh, tengo algo que quiero decirte.
-Pues dilo.
Haruka tragó saliva nerviosamente- Bueno, quería decirte esto antes pero, bueno, me estrellaron contra la pared de un edificio. Así que mi agenda cambió un poco.
Hanta se rió secamente- Sí, sólo un poco
-Y este, así que uh, ¿Debería decirlo? -Haruka preguntó, casi para sí misma.
-A menos que no quieras...
Suspiró- No quiero, pero tengo que hacerlo.
-Puedo hablar yo si quieres. También tengo algo para decirte.
-¿Qué? ¡No! -Haruka se aclaró la garganta- No, no. Quiero ir primero -Miró a su hermano- Quiero disculparme, necesito disculparme. Estaba siendo egoísta, y en lugar de decirte cómo me sentía y hablar de ello, te grité y te culpé por cosas que no eran tu culpa.
-Haruka, yo-
-¡No! ¡Déjame terminar! Por favor, déjame sacar todo este vómito de palabras antes de vomitar en serio porque suena como algo muy probable en este momento -Protestó, despejando de nuevo su garganta- Esperaba que hicieras todo porque siempre ha sido así. Y cuando a ir a la UA estuviste más ocupado y como no siempre alcanzabas a hacer todo lo tomé como si me estuvieras ignorando porque no estaba acostumbrada a eso. Tomé lo que me diste y no te di nada a cambio. Eso estuvo mal de mi parte.
Suspiró- Así que, perdón. Perdón por haberte gritado. Perdón por haberme portado así. Es solo que... -Se limpió las lágrimas, la voz se agrietó- Lo siento mucho, ¿Sí? Y no tienes que aceptar esta disculpa y perdonarme inmediatamente porque así no funcionan las disculpas. Y no pienses que tienes que perdonarme porque acabo de salir del hospital, porque tampoco es así como funcionan las disculpas.
Se acomodó un mechón de pelo, visiblemente nerviosa, pero mantuvo su mirada fija en la de Hanta.
-Haru, nunca estuve enojado contigo, bueno, aparte de cuando discutimos, pero no creo que eso cuente -Hanta sacudió la cabeza- En realidad no, por supuesto que cuenta. Lo que quiero decir es que no estaba pensando racionalmente. Dejé que mis emociones sacaran lo peor de mí y eso estuvo mal.
-Pero yo fui la que-
-¡No! ¡Mi turno de vomitar palabras! -Hanta dijo, sacando una tira de cinta de su codo y flameándola amenazantemente- Lo siento, y si no hubiera reaccionado como lo había hecho no estaríamos teniendo esta conversación en primer lugar, y-
-¡Detente! ¡Deja de culparte a ti mismo! -Gritó, agitando sus manos salvajemente- ¡Los dos tenemos la culpa! Yo estuve mal, tú estuviste mal. Podemos estar de acuerdo en eso, ¿Verdad?
Asintió.
-Y lo pasado, pisado. La pelea, la razón detrás de la pelea, que un ladrillo me golpeó la cabeza, que tu curso fue atacado por villanos, todo eso ya no importa ahora -Ella hipó y secó sus ojos de nuevo- Así que eso. Lo siento.
-Yo también lo siento -Dijo en voz baja- Acepto sus disculpas, y de aquí en adelante voy a hacer todo lo posible para hacer todo mejor -Hanta hizo muecas- Eso sonó raro, pero creo que se entiende.
Haruka rió y asintió con la cabeza- Acepto su disculpa también. Prometo que esto no volverá a suceder.
Hanta sonrió desequilibradamente- Muy bien. Ahora viene el abrazo. Vamos -Dijo, extendiendo los brazos.
Haruka rodó los ojos, pero se inclinó y dejó que Hanta envolviera sus brazos alrededor de ella firmemente, apretándola aún más cerca para un abrazo rompehuesos.
Soltó un ruido ahogado y le dio tres golpes rápidos en la espalda- No puedo respirar.
A regañadientes, Hanta rompió el abrazo. Haruka aprovechó la oportunidad para respirar hondo un par de veces.
-Tienes que prometerme una cosa más, ¿De acuerdo? -Hanta preguntó mientras tosía unas cuantas veces.
Haruka miró hacia arriba- Puedo intentarlo, pero no hay promesas por ahora.
-Bien -Se quejó Hanta, estirando la "e"- Ambos tenemos que prometer tratar de mantenernos fuera del club de "Tuve una experiencia cercana a la muerte"
Ella sonrió y sacudió la cabeza- Eres muy raro, ¿Sabes?
-¿Eso es un no, o...?
-Nah, es un sí, este club es horrible. Ni siquiera me dieron una galleta gratis.
Venga, claro que sí campeona. Gracias por esta oportunidad perfecta, Haruka- Bueno, ¿Sabes algo que este club sí te da? -Hanta preguntó.
-¿Traumas?
-Aparte de los traumas
-Ni idea.
Hanta sonrió ampliamente- Cafés con leche
Levantó una ceja sospechosa cuando Hanta se acercó a su mesita de noche y le entregó la taza de plástico, que ella aceptó.
-Uh, solo una cosa, probablemente esté un poco frio
Ella le dio una mirada sospechosa más antes de tomar un sorbo cauteloso. Sus ojos se iluminaron, encantados, mientras tomaba más y más.
Después de unos cuantos sorbos, Haruka se agachó y colocó la taza en el suelo.
-Tienes que dejar de hacer cosas como esta -Dijo, con los ojos cristalinos.
-¿Cosas como cual? -Preguntó, tratando de contener las lágrimas de felicidad.
-Ser tan buen hermano.
-No hay promesas.
Haruka se rió con la voz quebrada al mismo tiempo que las lágrimas comenzaban a fluir, corriendo por sus mejillas y goteando hacia abajo en su camisa, dejando manchas oscuras en la tela gris.
Dios. No. Estaban viniendo. Las lágrimas venían.
Él comenzó a llorar también, envolviendo a su hermana otra vez, atrayéndola para un arazo mucho menos destructor.
Después de unos minutos de llanto, Haruka se limpió la nariz con la camisa de Hanta y se alejó- Es una pena que no puedas disfrutarlo conmigo -Tartamudeó, mirando la taza que reposaba en el suelo.
-¿Cuántas veces tendré que decírtelo? ¡No soy una desgracia para la humanidad solo porque me gusten los frappuccinos! -Exclamó, limpiándose los ojos.
-Es café con leche o la muerte, hijo de puta -Dijo seriamente.
Hanta rodó los ojos y abanicó su rostro con una mano, tratando de secar las lágrimas- Eres la peor, ¿Sabes?
-Lo he oído un par de veces, sí –Se encogió de hombros- Pero tú estás peor
-¿Ah, sí?
-Sí. A mí me atacó un villano, a ti te atacaron como, una tonelada de ellos
-No creo que ese sea un concurso que quiera ganar.
-Eso no es algo que puedas elegir.
Hanta rió y la abrazó de costado.
-No, supongo que no puedo.
☆.。.†:*・゜☆Final del capítulo☆.。†.:*・゜☆
¡Hola mis rayitos de sol!
¡Y al fin, acá está el cap tan esperado! ¡Haruka volvió a su casa! ¡Se reconcilió con Hanta! ¡Y todos los Seros son felices! ¡Wiiiiiiiiiiii!
Gracias por los comentarios de apoyo en la nota de anoche, me pusieron muy feliz <3
Y bueno, espero que les haya gustado el capítulo, los amo mucho mucho, y por favor cuídense!
¡Chau mis rayitos de sol!
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