Cap 16: Es un maldito día hermoso

-¡Iida! ¡Ahí estás!

Iida deslizó la pequeña piedra negra que sostenía en su bolsillo y miró hacia arriba para ver a sus amigos, Uraraka y Midoriya, sonriendo y corriendo hacia él a toda velocidad.

Uraraka se acercó a él primero, rodeando su torso con los brazos y atrayéndolo para darle un abrazo rápido.

-¿Q-qué fue eso? -Preguntó Iida, la postura se puso rígida mientras se alejaba.

-¡Estoy de humor para abrazos hoy! -Chilló, volviéndose hacia sus amigos- ¿Quieren saber para qué más estoy de humor?

-¿Mochi? -Adivinó Midoriya.

-¡Sí, exactamente!

Iida suspiró- Siempre estás de humor para mochi.

-¡Lo dices como si fuera algo malo!

-Solo estoy señalando un patrón.

Uraraka resopló- No escucho un no...

-No vamos a desayunar mochi, Uraraka.

-¿Por qué no? ¡Mochi es un desayuno perfectamente normal! -Se volvió hacia Midoriya- Deku, ¿Crees que deberíamos ir a comprar mochi?

Midoriya se rió con torpeza- El mochi no es realmente lo mío...

Uraraka hizo un puchero- ¡Oh vamos! ¡Por favor, Iida, ni siquiera estás obligado a comer uno!

-¿Qué tal si vamos a un lugar con una variedad de opciones en lugar de discutir sobre la legitimidad del mochi como desayuno? -El sugirió.

-Deja que Iida encuentre la mejor solución -Dijo Midoriya, mientras Uraraka asintió.

La niña saltó de un pie a otro con entusiasmo- ¡Ahora en marcha! ¿No hay un buffet por aquí? Los bufés tienen mochi, ¿Verdad?

-No creo que los bufetes de desayuno a menudo tengan mochi.

-¡Iida, no puedes aplastar mis sueños así!

Se encogió levemente- Mis disculpas, Uraraka. ¡Haré todo lo posible para mantener una mentalidad positiva!

Riendo, levantó un puño en el aire y comenzó- ¡Vámonos! ¡Quiero comida ahora!

Iida tropezó tras ella, Midoriya la siguió de cerca.

-Oigan, ¿Recuerdan al vecino del que hablé hace unos días?

-¿El estudiante universitario? -Preguntó Midoriya.

-No, la Bridezilla. Rey Universitario no ha estado haciendo nada interesante últimamente.

-Pensé que habías mencionado que se mudó una vez que se casó.

-¡Exacto! ¡Bien por ti por prestar atención, Iida!

-Si ya no interactúas con ella, ¿Cómo tienes más historias?

-Tengo muchas historias sobre ella a pesar de que se mudó, pero las guardo para más adelante. Sin embargo, lo importante en este momento es que alguien finalmente se mudó a su antiguo apartamento.

-¿Es alguien tan... Colorido como los otros ocupantes de su complejo de apartamentos? -Preguntó Midoriya.

-¡Lo estás haciendo sonar como algo malo!

-Según lo que nos ha dicho hasta ahora, nadie en realidad... Vive normalmente en tu edificio.

-Me temo que debo estar de acuerdo con Midoriya en esto.

-¡Oye! ¡Yo soy perfectamente normal!

-Nunca dijimos que no lo eras.

Uraraka hizo un puchero mientras sus hombros se encorvaban- ¡Ustedes son malos!

-¡Quise decir que no eras normal en el buen sentido! -Midoriya corrigió apresuradamente- ¡Como, eres más fuerte de lo normal y esas cosas!

-¿De verdad creen eso?

-Creo que todos pensamos eso, Uraraka.

-¡Oh, ustedes son demasiado dulces! -Arrulló, las mejillas teñidas de un rosa ligeramente más oscuro de lo habitual.

-Ahora ¿De qué estábamos hablando? -Preguntó Midoriya antes de chasquear los dedos- ¿No nos estabas hablando de tu nuevo vecino, Uraraka?

-¡Gracias por recordármelo, Deku! -Chilló- ¡La nueva vecina es súper amable! ¡Mi buen karma finalmente está dando sus frutos!

-¿Y qué definirías como "súper amable"? -Preguntó Iida.

-Después de que terminó de mudarse, vino y nos dio comida. ¡Una cheesecake entera! ¡Con fresas y todo!

-Suena bastante amable.

-¡Totalmente! Aparentemente, es una profesora de inglés, y una vez me pidió que cuidara a su gato durante unos días, ¡Y todo su apartamento olía a canela y a libros viejos!

-¿Es el olfato una forma confiable de determinar el carácter de alguien?

-Sí lo es, pero no muy confiable... -Las manos de Midoriya se movieron levemente, como si estuvieran buscando un cuaderno y un bolígrafo- ¿Fue buena la cheesecake?

-¡Oh, fue increíble! ¡No puedo creer que me olvidé de pedirle la receta!

-Hay tiempo para eso más tarde. Creo que deberíamos concentrarnos en el desayuno.

-Debo admitir que apoyo a Midoriya en esto.

Midoriya asintió con la cabeza mientras Uraraka miraba a su alrededor, aparentemente acabando de darse cuenta de que los había estado guiando en círculos.

Se volvió hacia Iida y pestañeó, el labio inferior sobresalió en un puchero- ¿Sabes, por casualidad, dónde estamos?

-Sí.

-¿Y tú, por casualidad, sabes dónde podemos encontrar un buffet de desayuno?

-Sí.

¿Y, por casualidad, estarías dispuesto a llevarnos allí? Me estoy muriendo del hambre.

Iida se rió entre dientes y asintió, haciendo una especie de gesto de "sígueme" mientras comenzaba a guiar al grupo por las calles, sus amigos lo seguían como patitos siguiendo a su madre.

Después de unas cuantas vueltas y unas cuantas historias más de vecinos, cortesía de Uraraka, el restaurante apareció a la vista. El olor que emanaba de sus grandes puertas dobles provocaba que cierta castaña babeara aún más de lo que había estado antes.

Una vez que tomaron sus platos y los amontonaron con comida, todos se sentaron en una mesa y comenzaron a comer.

-¿Cómo estuvieron sus fines de semana? -Preguntó Uraraka con un bocado de mochi.

-Dices eso como si el fin de semana ya hubiera terminado.

-Bueno, preguntarle a alguien qué tal su sábado suena raro.

-¿Por qué están discutiendo sobre esto?

-No estamos discutiendo, Iida, solo debatimos. ¿Verdad, Uraraka?

-¡Deku tiene razón, Iida! ¡Solo estábamos debatiendo!

-Se supone que los debates son conversaciones que invitan a la reflexión entre dos grupos de personas que debaten. Y este no me parece ser un tema muy interesante.

-Ese es un buen punto, así que ¿Qué tal si dejamos de debatirlo y ustedes me cuentan cómo la han pasado en lo que llevamos del fin de semana? -Uraraka asintió levemente- Sí, Eso suena mucho mejor.

-Oh, bueno, yo... -Midoriya se calló, sin saber qué decir. Uraraka infló las mejillas y comenzó a golpearlo en el brazo, exigiendo saber qué estaba escondiendo.

Iida sonrió para sí mismo, con los ojos un poco vidriosos mientras su mano desaparecía en su bolsillo y sus dedos se envolvían alrededor de la piedra lisa que llevaba dentro. Solo pensar en el día anterior hacía que su corazón se sintiera ligero y sus mejillas hormiguearan.

Su sonrisa rápidamente se transformó en un ceño fruncido cuando se dio cuenta. No podía decirles a sus amigos sobre la cita, no podía decirles lo feliz que estaba.

Pellizcando su pierna con dureza, Iida frunció el ceño más profundamente. Ahora no era el momento de sentir lástima por sí mismo. Estaba aquí para contar historias tontas y comer buena comida, eso es todo.

-Entonces Iida, ¿Tú que hiciste?

Se estremeció un poco y volvió a ponerse firme- ¿Qué?

Uraraka puso los ojos en blanco y le dio un codazo en broma- ¿Qué hiciste este fin de semana? Y no trates de decirme que hiciste la tarea o lo que sea, vi esa sonrisa.

Iida se aclaró la garganta e hizo todo lo posible por parecer indiferente, lo cual fue terriblemente difícil, considerando el torbellino de pensamientos que giraban en espiral en su cabeza. Necesitaba una excusa y la necesitaba rápido.

¿Qué lo ponía tan feliz como Sero? ¿Quién lo ponía tan feliz como lo Sero?

¡Tensei, por supuesto!

No de la misma manera, obviamente, eso sería asqueroso. Pero ambos lo hacían feliz, y ese era el punto.

-Hice la tarea--

-¡Oh vamos! ¡No hay forma de que te entusiasme tanto la tarea!

-No me dejaste terminar. Hice la tarea y pude pasar tiempo con mi hermano.

Uraraka suspiró- ¡Oh, eso es tan dulce!

-¿Y tú qué hiciste, Uraraka? -Preguntó Midoriya.

-¿Eh? Oh, nada tan interesante -Ella hizo un puchero- Dios, ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¡Somos tan aburridos!

-¡No somos aburridos, vamos a UA! -Midoriya se defendió, colocando sus palillos en la mesa.

-El hecho de que vayamos a la UA no significa que seamos interesantes -Protestó, hinchando las mejillas y deslizándose aún más en su silla.

Uraraka se llenó la boca con más mochi, hizo un puchero y comenzó a golpear su cabeza contra la mesa en respuesta.

Iida la agarró por los hombros y la levantó, con una mirada de desaprobación en su rostro- Uraraka, esa no es una forma de actuar en público, ¡Especialmente considerando que somos estudiantes de la UA! -La reprendió, sacudiéndola ligeramente.

Masticó y tragó su mochi, volviéndose hacia Iida con una expresión poco impresionada en su rostro- ¡Oh vamos! Nadie sabe quiénes somos todavía, ¡Todavía no llegamos al festival deportivo!

-Y eso es algo bueno, ¡Nadie en nuestra clase está ni remotamente listo para eso!

-¿Estás bromeando? ¡Todos en nuestra clase son muy fuertes!

-No, Iida tiene razón. Si bien nuestros compañeros tienen quirks muy fuertes, nadie tiene la formación adecuada para el festival -Dijo Midoriya- Ni siquiera puedo usar el mío sin romperme los huesos...

-¡Oye, no te desanimes! Como dijiste, ¡Tenemos tiempo para entrenar antes del festival!

-Gracias Uraraka.

Ella sonrió torcidamente y se volvió hacia su comida.

-¿No crees que deberíamos hablar menos y concentrarnos en comer nuestra comida? -Sugirió Iida, ganándose un jadeo de Uraraka.

-¿Estás bromeando? ¡El silencio es horrible! Además, ahora que estamos aquí, ¡No tenemos que hablar de cosas de la escuela o preocuparnos por que Aziawa nos expulse o algo así!

-Como digas.

Uraraka se rió- Está bien, está bien. Sé que esto es extraño, pero me acabas de hacer acordar a una vez en la secundaria cuando mi maestra sustituta decidió que sería una buena idea dejarnos elegir nuestros propios grupos. Obviamente no lo era, considerando que-

Iida suspiró con satisfacción cuando Uraraka se lanzó a otra larga historia, casi sacándole un ojo a alguien con sus palillos mientras gesticulaba salvajemente con las manos.

La pasaron bien. Fue muy agradable.

Desayunar rodeado de risas le recordaba a Sero. ¿Eso era algo bueno? ¿O acaso era una cosa mala? Ya no lo sabía, nunca lo supo en primer lugar.

Pero pensar en Sero traía otro problema: Su próxima cita.

Él había aceptado planearla, ¡Pero eso trajo una gran cantidad de nuevos problemas! ¿Cuándo debería ser? ¿Dónde debería ser? ¿Cómo podría estar a la altura de esa primera cita absolutamente alucinante, asombrosa, fantástica y perfecta?

No podía, simplemente no podía. Era imposible.

Pero ahora mismo necesitaba concentrarse en las salvajes historias de Uraraka y los ocacionales murmullos de Midoriya.

Todo su drama romántico de telenovela podía esperar hasta más tarde.

...

Uraraka se pasó una mano por el pelo- ¡Muchas gracias por esto Iida!

-Tus historias valieron el precio del buffet -Dijo, abriendo la puerta para sus compañeros.

-Sí... No sabía que podrían suceder tantas cosas interesantes en una escuela secundaria -Agregó Midoriya.

-Sip. Ese lugar tiene recuerdos de sobra, si eso tiene sentido.

-Lo tiene -La tranquilizó Iida.

-Entonces, eh... ¿Qué haremos ahora? -Preguntó Uraraka, mirando a su alrededor- ¿No estamos cerca de tu casa, Iida? ¿Quieres que vallamos allí?

-Eso suena como una buena idea.

Sonriendo, Uraraka agarró a cada uno de los chicos por los brazos y comenzó a arrastrarlos por la acera.

...

-Bueno, ¿Y ahora qué hacemos? -Preguntó Uraraka, sacando una silla y sentándose en el mostrador.

-Uhm... -Midoriya se sentó en el borde del taburete más cercano y miró a su alrededor con nerviosismo- No se me ocurre nada

Frunciendo el ceño el uno al otro, los dos se encorvaron en sus asientos cuando la amistad comenzó a desaparecer. Las historias de vecinos se habían secado (Al menos por ahora), y estaban sentados en una casa vacía sin nada que hacer.

Salieron de su "hipnosis inducida por la miseria" por el fuerte tintineo del vidrio al golpear la encimera de mármol. Voltearon para ver a Iida, que había colocado dos vasos de agua frente a ellos, con una pequeña sonrisa en su rostro.

Midoriya tomó su vaso con las cejas juntas y frunciendo el ceño ligeramente, sumido en sus pensamientos. Uraraka, por otro lado, inmediatamente tomó su vaso y bebió la mitad del agua de una vez, suspirando con satisfacción antes de mirar a los chicos con una expresión poco impresionada en su rostro.

-¡Oh vamos! ¿Todavía no se les ocurre nada? ¡Creía que ustedes eran los inteligentes, chicos!

-Por mi parte, creo que les vendría bien a ustedes, niños, salir y tomar sol. Realmente deberían tomarse el tiempo para disfrutar de un día tan hermoso.

Las cabezas de todos se volvieron hacia la entrada de la cocina, donde, parada en la entrada con un traje pantalón azul marino, estaba Iida Megumi.

La mandíbula de Uraraka se abrió y Midoriya dejó escapar un chillido indigno, casi derramando su agua por todo el mostrador mientras enderezaba su postura. La sonrisa de Iida se desvaneció, la conmoción y el miedo destellaron en su rostro antes de que una expresión neutral se apoderara de su rostro.

-Madre, estás en casa. Qué agradable sorpresa -Dijo, con una ligera tensión en su voz.

-Sí, lo estoy. Gracias por señalar lo obvio, Tenya.

-Mis disculpas, madre. Es bueno verte.

-Bueno, ya sabes lo ocupada que está la agencia. No he tenido un momento libre en meses.

-¿Supongo que estás aquí para recoger algo para la agencia?

-Sí, estás en lo correcto. Olvidé un archivo el otro día -Los ojos rubescentes de Megumi se movieron rápidamente hacia Midoriya y Uraraka, y los examinó brevemente- Tenya, ¿Quiénes son estos dos?

Los hombros de su hijo se tensaron aún más cuando sus ojos se movieron nerviosamente hacia los otros dos adolescentes, antes de regresar a su madre- Amigos míos de UA, Madre.

Ella sonrió educadamente- Ah, sí. Midoriya y Uraraka, ¿Correcto?

-¡S-sí señora! -Midoriya chilló, los ojos brillando de emoción y miedo.

Ella hizo una mueca de dolor- Ambos son... Conocidos por sus hazañas durante los exámenes de ingreso, ¿Saben?

-¿Lo somos? -Preguntó Uraraka, ladeando la cabeza y colocando su vaso en el mostrador.

-Sí, querida, lo son. Quedarte atrapada en los escombros cuando tu quirk es la gravedad cero te hace bastante conocida. Al igual que destrozarte tres extremidades y volverte inútil en un ataque que solo logró destruir el robot de cero puntos.

Uraraka se rió nerviosamente- S-sí, supongo que es cierto. Pero, para eso estamos en UA, ¿Verdad?

-Supongo que sí, pero se espera que los aspirantes a héroes comprendan sus habilidades tan pronto como entren a los exámenes de ingreso. No estás ahí para aprender a controlar tu peculiaridad, estás ahí para mejorar las habilidades que ya has adquirido con ella.

Las comisuras de su boca se curvaron un poco- De verdad, Tenya, necesitas usar tu cerebro cuando se trata de cosas importantes como estas.

-¿Perdón?

-Quiero decir que debes considerar tu futuro. UA es el mejor lugar para familiarizarse con los próximos héroes de tu generación. No le está haciendo ningún favor al legado de Ingenium si mantienes amigos como estos.

Todos los demás en la habitación se congelaron mientras ella reajustaba sus lentes y miraba su reloj- Me temo que tengo que irme. Piensa en lo que dije.

Con esas palabras de despedida, se dio la vuelta y salió pavoneándose de la cocina, tacones haciendo un sonoro ruido al golpear contra los azulejos mientras abría la puerta principal y desaparecía de la vista.

El silencio que cayó sobre la habitación fue sofocante y espeso, oscureciendo la vida de sus ocupantes.

Un solo sollozo cortó el ensordecedor silencio.

Después de intercambiar una mirada nerviosa, los dos chicos miraron hacia su amiga.

Los cálidos ojos marrones de Uraraka estaban nublados por la pena y estaban llenos de lágrimas que parecían estar listas para derramarse en cualquier momento.

-L-lo siento -Chilló, escondiendo su rostro entre sus manos- Yo no--

-Debería ser yo quien se disculpe, Uraraka. Lamento que mi madre se dirigiera a ustedes dos de esa manera -Dijo Iida, inclinando la cabeza avergonzado.

-E-está bien, Iida, no sabías que ella haría eso -Le aseguró, secándose los ojos con el dorso de la mano.

-No, ella se dirige a casi todo el mundo de esa manera, y estuvo mal de mi parte no advertirles sobre eso. Lo siento.

-Oh... -Ella tragó audiblemente e hipó de nuevo- Bueno, lamento que tengas que lidiar con eso todos los días.

-Gracias, pero me temo que no hay nada que pueda hacer al respecto.

La habitación volvió a quedarse en silencio, aunque esta vez era mucho más cómoda que antes.

-Pido disculpas por arruinar el ambiente.

-Oye, no te desanimes. Fue tu mamá, no tú.

-Aún debería haberles advertido sobre ella...

Midoriya tomó su vaso de agua y se lo tragó, poniéndose de pie y colocándolo en el fregadero con un satisfactorio tintineo- Si les parece bien, tengo una idea de lo que podemos hacer a continuación.

-¡S-sí! ¡Seguramente es una buena idea, hagamos eso! -Chilló Uraraka, forzando una sonrisa en su rostro- ¿Qué piensas, Iida?

-Un cambio de ambiente nos vendría bien.

Midoriya sonrió cuando Uraraka se puso de pie y se estiró, secándose los ojos con el dorso de la mano nuevamente- Bueno, ¿qué estamos esperando? ¡Vámonos!

...

-Deku, ¿A dónde vamos? -Uraraka resopló, haciendo pucheros- ¡Me duelen los pies!

-Lo descubrirás pronto -Respondió crípticamente, manteniendo su mirada enfocada hacia adelante.

-¡Pero queremos saberlo ahora! ¿No es así, Iida?

-Vamos, Uraraka, las cosas buenas les llegan a los que esperan -La reprendió Iida levemente mientras doblaban una esquina.

-¡Pero no quiero esperar! -Pisoteó petulantemente y resopló ruidosamente.

-Vas a tener que hacerlo, considerando que aún no hemos llegado a nuestro destino.

-¡Pero Deku al menos podría decirnos a dónde vamos!

-Oye, uh, odio interrumpir, pero ya llegamos -Anunció Midoriya, aclarándose la garganta y buscando en su bolsillo, sacando una llave, dando un paso adelante y tomando aire antes de abrir la puerta y empujarla, abriendo.

-¡Hola mamá! ¡Estoy en casa! –Exclamó avisando su llegada, haciendo señas a sus amigos para que lo siguieran.

Los dos intercambiaron una mirada emocionada antes de correr hacia la casa, quitarse los zapatos y mirar a su alrededor con entusiasmo, la expresión nerviosa de Midoriya se mantuvo firme.

Una mujer regordeta con cabello verde y ojos amables apareció en el pasillo, con una expresión de satisfacción en su rostro- Izuku, ¿Estabas entrenando con el Sr. Ya--

Se congeló, la expresión se transformó en confusión cuando notó a los otros dos adolescentes parados en el vestíbulo.

-Cariño, Izuku, quienes son... -Su voz se apagó mientras los miraba boquiabiertos.

-Eh, mamá, estos son mis amigos de la escuela, Uraraka e Iida -Explicó, sudando a mares.

Su expresión se transformó de confusión en alegría llorosa, e inmediatamente comenzó a lloriquear, dos cascadas de lágrimas se derramaron de sus ojos mientras se lanzaba hacia adelante y los atraía a ambos en un abrazo aplastante.

Su hijo dejó escapar un ruido incómodo y se retorció, tratando desesperadamente de escapar del abrazo, un marcado contraste con la forma en que Iida y Uraraka se fundieron en él.

Izuku se liberó del abrazo y atrajo a sus amigos hacia él por la parte de atrás de sus camisas, sonrojándose furiosamente- ¡Mamá!

Aspiró ruidosamente y se secó los ojos con un pañuelo- ¡Lo siento! Yo solo, es que... -Ella se disolvió de nuevo en lágrimas, sonándose la nariz en el pañuelo con fuerza.

Izuku enterró su rostro en sus manos mientras sus mejillas se tintaban del mismo rojo que un tomate.

-Es un placer conocerla, Sra. Midoriya -Dijo Iida, inclinándose respetuosamente.

-¡Si! ¡Hemos escuchado mucho sobre ti, es bueno al fin conocer al hombre detrás del mito! -Uraraka frunció el ceño- ¿Mujer detrás del mito?

-El placer es todo mío -Se atragantó, abanicando su rostro con una mano mientras comenzaba a llorar de nuevo- Y por favor, llámame Inko.

-Oigan, ¿Qué tal si salimos de la entrada? -Sugiere Izuku, dejando caer las manos a los costados ahora que su sonrojo se había calmado.

-¡Oh por supuesto! ¡Voy a prepararles un poco de té, niños!

Con eso, Inko se escabulló a la cocina, dejando a los tres solos.

-Tu mamá es muy cariñosa, Deku -Dijo Uraraka, dejando su bolso.

-Yo, eh... Sí, supongo que lo es -Admitió, rascándose la nuca con timidez.

-¿Hay algo que quisieras hacer aquí, o simplemente nos trajiste a tu casa para conocer a tu madre? -Preguntó Iida, cortando el aire suavemente.

-¿Qué? ¡Por supuesto que hay algo que quiero hacer!

-Ajá ¿Y se puede saber qué es? ¡Tienes que decirnos!

-Estaba pensando que podríamos simplemente pasar el rato. ¿Quizás jugar a un juego de mesa o algo así? -Midoriya jugueteó nerviosamente con sus manos- Aunque no tenemos que hacerlo si no quieren, depende de ustedes.

El rostro de Uraraka se iluminó con una sonrisa- ¡Creo que es una gran idea!

Siguieron a Midoriya a la sala de estar y se sentaron en el sofá mientras él corría por el pasillo hacia su habitación. Después de unos segundos, Midoriya salió de su habitación, un montón de juegos de mesa bajo su brazo.

Entró a la sala de estar y dejó todos los juegos en la mesa de café. -No sabía con cuál querrían jugar ustedes, así que agarré todos los que pude llevar...

Uraraka sonrió maliciosamente y se tronó los dedos, sus traviesos ojos marrones escudriñaron las cajas apiladas sobre la mesa.

Sus ojos se entrecerraron con determinación, y rápida como una víbora, agarró una caja colorida y la sostuvo en el aire triunfalmente, la sonrisa se transformó en una sonrisa maníaca.

-Estoy de humor para arruinar algunas amistades -Declaró, volteando la caja y empujándola en las caras de sus amigas.

Iida se inclinó hacia delante de forma despreocupada, pero al leer las letras grandes letras blancas estampadas en la caja, una sensación de pavor se instaló en su estómago.

Oh no. Oh no no no no no.

Monopoly.

El rostro de Midoriya se iluminó con una sonrisa mientras despejaba la mesa de café y le arrebataba la caja de las manos a Uraraka, levantando la parte superior de la caja y dejándola a un costado.

Hundiéndose en el sofá, Iida solo pudo ver como Midoriya sacaba el tablero y comenzaba a colocar todo mientras Uraraka reía malvadamente y agarraba la pieza del perro escocés para luego golpearla contra el casillero de "Go", haciendo sonar todo lo demás en la mesa.

La Sra. Midoriya entró en la habitación, bandeja de té en mano.

Dejó la bandeja sobre la mesa y los miró, con lágrimas en los ojos una vez más.

-Niños, háganme saber si saben algo -Chilló, secándose los ojos mientras se daba la vuelta y se apresuraba por el pasillo y desaparecía en su habitación.

Midoriya se sonrojó y terminó de colocar todas las piezas- Entonces, eh, ¿Quién quiere ser el banco? -Preguntó, agarrando la pieza de la bota.

-¡Voto por Iida! -Chilló Uraraka.

-Si quieres que lo haga, lo haré -Dijo, arrastrando el "banco" hacia él y recogiendo la pieza superior.

Uraraka sonrió maliciosamente, con un brillo peligroso en sus ojos- ¡Ustedes los perdedores van a caer!

-¿Oh si? Bueno, no nos rendiremos tan fácilmente, ¿Verdad? -Midoriya contraatacó, hinchando sus mejillas de una manera muy poco amenazante.

Iida se rió entre dientes- No, no nos rendiremos. Pero Uraraka, debo pedirte que mantengas los gritos al mínimo.

-Está bien

El chico de cabello azul frunció levemente el ceño. -Tengo una solicitud más para ti antes de comenzar.

-Claro, dilo. Bien podría darte una ventaja antes de aplastarte por completo usando el poder del perro escocés.

-Por favor no uses tu peculiaridad en ninguna de las piezas del juego.

Ella guardó silencio por unos momentos.

-Supongo que puedo hacer eso -Ella hizo una pausa- Bueno, puedo intentarlo. Sin promesas.

Iida y Midoriya compartieron una mirada nerviosa mientras Uraraka tiraba los dados, una sonrisa maliciosa volvía a aparecer en su rostro.

☆.。.†:*・゜☆Final del capítulo☆.。†.:*・゜☆

¡Hola mis rayitos de sol! 

¡Acá está el último capítulo de la maratón de esta semana! Hoy tenemos tiempo de calidad de la Dekusquad original para llenar el corazón uwu

 Adoro como CheescakeQueen escribe a Ochako, me encanta. 

Bueno sinceramente no tengo mucho para decir así que directamente los saludo. 

¡Chau mis rayitos de sol, los quiero!

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Hello my rays of sunshine!

Here is the last chapter of this week's marathon! Today we have quality time from the original Dekusquad to fill the heart uwu

I love how CheescakeQueen writes Ochako, I just love it.

Well honestly I don't have much to say so I'll just greet you.

Bye my rays of sunshine, I love you!

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