Capítulo XIII

"Alguien ahí afuera está esperando por encontrarte para verte como el arte que eres"

Desde que conocí a Loana me he visto y expuesto a situaciones que llevan mis nervios hasta las puntas, mis manos estaban sudadas y frías, mientras que mi corazón latía a mil, ver a mi pequeña oruga moverse y dando patadas en el vientre de su madre era lo más hermoso y emocionante que podría existir en este mundo.

Cuándo estuve a punto de perder el centro de todo, ellas llegaron y sacaron todo el aire que llevaba atrapado en mis pulmones, la verdad es que jamás imaginé que llegaríamos tan lejos, me enseñaron a tener fe en mi mismo y que no todo era malo dentro mío.

En éste preciso momento no podía ser más feliz, aprendí que si existe aunque sea una mínima posibilidad de hacer algo que te haga feliz, arriésgate, hazlo. La vida es demasiado corta y la felicidad es tan rara de encontrar.

— ¡Muchas felicidades! — exclamó la doctora Cooper con una sonrisa amplia, tenía el pelo corto rizado y de un negro azabache que resaltaba sobre sus pecas en su blanquecina piel. — Es una niña. — informó emocionada.

— Nuestra pequeña oruga.. — susurró Loana con lágrimas en los ojos, en ellos irradiaba una alegría inmensa.

Ella me tomó de la mano mientras yo no podía dejar de mirar la pantalla en donde se formaba la imagen del ultrasonido, se notaban las facciones de nuestra pequeña, todo su cuerpo ya estaba formado, definitivamente todo era un milagro, no podía creer como algo tan pequeño podría tener tanta fuerza en ese corazoncito suyo, tantas ganas de vivir en algo tan pequeño, esta era una experiencia increíble y genuina, no había otro lugar u otro momento en el que querría estar que no fuera éste.

— Se parece mucho a ti.. — fue lo que logré decir mientras me concentraba en la imagen.

— ¿Tu crees? — preguntó emocionada hasta las lágrimas.

— Si.. desde la panza ya es traviesa.. — dije entre risas desviando la mirada hacia ella, en realidad no era en eso en lo que se parecían  sino en ciertos rasgos faciales que se podían notar en el ultrasonido como sus labios y su pequeña nariz.

— Que gracioso.. — dijo con sarcasmo. — ¿Y está sana? — preguntó Loana dirigiéndose a la doctora.

— Si, es una niña muy saludable con el peso ideal para su edad gestacional.. — contestó la doctora.

— Eso era lo que más nos preocupaba.. — dijimos al unísono con Loana y ambos reímos un poco.

— Pero eso si Señora Wilde, no se canse en demasía, le digo esto debido a lo ocurrido anteriormente y además su presión arterial es un tanto inestable, haga lo justo y lo necesario, y sobre los ejercicios de relajación que le he recomendado no deje de hacerlos por favor.. — espetó la doctora con determinación y casi podría decir que note severidad en su tono, pero debía hacerlo Loana podía ser un tanto impulsiva a veces.

— Así será doctora y me encargaré de ello personalmente.. — interrumpí con un tono serio.

— No se preocupe doctora él señor Wilde ha hablado.. y aún sigo siendo la señorita Laforêt.. — dijo divertida.

— No por mucho.. — le susurré dándole un beso en la mejilla.

Ella solo sonrió mientras la doctora le quitaba el gel que le había puesto para poder realizar el ultrasonido.

La ayudé a colocarse bien el vestido que le quedaba precioso de un amarillo ocre que no la dejaba pasar desapercibida por ningún lado y luego la doctora terminó de darnos sus últimas indicaciones sobre la actividad sexual y sus múltiples beneficios pero que debíamos ser cuidadosos, todo eso debido a la insistencia de Loana y en su rostro se podía ver lo complacida que estaba con la respuesta que obtuvo.

Salimos del consultorio y por inercia la tomé de la mano, jamás me imaginé en una situación semejante, creo que me agrada el hombre en el que me he convertido en estos últimos tiempos.

— ¿Sabes? — interrumpió nuestra armoniosa caminata, la miré con una media sonrisa en mi rostro. — Aún puedo retractarme.. — agregó acomodando su ondulada y sedosa melena, definitivamente el embarazo le sentaba muy bien.

— ¿A que viene eso? — inquirí manteniendo mi media sonrisa y enarqué una de mis cejas en señal de picardía.

— De ser la señora Wilde.. — dijo muy tranquila mirándose las uñas como si no fuera de importancia.

— Haz de cuenta que ya has dicho que si.. — espeté en un tono divertido y desafiante a la vez.

Ella ya no dijo más solo emitió unas leves carcajadas, entonces entendí que el secreto estaba en prestar atención a los más pequeños detalles, una sonrisa o tomarse de las manos, sabes que estás con la persona correcta cuándo todos tus miedos y tus inseguridades salen corriendo, cuándo te ves más atractivo al espejo y sin darte cuenta traes una sonrisa de oreja a oreja, y sí, tus amigos se ríen de ello, vaya que me ha pasado y todo esto desde que conocí a Loana.

[...]

Tal vez las cosas sucedieron muy rápido entre nosotros dos, pero por algo suceden las cosas, todo tiene un porque en esta vida y ellas son el porqué de la mía.

A veces el problema es que nos aferramos a las personas equivocadas, a quienes no tienen tiempo para nosotros, a quienes no nos dan prioridad, a quienes se escudan de pretextos estúpidos y nos dan largas e innecesarias excusas, esos que dicen que no les alcanza el tiempo o que la distancia es algo que no puede llevarse, como si el amor se tratara únicamente de tocarse y cogerse, anteriormente vaya que era una persona horrible, Loana tenía razón, era un idiota.

Puedo decir que la persona correcta me encontró, porque cuando la vi sentí esa chispa que sigue más latente que nunca, porque vas a querer intentarlo y se te va a olvidar ese maldito pasado que te jode tanto, y es ahí donde vas a darte cuenta, que estás con la persona indicada.

En la empresa no podían creer que sería padre y menos que Loana era la futura madre de mi hija, muchos prejuicios y muy pocos amigos sinceros, todo eso me ayudó a darme cuenta de que tan cierta era mi teoría sobre las personas que te rodean, muchos fingirán ser tus más fieles amigos, luego cuando tu vida cambia y con ella cambia todo a tu alrededor incluyendo esas personas.

— ¿Qué te parece el seis de junio? — Loana interrumpió mis pensamientos.

— Me parece perfecto mi cielo, antes de que comience el verano.. — dije mientras tenía la mirada fija en el portátil revisando los correos que me había enviado Carol.

— Si y el clima estará muy agradable según el pronóstico extendido.. — dijo ella acercándose a mi.

— Eso suena más que perfecto mi amor.. — musité un tanto distraído por lo que estaba revisando en mi portátil, hemos tenido algunos inconvenientes con dos proyectos que eran bastante buenos e importantes para la empresa y eso me angustiaba bastante.

— ¿Qué estás haciendo Dorian? — inquirió algo molesta porque no le estaba prestando la atención debida.

— Ven aquí.. — dije señalando mi regazo mientras me quitaba las gafas de nerd que debía usar debido al cansancio ocular.

La senté con cuidado en mis piernas y le enseñé lo que estaba haciendo.

— No es nada bueno.. — dijo mirando con detalle los documentos frunciendo un poco el ceño — Como se nota cuando no estoy al mando.. — murmuró negando con la cabeza.

— Si, tu eres la mejor.. pronto volveremos con todo amor.. — susurré besándole el cuello y ella se estremeció.

— No empieces algo que no vas a terminar.. — musitó seductoramente y  me miró fijamente.

— ¿No tienes algo planeado con mi madre y mi abuela? — pregunté acariciando sus piernas que estaban al descubierto debido al vestido azul que era demasiado corto. No importaba cuánto había cambiado su cuerpo, para mi seguía siendo la mujer más sexy y apetecible del mundo.

— Falta como media hora para eso y solo era para confirmar algunas cosas de la boda, nada importante.. — dijo acercándose a mi rostro para luego morder mi labio inferior. — Y ya no puedes decirme que necesitamos la aprobación de la doctora porque ya la tenemos.. — reclamó con un tono cargado de deseo.

La besé con ansias, reclamando todo ese tiempo que no pude tocarla y hacerla mía, necesitaba su cuerpo más de lo que podía necesitar el aire para respirar, pero dentro de todas esas ganas el miedo a lastimarla me carcomía la mente y no podía concentrarme del todo, a pesar de que mis pantalones ya estaban muy apretados.

— ¿Que pasa? ¿Porque te detienes? — preguntó  jadeante tomando mi rostro en sus manos.

— No quiero lastimarlas.. — confesé intentando recuperar el aliento, mientras ella negaba con la cabeza.

— Ven conmigo.. — dijo levantándose y la pillé mirándome el paquete y mordiéndose el labio inferior.

— ¿En que momento te volviste tan perversa? — pregunté divertido mientras ella me guiaba a la habitación en mi departamento de Manhattan, nos habíamos quedado aquí debido al clima, una fuerte lluvia azotó la ciudad y no quería conducir así a los Hamptons.

— Aprendí del mejor.. — respondió jalándome a la habitación.

Con una agilidad impresionante me desprendió los pantalones y me despojó de la camiseta blanca que llevaba puesta, yo estaba a su merced, dispuesto a entregarme y cumplir sus deseos a cabalidad.

La temperatura de su cuerpo era diferente, más caliente, cuando la toque ya estaba más que húmeda.

— Dime lo que quieres y lo hago.. — ordené en un gruñido.

— Tócame y bésame.. — murmuró entre jadeos mientras se acostaba en la cama — Justo aquí.. — dijo señalando la parte más húmeda de su cuerpo.

Yo fui encantado a saborear y disfrutar la deliciosa humedad de su intimidad, no sé si fue por el tiempo que estuvo esperando esto o si fueron las hormonas pero llegó al orgasmo mucho más rápido de lo que solía tardar.

Con temor y con sumo cuidado me adentré a lo más profundo, lo hice lento conteniéndome las ganas de embestirla a pesar de que ella me lo exigía, no quería causar ningún daño solo por el calor del momento.

No podía evitar sentir que no debería estar dentro de ella, es decir, tan cerca del bebé.

El apetito sexual de Loana había incrementado notoriamente desde el embarazo y creo que éste deseo sexual intensificado es el resultado de las hormonas desatadas. Y siento que ella se siente más sexy y deseable que nunca, y eso me excita.

Después de eso los dos nos quedamos exhaustos, ella se acurrucó en mis brazos quedándose profundamente dormida, a veces nos cerramos tanto en un lugar en donde no nos valoran cuando alguien ahí afuera esta esperando por encontrarnos y vernos como ese arte que somos, y yo tuve la suerte de que ella me encontrara.

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Nota de la autora: Espero que estén bien ☺️
Ojalá y les guste este capítulo, solo faltan algunos capítulos más y llegamos al final de la historia 😰😰
Loana y Dorian han cambiado y aprendido muchísimo con todo lo que les ha sucedido así como las personas a su alrededor, y Dorian se percató de que no todo lo que brilla es oro.

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