Capítulo VI
"El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional"
Buddha
Después de la interesante cena que nos mandamos con mi familia la invité a pasear por la playa mientras mi familia se encargaba de recoger todo.
Ella se quitó los zapatos para poder caminar sobre la arena y sus pies eran pequeños comparados con los míos, hice lo mismo y caminamos descalzos por la arena que se nos metía entre los dedos.
— Estoy muy satisfecha.. — murmuró suspirando. — No podía dejar de comer, todo estaba más que delicioso.. — confesó divertida.
— Me di cuenta.. — dije riendo y ella me fulminó con la mirada para luego echarse a reír — Te dije que soy bueno cocinando.. — agregué orgulloso.
— Si.. ya veo que eres muy bueno en eso.. pero aún sigues siendo un idiota.. — musitó.
— ¿Cuando borraras mi nombre de tu lista de idiotas? — pregunté curioso.
— Cuando demuestres lo contrario.. — confesó tranquila.
— ¿Pero dime si por lo menos voy por un buen camino? — pregunté divertido.
— Si.. digamos que si.. hasta ahora no has hecho nada estupido.. — manifestó haciendo una cara pensativa como si hurgará en su mente buscando algo que reprocharme.
— Eso me motiva.. — dije mientras observaba como la noche se hacía profunda cada vez más.
— ¿Te motiva a que? — cuestionó volteándose a verme.
— A conquistarte y a que seas solo mía por el resto de nuestras vidas.. — lo confesé directamente sin titubeos, la verdad no me gusta dar tantos rodeos y ella aminoró la marcha para detenerse por completo.
— ¿Acaso has probado el amor? — inquirió observándome con cautela para luego continuar la caminata y dirigir sus pasos hacia el muelle.
— Nunca había tenido la oportunidad de enamorarme, pero desde que te conocí he querido probarlo contigo.. — confesé nervioso, había estado en situaciones semejantes pero ella era la única que ponía mis nervios de punta.
— ¿Porque? ¿Que has visto en mí para querer eso? — comenzó a preguntar desenfrenadamente — Ni siquiera me conoces.. — inquirió mientras sacudía sus pies haciendo rechinar la madera sobre la que se paró.
— Siempre me han dicho que fumar es dañino, y que es el colaborador número uno para el cancer, razón por la cual nunca quise arriesgarme a que se convierta en un vicio y lo dejé.. — dije tratando de darle un ejemplo y tomé un poco de aire — y también me han dicho que el amor es mortal, por eso siempre me tomé mis reservas al respecto, pero cuando entraste aquel día en la sala de conferencias todo de ti capto mi atención.. — confesé mirándola directamente a los ojos, por primera vez me abría a alguien y no me cerraba en mí mismo con respecto a lo que siento y todo siempre fue por miedo o eso creía.
Ella me miraba fijamente con sus enormes ojos y sus pupilas estaban dilatadas por la obscuridad de la noche, pero la luz de la luna se reflejaba sobre su blanquecina piel dándome la posibilidad de apreciar cada detalle de su rostro y la perfección de cada rasgo, grabándola en mi mente.
— Aún no contestas mi pregunta.. — murmuró.
Me quedé callado mientras acariciaba su mejilla con mi pulgar, la verdad no habían palabras que pudieran describir lo que ella me hacía sentir, pero debía darle una respuesta a pesar del miedo y las repercusiones que tendrían mis palabras.
— Lo he visto todo, ví todo de ti, tus cicatrices por dentro y por fuera, resulta que no somos tan distintos, no necesito conocerte para saber que desde que llegaste me sentí vivo, como si hubiera estado ciego toda mi vida.. — afirmé mientras le acomodaba un mechón de su pelo detrás de la oreja.
— Me encantaría poder darte lo que quieres, pero créeme que estoy más rota de lo que puedes ver.. — comenzó a decir y cada palabra que salía de su boca hacía que mi corazón latiera con más fuerza — También me gustaste desde el primer momento, pero no soy la indicada para ti.. — confesó algo cabizbaja, levante su barbilla para poder mirarla a los ojos.
— Por eso eres perfecta para mi, me perdí en ti y me volví a encontrar.. y ahora me doy cuenta de lo que me estaba perdiendo.. — afirmé y no pude resistirme a besar de nuevo esos labios carnosos que me transportan a otra dimensión y me traen devuelta.
— ¿Porque siento que vas a desordenar toda mi vida? — murmuró.
— A veces un poco de caos nos hace bien.. — susurré rosando mis labios con los suyos.
Ella puso sus manos en mi cuello y yo baje las mías hasta su cadera e intensifiqué mis besos, con cada roce de nuestras lenguas cada parte de mí se iba incendiando, cuando estoy con ella todos mis problemas se hacen pequeños y ni siquiera los recuerdo, todo mi mundo gira a su alrededor, se volvió la dueña de mis sueños y de cada uno de mis pensamientos.
Nuestros labios encajaban perfectamente como piezas de rompecabezas, ella era todo lo que un día había deseado, no es perfecta pero resulta que yo tampoco lo soy.
[...]
Su pelo era tan sedoso que se resbalaba de mis dedos, ella se había quedado dormida sobre mi pecho aquí en una de las habitación de su casa después de haberme contado a grandes rasgos cuales eran esos fantasmas que fragmentaban su alma.
Había perdido a sus padres cuando apenas tenía dieciséis años, un terrible accidente se lo arrebató todo, dejándola a la deriva para enfrentarse sola a este mundo en donde existen personas que solo quieren verte arder.
Mientras la veía dormir y la acariciaba mis pensamientos hicieron un repaso de todo lo que ella me había revelado.
— A esa edad se supone que una chica solo se preocupa por divertirse y lograr terminar la preparatoria para luego preocuparse por la universidad.. — comenzó a decir mientras se colocaba sobre mi pecho.
— Nunca nos preparan para la verdadera batalla y tu ni siquiera tuviste la oportunidad.. — dije mientras la abrazaba y la ayudaba a acomodarse sobre mi pecho. — Lamentó mucho tu perdida, nada ni nadie nos prepara para perder lo que más amamos.. — musité y traté de ponerme en su lugar pero no podía, no podía imaginarme una vida sin mi familia, a pesar de todas las cosas a las que juntos hemos sobrevivido agradezco por tenerlos conmigo.
— Nunca estamos preparados y jamás lo superas.. Después de todo eso había entrado en un cuadro depresivo muy grave.. — confesó acariciando la cicatriz — todo había perdido sentido en mi vida.. solo quería a mi familia devuelta.. anhelaba volverlos a ver y abrazarlos.. — dijo y algunas lágrimas se le escaparon, la abracé con fuerza quería hacerla sentir segura, nunca en mi vida había sido así con una mujer que no fuera mi abuela o mi madre, a ella quiero besarla y acariciarla, quiero darle todo lo bueno de mi que no sabía que tenía y que podía entregárselo a una mujer.
— Dos años después de ese accidente me mudé aquí, Trudy me cuidó mientras era ignorada por mis familiares a pesar de todo el dinero que heredaría.. ella fue la única que estuvo cuando más necesite de ayuda.. — dijo y se acomodó la remera negra que se había puesto de ACDC, se veía tan hermosa con la prenda más simple y sencilla, la remera le llegaba hasta los muslos y le cubría lo suficiente, su piel era tan suave que nunca me cansaría de sentirla con las yemas de mis dedos.
— Trudy es mi nueva persona favorita en este mundo.. — confesé.
— ¿Porque lo dices? — preguntó levantando un poco la cabeza para mirarme.
— Tal vez te suene egoísta.. pero agradezco que esté en tu vida y ser tu ángel guardián, porque gracias a ella hoy te tengo aquí conmigo.. — confesé y luego la besé en la frente, ella se acomodó de nuevo sobre mi pecho.
Se quedó callada por unos segundos, por un momento tuve algo de miedo de que se haya molestado sobre mi comentario, hablar sobre el pasado nunca es fácil y peor si tienes uno tan fatídico, pero resulta que conocerla de esta manera tan profunda hizo que la admirara mucho más de lo que ya lo hacía, me enamorarme con todo y fantasmas, pasó más rápido de lo que podría haberlo imaginado.
— Me gusta como se sienten tus latidos.. — musitó acomodándose mejor sobre mi pecho. — porque es señal de vida y de qué puedes sentir.. — murmuró al final.
— La verdad yo pensé en algún momento de mi vida que ese día nunca llegaría.. — confesé.
— ¿Que día? — preguntó curiosa.
— El día en que me enamoraría y descubriría que si puedo sentir.. — afirmé y la apretujé entre mis brazos.
— A pesar de las circunstancias a las que me vi expuesta.. siempre creí en el amor y nunca dejé de hacerlo porque mis padres me lo enseñaron y me demostraron que el amor es la única fuerza que trasciende la muerte y el tiempo.. no tienes ni idea de cuanto los extraño.. los llevo en mi mente y en mi corazón todos los días de mi vida.. — espetó entre suspiros.
— No quiero ni pensar en una vida sin mi familia.. pero te entiendo.. — murmuré — ¿Sabes? Aún no puedo creer que estés aquí conmigo, me siento el hombre más afortunado.. — musité.
Ella se levantó lentamente y plantó sus labios sobre los míos, eran suaves y nunca me cansaría de besarlos.
— Eres mi cielo.. — comencé a murmurar rozando sus labios, ella se sentó a horcajadas sobre mi y su pelo caía por los costados de su rostro — un cielo lleno de estrellas.. — agregué al final.
Cada roce, cada caricia despertaba en mi esa necesidad de sentirla de nuevo, ella se incorporó y el deseo en sus ojos era evidente, comenzó a desprender mi camisa para luego bajar a mis pantalones, acarició mi abdomen con cautela como si se estuviera memorizando cada centímetro de mi cuerpo.
A pesar del deseo que era más que evidente gracias a mi erección no creí prudente hacerlo después de ese momento tan importante que habíamos tenido.
Me incorporé y la pegué más a mi cuerpo, se le escapó un gemido y eso fue suficiente para ignorar a mi lado consciente y prudente. Nos entregamos el uno al otro como la primera vez que lo hicimos, dejé que ella tomara las riendas de todo, la dejé complacerme, ninguna mujer me había llenado tanto como lo ha hecho Loana en tan poco tiempo.
Ella encajaba perfectamente con lo que nunca busqué pero que siempre necesité.
Mi vida antes de ella estaba vacía, todo estaba en escala de grises, perdido entre una sociedad destruida por los vicios y la avaricia, el sexo era mi válvula de escape al igual que mi trabajo, pero entonces ella me dio una probada de lo increíble que es poder sentir, ella me devolvió a la vida.
Todo con ella era maravilloso, cuando en el pasado me habría aburrido con este tipo de situaciones ahora estos momentos se volvieron mis favoritos, platicar con ella, conocerla y descubrirla son mi mejor ocio, acariciar su cuerpo y apreciar cada movimiento suyo para mi era la octava maravilla del mundo.
[...]
Tal vez los dos éramos personas que habían pasado situaciones que ninguna persona lo vería a simple vista, pero fueron esas experiencias las que nos convirtieron en lo que somos ahora.
Ella tenía esa confianza en si misma, era valiente y segura de sí, a pesar de todo ella seguía adelante con una sonrisa en el rostro, todo lo malo que a sufrido la ha hecho una mujer fuerte, y me encantaba su imprudente sinceridad.
— No estoy de acuerdo. — respondió con autoridad durante nuestra reunión semanal de socios — esto es una desfachatez. — inquirió y todos pudimos sentir su ímpetu de eso estoy seguro.
— ¿Que sugiere entonces? — consultó Charles.
— Rehacer todo el proyecto. — dijo sin más.
— ¡¿Que?! — cuestionó Nick exaltado — eso sería una pérdida de tiempo. — espetó.
— Concuerdo con ella, esto necesita una nueva estructura. — dijo Evan mientras la observaba con esa mirada lasciva, como si la estuviera devorando con los ojos.
— ¿Señor Wilde? — la voz de Loana me trajo devuelta a la realidad.
— Disculpen estaba un poco distraído. — dije carraspeando mi garganta.
— Le pregunté si quiere usted supervisar conmigo la reestructuración de este proyecto. — dijo muy seria, me gustaba porque no mezclaba los asuntos personales dentro de la empresa, pero me encantaría llevarla a mi oficina por un buen rato, pero debo ser profesional y pensar con la cabeza fría, no con mi otra cabeza.
— Para mi sería un placer trabajar de cerca con usted. — confesé.
— Esta decidido caballeros, como la mayoría está de acuerdo todo será reestructurado, no queremos decepcionar a nuestros clientes. — dijo ella sonriendo.
Luego de que se haya tomado la decisión de volver a realizar el proyecto que Nick había presentado como propuesta ella se retiró dejándonos a todos con la boca abierta, su determinación era increíble, era una mujer con todas las letras.
— Oye Wilde.. — dijo Evan y desvíe la vista del hermoso trasero de Loana para mirarlo a él con desdén — no mires a mi chica. — espetó divertido.
— Creo que está muy lejos de serlo. — dije con un tono cargado de seguridad.
— No estés tan seguro socio. — afirmó y una sonrisa de diversión se formó en su rostro.
Él se levantó y siguió el mismo camino que Loana, si quería provocarme y molestarme lo logró, me levanté con brusquedad de mi silla cuando me percaté que Nick y Charles me estaban observando divertidos.
— Definitivamente estas jodido.. — musitó Nick entre risas.
— Cállate. — dije con hastío apretando la mandíbula, sentí que mi rostro estaba ardiendo en rabia.
Salí de la sala a zancadas apretando los puños hasta que mis nudillos se vieron blancos. Lo único que quería era partirle la cara a ese imbecil, lo conozco muy bien porque solíamos hacer de las nuestras siempre, y se muy bien que intentará aprovecharse de Loana.
Me detuve en seco cuando los vi conversando muy divertidos en el pasillo, todo de mi estallo en celos, no importa que ella no lo viera como una posible conquista era él quien me preocupaba, entonces ella volteó a verme y creo que se dio cuenta, pero aún así ella no dejó de sonreír.
Gire sobre mis talones y salí de allí antes de cometer una locura, mi padre siempre me dijo que los celos nunca traen buenos desenlaces y que debemos aprender a elegir qué nos puede lastimar o quien, pero que del dolor nunca saldríamos ilesos, traté de calmarme y pensar en otra cosa, la verdad es que nunca antes me había encontrado en una situación así, pero todo fue en vano yo ya estaba envenenado.
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Nota de la autora: ¿podrá Dorian controlar sus celos y no ocasionar un desastre innecesario?
Pero lo que me preocupa más son las intensiones de Evan ¿caerá Loana en sus garras?.
Espero que disfruten este capítulo, hasta el siguiente sábado. Besos ❤️
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