Capítulo IX
"Todo mi cuerpo dolía, pero más me dolía el alma por necesitarla y poder hacerla mía otra vez."
Antes de desvanecerme y quedar inconsciente en aquel accidente, una pequeña parte de mí se aferró a una pequeña parte de Loana. Me aferré a los buenos momentos que había pasado con ella y traté, traté con las fuerzas que me quedaban de luchar y así poder disfrutar de esta vida a su lado.
Un mes y medio después de aquella noche, la noche más fría que había pasado en toda mi vida, me encuentro a unas horas de culminar una de mis tantas sesiones de fisioterapia, tuve que someterme a una cirugía debido a una fractura en el peroné y algunas fisuras, la contusión en mi cabeza casi se complica debido a que algunos pequeños vasos sanguíneos presentaron fugas en el tejido cerebral.
Al fin y al cabo ya he podido ir de vez en cuando al trabajo, no muy a menudo pero si he ido, Loana siempre me mantiene al tanto al igual que May, esta última ha sido mi chivo expiatorio en la empresa. Recuerdo muy bien que le pedí, no mejor dicho le exigí que cuidara a Loana de Evan. Pero el imbecil ese no podría ser más testarudo y si algo se le mete en la cabeza lo perseguirá hasta conseguirlo, es un maldito casanova. Loana es apetecible en todos los sentidos y aunque a veces creo que Evan hace todo esto para molestarme a modo de venganza, en algún tiempo atrás yo también era un imbecil y me metí con la mujer que no debía.
Mi auto sigue en reparación, jamás lo dejaría de lado, ese auto significa tanto para mi, es el recuerdo que me hace tener mas presente a mi abuelo.
Debido a lo destrozado que quedó mi coche tuve que comprarme otro, más moderno y versátil, un Audi Q5 en color negro, este auto exprime al máximo su motor turbo de cuatro cilindros y una de las mejores cosas es el ahorro del combustible.
Había contratado un chofer, debido a mi condición se me complicaba un poco conducir y la verdad es que aún no me recuperaba ni física ni emocionalmente.
Aún utilizaba muletas para moverme, en diciembre la nieve es mucho más espesa en New York, lesionarse en invierno es peor que cualquier tortura, el dolor se hace insoportable y más por las noches a la hora de dormir.
De repente suena mi teléfono y no puedo contestar debido a que estoy apunto de subir al vehículo, una vez dentro revisé quien me había llamado y era Loana así que inmediatamente le devuelvo la llamada quien contesta en el segundo timbrado.
— ¿Amor? — pregunté preocupado, ella casi nunca llamaba y solo lo hacía en casos realmente importantes, la verdad la entiendo porque yo tampoco tengo mucho tiempo para estar mirando mi teléfono, Carol siempre lo hace todo por mi.
— ¡¿Dorian porque no me habías dicho que tu cumpleaños es mañana?! — cuestionó del otro lado.
— No es que me guste tanto celebrarlo.. — justifiqué, la verdad es una fecha que cuando era niño no me gustaba celebrar debido a la ausencia de mis padres a pesar de que mi abuela siempre estuvo, para un niño sus padres siempre serán necesarios e importantes.
— Tu madre me avisó que te harán una fiesta mañana y me ha dicho que han invitado a tus familiares más cercanos..
— Si, la fiesta.. la verdad es que no me apetece ir, aún no me siento muy bien.. — confesé.
Frederick puso en marcha el vehículo para llevarme a mi departamento, era un hombre caucásico de unos cuarenta y pico, de complexión delgada y bastante alto, un buen hombre por lo que he podido comprobar hasta ahora.
— ¿Porque debo festejar mi cumpleaños? — cuestioné.
— Porque solo lo cumples una vez al año Dorian.. y debemos celebrar la vida.. — comenzaba de nuevo con su sermón, le encantaba hacerlo y en estos últimos tiempos se ha vuelto una costumbre.
— Si.. está bien, me convenciste.. — dije vencido en realidad porque no pararía de insistir hasta lograr su objetivo — ¿Y que hace la mujer de mi vida? — intenté cambiar de tema rogando que funcione.
— No creas que cuando llegue a casa no te sermonearé.. — espetó pillándome por completo — Sigo en la empresa y no llegaré a casa hasta en la noche, pero May ya estará allí.. — ella se había mudado casi por completo, íbamos a los Hamptons sólo los fines de semana aunque luego del accidente volveremos después de mucho, pero eso no significa que mi familia no hayan venido.
— Está bien mi cielo, nos vemos en casa.. — dije y ella se despidió de mí para luego darle fin a nuestra conversación.
[...]
Llegué a casa que resultó ser más de ellas que mía, pero me sentía mejor con ellas aquí, me acostumbré tanto a ellas que me sentí desolado cuándo estaba de reposo y solo una enfermera estaba conmigo, mi madre vino un par de veces pero no era lo mismo, más que nada la necesitaba a ella, necesitaba a la Loana.
"Without me de Eminen" sonaba a un volumen bastante considerable combinado con el toque femenino que Loana había hecho en todo mi departamento.
A veces sentía un poco de pánico en la forma tan apresurada que iban cambiando las cosas, ella se había metido mucho más profundo de lo que imaginaba, algún tiempo atrás cruzo por mi mente decírselo pero creo que soy mejor por ella y gracias a ella.
Vivía en un mundo tan cargado de toxicidad que yo mismo había construido a mi alrededor.
— ¡¿May?! — traté de que me escuchara sobre la música.
Pude darme cuenta que el volumen de la música había sido reducido notablemente incluso podía escuchar sus pasos acercándose.
— ¡Hey! — dijo saliendo de la cocina — ¿Que tal te fue? — preguntó sonriente. Llevaba puesto uno de esos trajes negros de oficina ya desaliñada y con la camisa ya desabotonada haciendo notar un poco sus atributos.
— Me duele todo.. — confesé quejumbroso, la verdad mis sesiones de fisioterapia me dejaban agotado — ¿Y tu qué andas haciendo? — indague y con mi olfato traté de percibir el aroma que venía de la cocina. — ¿Que estas tramando May? — la escudriñe frunciendo el ceño.
— Nicky y yo.. — dijo bajando la mirada y jugueteando con sus dedos — Queremos reintentarlo y la invité aquí a cenar.. — confesó mirándome con esos ojos de cachorro — ¿No te molesta o si? — preguntó mordiéndose el labio inferior.
— No se May.. sabes que nunca me agradó Nicky, pero si te hace feliz.. yo soy feliz.. — dije sonriéndole y ella me sorprendió con un abrazo casi tirándome al piso, apenas y pude sostenerme con las muletas.
— Gracias, eres el mejor.. — chilló apretujándome con más fuerza.
— Dime.. algo que no sepa.. — musité apenas porque ya me estaba faltando el aire.
— Yyy.. ya estamos devuelta.. — dijo soltándome alejándose de mi. No pude evitar reír ante su reacción.
— Me iré a dormir, estoy agotado.. que disfruten la cena.. — dije retirándome a mi habitación.
— No es la cena lo que importa aquí.. — dijo adentrándose a la cocina.
Menee la cabeza en forma de negación y por un momento se me revolvió el estómago, aleje esos pensamientos de mi mente y entre a darme una ducha caliente. Esta etapa de recuperación está por matarme y todo el tiempo estoy agotado, anteriormente entre Loana y yo había más intimidad, la verdad es que teníamos sexo cada vez que teníamos oportunidad, pero ahora siento que me estoy secando y perdiendo el toque.
Luego de la ducha bastante estimulante había recuperado la energía que creía haber perdido, pero por más energía que tenga me quedé en mi habitación y me puse unos pantalones de franela para luego tomar mis medicinas y así poder dormir, tampoco quería ir a interrumpir la romántica velada de mi mejor amiga y cómplice. Dormir era mi única salida ahora.
[...]
Unas suaves caricias, una voz tierna y dulce me arrancaron de mi más profundo sueño, entre abrí los ojos y vi una silueta borrosa, ella ya estaba en piyamas, no la había sentido llegar y mucho menos cuando se acostó a mi lado.
— Feliz cumpleaños mi amor.. — susurró acariciando mi mejilla.
— Gracias mi cielo.. — murmuré aún adormilado.
Ella se acercó y me dio un suave beso en los labios, a pesar de todo lo que ha ocurrido ella era lo mejor que la vida pudo haber puesto en mi camino.
— Perdóname que no te haya comprado nada.. — dijo apenada.
— Tenerte a ti.. — musité y me coloqué entre sus piernas y ella me apretó a su cuerpo. — es el mejor regalo que la vida me pudo dar y no necesito nada más.. — confesé mirándola a los ojos cuyas pupilas estaban dilatadas en la penumbra. — Solo a ti.. — agregué.
— Te amo Dorian.. — murmuró y me guió hasta sus labios de nuevo, pero esta vez no fui suave, quería que sintiera la necesidad que tenía de estar con ella, de sentirla y estar dentro suyo como hacía tiempo no lo estábamos.
— ¿Estas seguro? — preguntó jadeante.
— Necesito sentirte mía de nuevo.. — susurré entre dientes mientras mis manos explotaban su sexualidad y mis dedos se perdían en su humedad.
— Siempre seré tuya y tu siempre serás mío.. — agregó para darnos paso al fin.
Todo mi cuerpo dolía, pero más me dolía el alma por necesitarla, por hacerla mía otra vez y muchas veces más.
Mis dedos se movían con agilidad rosando su sensibilidad y ella gemía entre mis labios, mientras se corría bajé a saborear sin dejarla respirar. Con cada roce sus gemidos eran más intensos y se tensaba cada vez que mi lengua cometía su asalto. Ahora si que no me importaba incomodar a la invitada de May.
Toda ella estaba lista para mi, estaba tan húmeda que ya no pude aguantarme y la penetre, me había aguantado y esperado tanto, necesitaba sentirla, su calidez y sensibilidad eran el paraíso, si de aquí en adelante mis cumpleaños serían así querría volverme inmortal para disfrutar con ella por el resto de mis días.
Quería hacerle recordar lo bien que podía hacerla sentir y sobre todo quería recordar lo vivo que aún estaba, con cada estocada me acercaba más al climax y fui aumentado la intensidad.
— Espero poder seguir celebrando así contigo cada cumpleaños.. — dijo agitada cuando caí rendido sobre sus pechos.
— El mejor cumpleaños de mi vida.. — confesé jadeante como si el aire estuviera apunto de abandonarme.
La besé y luego me acosté a su lado, la atraje entre mis brazos y ella acomodó su cabeza sobre mi pecho, cualquier mal que tenía ella lo ha sanado por completo.
— Por muchos años más.. — susurró.
Quería decirle que después de esta noche mi fisioterapeuta notará una mejoría bastante importante pero no quise arruinar el momento, habíamos tenido una noche incomparable y sería muy idiota de mi parte echarlo a perder.
[...]
Íbamos de camino a los Hamptons y no pude evitar rememorar aquella noche, no pude evitar sentir de nuevo esa sensación gélida recorriendo mi cuerpo, como si la muerte estuviera en constante acecho y nunca me abandonaría.
Loana me tomó de la mano intentando tranquilizarme y haciéndome sentir el calor de nuevo, ella era la vida misma, no había nada que pudiera compararse con ella.
May había invitado a Nicky y ambas venían detrás de nosotros con Frederick, y nosotros veníamos con Wallace.
Cuando llegamos a casa nos encontramos con que estaba abarrotada de gente, Loana se quitó el abrigo negro que traía debido a la calefacción dentro de la casa y dejando así al descubierto un hermoso vestido rojo de mangas largas y espalda muy escotada, ajustado a su cuerpo y resaltando sus atributos, todos los que estaban cerca voltearon a verla y por instinto mis manos rodearon su cintura, como si estuviera marcando territorio.
— Tu madre me dijo que serían solo los amigos más cercanos.. — reprochó Loana algo asombrada por la cantidad de invitados.
— En efecto, ellos son nuestros amigos más cercanos mi cielo.. — dije divertido, supongo que ella no esperaba que todo los habitantes del lugar estén presentes hoy.
— ¿Quienes son ustedes? ¿Los Kennedy de Long Island? — dijo algo abrumada por las personas que nos estaban saludando.
— Y lo has dicho mi cielo.. — musité divertido.
Antes de continuar le di un beso rápido en los labios, la verdad lo único que quería era estar a solas con ella y poder disfrutarla todo lo que no he podido este tiempo de recuperación.
— ¡Ahí están! — exclamó mi abuela acercándose a nosotros y nos rodeó a ambos con sus brazos — Feliz cumpleaños mi pequeño, ¡Gracias a Dios ya te vez muchísimo mejor! — resaltó observándome de pies a cabeza.
— He tenido intensas sesiones de fisioterapia abue.. — empecé de decir — Hasta por las noches.. — agregué divertido y sentí un pinchazo en mi brazo que me hizo saltar de sorpresa.
Observé a Loana quien me fulminaba con la mirada y tenía las mejillas pintadas de un carmesí suave, Dios adoraba provocarla y obtener estos resultados.
— ¡Se ve muy bien señora Gertrudis y ese vestido es hermoso! — la alago Loana cambiando de tema.
— ¡Muchas gracias cariño! Y por favor.. dime abue Gege.. — mi abue sonriendo la abrazó de nuevo y Loana se lo devolvió.
Mis padres también habían invitado a mis socios del trabajo.
Nick había traído a Carol y creo que la relación entre ellos iba en serio, Charles estaba con su esposa Meredith, quien era una mujer re llenita con ojos claros y rizos muy dorados, es una mujer encantadora y con mucha presencia.
— ¡Feliz cumpleaños socio! — Evan me palmeó por detrás y con mucha fuerza haciéndome emitir un quejido de dolor, porque lo hizo muy cerca de mi brazo lastimado.
— Gracias. — dije secamente, desde que había puesto sus malditos ojos en Loana sentía la necesidad de repelerlo de todas las maneras posibles.
— ¿Disfrutaste lo de anoche? — se acercó a preguntarle a Loana y de repente sentí como todo dejaba de funcionar dentro mío.
— ¿Que? — inquirió Loana con hastío — ¿A que te refieres con lo de anoche? — preguntó frunciendo el ceño. Mientras yo ya estaba apretando mis puños a los costados observándolos atento y listo para propinarle la golpiza de su vida, si no lo hacía aún era por mi familia.
— No te hagas la que no sabe, bien que lo disfrutaste.. — insistió él.
— Lo siento, la verdad no sé qué te imaginaste, pero que pueda disfrutar algo contigo lo dudo. — espetó Loana mirándolo de pies a cabeza con desdén y desprecio. Y luego volteo hacia mi endulzando de nuevo su mirada que hasta hace un momento era más dura y fría que el metal — Dorian, necesito pasar al sanitario ¿me lo indicas? Por favor.. — parecía una pregunta pero para mí fue más como un "ya sácame de aquí".
No dije nada más y asentí con la cabeza, puse una mano en su espalda y la lleve por las escaleras para indicarle el sanitario, me costó subirlas pero eso no importaba ahora.
— Te espero en mi habitación. — dije y me retiré de allí mientras ella entraba al sanitario.
Trate de calmar toda esa cólera que Evan había provocado, que lo más probable haya sido todo una estupida y sucia jugada suya, la misma de siempre.
— ¡Es increíble que se atreva tanto! — exclamó Loana entrando a mi habitación.
— Solo dime que no pasó nada y dejemos todo este asunto atrás.. — musité suspirando, liberando esa tensión que llevaba cargando dentro de mi.
— Hey.. — dijo susurrando y acercándose a mi — Soy toda tuya y no hay espacio en mi vida para nadie más.. — aseguró tomando mi rostro entre sus manos.
— ¿Te casarías conmigo? — pregunté sin más. Ni yo mismo me esperaba eso pero era una pregunta que había empezado a rondar por mi mente desde hace mucho tiempo.
Ella se quedó estupefacta y sus ojos se abrieron de par en par, si quieres ver a una mujer sorprendida y anonadada con algo debes proponerle matrimonio dicen, pero creo que yo me sorprendí a mí mismo, ella no se lo esperaba porque comenzó a toser como si el aire se le acabara.
Quería darle todo de mi y este era uno de los pasos que jamás en mi vida cruzo por mi mente, pero la quería a ella para el resto de mis días.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Nota de la autora: Disculpen la demora pero ya está aquí ❤️
Tuve asuntos personales que no podían esperar y tuve que atenderlos de manera urgente, espero puedan comprenderme, además no he tenido tiempo para editar el capítulo 😓
Ojalá y les guste este capítulo, es un gran paso el que Dorian hará 🥰
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top