te amo

Una ciudad casi destruida en su totalidad, edificios derribados, autos aplastados, calles ya sin forma, demaciado escombro al rededor, algunos cuerpos sin vida, edificios con manchas de sangre, él mismo con gran dolor, su vista se volvía negra pero podía escuchar y al parecer responder, a una confección y la respuesta afirmativa, sumado a una promesa, más sangre, miedo, alegría, fé y finalmente oscuridad.

Despertó asustado, esa pesadilla de nuevo.

Miro a su alrededor mirando que no era su hogar, se levantó asustado, el brazo le dolía, estaba sudando, escucho ruidos afuera y decide salir con miedo, no reconocía ese lugar, no era su casa, sale con miedo, afortunadamente la puerta está abierta, camina por el pasillo y al fin empieza a reconocer los insultos.

-....si lárgate de una vez.

- me debes una, mi rayito está preocupado - se despedía Kirishima.

- joder si, lárgate de una vez - trataba de cerrarle la puerta en la cara pero con su cabeza dura era más probable romper la puerta que la cara del idiota ese.

- yo quería quedarme a cenar, seguro le preparas algo delicioso, hasta puedo llamar a mi rayito - saco su celular.

- no y no, lárgate ustedes solo van a incomodar lo.

- bro te conozco y lo único que quieres es acapararlo, si no te conociera diría que eres capaz de amarrarlo a tu cama y no dejar que se relacione con nadie...

- y ganas no me faltan imbécil, pero las esposas con cojín aún no me llegan y los jodidos metiches vecinos reportarían de inmediato, y silenciar a tantos sería difícil...

- estás de broma - se puso algo nervioso y trago fuerte - no digas bromas así frente a Aizowa ese seguro te encierra un par de años solo por pensarlo.

- claro que es broma así que lárgate para poderlo sacar de la ciudad y enserrar en una cabaña en el bosque...

- bro me estás asustando, llamare al apoyo.

- ya lárgate - pidió más calmado, había visto de reojo al chico de sus sueños, quería ver su reacción pero fue más floja de lo esperaba, quería al menos hacerlo temblar un poco o verlo saltar en su lugar cual conejo asustado escondiendo las orejas, quería verlo ruborizado al escuchar de las esposas, pero nada, así que algo estaba mal, tal vez el dolor era mucho, pero si corría a su encuentro mientras pelos de mierda seguía ahí, ya no lo sacarían de su apartamento, con supuesta preocupación y llamando a su novio solo para cenar ahí, los conocía muy bien.

- bueno - se fue más calmado, con esa última reacción tan sería significaba se burlaría de él tras cerrar la puerta.

- estás bien - cerro la puerta con seguro por si acaso y miro al chico sosteniéndose de la pared.

- si - alzo una mano como esperando un abrazo.

- debes descansar - lo cargo con cuidado y lo llevo a la sala, le limpio el sudor y lo hizo esperara en lo que preparaba algo ligero para cenar.

Cenaron en silencio, no incómodo más bien tranquilo, pese a todo lo ocurrido estaba felices y tranquilos al estar juntos, en un momento tan simple como compartir una cena, momentos sencillos que tenían más significado que nada, amaban estar juntos.

Miraron el televisor un rato después de la cena, abrazados pero Katsuki tenía el hábito de dormir temprano, para levantarse temprano y hacer ejercicio antes del trabajo, decidió que era tiempo de ir a la cama a descansar, su novio tendía reposo forzado de su parte.

Le fue retirado el castigo y podía regresar a la estación pero quiso tomarse un para de días más para cuidar al herido, y la claro la primaria estría cerrada, más por la petición de los padres que por la misma institución, muy probablemente algunos meses pedirán cuidado especial departe de los policías para patrullar seguido.

La prensa fue callada gracias a que los padres del niño no quisieron dar entrevistas y menos a exponer al infante a críticas, burlas, humillaciones de parte de cierto grupo de ciudadanos que solo critican sin conocer los hechos o el trasfondo de un evento.

Katsuki llevo en brazos a su amado a la habitación, dónde lo recostó con cuidado ya esté se había colocado una piyama para estar cómodo descansando, recomendaciones de los paramédicos que lo atendieron.

El mismo se dió una ducha antes de acostarse, ni el sabía lo tenso que se encontraba hasta que el agua caliente recorrió su cuerpo, relajandolo al instante, un baño corto, su amado estaba algo ido,con la mente en otro lado y lo asustaba no conocer sus pensamientos.

- izu-bebe te encuentras bien - se acostó a su lado.

- si - busco sus labios para un beso, que no le fue negado.

- estaba preocupado - confesó al separarse del beso, tocó sus mejillas, su cabello rizado, y lo beso de nuevo.

- Kachan - suspiro y rodeo su cuello para abrazarlo y acercarlo más.

- no amor - se separó lo más que pudo - estás herido.

- solo en el brazo, no me duele nada, nada - hablo bajito, mirándolo a los ojos.

- bebé, al menos hoy no.

- ya no me quieres - murmuro inflando sus mejillas.

- sabes que te adoro - lo beso rápidamente - pero no.

- bien - retiro sus manos y empezó a quitarse la ropa.

- no vas a convencerme, tienes que descansar -  miraba con descaro como el menor se desvestía, tendía que hacerlo mejor si quería que hiciera todo a un lado y empezará a cojerlo sin más.

- mmm - ya desnudo, empezó a acariciar sus pezones y luego bajo su mano a su miembro para empezar a tocarse, le daba vergüenza pero era más su necesidad, el rubio solo abrió los ojos mirando si poderlo creer.

- no - se resistió a tocarlo.

- Kachan - suspiro mientras su mano no dejaba de subir y bajar, sus ojos conectaron el el rubio y gimió fuerte - ahhhh Kachan - siguió tocándose sin parar, apunto de correrse se detuvo - no puedo hacerlo sin ti - dijo de manera inocente, mientras en sus ojos brillaba la lujuria.

- puta madre - y mando todo al carajo empezó devorado ese miembro a punto de explotar con mucha hambre no faltaba mucho para que soltará todo y claro que se lo trago gustoso, cómo negarse a tal manjar.

Deku después de correrse era una obra de arte, sudando, agitado, sus manos estrujando la sábana, su mirada ida, la respiración entrecortada  y esa sonrisa radiante.

Cómo contenerse ahí.

Era imposible.

Se deshizo de su propia ropa mostrando lo duro que se había puesto al ver a su tierno novio masturbarse diciendo su apodo en cada suspiro, rogando con la mirada por ser profanado de manera ruda sin piedad.

Y eso le encantaba, saco lubricante de un cajón y derramó en la entrada del menor y en sus dedos y empezó con dos dedos, tenía mucha prisa por hacerlo suyo, afortunadamente fue aceptado con facilidad, probablemente por lo seguido que estaba adecuando al chico a recibirlo.

Se inclino para chupar esos botones que también rogaban su atención, pero la culpa la tenía ese lindo nerd que había aprendido como seducirlo.

Solo unos minutos de tortura dónde chupo y mordió sus pezones mientras sus dedos se movían rápido tratando de abrirlo de manera rápida, no podía aguantar más y al filo de perder la cordura, saco sus dedos y acomodando su miembro, miro una vez más a su amado, mirándolo con ansias y lo penetró lo más profundo que pudo.

El peliverde gimió fuerte arqueando su espalda extasiado.

Las estocadas fuertes no se hicieron esperar y como desahogo el menor araño sus brazos y su espalda mientras gemía fuerte, sabía perfectamente como eso le gustaba al rubio.

El rubio gruñía de satisfacción y aprovechaba para dejar marcas es en cuerpo tan delicioso que solo le pertenecía a él.

Empezó a ir más rápido, mientras el menor gritaba por más, con enormes ansias mordió su hombro mientras se corría dentro de su amado, este también se había corrido apenas lo había mordido.

La noche era muy joven y ambos tenían muchos deseos de fundirse.

Tenían ganas de amarse hasta el amanecer.

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