No es olvidar, es sobrevivir.

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No es olvidar, es sobrevivir.

Lucius


Sigues adelante, sintiendo por primera vez los estragos que han dejado sobre ti los años, y no te refieres a las arrugas que han comenzado a inundarte el rostro acentuando en tus rasgos  el peso de los errores; ni del blanco cada vez más presente en tu cabello y en aquella insipiente barba que te ha crecido en las últimas semanas; ni siquiera lo dices por el dolor cada vez más presente en tu pierna que te obliga a depender cada vez mas del apoyo de ese bastón que antes solo usabas como un accesorio.

Te refieres a los estragos de sentir en carne propia lo que jurabas que jamás sería capaz de sentir, a veces piensas en la soledad que los años te has vuelto demasiado blando, que cosas como estas jamás te hubieran afectado, incluso estas seguro de que antes y solo por orgullo te hubieras arrancado el corazón de un tajo de imaginar el despojo en el que te has convertido.

Pero ya es tarde para tomar medidas, tu corazón ya no te pertenece y tu mente se amotino en tu contra desde hace tanto que ahora no encuentras la manera de salir de ese hoyo negro en el que se ha convertido tu existencia.

Claro que sigues adelante, con el orgullo maltrecho y apabullado, por una insulsa jovencita de cabellos castaños que te ha enseñado un par de cosas, cuando tenías la estúpida idea que tú eras el maestro, pero de eso nada, has terminado siendo un principiante en las artes del amor y has perdido la batalla ante tu hijo, incluso una guerra insalvable donde él ni siquiera a sido consciente de que eran rivales reales y aun así te ha ganado.

Te sientes ridículo de sentirte de esta manera, a estas alturas de tu vida, pero ya te has dado cuenta que entre más te resistas y te niegues a aceptarlo es mucho peor. Así que te dejas llevar, permites que el dolor inunde cada parte sensible de tu cuerpo y te abandonas a los días grises de tu existencia y en tu soberbia, sonríes por la ironía de que alguien con tus muchos y oscuros talentos no haya sido capaz de retenerla.

Mas ridículo aun es admitir que fuiste tú en primera instancia quien cago todo, por tus jodidas costumbres, por el peso del orgullo mal entendido que solo logro que ella abriera los ojos y viera que se había enamorado de alguien tan podrido que no podía cambiar aunque quisiera.

En tu desesperación incluso has contemplado la manera de forzarla, de obligarla a que se quede, apelando al chantaje o alguno de tus muchos  y vastos recursos para salirte con la tuya, pero sabes que de intentarlo siquiera solo lograras ganarte su desprecio y puedes lidiar con muchas cosas, pero no toleras siquiera imaginar que por primera vez alguien que te amo de manera sincera termine odiándote por tus vilezas.

Así que te contienes y sigues fingiendo que nada pasa, dejando correr los días en un vacio de mierda que te agobia. Ni siquiera has sido capaz de visitar a la joven amante que te espera dispuesta a complacerte, porque ya no te consuela su compañía, ni fingir que es ella, esa ilusión ha escapado para no volver jamás.

Te aturdes en licor como lo hicieras en los días más oscuros de tu vida, cuanto tenías a él innombrable de huésped en tu casa. Sabes que no ayudo entonces y no ayuda ahora, pero no tienes demasiadas alternativas, ni nada que perder, asi que, que mas da perderse la noción del tiempo y el espacio, aturdirse hasta creer que aun tiene esperanzas de tenerla y amarla.

Aunque no quieres también piensas en Draco y para ser sinceros a veces te gana el coraje y quieres odiarlo, pero tampoco puedes, porque a pesar de todo, lo quieres y si no amaras tanto a Granger incluso te sentirías conforme de perder ante tu propia sangre.

A veces cuando estas aletargado por el licor eres capaz de reírte de ti mismo por la ironia que supone esta vida de mierda. Comienzas sonriendo con el sarcasmo a flor de labios y terminas, tumbado en tu sillón preferido riendo a carcajadas, no con una felicidad falsa, si no por un dolor tan real que a veces te sorprende.

Cuando piensas que no puede ser peor, lo es, por que recuerdas que nadie a ganado al fin esta batalla y que en algún lugar no muy lejano, la mujer que mas has amado en el mundo sufre y llora con su corazón roto en mil pedazos, porque ante todo y como siempre a elegido sacrificarse, no solo por Draco, sino principalmente por ti. Para no hacer que te odie aun mas de lo que debe odiarte tu hijo.

Tú no eres noble, ni entiendes de sacrificios, pero la entiendes a ella como lo has hecho desde que aprendiste a conocerla y admirarla, puede que esa nobleza suya y ese sacrificio que raya en lo absurdo, te resulte estúpido en cualquiera, pero a ella la dignifica porque sabes lo que implica que alguien con sus principios mienta y mas porque sabes que si lo hace es por ti y  piensa que vales la pena. Así que con todo y tu soberbia entiendes que si bien ya no te ama, te quiere lo suficiente para renunciar a cualquier esperanza de ser feliz con Draco, por ti.

Solo por eso te detienes cuando pretendes buscar a tu hijo para contarle la verdad, porque sería tanto como echar por tierra su acto de valentía y de amor hacia ellos. Y te muerdes la lengua para callarte porque aunque todo tu vida has sido vil y mezquino, no puedes menos que honrar lo que hizo con tu silencio.

Seguir adelante no es olvidar, es sobrevivir. Y lo sabes.

*o*O*o*

“…Todos queremos ser amados. Todos queremos enamorarnos. Pero, ¿Realmente creemos que vamos a encontrar el amor?...” *

La mayoría de las personas solo pueden creer en aquellas cosas que pueden comprobar al verlas con sus propios ojos y sentirlas con sus manos, de otra manera y sin importar de que maravilla se trate no estarán convencidos de su existencia.

Luna era justo lo opuesto, podía creer ciegamente en cosas y criaturas mágicas que sus ojos jamás habían visto y que posiblemente nunca verían, pero era tal su fe, que daba por cierto muchas cosas que la mayoría tacharía de ridículo e inexistente, sin embargo, era precisamente su manera de ser lo que la había llevado lejos en sus investigaciones y sus trabajos como naturalista, además de ganar el respeto y admiración de sus colegas y de su actual prometido Rolf Scamander, aunque como siempre no faltaban las críticas por su personalidad distraída y su manera sencilla y practica de concebir el mundo a su alrededor, pero no era algo que le había preocupado antes y que tampoco lo había ahora.

Ella nunca había pensado seriamente sobre el amor y sus alcances. La relación que tenia actualmente con Rolf se había dado de manera espontanea, con la cotidianidad de los días y el trato diario. Había sido inevitable su acercamiento, tomando en cuenta que pasaban largos periodos aislados cuando estaba en sus excursiones de investigación.

Scamander era un joven atento y guapo a los ojos de Luna, además valoraba que fuera de los pocos que la tomaran en serio desde el principio y que jamás se burlara de sus comentarios. Lo quería y apreciaba por su manea de ser y porque ambos tenían tantas cosas en común que jamás era aburrido platicar con él, incluso los largos silencios eran agradables en su compañía.   

Aun así le sorprendió mucho cuando le propuso matrimonio, mas cuando lo pensó por unos momentos acepto el compromiso, pues aunque no fueron realmente novios propiamente dicho, pues nunca hubo una declaración anterior para serlo, eran compañeros y se sentían bien juntos, así que era lo las lógico, considerando que ambos tenían una lógica un tanto diferente de la de los demás.

Ambos estaban demasiado comprometidos con sus respectivas investigaciones, así que habían planeado casarse en una ceremonia mas bien sencilla, después de terminara su ultima excursión a África, con lo que no contaban ninguno de los dos, era con que Theodore Nott había entrado a sus vidas sin ser llamado y que lo cambiaria todo.

Nott se había encargado de investigar absolutamente todo de la vida de Luna, no había sido difícil dado que era muy reconocido su nombre desde que terminara la guerra, por haber participado y defendido el colegio del ataque. Y por más que le daba vueltas al asunto aun no entendía por que no había hablado para acusarlo.

La rubia se habia convertido en su obsesión, no podía dejar de pensar en ella y los motivos que tendría para guardar silencio en algo tan grave. Despues de todo, aun cuando el no participo de la tortura, estuvo presente y no hizo nada por ayudarla, lo que lo convertía igualmente en un monstro que había permitido que la lastimara.

Inevitablemente se encontró siguiendo sus pasos, aprendiendo de memoria sus horarios y la rutina que seguía todos los días. Conforme mas la conocía, mas le intrigaba y eso lo molestaba sobremanera. Más de una vez había desistido de seguir con esa obsesión, repitiéndose a si mismo que no debía agitar las aguas, pero no podía parar, aunque no entendiera muy bien las razones que le motivaban.

Había sido cuidadoso en sus movimientos para que no notara su interés y que eso pudiera molestarla al punto de confesar el oscuro secreto que guardaba, con lo que no contaba es que a pesar de la apariencia despistada de Luna, ella era muy consciente de que la seguía desde el primer día, aunque nunca se lo demostró, pensando que se acercaría a ella cuando estuviera listo.

Una tarde lluviosa mientras esperaba que saliera del instituto de investigaciones en el que trabajaba cuando no estaba en alguna excursión, se resguardaba bajo la marquesina del cafetín que estaba cruzando la calle. Se distrajo un momento tratando de resguardarse para no terminar empapado, tratando de evitar también que los autos que pasaran terminaran de bañarlo al pasar a alta velocidad sobre los charcos de agua estancada.

-¡Hola Theodore Nott! –Escucho a su lado, lo que le provoco un respingo, pues no esperaba que Luna ya se encontrara a su lado con una enorme sombrilla de un amarillo chillón con lunares azul eléctrico.

-¡Hola! –Saludo por inercia, reponiéndose del susto. Si quisiera la había visto acercarse.

Luna le sonreís en silencio, estirándose un poco para cubrirlo también con su sombrilla para evitar          que se mojara.

-Hoy no es un buen dia. –Le dijo mirando el cielo cerrado por nubes negras.

-¿Un buen día? –Pregunto confundido.

-Sí, hoy no es un buen día para seguirme. Está lloviendo y terminaras empapado. –Dijo suspirando con agobio como si le mortificara algo. –Puedes enfermarte.

-¡Yo no te sigo! –Se apresuro a mentir, fingiéndose ofendido.

La rubia sonrió de nuevo en respuesta y ambos permanecieron ahí, parados bajo la marquesina por largo rato.

Nott no sabía qué hacer o como explicar que la estuviera siguiendo, pues lógicamente se había dado cuenta y no podía negar lo evidente, sería muy estúpido. Aunque de algún modo le aliviaba que no se hubiera ofendido y estuviera dispuesta a acusarlo.

-¿No crees que sería mejor que fuéramos adentro? –Dijo señalando hacia la cafetería. –Puedes seguir haciendo lo que sea que estés haciendo.

El castaño solo asistió con un movimiento de cabeza, sosteniendo la sombrilla de Luna para estabilizarla, pues él era tan alto que a la rubia le costaba trabajo estirarse para alcanzar a cubrirlo. Rozo su mano al hacerlo y pensó que eso la molestaría, pero pareció no darse cuenta de eso porque siguió caminando hacia la puerta de entraba.

-El chocolate de aquí esta delicioso. –Dijo después de acomodarse en una de las mesas del fondo.

-A mí solo me gusta el café. –Acoto con indiferencia, tratando de ocultar la turbación que esa pequeña rubia le causaba.

Cuando llegaron sus humeantes tazas de chocolate y café, respectivamente, comenzaron a beber para entrar en calor.

El lugar estaba lleno, muchos se resguardaba de la lluvia, esperando que pronto pasara y aun a pesar de eso, la mesa donde se encontraban estaba un poco apartada por lo que podían estar tranquilos.

-No deberías preocuparte tanto. –Soltó de repente la chica.

-A mi no me preocupa nada.

-Te preocupa, se nota. –Le dijo inclinándose un poco hasta tocar su frente, justo en medio de sus cejas. –Justo aquí.

Theodore se quedo inmóvil, disfrutando del toque cálido de esos delgados dedos que acariciaban su entrecejo.

-En serio no debes hacerlo. Te prometo que no le contare a nadie que te vi ese día.

-¿Por qué no has dicho nada? –Pregunto

-No es algo agradable para nadie, además no se puede hacer nada por lo que ya paso y es mejor olvidarlo.

-Sabes que podrías vengarte, si quisieras.

-¿Vengarme de quien? –Cuestiono fijando sus enormes ojos azules en el.

-De mí.

-¡De ti! ¿Por qué me vengaría de ti?

-Porque estuve ahí, presencie todo y no hice nada. –El castaño hablo con angustia al recordarlo todo lo que había deseado mejor olvidar.

-Calma. –Le pidió acariciando su mano con amabilidad. –No fue tu culpa.

-Lo fue, estuve ahí.

-Fuiste una víctima igual que yo.

-¿Yo una víctima? Eso es ridículo.

-¿Querías estar en aquel sótano?

-¡No!

-¿Querías lastimarme?

-¡No!

El castaño estaba sumamente angustiado por las preguntas de Luna. Era claro que no había ido a aquel lugar porque lo deseara y mucho menos herirla a ella o a cualquier otro por voluntad propia, pero eso no le exoneraba de sus culpas, sin embargo, escucharla era como liberarse de una carga que  tenía desde hace mucho tiempo, aunque no fuera consiente de ella.

-Entonces no te agobies, quizás no te has dado cuenta, pero no fue tu culpa. –Dijo acariciando su mano. –Estuviste en ese horrible lugar, porque te obligaron a estar ahí. Presenciaste cosas que no debías ver   y esa noche vi en tus ojos cuánto te afectaba verme sufrir. Eso te hace una víctima más.

-Yo no…

-No te angusties, te perdono.

-No dije eso.

-Lo sé, he sido yo.

Afuera había dejado de llover.

-Si te divierte puedes continuar siguiéndome, pero creo que es más agradable que podamos platicar de vez en cuando en lugar de que te escondas. Me dio mucho gusto verte de nuevo Theodore Nott.

-Puedes decirme Theo, si prefieres.

Luna sonrió. –Me encantaría pero solo si me tu me dices solo Luna.

Esa noche el castaño regreso a su mansión con un perdón que no había buscado, pero que el fondo siempre había necesitado. Quizás después de todo su vida no era un caso perdido.

“…Todos queremos ser amados.”

Luna siempre había deseado sentirse importante y querida, saber que hay alguien en alguna parte que esta dispuesto a dar todo por ella.

“…Todos queremos enamorarnos.”

Quería sentir todas las cosas que Ginny sentía por Harry y que le contara en confidencia todos esos años que lo amo en silencio. Deseaba experimentar las mariposas en la barriga, pues no se imaginaba como podía ser que entraran en un lugar como ese; también deseaba sentir como sus bellos se erizan cuando te tocan y como el corazón se acelera cuando lo ves.

Deseaba enamorarse y sentir todo eso que narraban en las historias de amor y esas películas muggle que le gustaban a Hermione.

“… ¿Realmente creemos que vamos a encontrar el amor?”

Luna creía que nunca encontraría el amor. Y aunque quería a su prometido nunca había sentido por Rolf  ese amor que se supone debería sentir, sin embargo, se había aferrado a el por qué creía que tal vez no todos son capaces de encontrar el amor y ella quería ser feliz con la persona correcta.

Pero ahora que caminaba a lado de Nott se daba cuenta que la persona correcta  no siempre es la indicada, y que aun cuando parezca suficiente, no es correcto conformarse con lo bueno, cuando se puede encontrar lo mejor en el  amor.

La rubia aun no sabía como las mariposas habían entrado a su barriga para causar estragos o porque su piel se había erizado cuando tomo la mano de Nott, ni tampoco podía explicar por que su respiración se aceleraba y su corazón corría con desenfreno.

Hablar con Rolf, no sería un problema, estaba completamente convencida que la entendería, no podía casarse con él, sabiendo que por fin había encontrado el amor. Además al fin y al cabo eran demasiado parecidos como para no comprender la magnitud de lo que implica algo como enamorarse.

Quizás lo mas difícil seria convencer a Theo de ese amor, pero enfrentaría ese problema cuando llegara, mientras tanto se contentaba por ahora con caminar a su lado, lo mejor vendría después –o al menos eso le había contado alguna vez Ginny, aunque no estaba segura a que se refería. -

*o*O*o*

Seguir adelante es un desafío por que no puedes olvidar lo que has vivido y tienes que seguir con las cargas que te han dejado tus decisiones, sin embargo, a veces, solo en algunas ocasiones ocurren hechos que no se tenían contemplados y que logran trastocar de nuevo tu vida para hacer que el caos reine en la rutina a la que te has aferrado con vehemencia. Y hace que te olvides de todo, incluso la tristeza y el dolor.

 Solo basta un momento, quizás solo los pocos minutos que te lleva tomar tu agenda para anotar una cita,  dar una ojeada al calendario y descubrir que hace un par de meses que algo brilla por su ausencia.

El alma te abandona el cuerpo y de súbito comienzas a pensar la ultima vez que te ocurrió, palideces sospechando lo impensable.

Nota: La frase marcada con un * (asterisco) en  este capítulo no me pertenece, pero en cuanto la escuche me pareció la indicada para lo que estaba buscando, aquí les dije dejo el enlace del video, vale la pena verlo aunque como se darán cuenta no tiene nada que ver con los resultados generales del fic. http://lavozdelmuro.com/a-el-nunca-le-llamo-la-atencion-pero-un-dia-ella-descubrio-el-motivo-y-surgio-el-amor/

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