La Vida Sigue

Nota: Este capitulo esta dedicado de todo corazón a mi querida amiga Daniela Pachao, es un pequeño regalo un poco atrasado por tu cumpleaños. Te quiero mucho.

*o*O*o*

Se encuentra sentada con la espalda apoyada en las baldosas del baño, se abraza las piernas intentando calmar el frenético latir de su corazón. Por primera vez desde hace ya varias semanas siente algo distando al dolor y a la tristeza. Todo eso se ha visto opacada por otros sentimientos muy distintos, aunque aun no los comprenda del todo, podría decirse que dejando a un lado el miedo y shock inicial, este inesperado suceso la hace… ¿Feliz?

A su alrededor, dispersos por el piso están varios frascos con pociones de un color azul turbio y no solo eso hay varias pruebas de embarazo muggle de varios tamaños y tipos, también esparcidos a su alrededor; descartando aquellas pruebas que no fueron concluyentes, hay más de un 90 % de ellas que le confirman que en efecto esta embaraza.

Sentada en el piso trata de asimilar la idea, no se siente capaz de levantarse, sin tener miedo que le temblaran tanto las piernas que terminara de bruces contra el suelo. No sabe que hacer o que opinar al respecto, solo sabe que tiene que contarle a alguien porque si no explotara de un momento a otro, el problema es  ¿A quién decirle?

*o*O*o*

Quizás no sea hoy, ni mañana, quizás no este mes o este año, pero si había algo seguro, la venganza caería silenciosa y mortífera contra aquel que desato su furia.

Todos tenemos una debilidad, aunque algunos aparéntenme no tengan ninguna. Lucius era un hombre de muchos recursos y de pocos miedos verdaderos, sin embargo, los años lo habían ablandado o eso pensaba ella en su mansión, planeando con calma cual sería su siguiente jugada.

Cierta muchachita  la ayudaría en sus planes, después de todo había sido desplazada demasiado rápido y había disfrutado muy poco de la vida de lujos que  merecía. No sería difícil proporcionarle la seguridad que ella buscaba a cambio de una lealtad inquebrantable, después de todo, solo quien alguna vez lo tuvo todo y cayó desde tan alto, hará absolutamente cualquier cosa para nunca volver al fondo.

*o*O*o*

Era bastante tarde, pero por la manera en que tocaban la puerta debía ser algo sumamente  urgente. Bajaba con rapidez los escalones anudándose la bata y por mera costumbre llevaba a bien resguardo la varita escondida por si necesitaba ocuparla de improviso. Sabía que ya no estaban en guerra, pero no podía quitarse ciertas costumbres.

Cuando abrió, se encontró con una hermosa mujer que no veía desde hacía ya bastante tiempo.

-¿Hermione?

-Hace tanto que no nos vemos, que ya no me conoces. -Bromeo, extendiendo sus brazos para recibir un afectuoso abrazo.

-Sabes que eres imposible de olvidar, pero me sorprende que me visites, mucho más a estas horas. -Contesto estrechadla con fuerza, reconociendo ese aroma tan peculiar en su persona que resultaba tan familia y tranquilizante.

-Lo siento. -Se disculpo avergonzada, dándose cuenta que en su desesperación no había tomado en cuenta que no era una hora apropiada para hacer visitas. -Si quieres mejor regreso otro día.

-No digas tonterías. -Le dijo tomando su mano para hacerla entrar a la casa. -Sabes que siempre eres bienvenida.

-Gracias. -De dejo llevar al interior de aquel hogar que conocía tan bien y en el cual habían vivido tantas experiencias buenas y malas.

Sonrió con timidez, un poco avergonzada. Fue demasiado impulsiva, pero sabía que si lo pensaba demasiado al final se arrepentiría y no habría ido a visitarle.

-¿Estás bien? -Le pregunto preocupado, notando por primera vez  que sus ojos mostraban claros signos de haber llorado, además oscuras ojeras estaba bajo ellos opacando su rostro con un semblante triste.

-Tengo un problema. -Reconoció con cierta pesadumbre. -Y la verdad es que necesito poderle contar a alguien antes de volverme loca.

-Sabes que puedes contarme lo que sea. -Preocupado le apretó la mano para hacerle saber que siempre tendría su apoyo.

-Aunque creo que lo mejor será que te cuente todo desde el inicio, tendré  que contarte una larga, muy larga historia.

-Pues entonces ponte cómoda en lo que prepara un poco de café.

-Preferiría un poco de té.

-Entonces té para ti y café para mí. -Sonrió, alejándose hacia la cocina.

No tardo en regresar con una bandeja llena de galletas y dos tazas de humeante líquido. Hermione estrujaba sus manos con nerviosismo todavía sin saber si era buena idea contarle precisamente a el, lo que estaba pasando. Pero después de todo ya se encontraba ahí y tenía la imperiosa necesidad de desahogarse con alguien.

Después de beber un poco de té, dejo la taza de nuevo sobre la mesa. No paso desapercibido para su acompañante que estaba temblando, pero no quiso interrogarla, espero paciente a que ella encontrara su voz para contarle lo que tuviera que decirle.

-Se que han pasado muchas cosas entre nosotros que poco a poco nos han distanciado. Han sido muchas cosas, aunque supongo que todo fue a partir de mi compromiso con Draco.

-Fue demasiado inesperado. -Confeso  con una punzada de arrepentimiento.

-Lo sé. Yo tampoco esperaba enamorarme del hombre que  había amargado nuestra existencia todos los años de escuela pero así fue. Pero ahora lo que vengo a contarte es algo mucho más grave y aunque sé que posiblemente no lo merezco quiero pedirte por favor que me escuches hasta el final. Es solo que te necesito más que nunca.

Harry se acomodo a su lado, tomando una de sus manos entre las suyas.

-Se que no he sido el mejor hermano estos últimos años, pero te quiero y pase lo que pase, siempre podrás contar conmigo.

-Espero que sigas pensado así cuando termine de contarte. -Le sonríe triste.

-No sé qué está pasando pero te prometo que buscaremos una solución juntos.

Así fue como Hermione comenzó a contarle todo desde el inicio, desde el mismo momento que había descubierto que se enamoro perdidamente de Draco; le conto sobre lo que vino después con su compromiso, de cómo comenzaba a tener ciertas dudas, pues después de todo para los padres de Malfoy ella siempre seria una sangre sucia. 

"…Enamorarme de Draco fue algo completamente inesperado incluso para mi, ¿Quién se enamora del enemigo? De aquel que nos insulto y maltrato hasta el hartazgo, el mismo que nos hiciera difícil la estadía en el colegio, mofándose y disfrutando de martirizarnos, pero sobre todo aquel que me humillo y me hizo sentir insignificante. Sinceramente, nadie lo esperaba, ni siquiera yo.

Pero cuando la guerra acabo estaba tan cansada, me sentía tan exhausta de siempre estar a la defensiva, de tener que mirar sobre mi hombro con miedo, quería cambiar, deseaba dejar atrás el odio y el resentimiento  que nos había arrastrado a todos a una guerra sin cuarte. Además recién nos habíamos dado cuenta Ron y yo que el amor que sentíamos no era suficiente, que era más un cariño fraternal que uno de pareja.

Draco llego a mi vida como un soplo de aire fresco, la guerra lo había marcado como a todos, pero percibí en él un cambio mucho más sustancial, tomando en cuenta lo cerca que estuvo de perder todo, incluso su vida y su familia. Aprendía a conocerlo poco a poco ese último año en el colegio y después cuando me di cuenta comencé a sentir cosas que nunca había sentido por nadie, ni siquiera por Ron.

Sinceramente me asusto y asombro a partes iguales, no esperaba que en tan poco tiempo las cosas hubieran cambiado tanto como para que me pareciera normal, pasar las tardes compartiendo una taza de café con él o cenar por las noches entre platicas y risas.

Sé que posiblemente que ante los ojos de todos era el mismo arrogante de siempre, que seguía siendo narcisista, odioso en ocasiones y sarcástico, pero era parte de su forma  de ser y así como estaba lleno de defectos, también podía ser atento, caballeroso y educado, podía tomar mi mano y hacerme sentir que no había nada mas importante en el mundo que yo.

Cuando me di cuenta estaba irremediablemente enamorada, tanto que estaba después a enfrentar al mundo por estar a su lado…"

Cuando termino esa parte de su relato, aspiro con fuerza llenando sus pulmones de aire, para después dejarlo escapar muy lentamente. Sus manos le sudaban y sus mejillas antes sonrojadas mientras recordaba a Draco, perdieron todo su color, su rostro se torno pálido y mordió su labio inferior mientras le hablada de algunos de los obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse.

"…Era duro aguantar las criticas, las miradas acusadoras, recriminándome en murmullos que me hubiera enredado con un ex mortifago. Era difícil no poder compartir con ustedes mi felicidad. Tampoco ayudaba en nada la frialdad de Narcisa, era más que evidente que solo me toleraba lo suficiente porque nuestro matrimonio ayudaría a limpiar su nombre. Draco me lo había contado para que no hubiera malos entendidos entre nosotros, lo que pensaran sus padres era muy aparte de lo que sentíamos realmente nosotros y el me amaba contraria a lo que los demás pudieran creer.

Por el trate de ignorar el desprecio en el rostro de sus padres; trate de evitar e ignorar a Narcisa por completo, lo que no era una tarea sencilla, pero aun así salí airosa y no le quedo mas remedia que guardar las apariencias y tolerarme también. De esa misma manera se había comportado Lucius.

Si lidiar con la madre de Draco era complicado, su padre era realmente intratable. A veces parecía que quería cocerme a crucios en cuanto me veía entrar, me aterraba imaginar que ese sería el futuro que nos esperaba después de casados, yo evadiendo a mis suegros y ellos odiándome por siempre.

Así había sido al principio, pero después todo cambio al menos con el padre de Draco."

Tuvo que evadir la mirada de Harry cuando comenzó a narrar esos pequeños cambios que fue notando en el padre de su prometido. Su voz se volvió de repente un susurro tembloroso e inestable como si estuviera a punto de echarse a llorar.

Paso saliva con dificultad y se obligo a aclararse la garganta para continuar contando aquella parte de su vida, inevitablemente sus ojos se llenaron de lagrimas, pero haciendo un esfuerzo pudo contenerlas mirando al techo mientras sus palabras fluían continuando su relato.

"… Con el paso del tiempo, la manera en que me miraba Lucius Malfoy cambio radicalmente, era muy distinta, quizás igual de oscura pero había algo que se transformo que no lograba comprender; ya no había desprecio en sus ojos, pero encontré muchas otras cosas que no supe definir. Podía sentir la mirada de sus ojos grises tan parecidos a los de Draco, siguiéndome a todas partes, me desconcertaba y hacia que los vellos de mi piel se erizaban solo con una mirada, pensé que todo era resultado del miedo que me provocaba, pero en el fondo sabía que había mucho más que me negaba a aceptar."

Harry escuchaba en silencio, sin emitir ningún juicio, aun cuando le asustaba el giro que está tomando la confesión de su mejor amiga.

Hermione le miro con culpa antes de continuar y una primera lagrima rodo por su mejilla hasta resbalar por su barbilla, perdiéndose en su ropa. Las palabras comenzaron fluir de su boca atropelladas.

"…Trate de ignorar como mi corazón comenzaba a latir con fuerza al estar en su presencia, como me intimidaba la manera profunda en que me veía o  la forma en que me hacia sentir cuando  llevaba su copa de licor a sus labios como si se tratara de una muda invitación a que fuera yo en quien posara su boca."

No se atrevió a mirar a la cara a Harry, por miedo a lo que encontraría reflejado en sus facciones,  pero ya que había empezado no se detendría hasta el final, aunque con eso solo se ganara su desprecio, necesitaba liberarse de la enorme carga de secretos.

"…Me asustaba y  excitaba por partes iguales estar en su presencia. Podía sentir una extraña electricidad espesando el aire de la habitación. Me asombraba de desear prolongar los pocos momentos de compartíamos juntos sentados a la mesa, todo parecía tan incomodo, pero en el fondo casi podía imaginarse que me levantaba de la mesa para tocarlo y así descubrir que todo era una alucinación producto de su mente.

Todo empeoraba con el paso de los días. Antes hubiera evitado a toda costa poner un pie en la ancestral Mansión de los Malfoy, pero después me encontraba buscando cualquier pretexto para ir, incluso para pasar la noche ahí.

Lucius nunca me hablaba claramente sobre sus intenciones, pero me daba cuenta de los estúpidos pretextos que ponía para evitarme, escondían algo más. Y era ese algo más, lo que también me tenía desesperada y confundida, tratando de descubrir mis verdaderos sentimientos hacia el hombre que alguna vez había detestado.

Era una historia muy similar a la que me unía con Draco, los típicos insultos por mi origen y mi sangre. Los mismos discursos hipócritas que buscaban lastimar y dañar mi confianza. Pero así como había perdonado al hijo me encontraba perdonando al padre, aun cuando este nunca hubiera requerido mi perdón."

Las lagrimas ya fluían libres por sus ojos, tuvo que cerrarlos un momento cuando todo se nublo y bebió un poco de te antes de seguir.

"… Sé que sonara perturbador e incluso morboso, pero lo que marco un antes y un después fue precisamente el hecho de que nos encontrara infraganti teniendo relaciones en su despacho, Draco no se dio cuenta, pero yo alcance a verlo parado en el umbral de la puerta inmóvil, con los ojos fijos en mi. Fue cuando por fin me di cuenta que no era odio lo que veía en sus ojos, era deseo, me deseaba a mí, a una impura y eso me lleno de satisfacción, pero también de dudas y de miedo.

Comencé a dudar de mis sentimientos cuando mis deseos cambiaron, cuando mi curiosidad fue tanta que me llevo a cruzar la línea y fallarle a Draco."

En ese momento el pelinegro no pudo contenerse más y las palabras salieron de su boca sin permiso, con incredulidad y también con cierto reproche.

-Estás diciendo que el Sr. Malfoy y tu….

Hermione hizo un movimiento de cabeza, dándole a entender que lo que estaba imaginando era cierto.

"…Esa fue la razón por la que rompí mi compromiso, no podía mantenerlo después de lo que paso entre Lucius y yo, me sentía sumamente culpable porque fui  yo quien propicio aquel encuentro, era mi responsabilidad y tenía que pagar  las consecuencias de mis actos. Pero haciendo a un lado lo que implico terminaran mi relación con Draco, no me arrepentía porque me descubrí a mi misma a través de Lucius y mantuvimos una relación que me trajo muchas satisfacciones, pero no duro mucho. Hay costumbres demasiado arraigadas para cambiar y a la larga terminaríamos odiándonos.

Acepte que había querido a los dos, de la misma manera que acepte que los había perdido. Era doloroso porque al final comprendí que si bien los había querido a los dos, solo amaba verdaderamente a uno.

Cuando pensé que todo estaba perdido y me había resignado, Draco regreso a mi vida, perdonando mi falta aun cuando no supo quién era el otro hombre que me había alejado de el.

Y llámalo karma o justicia divina pues al final pague mis errores, cuando lo encontré en su oficina teniendo relaciones con otra mujer."

Harry la abrazo, no sabía que decir, estaba sorprendido por lo que acaba de escuchar, nunca se hubiera imaginado que Hermione hubiera pasado por tantas cosas. Se daba cuenta lo mucho que estaba sufriendo.

-Todo está bien, veras que todo se solucionara.

Trato de consolarla, pero solo logro que su llanto se acrecentara y se abrazara a el con mas fuerza. El llanto le impidió hablar por un momento.

"… Es que no es todo… Sabía que no había manera de reparar lo que se rompió entre nosotros y Lucius estaba dispuesto a hablarle sobre la relación que habíamos mantenido por que quería recuperarme, asi que hice lo único que podía hacer en ese momento… mentí, preferí que descargara su odio en mi antes de que por mi causa terminara odiando a un mas a su padre, le dije que lo había utilizado, que para vengarme lo había seducido  y no conforme con eso había hechizado a su padre para chantajearlo."

Parpadeo varias veces incapaz de digerir la ultima parte. Todo el relato por si mismo era sorprendente, demasiado descabellado, estaba seguro que si no conociera tan bien a Hermione como la conocía y supiera que jamás bromearía sobre algo tan importante, a estas alturas pensaría que todo era una hilarante broma que nada tenía de graciosa.

Pero tenía que ser verdad todo lo que acababa de escuchar, de otra manera su amiga no se encontraría  hecha un mar de lágrimas, su rostro era una máscara de dolor y desesperación, sus hombros se agitaban debido a la intensidad del llanto, tenia el cuerpo helado como si toda la sangre hubiera huido de su cuerpo.

Le costa trabajo verla de esa manera, cuando ella siempre había sido tan fuerte aun en los momentos más críticos. Muchas veces había representado aquel tenaz pilar que había mantenido a todos de pie, luchando y vivos.

Ahora al tenerla entre sus brazos la sentía tan pequeña y tan desamparada que le rompía el corazón, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para ayudarla, para librarla de la enorme carga que parecía que la estaba aplastando, sin embargo, parecía que aun faltaba algo mas, lo sabía porque la sintió tensarse en sus brazos y después tímidamente levanto su rostro húmedo para mirarle directamente a sus ojos, aun en su tristeza podía detectar una chispa de esperanza.

"…Se que merezco todo lo que pueda pasarme, cometí un grave error al involucrarme con el padre de mi prometido y no tengo nada que decir en mi defensa… Merezco que me odien, que ambos me aborrezcan por haber trastocado su vida de esa manera… pero lo único que me aterra es pensar que en algún momento, cuando el o ella sepan lo que he hecho también me odie."

-No entiendo a quien te refieres ¿el o ella?

"… Estoy embarazada. Vas a ser tío."

Le dice y sobre la tristeza una sonrisa tímida surge de sus labios con esperanza. Era como un destello, como una pequeña estrella tratando de no ser devorada por la oscuridad del universo.

*o*O*o*

Se veía hermosa en aquel vestido negro que se ceñía a su cuerpo para mostrar sus armoniosas curvas y le quedaba por debajo de la rodilla. Los ojos de todos los caballeros en la sala estaban fijos en aquella joven viuda que tenía el rostro medio oculto tras el velillo de un sombrero de ala del mismo color que su vestido.

Sus labios pintados de un rojo carmesí  eran el único contrate, su cabello estaba recogido y oculto  bajo el sombrero.  

Lloraba en silencio, las lágrimas rodaban por sus mejillas y delicadamente las secaba con un pañuelo blanco. Todos imaginaban que estaba triste por su pérdida, sin embargo, el motivo de sus lágrimas era otro mus distinto al dolor, era alivio.

Alivio de sentirse de nuevo libre y con el poder suficiente para retomar las riendas de su vida. Por fin era libre de elegir el camino que quisiera, su vida ya no estaría en función de nadie que no fuera ella misma.

Narcisa había tomado bajo su protección a Amelia, después de que Lucius decidiera prescindir de sus servicios, le había otorgado una compensación económica que aunque no era poco, no le era suficiente para garantizar que nunca regresaría a aquel lugar donde le había arrebatado la inocencia.

"Mia" acumulo en su corazón mucho resentimiento y odio contra todos, ya fuera por una razon y otra, todos le habían fallado de algún modo, empezando por sus padres que no habían previsto que con sus acciones a la estaban condenando. Pero de ellos seguía una lista interminable que seguía encabezando Hermione Granger.

Mucho de esos oscuros sentimientos le venía de Narcisa Black, pues esta le había contado como aquella sangre sucia había roto de manera irremediable su familia, logrando que Lucius la dejara y convirtiendo a su hijo en un hombre infeliz  y solo.

Amelia centro sus afectos en Narcisa, considerándola incluso como su madre, pues había sido la única que le había tendido la mano de manera "desinteresada" ayudándole incluso en contraer matrimonio con un mago extranjero que poseía una muy buena fortuna, demasiados años encima y una salud frágil, siendo así un negocio sumamente lucrativo a mediano plazo.

Esa era la razón que se encontrara en el funeral de su marido, que ahora su apellido fuera Anderson y tuviera la oportunidad de cobrar venganza, bajo la tutela de la Sra. Black con la que siempre estaba en contacto.

*o*O*o*

Hermione se sentía angustiada, sabía que había llegado el momento que tanto temía, pero lo había prometido y no podía dar marcha atrás. Tenía que ser fuerte, muy fuerte para soportar lo que estaba por venir.

Esperaba afuera del colegio Muggle, faltaba muy poco para la hora de salida y ella tan puntual como siempre estaba desde temprano.

Sus pensamientos eran tristes porque estaba recordando el día en que había tomado valor para hablar con Draco y contarle que serian padres, de antemano sabia cual sería su reacción y a pesar de estar preparada no dolió menos la dureza de sus palabras.

-¡Fantástico! Mi padre estará orgulloso de su bastardo. -Se había burlado, mirándola con desprecio.

-Es tuyo Draco.

-No me hagas reir Granger. Que sea una zorra que ni siquiera sepa quién es el padre de tu hijo, es tu problema no el mio.

-No te estoy pidiendo nada.

-Siendo asi no entiendo has venido, si se puede saber.  Por que fuiste mas que clara la ultima vez que nos vimos.

-Lo se.

-¿Entonces qué demonios haces aquí?

-No vine a pedirte nada, solo quería que lo supieras.

-Se lo que tengo que saber, que vayas a ser madre de un bastardo, no me importa. -Le había soltado con tanta rabia los ojos de la castaña se llenaron de lagrimas.

Nada podía reprocharle, era consciente de que ella era la culpable de ese odio, pero no soportaba que odiara de esa manera también a un pequeño que era completamente inocente. Había salido de su oficina sin tener el valor de girara para verlo una última vez, sabía que se encontraría con su rostro lleno de desprecio y odio.

Desde entonces había salido de su vida. Ese mismo día había pedido su traslado al ministerio francés, empaco sus pertenecías y se marcho.

Tuvo que limpiarse rápidamente las lágrimas que escaparon de sus ojos, un pequeño niño de cabello rubio  y ojos grises se acercaba corriendo para abrazarla.

-Hola mi amor. -Saludo besándole ambas mejillas.

-Hola mama.

-¿Vas a cumplir lo que nos prometiste? -Pregunto unos pasos más atrás una niña con mirada desafiante.

-Sabes que siempre cumplo mis promesas.

-¡Gracias mami!  -Exclamo feliz dejando atrás esa postura rígida que tenía antes, se lanzo a los brazos de su madre.

-Hoy nos iremos los tres a Londres. -Dijo suspirando Hermione, abrazando con fuerza a sus gemelos que estaba por cumplir 11 años.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: