CAPÍTULO 4


No tardé en darme cuenta de algo muy importante, los asientos del avión estaban recubiertos de tela térmica, eso me venía de perlas pues ya estaba anocheciendo, lo de la comida tendría que dejarlo para después. Con un cuchillo que encontré en el equipaje le arranque de poco a poco a los asientos la tela que los cubría, era difícil, con uno solo tardaba media hora, ni hablar de quitarle la tela a todos los asientos, eso me llevaría más tiempo del que dispongo. Pero una idea fantástica me llego a la mente, no podía esperar hasta la mañana para hacerlo, corría hasta el cuarto de equipaje, estaba buscando una red, pero mientras lo hacía, con mi codo toqué una caja de metal, al inspeccionarla me di cuenta de que era un pequeño refrigerador, en una etiqueta decía que era un prototipo autosustentable, usando energía solar para mantener en funcionamiento todo el complejo de cables y cosas que llevaba dentro. No sabía mucho de energías renovables, pero si lograba encontrar lo que necesito, el refrigerador me sería de mucha ayuda.

Al pasar un tiempo, lo mejor que pude encontrar fue una malla de metal, unas sogas de buena resistencia y unos ganchos, supongo que es mejor que nada, me puse a trabajar, hacía frio, más sin embargo esto es más importante. En cada una de las esquinas de la malla logré unir una soga, me costó trabajo, pero lo complicado vino cuando tuve que unir los ganchos a los extremos de cada soga, tardé a lo mucho unas 2 horas en hacer todo eso, ahora tenía que enganchar cada una de las sogas a un soporte, entonces utilicé los asientos más cercanos al agujero del avión para hacer esa tarea. Mis manos ardían de tanto esfuerzo, más sin embargo el fruto de mi entusiasmo se materializo en una red para pescar, o al menos eso esperaba, no era pescador, pero tenía fe en mi suerte. Sin pensarlo dos veces dejé caer al mar la malla de metal, estaba todo preparado para que al llegar al fondo, adquiriera una posición vertical para mejorar los resultados, ahora solo quedaba esperar hasta la mañana para ver lo que obtuve.

Las horas pasaron, me estaba aburriendo, el sueño no llegaba a mí, así que buscando algo para distraerme vi la cámara de mi amigo, la tomé entre mis manos mientras intentaba recordar la cara de quien ahora es un cadáver en el mar. Busque un tripie para sostener la cámara, moví algunas funciones para intentar encenderla.

-¿Hola?... bien, parece que tiene pila... bueno, ¿por dónde empezar?... soy Andrés... tengo 18 años, soy de México... eh, ¿qué más?... y bueno, estoy en medio del océano. Ocurrió mientras íbamos en un avión, gracias a una tormenta... una maldita tormenta, tan poderosa y horrible... logró lanzarnos al mar como si no fuéramos nada, en total éramos 50 personas, entre ellos muchos arquitectos, algunos empresarios, hijos de papá... y bueno, yo. La verdad es que no tengo mucho que decir- Dije mientras agachaba la cabeza totalmente triste- Pero oigan, no me voy a rendir, sé que nos deben estar buscando... digo, buscándome, los demás han muerto... ¡NO ES LO QUE PIENSAN! nunca les haría daño, fue una enfermedad, por fortuna yo no resulte... enfermo...- Pensé en esa palabra, mi fortuna era estar solo, sin una mano amiga para aminorar la carga, y ahora me enfrentaba a una dura realidad- Si... mi fortuna.......

.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top