Feel

Toronto

Yuzuru preparaba  el desayuno, el televisor está prendido haciendo que el apartamento no se sintiera sólo.
Estaba por voltear el omelet cuando tocan la puerta. El nipón baja el fuego de  la estufa antes de abandonarlo para abrir la puerta, un Javier Fernández sonriente le mira desde el otro lado de la entrada, lleva una maleta y una mochila deportiva colgando de su hombro.

Su rostro ha envejecido poco en estos ultimos años. Hay una sonrisa en su rostro (siempre la hay) pero esta es tensa en los bordes, el ligero pliegue en las esquinas de sus ojos hacen clara su incomodidad.

Dos conocidos mirándose y tratándose casi como extraños.

—Pasa— habla mientras se hace a un lado, una forma sutil de romper la incomoda atmósfera.

Javier miró todo alrededor. Parecía igual a la última vez que fue a su apartamento, las cosas descansan justo en los lugares donde  los recordaba, el característico olor a limpio opacado por el aroma a comida.

—¿y tu madre?— preguntó, (se regañara más tarde por su falta de modales) extrañado por la ausencia de Yumi

—Ella ya no vive conmigo —La noticia sorprendió a Javier, poco o nada sabía de los cambios en la vida de Hanyu — ven vamos a desayunar.

Yuzuru lucia más maduro, pero con su gran carisma conservado en su esencia misma.

—Ya veo

Fernández se sentó en la barra, mientras miraba al Japonés cocinar y servir con delicadeza la comida.

—¿cómo te ha ido?— preguntó el nipón algo incómodo por el silencio, después de todo, Javier es una bocina andante lleno de nuevos temas, es él  quien debería haber iniciado la conversación  mas está vez el japonés  es obligado a rellenar los espacios de mutismo.

—no me quejo, extraño el patinaje, las competencias, los nervios y los gritos de las fans — Yuzuru sonrió —¿ y tú como has estado?

—Bien, las competencias se vuelven cada vez mas complicadas. La nueva generación viene muy bien preparada — Javier asintió mientras toma el café que le ofrece Hanyu, es verdad que las reglas han cambiado en los ultimos años, ahora como entrenador infantil trata de que se mantengan constantes sabiendo lo dificil que es entrar al mundo competitivo — pero aún los supero— la confianza innata de saber lo que haces y de lo que puedes llegar a hacer se marca en esa breve sonrisa tímida.

Hubo un ligero silencio contemplativo de lo que significó  competir con Hanyu y a la vez poderse llamar amigo, fueron rivales dentro de la pista y fuera de ella era...

—¿qué fue lo que sucedió con Brian? — Interrumpe su propio hilo de pensamiento, no quiere profundizar en sentimientos enterrados bajo llave.

—Venia de camino a la pista, pero cuando iba a cruzar, un automóvil lo arrolló— soltó un ligero suspiro abrumado— el conductor iba hablando por telefono, no vio el alto y...

Dejo las palabras en el aire, los ojos de Yuzuru se empañaron. Javier se levanto de su asiento y lo abrazó,  fue el primer consuelo que recibió  en esta  semana de angustia.

—lo bueno es que está bien— murmuró contra el cabello del japones

(...)

Javier habia insistido en acompañarlo a ver a Brian. Al solo poder entrar uno, Yuzu le dio el paso a su amigo alegando que él no lo habia visto en dos años y por tanto era justo que fuera el primero en entra.

Brian estaba en la camilla con una pierna enyezada al igual que su brazo.
Se sorprendio al ver a Javier entrar, pues hasta donde sabia Yuzu no habia hecho publico su accidente, solo se informó  brevemente a los demás patinadores que estaban bajo su mando, los cuales la mayoría se quedó  con Tracy para entrenar.

—Hola —dijo el español, el restro de Orser estaba ligeramente desfigurado por la inflamación

—¿como es que...?

— Yuzuru me hablo, dijo que tuviste un accidente — contestó antes de que terminara la pregunta—Vine en cuanto pude

—me veo fatal ¿no? —bromeo su antiguo entrenador seguido de una risa y una mueca de dolor.

Javi sonrió, las comisuras de sus labios no demostraban un sentimiento verdadero.

—quiero hablar contigo de algo Brian

El tono de Javier se volvió algo duro, por no decir que distante. La preocupación de pedir su bendición  para entrenar a Hanyu le revolvía el estómago.

—¿que sucede?

—Yuzuru, me pidio que lo entrenara.—Brian guardo silencio no del todo sorprendido —en lo que te recuperas por supuesto, yo no...

—Tranquilo Javi. No hay problema, me alegra que te escogiera a ti.—Fernandez sonrió esta vez con alivio— pero entrenar a Yuzuru es complicado, te dare algunos consejos mientras estoy en esta camilla

Ambos conocen a Yuzuru  de diferentes formas, Fernandez no quiere ser engreído al decir que sabe varías cosas de Hanyu, al menos cosas que los demás no, lo conoce como amigo, compañero y rival no obstante no sabe su forma de ser como alumno

—te escucho

Puede que ambos compartieran pista pero no era lo mismo ser competencia del otro a esto,  Javier

—Hay tantos puntos por los que podría empezar pero creo que lo importante es que sepas que Yuzuru se sobre esfuerza, sobre todo ahora con los nuevos patinadores, nonhan sido particularmente  amables con él  en los últimos dos años asi que tendras que obligarlo a salir de la pista una vez que termine su horario de entrenamiento o se quedará dentro hasta que sus piernas le fallen y se lastime. Intenta que no vea noticias  acerca de él, lo pone nervioso, los comentaristas no lo mencionan demasiado en temporada baja pero en la alta suelen ser una constante molestia.—Exhala—  la canción las escoge él, tendras el apoyo del coreógrafo preferido de Yuzu. Los 4A aun no son su fuerte, asi que a menos que le enseñes te recomiemdo que no los incluyas, ha estado tratando de aterrizarlos cuando no estoy ahí, así que ten cuidado.

—¿algo mas?

—Debes estar al pendiente de su salud. Recuerda que es enfermiso al estar estrenado sus defensas bajan. Antes teniamos a Yumi apoyandonos, ahora no.

—tranquilo lo cuidare.

—Javi, una ultima cosa—el español lo miró —¿sabes a lo que te enfrentaras cuando la prensa sepa?

Javier miro a un punto perdido en la habitacion. Los ultimos juegos llegaron a su mente... no queria perjudicar a Yuzuru, durante los meses posteriores a su retiro los chismes y rumores sobre la naturaleza de su relación embarcaron sus redes sociales y televisores nacionales, aunque más sutiles, dieron a entender un acercamiento personal que no era amistad.

—¿que me recomiendas?

—Ustedes tienen una amistad fuera de la pista. Dentro de ella solo pueden ser entrenador y alumno

El español miro al piso. Iba a ser complicado, porque sus manos parecian no estar quietas cuando él estaba presente.
Se limito a asentir

(...)

Al salir del hospital ambos se dirigen al apartamento del Japones nuevamente.

—pasemos bien la tarde, mañana empezaremos el entrenamiemto— dijo Javier mientras se echaba en el sillón, buscando una forma de estructurar su mente caótica.

El japones lo miro con una ceja levantada.

—bien, ¿que quieres hacer? — preguntó el nipon

La sonrisa de Fernandez representaba algo nuevo y que debería correr antes de que cualquier idea pasara por esa cabeza suya.

Muy tarde

Demasiado tarde.

¿Cuantas tiendas había visitado? ¿Diez? Tal vez quince. Su mano iba entrelazada entre la de Javier. Los nervios de aquella primera vez tras haber pasado tanto tiempo sin el contacto físico del otro, los invadia .

Fue demasiado fácil, piensa Fernández, caer de nuevo a esta vieja rutina de sus manos buscando el calor del otro, de sus pensamientos centrándose  únicamente en la persona  a su lado.

Una cuchilla de doble filo que aguardaba en lo profundo de sus anhelos.

—y entonces ella pensó que iba a dejar el patinaje— contaba Javier— Solo me retire de las competencias, le dije y me tiró el cojin a la cara, despues grito un terminábamos y se fue... de todas formas nunca hubiese funcionado— Claro que no ¿como podría? Él, aunque se esforzó,  jamás pudo amarla le tomó   cariño pero nunca lo llamó  amor— ¿y tu Yuzu?, ¿que tal la vida amorosa?

Yuzuru se sonrojó. No sabia si decirle  aquello que sucedio en el Cuatro Continentes pasado con cierto compañero de patinaje que pareció  tomar valor, decirlo haría que Javier preguntara y ¿Cómo responder a todo aquello que se ha estado guardando durante años? No, mejor asi.

—soltero como siempre— habia contestado en un susurro, no teniendo la fuerza para decir más— ¿vamos a comer?— Si Fernández  nota el cambio abrupto de tema lo ignora.

Platicaron del apartamento de Javi en España, de los niños a quien le impartía clases, de las practicas de Yuzu, de lo bueno y lo malo de estos dos años cada quien saltándose sus propios baches que dirían demasiado de lo que piensan del otro. Retrayendo la mirada cuando se volvía  demasiado expresiva  o demasiado anhelante. Temerosos de lo que pasaría si uno se volviera consciente de la situación.

Al final siempre hay un punto muerto, un lugar en donde no pueden seguir huyendo. Es el español quien rompe  la barrera

—No llamabas demasiado— comentó en un tono que trataba de ser suave aunque tuviera pequeños gotas de reproche. Decir no llamabas demasiado fue la forma amable de no llamaste en lo absoluto  aunque prometiste que lo harías.

Durante mucho tiempo estuvo preocupándose si habia hecho algo mal, si falló  en algo o si dejó  ver demasiado de sus sentimientos hacia el japonés lo que lo incomodó, no sabía que había pasado pero tampoco tenía el atrevimiento  de preguntar.

—Crei que estabas enojado, por todo los rumores que se corrieron. Y cuando te hablaba parecias incomodo

Javier negó con la cabeza. Por supuesto que estaba incomodo, ¿Cómo no estarlo si miles de personas se dieron cuenta del amor que tenia por Yuzuru?

—Estaba algo afectado por el haberme retirado. Queria regresar pero ya era demasiado grande para ello. Lamento que lo malinterpretaras. —No es una mentira del todo.

—no importa eso esta en el pasado ¿no?— la sonrisa de Yuzu hizo que el corazon de Javi diera un brinco. A veces olvidaba la sinceridad que rodeaba a Hanyu, pasado, un nuevo inicio y una nueva oportunidad.

Era las doce de la noche cuando llegaron al apartamento del japones.

—estoy muy cansado — se quejó Yuzuru mientras se  lanzaba al sofá mas cercano despues de poner sus llaves y telefono en la mesita de la entrada, Javier rió al ver el agotamiento de su amigo

— Vamos, date un baño y a dormir

Hay un gemido en forma de protesta que solo se extiende unos segundos ante de que el  nipon se dirigiera  al cuarto de baño.

Fernandez escucha la puerta cerrarse y luego la regadera iniciando a funcionar es simultáneo  al telefono del apartamento soñando.

—¿puedes contestar por favor?— pregunto desde el baño, su voz amortiguada por la puerta y el agua

—¡si! —gritó de regreso el español mientras levantaba el teléfono.—¿Hola?—el sonido y la estática se extiende por unos segundos— ¿con quien hablo?

—¿Javier?

Fernández abrió los ojos. Oh no...

#$/^&&&*¿

1849 palabras, cuando empecé a corregir me di cuenta que habían espacios vacíos.  Bueno, espero que les guste las mejoras :)
-Abby

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