Me gustaría darte excusas más ninguna tengo para darte, la verdad es que más de una vez me he fijado en ti, la triste verdad es que no siempre fui feliz hasta que me saludaste, no sabía tu nombre, no sabía quién eras, pero lo que si sabía que tu sonrisa me alegro ese triste día donde tenía una sonrisa falsa, tu hiciste que esa falsedad de mi interior se convirtiera en una sonrisa clara y honesta. Pasaron los días y te miraba en los recreos y las entradas, nunca se me dio por preguntar quién eras solo sabía que había veces las cuales te saludaba y otras veces las que no por... aunque no lo creas vergüenza, no sé al acercarme a alguien tan bonita como vos... la verdad es que jamás fui feliz hasta que me saludaste, salvo algunos momentos de alegría en mi pasado solamente que puras cualquieras llenaron esos espacios con placeres que hoy mismo con mi alma me arrepiento de haberlos hecho... sin más que decir de esa oscuridad tengo que decirte cuando hoy mismo te volví a hablar en mi mente pasaron muchas cosas, una de ellas... aunque perdona por decirlo así... me imagine junto a ti en la plaza de los bomberos... juntos sentados en una de esas sillas abrazados para darnos calor y protegernos del crudo frio del ambiente, sin duda era un día normal, ambos nos habíamos hablado más por celular que en persona.... Gracias a mi culpa por no haberlo hecho en persona ese miércoles de la segunda semana de las vacaciones de invierno... no quiero desviarme del tema... más hermoso fue cuando con mi mano derecha que estaba rodeando tu cuerpo en forma de un bello y tranquilo abrazo, tú con los ojos cerrados comencé a acariciar tu fría mejilla la cual se encontraba de esa forma por el frio del lugar. Tu no reaccionaste, todo lo contrario, te gustaba mucho el que hiciera eso y no me dejaste parar, poco a poco mi boca se volvía intranquila y te di un beso en la cabeza para sentir mis labios en contacto con tu cuerpo. Al momento de haber hecho esto tú te quedaste quieta y solamente me dijiste ¿Qué haces?, a lo que yo respondí... solamente quería sentir tu cuer... en ese momento tú me callaste con un beso... sentir el increíble y afrodisiaco sabor y aroma de tus tan hermosos labios me hacía ... me hacía poner cada vez más loco por ti... me habías cautivado y enamorado, sin duda me gusto... por mi desubicada forma de ser... cuando estabas haciendo eso mi mano comenzó a irse cada vez más a tu cintura, la cual luego de pararnos sujete fuertemente y puse tu cuerpo junto al mío y así... exactamente así continúe besándote mientras miraba tus hermosos y tan perfectos ojos... fue el día perfecto... simplemente... fue el mejor día...