OCHO: Planes para la paz mental
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CAPÍTULO 8
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Sandy
Kim ha venido a pasar la noche en mi casa, principalmente porque sus padres viajaron a ver a un familiar que a ella no le agrada y odia quedarse sola, pero también porque necesito su compañía en este momento y así se lo dije hace un par de horas.
Mi amiga se mete en mis cobijas, acomoda sus pies muy juntos, pone todo su cabello morado a un lado y me observa, interrogante.
—Vale, dime entonces por qué estoy aquí en lugar de la cama de mi novia.
—Porque eres una buena amiga —respondo.
—No negaré eso, pero sabes a lo que me refiero.
Kim es la única de mis amigas que sabe de lo que pasó entre Mau y yo en aquel pueblo. Confío en todas mis amigas, pero hay secretos que son muy grandes como para dividirlos y guardarlos en tantos cuerpos, así que uno es más que suficiente.
Cuando pasó el beso con Mau, Kim era mi confort zone actual y por eso acudí a ella con mi angustia y el peso de mi arrepentimiento.
En su momento me preguntó si quería hablar de ello más allá de solo contarle, pero estaba tan alterada que me negué; luego hice lo mismo que con Mau: fingir que nada pasaba.
—Iré el fin de semana con Vicky y Mau a la convención, compartiremos todo el tiempo y el hotel.
Es la rama más evasiva de todo el dilema, pero Kim lo entiende a la primera.
—¿Sabes la cantidad de veces que he querido preguntar por tu beso con Mau pero esperaba a que sacaras el tema? Dios, han pasado meses, creí que nunca pasaría.
Su tono ha sido risueño, pero cuando miro sus bonitos ojos azules, veo la compasión también en ellos. Me reacomodo en la cama, quedando a su lado.
—Me pone nerviosa. No hablarlo contigo, pensar en Mau.
—Lo sé, por eso no he sacado el tema. Sandy, cuando él está, ambos actúan diferente a como actuaban antes de esa noche. O no sé si yo lo juzgo desde el conocimiento de lo que pasó, pero sí creo que las cosas han cambiado.
Me genera mucha intranquilidad pensar que quizás Alexa, Vicky o Addie se han cuestionado en algún momento nuestro comportamiento; me repito que no tendrían motivos para siquiera analizar nuestro comportamiento y que Kim realmente lo ve porque lo sabe todo, pero ¿y si no es así?
—¿Alguna te ha dicho algo?
—No. Creo que ni se les ocurriría que tú y Mau... lo que sea juntos. Uno ve los indicios cuando quiere verlos, creo que ninguna lo esperaría. Pero ¡cuéntame, Sandy! ¿Sientes algo por él? ¿O él ha hecho algún movimiento?
Intento no resentirme por la emoción que Kim muestra respecto a algo que me atormenta.
—Cuando estoy lejos de él, puedo decir que me da igual, ¿sabes? Pero cuando está ahí, cuando lo veo, recuerdo ese beso y... —Suspiro— y me siento mal porque mi culpa no es lo suficientemente grande.
—¿Pero culpa de qué? No cometiste un pecado.
—Siento que traicionamos a Addie.
—Addie no tiene nada con Mau, Sandy.
—Sí, pero... ya sabes.
Mis amigas y yo nos conocemos desde quinto y sexto grado del colegio, desde entonces también conocemos a Mau, que al comienzo solo era el hermano mayor amable y apuesto de una de nosotras. Addie en específico cultivó un flechazo fuerte por él en la adolescencia, mismo que Mau luego de la graduación correspondió.
Nunca fueron pareja, no estoy segura de por qué, pero no era un secreto que se atraían como imanes cuando estaban juntos.
Mau incluso fue el primer beso de Addie, aunque fue algo más como un favor que como algo romántico; Addie quería recordar su primer beso con cariño e iba a tener su primera cita a los catorce con un compañero del colegio. Sabía de la posibilidad de que él la besara, pero Addie dijo que no quería darle ese momento especial alguien a quien tan poco conocía —a nuestros trece años, el primer beso parecía el hito más importante de nuestras vidas—, de modo que Alexa y Kim le dijeron que se lo pidiera a Mau, que no tenía que ser un gran beso, solo un beso normal y pequeño.
Fue tan no-romántico, que Kim y yo estuvimos presentes y Mau solo accedió diciendo que era un favor, que no le dijéramos a su hermana y que nos quería de testigos para que supiéramos que no estaba abusando de la confianza de Addie. Solo nos lleva poco más de tres años, pero a los catorce, alguien de diecisiete parece muy mayor y maduro.
Y así fue: un beso corto, fugaz, pero dulce y amable. Addie se sonrojó porque estábamos mirando, aunque luego dijo que besar definitivamente no era gran cosa, pero que le alegraba no haber compartido eso con su cita de esa noche. Los sentimientos de Addie nacieron meses después y los de Mau tardaron años. Pero nunca ninguno dio el paso.
Incluso en el viaje donde pasó lo nuestro, Addie había ido con su novio de aquel momento y se notaba la tensión con que Mau los miraba. La relación de ellos dos era de no ser nada pero sentir cosas como si lo fueran...
Y creo que eso cambió.
He de admitir que desde nuestro beso, no he visto más en Mau ese interés habitual sobre Addie; si alguna de mis amigas también lo ha notado, incluyendo a la misma Addie, ninguna lo ha dicho en voz alta.
—Sí, ya sé: se dieron un beso frío hace como diez años y quedaron comprometidos de por vida —responde Kim con sarcasmo, blanqueando los ojos—. No sé si te has dado cuenta, pero Addie ha tenido parejas, Mau ha tenido parejas, ambos han conocido a las parejas del otro y nunca ha pasado nada.
—Es distinto, Kim. Addie es de mis mejores amigas y Mau es su crush perpetuo nunca concretado.
—Ese término no existe.
—Addie ahora está soltera, ¿y si tiene en mente la posibilidad de algo con Mau?
—No veo por qué piensas eso, ella nunca ha estado interesada en dar ningún paso.
—Hace mucho que ambos no estaban solteros al mismo tiempo.
—No me has respondido si sientes algo por él.
—No lo sé. No creo. Nada más que el cariño de siempre, es solo que... Kim, nunca hablamos con él de lo que pasó esa noche, siento que el tema quedó abierto y me cuesta decidir si lo que siento es vergüenza por no haberle pedido disculpas por besarlo, o ganas de volver a hacerlo a ver qué pasa.
—Quizás eso baste: que hables con él.
—¿Y qué le digo? ¿"Recuerdas ese beso apasionado que compartimos en el pueblo, ¿cómo te sientes al respecto?"?
Kim enarca sus cejas.
—Emmm, ¿sí? Exactamente eso.
Suelto una risa ante lo absurdo de esa idea. Bueno, quizás no es tan absurdo, pero sale de mis capacidades, en definitiva. No me veo capaz de mirarlo a los ojos y sacar el tema a la superficie de esa manera; ¿y si la conversación termina mal y afecta nuestra amistad?
—Lo voy a pensar.
—Vas a compartir de nuevo habitación con él —me recuerda Kim, como si no fuera ese el dilema principal—. ¿Estás bien con eso?
—Vicky estará presente todo el tiempo.
—¿Lo que te asusta es estar a solas con él?
Es una excelente pregunta. ¿Dentro de mí creo que si Vicky no estuviera pasaría algo entre nosotros? ¿Quiero que pase algo? Aunque la respuesta obvia a ambas es que sí, no logro sentirme cómoda con eso; no, no es eso.
Lo que me da miedo es darme cuenta que nuestra amistad ha cambiado; pase o no algo en ese viaje, no quiero saber que Mau y yo no podemos volver a la relación de siempre. Él ha sido muchas veces mi confidente, mi apoyo, yo he sido la suya, y estaría horrible si perdemos eso por un impulso de borrachos de una sola vez.
—Supongo que no, lo que me asusta es... que algo cambie. Amo mi amistad con Mau tanto como amo mi amistad contigo; todos ustedes son los pilares de mi estabilidad, intentar algo más y que salga mal... Además de lo de Addie, es el hermano de Vicky, si Mau y yo resultamos peleando o creando incomodidad, las afectamos a todas.
Kim toma mi mano, apretándola entre la suya.
—Entiendo, Sandy, sí es una posición complicada. Ni siquiera te diré que hay posibilidad de que salga bien, porque entiendo el miedo de la posibilidad de que no sea así. El riesgo no parece valer la pena.
—¿Entonces qué hago?
No es que espere que Kim me solucione la vida, pero las respuestas a nuestros conflictos usualmente salen hablando y tirando ideas malas o buenas para resolver.
—¿Mau te ha dado alguna vez indicios de que quiere hablar de esa noche?
Niego con la cabeza.
—Acordamos no oficialmente fingir que nada pasó, que fue efecto Mandela.
Kim ríe.
—Muy maduro de su parte.
—Madurez es nuestro apodo.
—Como consejo que sinceramente creo que es lo mejor, pero yo no lo haría porque todo me da ansiedad: debes sacar el tema, Sandy. A lo mejor te afecta porque no sabes qué piensa él, pero si ponen las cartas en la mesa y él te dice algo como "entiendo que fue un desliz pero no quiero que nuestra amistad cambie", sabrás que ambos están en la misma página y todo volverá a la normalidad.
Imagino a Mau diciéndome que ama mi amistad con la misma firmeza que yo acabo de decírselo a Kim, que me perdona, que no me guarda rencor por besarlo, que es un adulto y puede superarlo o que ya lo superó... y la verdad es que sí siento cierto alivio ante ese escenario. Necesito escuchar eso de la voz de Mau y avanzar desde ahí, quizás en unos años pueda contarle a las demás y nos reiremos todas de esta tontería.
—Vale. En este instante preciso no me siento capaz de hacerlo.
—No tiene que ser ya, pero cuando se dé la oportunidad...
—Lo haré —prometo, no solo a Kim sino a mí misma.
Mi paz mental necesita esa charla con Mau.
—Y entre tanto, procura quedarte todo el rato con Vicky el fin de semana. Por si acaso.
Sonrío.
—Hecho.
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Muchas gracias por leer♥
¿Qué les parece la historia hasta el momento? 👀
Intuímos que pasarán cosas en este viaje, pero ¿hay teorías👀?
Nos leemos pronto
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