08 Reencuentro.

-Ya nos falta menos- Hablo aliviado el chico

-Tal vez-

-Disculpe- Dijo la chica tratando de ponerse al tamaño del pequeño hongo que iba de paso- ¿Sabe cuánto tiempo nos llevaría llegar a la aldea? -

El pequeño hongo comenzó a hablar, aunque realmente era como un chillido que Sebastián no podía entender, ella había preguntado por indicaciones seguramente el hongo le estaba respondiendo era la única conclusión que el chico podía sacar.

Mientras Fauna solo asentía con cada murmullo de la pequeña cosa; al fin se incorporo y el hongo siguió su camino.

-Dijo que la aldea está a tres horas- Hizo una pausa para luego dirigir su mirada al cielo, o lo que se alcanzaba a ver de el- llegaremos al atardecer si seguimos así-

-No descansaremos ni una sola vez ¿cierto? -

-Podremos hacerlo al llegar, vamos-

El hada tomo la mano del chico, como otras veces, y comenzó a caminar.

Durante todo el trayecto pasaban los pequeños hongos, de arriba abajo; el chico no había prestado mucha atención a las mariposas que pasaban estando en Osiris, ahora si lo hacía, eran realmente hermosas con colores cálidos otros fríos, con grandes y delgadas alas, diferentes diseños en cada una, si se juntaran todas las de ese bosque se crearía una hermosa obra de arte.

- ¿Cuánto tiempo llevamos recorriendo el bosque? -

-Una semana un mes talvez, no lo sé-

Dentro del bosque siempre parecía ser de noche, pero lo confirmabas cuando las luciérnagas salían.

Durante el transcurso Sebastián se ponía cada vez más nervioso, a cada paso que daban se acercaban al corazón del bosque, su destino, ¿Qué haría cuando llegase? ¿qué pasaría después de visitar aquella parte del bosque? ¿le creerían si les dijera todo lo que vio ahí?, todas esas preguntas rondaban por la cabeza del chico. Seguramente Jennifer haría muchas preguntas que tal vez el no pudiera responder.

Las horas pasaron y seguían avanzando sin detenerse una sola vez; llegaron a un barranco, no tan grande, donde se podía apreciar las luces de un pueblo, habían llegado. Bajaron, con el cuidado de no caerse, por ese barranco; al estar completamente abajo caminaron hacia las primeras casas del pueblo.

Habían llegado al atardecer, justo como dijo Fauna.

Las casas estaban iluminadas con pequeñas llamas de fuego que flotaban en el aire junto a las viviendas, justo como lo hacía el hada.

Los aldeanos que cruzaban por ahí, aun no los notaban, los elfos no eran como Sebastián se los imaginaba, eran todo lo contrario a las películas de fantasía que había visto; estos elfos eran del tamaño de persona normal, su piel era verdosa con extraños patrones tatuados en ella, unos tenían el cabello completamente blanco, igual que los niños que corrían por ahí, otros con un color grisáceo, y muy pocos con un tono completamente negro.

Una chica, de entre la multitud de aldeanos, corría hacia donde se encontraba el hada y el chico. Aquella chica elfo, al estar a escasos metros de estos, se abalanzo sobre Fauna otorgándole un fuerte abrazo.

- ¡Fau!, hace mucho que no te veía- Hablo con una notoria alegría.

La chica elfo se separó de el hada, tomándola por los hombros, para luego dedicarle una amigable sonrisa. Volteo a ver al chico que se encontraba al lado de ellas.

-T-tup-pero ¿Cómo? – Exclamo con los ojos cristalinos.

-Creo que te equivocas de persona, es la primera vez que nos vemos-

La chica volteo a ver a el hada con un rostro confundido, y esta recibió aquel rostro con una sonrisa que a simple vista podría parecer feliz, pero era todo lo contrario.

La peli-blanco soltó una pequeña risa para volver a voltear en dirección al chico y estirar la mano en una invitación a presentarse.

-Mi nombre en Celestine-

El chico estrecho la mano de Celestinee para luego decir:

-Me llamo Sebastián-

-Vengan los llevare con Leezh, estará muy feliz de verlos- Comento tallando su ojo.

Comenzaron a caminar por el pueblo guiados por Celestine. Las casas del pueblo era como pasar un reino, casas hechas de piedra y madera con plantas escalando por sus paredes, no eran tan impresionantes como las casas y edificios de la ciudad, pero no estaban tan mal para vivir en el bosque.

Celestine paro en una de las casas casi a la mitad del pueblo, Es grande pensó el chico puesto que aun podía ver muchas más casas a lo largo. Entraron a aquella casa; su piso era de madera junto a las escaleras que llevaban a un segundo piso, tenia detalles de piedra, como paredes o piso, tenia un diseño rustico y algunos extraños símbolos decorando partes específicas de las paredes.

-¡¡LEEZH!!- Grito Celestine aturdiendo a todo aquel quien la llegase a escuchar.

- ¡¿Qué quieres?!- Grito un chico, bajando las escaleras, con una notable irritación.

- ¡No me grites! - Celestine hizo un puchero- Solo te vengo a avisar que habrá una celebración esta noche y ocupamos que salgan a cazar, también le tengo que avisar al jefe-

-Aun no le has preguntado y ya estas sacando conclusiones, ¿Por qué no me sorprende? –

- ¡Oye!, estoy segura de que aceptara, mira a quien me encontré- Canturreo las últimas palabras para luego jalar del brazo, hacia el frente, a el hada y posar su mano en la cintura ajena.

-No es necesario que hagan una celebración solo vamos de paso- Hablo en hada con una sonrisa nerviosa.

-Entonces será una bienvenida y despedida- Hablo Leezh con una sonrisa mientras revolvía el cabello caneloso de la chica.

-Ustedes dos vallan a avisarle al jefe- Hablo nuevamente Leezh refiriéndose a las dos chicas- Y tu nos ayudaras a cazar- Esta vez se refirió a Sebastián.

El chico asintió ante la orden.

Las dos chicas se fueron dejando solos al elfo y al humano.

-Sebastián ¿no? – Pregunto el elfo.

-Si, ¿Cómo lo sabes? -

Leezh solo se limitó a encogerse de hombros.

De repente se escucho un estruendoso y grave ruido por todo el pueblo.

-Vamos, ese sonido indica que los cazadores nos reuniremos-

Por otro lado, las chicas habían llegado con el jefe del pueblo Magnarock.

-Y dime pequeña, ¿Qué te trae por aquí? -

-Nada en especial, solo doy un recorrido a- No pudo terminar de hablar puesto que Celestine la interrumpió.

- ¡Es igual que el! - Dijo la chica con entusiasmo- ¡Incluso tienen el mismo nombre! –

-Un chico idéntico- Susurro el anciano- ¿Demasiado? -

Celestine asentía energéticamente mientras que Fauna no tan rápido y con un pequeño rubor en sus mejillas. El anciano soltó una pequeña risa.

-Espero y esta vez las cosas sean buenas- Hablo el anciano.

-Lo mismo digo- Replico el hada.

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