Capitulo 1.

Katherine.

Los rayos del sol me dan en el rostro cuando mi madre abre las cortinas de mi habitación, intento cubrirme con las sabanas de nuevo pero ella no me lo permite.

Me quejo «es muy temprano», pero por más que intento quedarme en la cama debo levantarme, estiro mi cuerpo sobre las sábanas y me levanto, camino al baño para asearme y cuando salgo mi madre tiene en la mesa de mi habitación una bandeja con un banquete para desayunar, me acerco observando todo y sonrío.

—¡Feliz cumpleaños! —exclama mientras me da un abrazo.

—Gracias —la abrazo de vuelta. 

   Los abrazos de papá y mamá son los mejores, pueden curarte hasta las penas del corazón, eso decía mi padre cuando mis hermanos y yo éramos pequeños.

   La puerta de mi habitación se abre haciendo un estruendoso ruido al chocar contra la pared, peleando para entrar están Phillip y Anne viendo quien entra primero. Mi hermano termina ganando la partida corre hacia mí, dándome un sonoro beso en la mejilla, me felicita por mi cumpleaños y Anne hace lo mismo segundos después.

   Nos sentamos todos a la mesa sin papá, él se levanta muy temprano para ir a los sembradíos a supervisar y dar órdenes. Tenemos personal de mucha confianza, pero siempre es bueno ver al jefe de vez en cuando.

   Llevo un bocado del desayuno a mi boca cuando mamá habla:

—Tu padre entró esta mañana conmigo aquí —la miro y sonrío—, te dio un beso de felicitaciones y se marchó.

   Acabamos de comer. Bajo al salón encontrándome a los empleados, que van corriendo de aquí para allá llevando arreglos florales, copas, licores y demás cosas para la celebración.

   Como estamos en invierno, decidimos hacer el festejo dentro de casa en el gran salón que da al jardín. «Espero que hoy no llueva» pienso, cuando alguien cubre mis ojos detrás de mí.

—¡Feliz cumpleaños! —grita Jazmin, mi mejor amiga en mi oído casi dejándome sorda—, ¿Nerviosa?—me pregunta colocándose frente a mí.

—¡Casi me dejas sorda! —le digo abrazándola—, un poco, sí —le confieso

   Es la celebración de mi décimo octavo cumpleaños, el día en que hago mi presentación oficial ante la sociedad noble de Londres.

Salimos de la casa y Jazmin me lleva al jardín donde me espera Paul con un hermoso ramo de tulipanes en sus manos. Sabe que son mis favoritas. 

   Paul es el hijo del capataz de la hacienda, es el mejor amigo de Phillip. Tiene su misma edad y es muy guapo, su cabello oscuro, sus ojos castaños y la pequeña barba que adorna su cara, no lo hacen pasar desapercibido ante las miradas femeninas. Desde que era pequeña estar cerca de él siempre me ha puesto nerviosa y hoy no es la excepción; me extiende el hermoso ramo y me felicita dándome un beso en cada mejilla, estas se calientan y se enrojecen  al contacto de sus labios.

   Nunca vi a Paul de otra manera que no sea como un amigo o hermano, pero siempre tengo esta reacción de sonrojarme y ponerme nerviosa al tenerlo tan cerca.

—¡Vamos Kate, se nos hace tarde! —,Jazmin me hala por un brazo— quiero que veas mi regalo.

   Jazmin es la nieta de una de las cocineras de la casa, es morena y su cabello oscuro siempre lo lleva trenzado, aunque cuando lo lleva suelto se notan sus hebras onduladas que le llegan a media espalda. Me  lleva hasta su casa y me entrega una pequeña caja que abro y me emociona lo que veo, es un pequeño dije, con la inicial de mi nombre, lo acepto gustosa aunque con un poco de pesar, «debió costarle una fortuna». La veo tan contenta que la abrazo con fuerza y le agradezco tan hermoso gesto de su parte «debo recordar obsequiarle algo hermoso para su cumpleaños».

   Pasamos un par de horas charlando, hasta que llegó la hora de regresar a casa; la llevo conmigo porqué deseo verla muy linda en mi fiesta. Llegamos a mi habitación donde están las asistentes que nos ayudarán a arreglarnos el cabello, maquillarnos y vestirnos, nos miran con desaprobación viendo el reloj que está puesto en la pared, mi nana me regaña por llegar tarde, me disculpo y bajo la cabeza avergonzada.

   Pasan horas arreglándonos, veo que mamá entra a mi habitación, le recogieron el cabello en un moño y con el vestido platinado que usa se ve mucho más elegante.

   Veo a Anne con su melena suelta, sus ojos son el centro de atención de su maquillaje, con sus largas pestañas y su boca color carmesí, sí que hará suspirar al chico que le gusta desde hace algún tiempo.

   Sonrío al verla tan emocionada. Hoy conoceré al joven que le escribe desde hace unos meses atrás a mi hermana.

—Lista Milady —me dice la asistente que me arregla.

   Me levanto de la silla y me paro  frente al espejo, no creo lo que veo, en verdad «¡Estoy hermosa!».

   Mi rostro lleva colores sutiles, mi melena rubia está recogida de medio lado con bucles en las puntas. Van a mi armario, buscando el vestido blanco y azul que ayudan a ponerme, el toque final lo hacen las joyas que coloco en mis orejas y cuello.

   Los ojos de mamá comienzan a cristalizarse cuando se detiene detrás de mí mirando mi rostro a través del espejo, cierro los míos para no llorar y siento como coloca algo sobre mi cabeza.

—El toque que faltaba —me dice y abro los ojos sorprendiéndome, viendo cómo acomoda la diadema de zafiros azules que usó cuando conoció a papá— para que te dé suerte.

   Me giro, la abrazo muy fuerte, diciéndole que la amo y dibujo una sonrisa en mi rostro al escuchar la voz de mi padre.

—¿Puedo darle yo también un abrazo a mi princesa? —pregunta con los brazos extendidos hacia mí y lo abrazo sin dudarlo.

—¡Te amo papá! —le digo mientras aspiro el aroma de su perfume.

—Yo más cariño.

   Mi padre es un hombre muy guapo, tiene el cabello rubio, en el que ya se asoman unas cuantas hebras blancas, lo lleva peinado y engominado hacia atrás, sus ojos son como los míos, azules y la barba que demarca su cara lo hace ver muy varonil y un poco mayor a lo que en realidad es, tiene un carácter fuerte, pero con su familia siempre a sido muy amoroso.

   Lleva puesto un traje de cola negro, su corbatín combina con el vestido de mi madre. Me extiende su brazo para que lo tome, lo hago, bajamos las escaleras camino hacia el gran salón donde nos esperan mi familia y demás invitados.

   Quedo sorprendida con la maravillosa decoración del lugar. Los enormes candelabros de cristal reflejan su luz por doquier, las mesas con sus manteles y arreglos florales dan el toque de distinción y elegancia al salón.

   La orquesta comienza a tocar una suave melodía mientras bailo con mi padre. Mi ancho vestido parece tener vida propia, viene y va al compás de mis movimientos.

   Phillip baila con Anne, ella acepta gustosa inmediatamente luego que el baile con mi padre acaba. Los veo sonreír desde mi lugar, cuando una mano se extiende frente a mi. Con una sonrisa en sus labios Paul me pide que le conceda la pieza musical.

   Extiendo mi mano temblorosa aceptando bailar con él, lo veo, sonrío y me sonrojo inmediatamente «¿Porqué me pongo tan nerviosa cuando lo tengo cerca?», me pregunto.

—Te ves preciosa, más que todos los días —me dice mientras me toma por la cintura.

—Gracias, tu también estás muy guapo —su traje no es de diseñador pero se le ve muy bien y se entalla a su cuerpo perfectamente.

  Bailamos muy a gusto cuando sin poder evitarlo mis ojos se desvían  hacia la puerta principal y veo al chico más guapo que he visto en mi vida.

   No alcancé a escuchar su nombre pero sé quien lo acompaña. Lord Thomas Chapman, amigo y socio de mi padre.

   Lo pierdo de vista y continúo bailando con Paul. Cuando la música termina, me toma de la mano llevándome a un rincón del salón, cubre mis manos con las suyas, carraspea y dice:

—Kate.

—¿Si?

—Desde hace un tiempo quiero decirte algo —habla muy nervioso—. Y... Yo, desde hace tiempo sien...

—Buenas noches. Disculpen, ¿la hermosa cumpleañera puede concederme  esta pieza? —interrumpe aquel chico de cabello castaño claro y ojos grises que vi entrar hace un rato.

  Extiende su mano hacia mí ignorando a mi acompañante, miro a Paul un instante, sonríe y asiente con la cabeza dándome aprobación para aceptar, coloco mi mano sobre la del chico y siento una calidez cómoda en ella.

   Caminamos de la mano al centro del salón, mi pecho se acelera al sentir el roce de su mano en mi cintura, subo mi mano a su hombro, él me aprieta un poco más y la música da comienzo.

——————-
   Paul.

  Estoy muy nervioso, Katherine siempre me ha parecido una chica muy hermosa y desde hace un tiempo comencé a tener sentimientos hacia ella, pero nunca le dije nada, ser el hijo del capataz y no un lord no la hace digna de mí.

   Phillip es el único que sabe lo que siento por su hermana y fue quien me animó a tener el coraje de hablarle sobre mis sentimientos, por eso, hoy me atreví, la invité a bailar y  ahora la llevo conmigo para decirle todo lo que llevo guardado desde hace ya mucho tiempo.

   La tomo de las manos y la siento nerviosa, veo sus mejillas tornarse de un color rosado, siempre le sucede cuando me acerco mucho a ella y eso me gusta, me demuestra que siente algo por mí.

   Estoy muy nervioso, las palabras se traban dentro de mi boca, respiro profundo llenando mis pulmones de aire y comienzo a hablar.

   Sus ojos no se apartan de los míos, cuando ya estoy apunto de decirle todo de una vez, veo una mano que se extiende entre nosotros sin tomarme en cuenta. Un chico de mi altura, cabello castaño claro y de ojos grises la invita a bailar, la veo y sus ojos brillan al ver a ese joven muy elegantemente vestido, no me queda de otra que fingir una sonrisa y asentir con la cabeza  «Ya le diré más tarde, pero de hoy no pasa que le diga todo».

   La veo caminar hacia el centro del salón con aquel joven que no había visto nunca antes, veo como pasa su mano por su cintura y siento como se calienta mi pecho, decido ir por un trago que se hicieron varios cuando me cruzo con Phillip en el camino.

—Lo lamento Paul —me dice mientras coloca su mano en mi hombro—, Creo que te ganaron esta vez, tuviste tantas oportunidades de decirle lo que sientes y nunca lo hiciste.

—¿De qué hablas? Sólo están bailando... Bueno y charlando, pero eso no quiere decir nada.

   Al darme cuenta ya llevan un par de bailes, la verdad, ya me había desanimado.

—Si quieres un consejo —me suelta—, si  vas a decirle lo que sientes hazlo ya antes de que sea tarde —se va dejándome solo.

—————————
Katherine.

   Pasamos un rato bailando y charlando entre valses, al finalizar la pieza que bailamos,  Lord Thomas llama a su hijo para presentarle a algunos Lores de la sociedad.

—Lady Katherine fue un placer haber bailado con usted, nos vemos en un rato —besa mi mano y me acompaña fuera de la pista de baile.

   Siento que me falta el aire, estoy encantada con aquel joven, tengo las mejillas ardiendo después de que besó mi mano, necesito oxigeno para llenar mis pulmones, decido salir al jardín chocando con el frío que hace afuera, casi me ahogo cuando tomo una bocanada de aire porque Jazmin me asusta parándose a mi lado, la agarro del brazo y la llevo conmigo a rastras.

—¡Kate basta vamos a caer! —me dice riéndose.

—¡¿Lo viste, viste lo guapo que es?! —le suelto emocionada.

—Lo vi y si es muy guapo —me toma de los hombros—, ¿Qué te dijo mientras bailaban?, cuéntame.

  Respiro hondo para calmar mi emoción y comienzo a contarle sin importarme el frío que hace aquí afuera.

—Se llama Richard, es el hijo de Lord Thomas Chapman, tiene veintidós años.

—¿Solo eso te dijo?

—No —le digo emocionada—, dijo que bailaba muy bien, que era muy hermosa y quiere conocerme más mientras esté aquí.

—¿Y qué le dijiste?, no me digas que dijiste que no Kate —me reclama—. Conociéndote seguro le dijiste que no.

—Te equivocas —me mira sorprendida—, le dije que sí, que podía venir cuando quisiera.

   Jazmin me abraza feliz, soy una chica muy tímida y en cuestiones de chicos no tengo nada de experiencia, en cambio para Anne siempre fue muy fácil.

—Ahhhh te gusta, ¡Te gusta Lord Richard!

—¡Sí...Me gusta!

——————-
    Paul.

   Veo salir a Katherine al jardín y me extrañó, afuera hace frío y no lleva su abrigo. Decidido en aprovechar el momento salí en su búsqueda y la encuentro con Jazmin charlando muy emocionada, me acerco un poco para escuchar la conversación escondido detrás de un árbol.

   No debí escuchar lo que hablaban, mi mundo se cae de golpe al escuchar la afirmación de Katherine. Le gusta, le gustó aquel joven elegante. Me siento decepcionado de mí mismo. Tantas oportunidades que tuve de declararle mi amor y por cobardía nunca lo hice.

   Pero la noche no acaba aún, voy a tomar el valor y decirle todo de una buena vez.

—————————
Katherine.

Luego de bailar un par de veces más con Richard, pido un descanso y voy junto a mis padres para descansar un momento, cuando él se acerca a despedirse.

—Hermosa dama, lamentablemente debo retirarme, mi abuelo está un poco cansado y mi padre aún no quiere irse, así que, debo llevarlo a casa.

—Muchas gracias por haber venido, fue un gusto para mi que viniera esta noche —le dije con pesar, no quería que se fuera tan pronto.

—El gusto fue todo mío Milady, estuve hechizado con usted toda la noche —besa y acaricia mi mano como despedida.

   Sonrojada le respondo:

—Nos veremos pronto Lord Richard, que tenga buena noche —él me sonríe y yo correspondo.

  ———————

   La fiesta continúa. Bailo muy a gusto con mi hermano, cuando nos vemos interrumpidos por Lord Thomas en la pista de baile.

—Permítame bailar con su hermana joven, usted está maltratando sus pies a pisotones —sonríe con prepotencia algo que me molesta.

Extiende su mano hacia mí apartando a mi hermano, lo miro enojada por su actitud, voy a soltar su mano, pero Phillip me indica con la cabeza que no lo haga y se retira cortésmente dejándome con ese hombre mal educado.

—Lamento mucho que sus pies hayan sufrido tanto hace unos instantes Milady —dice cuando comenzamos a bailar.

—He de decirle Milord —lo miro enfrentándolo—, que mi hermano baila muy bien y mis pies no estaban siendo maltratados.

  Asiente con la cabeza y cambia de tema como si nada.

—La vi bailar con mi hijo muy a gusto.

  Bajo la cabeza apenada y respondo:

—Si, es un excelente bailarín.

—Me da gusto oír eso.

   Me hace un par de preguntas más las cuales respondo un poco apenada. Salimos de la pista de baile cuando la musica acaba, me acerco a mi hermana quien parece triste y enojada porque su enamorado no llegó a la fiesta, el abuelo del chico le entregó una carta dandole sus disculpas, me decepcioné tenía muchas ganas de conocerlo, ya será en otra oportunidad.

   La animo un poco contándole de Lord Richard, se alegra por mí, toma dos copas de champaña de la bandeja que traía un mesero, me entrega una y dice:

—¡A tú salud! —tomándose el espumoso líquido hasta el fondo.

————————
   Thomas.

   Después de ver bailar a mi hijo con la festejada tan amenamente, se me ocurre una brillante idea. Hablo con mi padre y lo obligo a regresar a casa con mi hijo y Juliet.

   Aprovecho que la jovencita baila con su hermano, me acerco extendiendo mi mano para que baile conmigo, me veo un poco descortés apartando a su hermano, pero no me importa, mi fin es averiguar si tiene interés en mi hijo.

   Bailo con ella mientras le hago varias preguntas, al verla sonrojarse sé que tengo razón, mi hijo le ha gustado. La música deja de sonar y la acompaño dejándola con la que creo es su hermana y voy en busca de sus padres, no perderé esta millonaria oportunidad.

—Lord James, Lady Caroline —bajo la cabeza para saludarlos—, necesito hablar con ustedes un momento si me lo permiten.

   James me mira extrañado por un momento, pero acepta.

—Por supuesto, podemos ir a mi despacho.

   Caminamos los tres al despacho. Adentro tomamos asiento y Lord James suelta sin más.

—¿Bien Lord Thomas, qué es lo que quiere decirnos que no puede esperar a mañana?

   Confiado a lo que vengo comienzo mi relato:

—Pues verán, mi hijo está aquí de vacaciones y vino conmigo a la fiesta, como saben ya está en edad casamentera.

—¿Y bien, que hay con eso? —me pregunta Lord James caminando a la licorera a servir un par de tragos.

—Esta noche lo vi muy entusiasmado con Lady Katherine, estuve indagando con ella y por lo que pude ver, ella también lo está por mi hijo.

—Un baile no quiere decir nada Mi Lord —habla Lady Caroline.

—¿A dónde quiere llegar con todo esto? —Lord James me pregunta desconfiado y sin más le dije lo que tenía en mente.

—¡Quiero que arreglemos un noviazgo entre nuestros hijos, eso quiero!

   Vi a Lord James levantarse de su asiento y colocar ambas manos sobre el escritorio. «Está molesto, no le gustó mi propuesta», pensé.

—Milord, nos halaga que piense en una unión entre nuestra hija y su hijo, pero —sabía que no iba a ser tan fácil— he de decirle que Katherine aún es muy joven para pensar en noviazgos.

—¡Joven! —me exaspero—, ¿acaso ustedes no eran mucho más jóvenes cuando se comprometieron y se casaron?

   Voltee a ver a Lady Caroline quien comenta:

—Si, teníamos quince y dieciocho  años es cierto, pero fui yo quien eligió a James, mis padres no me obligaron o arreglaron un matrimonio para mí y eso es lo que deseo para mis hijos, que sean ellos quienes elijan con quien quieren estar.

—Además, aún está mi hija Anne que debería casarse primero que su hermana menor —responde Lord James.

—Eso no siempre es así Milord, lo sabe —le dije.

—Nosotros haremos lo que nuestros hijos elijan, si su hijo realmente está entusiasmado con mi hija y ella igual de él, pues que sean ellos quienes decidan su futuro —finaliza Lord James.

   Me levanté de mi silla y dije para finalizar el asunto.

—Entonces será como ustedes digan, si mi hijo quiere algo con su hija Katherine que sea él quien venga y hable con ella —salgo del lugar, para irme a mi casa, mañana hablaré con mi hijo sobre este asunto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top