Capítulo 18

Aiacos se encontraba trabajando frente a la computadora mientras que Camus le ayudaba a organizar algunos documentos en su estante.
Así podía pasar el tiempo ocupado en algo que no fuera estar encerrado en su casa por los temores de su hermano ante su situación de salud. Pero se había dado cuenta que si se mantenía ocupado en algo, sus síntomas se le olvidaban por completo y eso le agradaba.


Había pasado una semana después de aquella plática que Milo y el tuvieron, desde aquel día ambos no se llamaron ni se mandaron algún mensaje.

Su momento en el trabajo se vio interrumpido justo en el momento cuando recibió una notificación en su celular.
Su móvil se encontraba justamente a lado de su computadora, lo tomó y desbloqueó su celular para poder ver de que se trataba aquella notificación:

Usted ha recibido una transferencia.

Cuando terminó de leerlo se dirigió a su aplicación del banco para revisar de que se trataba.
Al ver los movimientos de su tarjeta se dio cuenta ese dinero que había llegado era de la cuenta de Milo.
Pensando que se trataba de una mala jugada ó quizá una distracción de su hermano, rápidamente comenzó a redactar un mensaje para saber porqué había mandando una gran cantidad de dinero a su cuenta.

Pero Milo no tardó en responderle aquel mensaje.

No es ninguna broma Aiacos, es mi ayuda para la operación de Camus... Espero que sea suficiente, le pedí a Saori que me adelantara mi aguinaldo, solamente así pude terminar de juntar la parte que les prometí.
Sólo te pido que lo cuides por mi y que me mantengas informado cuando lo vayan a operar. No pienso regresar por el momento, necesito asimilar aún esta situación.

Después de que terminó de leer este mensaje dejó escapar un suspiro ya que esa cuantiosa cantidad cubriría por lo menos la mayoría de los gastos hospitalarios, nuevamente colocó su celular a lado de su computadora.

Su amado galo se dio cuenta de ello, dejó de acomodar aquellos papeles que sostenía en sus manos y se acercó a su pareja colocando sus manos sobre su hombro.

— ¿Está todo bien Aiacos? Cuestionó el joven galo con preocupación.

— Si, todo está en orden — Respondió tomando aquella mano delgada mientras la acariciaba con sutileza — ¿Degel estará esta noche en tu casa?

Camus no entendía porqué preguntaba por su hermano — Si.

— Esta noche iremos a tu casa amor... Entre más pronto mucho mejor.

— Mucho mejor... ¿Qué? — El joven galo no entendía porqué tanto misterio con su pareja.

— No te asustes amor... Todo está bien — Respondió Aiacos levantándose de su asiento para poder envolver en un calido abrazo a Camus — Te dejo unos momentos a solas, necesito ir a la oficina de Hades para tratar unos temas, si quieres puedes quedarte en la computadora quizá encuentres algo de tu interés.

Después de decirle esto salió de su oficina dejando a su pareja a solas.
Camus se sentó en la silla giratoria y tomó el mouse para poder entrar al ícono del internet.
Mientras buscaba algunos temas de su agrado el celular de Aiacos comenzó a emitir una tonada de alguna llamada entrante.

No sabía si contestar o dejar que sonara y esperar a que Aiacos regresara para que tomara aquella llamada. Esperó que dejara de sonar y a los pocos segundos nuevamente empezó a sonar.
Levantó su mirada para ver si Aiacos de pura casualidad regresaba pero no fue así, no tuvo opción, tomó el celular para responder aquella llamada de un número que no estaba registrado pero justamente en ese momento alguien más llegó a interrumpir en la oficina de Aiacos.

— Vaya... Con que Aiacos te sigue trayendo aquí, que decepción — Respondió con desdén Pandora mientras se recargaba en el marco de la puerta cruzando los brazos.

— No pienso dejar que me ofendas esta vez Pandora, si buscas a Aiacos déjame decirte que no está— Contestó Camus dejando el celular a un lado, levantó la mirada y entrelazó sus dedos mientras le dedicaba una mirada seria y fría.

— Pero vengo en paz — Dijo mientras le mostraba una botella de agua — Quiero que comencemos bien — Sonrió con malicia, intentaba disimular muy bien para llevar a cabo su plan.

— No tengo la más mínima intención de aceptar algo que venga de ti.

— Por favor, solo quiero llevarme bien contigo — En ese momento Pandora destapó la botella de agua y se la colocó justamente a lado de la computadora de Aiacos mientras ella tomaba asiento frente al escritorio.

Camus miraba aquella botella con desdén, cerró sus ojos y trató de tranquilizarse para no perder la paciencia frente a esa mujer.

Pero en ese momento Pandora tomó la botella de agua y de un momento repentino tiró parte de ese líquido sobre ella, acto seguido dejó caer la botella sobre el escritorio tirando el  líquido sobre la computadora de Aiacos.

— ¡Pero que carajos haces! — Exclamó Camus tomando con una mano la computadora portátil que aún dejaba ver varias gotas escurriendo y con la otra le arrebató la botella de la manos a Pandora.

— ¿Qué está pasando aquí? — Cuestionó Hades entrando a la oficina junto con Aiacos.

Pandora de manera inmediata corrió a los brazos de Hades para contarle su desgracia.

— Camus me mojó, yo venía en son de paz para intentar llevarme bien con él... Pero en su intento de mojarme paso a dañar también la computadora de Aiacos — Contestó muy exaltada mientras tomaba el pañuelo que tenía Hades en su saco para poder secar su rostro.

Aiacos rápidamente se acercó a su pareja, le retiro la botella de las manos y tomó la computadora para ver si aún encendía pero no fue así... Se había dañado internamente.

— Camus no fue — Contestó Aiacos dejando la computadora en el escritorio y a su vez tomó a su pareja de la cintura.

— Cómo puedes estar tan seguro Aiacos... Yo vine para intentar llevarme bien con tu noviecito pero me trató muy mal — Pandora intentaba hacerse la víctima frente a su expareja y sobre todo frente Hades.

Aiacos dejó escapar una sonrisa de lado — Camus... — Tomó su celular que había olvidado en su escritorio, algunas gotas habían caído sobre la pantalla y desbloqueó su móvil — Camus se previno con una grabación de voz, esto lleva tres minutos — Respondió mostrando su celular a su jefe con aquella aplicación aún grabando porqué se podía ver el botón rojo trabajando mientras parpadeaba.

— No puede ser — Murmuró Pandora intentando retroceder.

— Para evitar problemas señor Hades... Si gusta puedo reproducirlo para que encontremos al responsable.

Hades miró a Pandora con desprecio y luego dirigió su mirada a su empleado — No hace falta... Porqué aunque no lo crean yo también cuento con cámaras en los pasillos y en las oficinas.

Ahora la que quería desaparecer era Pandora, intentó salir de la oficina pero Hades logró detenerla tomándola del brazo — Ni piensen huir Pandora, te llevarás la computadora de Aiacos y pagarás por el rescate de los datos... Toda la información de la empresa está ahí, así que más te vale que busques un buen técnico que lo haga de lo contrario te despediré de tu puesto.

En ese momento Hades se acercó para tomar la computadora del escritorio y se lo entregó a Pandora, ella lo recibió con nerviosismo y salió corriendo de la oficina.

— Mejor después hablamos Aiacos... Pero sobre aquello que me pediste, dalo por hecho— Respondió Hades saliendo de la oficina dejándolos solos nuevamente.

— ¿Estás bien? — Cuestionó Aiacos tomando algunos mechones del cabello de su amado que cubrían su rostro para poder colocarlos detrás de sus orejas.

— Si, lamento esto que pasó y lo de tu computadora... Ahí guardas todo tu trabajo...

En ese momento Aiacos se acercó para poder darle un beso en la comisura de sus labios.

— Tu no lo hiciste y aunque hayas grabado lo que sucedió yo te conozco como eres y además confío en ti — Después de decirle esto recargo su frente con la de su pareja.

— Cambiando de tema... ¿Puedo saber que le pediste a tu jefe? — Preguntó Camus con curiosidad.

Un silencio total comenzaba a inundar la oficina, eso empezaba a inquietar al joven galo.

— Lo sabrás en la noche mi copito — Susurró Aiacos regalándole una sonrisa...

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