EN CELO
Estaba entrando en celo.
Pero bueno era la primera vez que le pasaba, era su primer celo y aunque sabía de antemano que era un omega y lo que eso conlleva, no presto total atención a sus síntomas.
Pero si era precavido y tenía inivosores en su mochila, pero caminar o arrastrarse esos pocos metros iba a ser un verdadero calvario.
Antes de empezar a arrastrarse sintió algo, el ambiente cambiando, un aroma, alzo la mirada y ahí estaba su salvación.
Un amigo, bueno amigo de la infancia, ahora rival y compañero, un alfa, tal vez era su perdición.
...
Llegó a la biblioteca y cerro con seguro, intento respirar y concentrarse en su celular para hacer la llamada, pero un aroma lo llamaba y dejando caer su mochila camino a dónde su instinto lo guiaba.
Un omega muy tentador en el piso arrastrándose, apenas conectaron miradas y todo se fue al carajo.
...
Sus cuerpos empezaron a calentarse y a soltar feromonas descontroladamente, tantos sentimientos había entre ambos, cariño, amistad, odio, rivalidad, envidia, esperanza, respeto, agonía, lealtad, enojo, deseo, dolor, sufrimiento, amor...
Conectaron miradas y todo simplemente se amontonó y explotó.
Deku lo vio y su primera reacción fue asustarse e intentar retroceder, callendo de espalda, su enfoque no era exactamente claro y no fue hasta que sintió su aroma que pudo identificarlo como su amigo de la infancia Kacchan, pero aún así no pudo relajarse, pues era un alfa.
- alfa - murmuró salivando.
- Deku - el rubio se acercó, se acomodo sobre él y comenzó a besarlo, era su primer beso pero ansiaba devorar esa linda boquita, morder sus labios y volver a besarlo - Deku - murmuró y se alejo, seguramente ese nerd tenía supresores en la mochila, tal vez en la puerta estaría está ya que ellos estaban en los estantes del fondo.
- alfa - suplico el omega empapado de su parte baja, ese beso lo había puesto muy caliente y quería más.
- ven - lo cargo para acercarlo más a la entrada y lo dejo en el suelo ya que este no parecía poder sostenerse de pie ni en alguna silla.
- duele alfa, ayuda ... ayuda - suplico con lágrimas.
- lo hare - aseguro tratando de enfocar su vista y buscar esa mochila, rápido antes de perder la lucidez en su cabeza, sabía que ese omega era suyo, su destinado, no sabía cómo lo sabía, solo era así, lo amaba y lo deseaba de manera descontrolada, prueba de ello era su duro miembro apretando en su pantalón, pero no quería hacerle daño, el era un buen alfa, no dañaría a ningún omega, mucho menos si era tan importante como el peliverde lo era para él.
- alfa - rogó una vez más, mientras empezaba a quitarse los pantalones que molestaban y que ya se encontraba empapados, sin la tela cubriendo, el aroma se hizo más espeso al punto de que el alfa dejo su acción y se dirigió a él - alfa tómame...ayúdame ...mi alfa - abrió sus piernas para invitarlo a acercarse más - mío mi alfa.
- tuyo - acepto - mi omega.
- tuyo - levantó sus brazos pidiendo un abrazo.
- si eres mío - dejo de buscar la dichosa mochila y se acercó a abrazar y besar a su omega, ambos se aceptaban mutuamente, ambos deseaban esa unión.
Lo beso, un poco torpe por la desesperación de tomarlo y hacerlo suyo para siempre.
Se alejo solo un poco para quitarse la ropa, le quitó lo que quedaba de prendas a su ojiverde y siguió besándolo, sus bonitos y carnosos labios eran adictivos.
Le quitó la respiración y fascinado empezó a bajar sus besos por su cuello, pechos y de detuvo en los botones rosados que llamaron su atención, succionó, lamió, chupo y mordió con gran devoción ambos, sacando suspiros y gemidos exitantes que solo hacían su miembro rogara por liberarse.
Bajo aún más sus besos por el estómago, un día vería ese mismo lugar creciendo a causa de cachorros.
Bajo hasta llegar al miembro y bajo aún más hasta enterrar su lengua en ese agujerito que chorreaba lubricante natural para que el alfa pudiese ingresar.
Retiro la lengua y metió dos dedos haciendo estremecer al más bajo, que ya no podía ni hablar solo gemir.
Sus dedos se movían frenéticos, entrando y saliendo de manera rápida haciendo que el omega se corriera rápidamente y aún así siguió ingresando sus dedos para poder abrirlo perfectamente, ingreso un tercer dedo y con embestidas rápidas, otra vez el pequeño se corrió.
En medio de la bruma de placer el alfa aprovecho y saco los dedos, ya no podía aguantar más y en un rápido movimiento lo penetró.
El peliverde grito, pero este solo se acercó a besarlo, su espalda fue arañada como si así desquitará el repentino dolor, dolor que así como llego se fue, estar en celo ayudaba a sentir aún más placer ignorando el dolor, el hambre, el sueño, el cansancio, solo quería satisfacción y ser llenado para concebir cachorros, así era el instinto.
Así que cuando el dolor paso y la primera estocada lo llenó volvió a correrse, lleno de un placer irresistible que lo hacía pedir a gritos por más.
Las estocadas eran fuertes, intensas así como el alfa que gruñía lleno de satisfacción, saberse el primero le inflaba el ego.
Cuando estaba por terminar un rayo de lucidez llegó y saco su miembro para correrse fuera del omega, pero este indignado, se avanzó sobre el alfa, tirandolo al suelo para montarlo y asegurar que todo terminara lo más profundo de sus entrañas.
El alfa estaba más que feliz de tener una pareja tan sexi y tan decidió, era muy, muy probable un embarazo, él solo quería cuidar al su destinado pero si este quería quedar preñado, le daría ese gusto y feliz termino llenando a su bonito y sensual omega.
Se besaron llenos de alegría y empezaron otra ronda, pues hacerlo una vez no era suficiente.
Izuku montando a su alfa era definitivamente su posición favorita.
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Katsuki lo acomodo de manera que estubiera su pecho pegado al piso, el culo levantado y dió algunas nalgadas el semen escurría, lo habían echo tantas veces que ya se desbordaba todo, era tarde o así lo sentía, el omega ya no tenía voz y el tampoco tenía tantas energías, quizás era la última vez, el celo llegaba a su fin, el humano quería despertar, pero aún no quería soltar a su omega, descubrió que este adoraba si lo hacía con rudeza, si mordía su piel al correrse este genia aún más fuerte y apretaba de manera deliciosa su miembro, extrayendo hasta la última gota de su semen, descubrió también que ese travieso disfrutaba de dejar muchas marcas en su piel, así que respondió igual, marcandolo en su bella piel salpicada de pecas.
Otra nalgada resonó y el peliverde comenzó a despertarse exigiendo que se lo follara de una maldita vez, ese lado salvaje le encantaba y decido torturalo aún más, otra nalgada, está vez más fuerte dejando su mano marcada.
Estaba agotado pero aún quería más, no tenía señal de querer parar, su mente solo rogaba por qué ese alfa llenará su cuerpo hasta lo más profundo, siempre lo había deseado y ahí lo tenía, cumpliendo todas sus fantasías, esas que su lado humano no permitía exteriorizar y que trataba de negar, él no, él sabía lo que quería y quién era su persona especial, ese alfa por el que daría la vida sin dudarlo ni un segundo, ese alfa con el que tenía un lazo fuerte e irrompible, su destinado, pocos eran quienes lograban encontrase, era afortunado.
Lo penetró fuerte seguido de estocadas aún más intensas, mordió sus hombros y el menor se deshacia en gemidos ya sin fuerzas para gritar.
Cambio la posición para quedar de lado mientras levantaba una pierna para mejor acceso a esa entrada roja de tanta fricción.
Todo el tiempo se había contenido para no anudarlo, pero ahora tenía que hacerlo, era el momento perfecto.
En sus últimas estocada cuando empezó a formarse el nudo en su base, tomó con mucha fuerza de las caderas al menor y metió todo el nudo en su interior ya dilatado, no fue doloroso pero si incómodo, ya había mucho semen y aún más estaba siendo disparado en el interior del peliverde, siendo el momento perfecto mordió la nuca del omega creando el vínculo que los unia como pareja.
Después de quedar sin energía el omega se durmió, aún con el nudo en su interior.
Cómo el nudo fue echo con sus últimas energías solo duró 15 minutos en lugar de la hora que normalmente se forma, salió del interior de su pareja, atrajo las chaquetas de ambos para cobijarse un poco y su omega se acomo a dormir en su pecho.
No lamió la mordida correctamente, solo algunas pasadas, para limpiar la sangre, esa marca devia ser cuidada diariamente por su humano, ya sería su trabajo, ahora estaba agotado, descansaría y dejaría el resto en manos de este.
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Katsuki despertó y vio al nerd a su lado, trato de recordar pero nada llegaba a su mente, el aroma de ambos le gritaba que habían tenido sexo.
Su último recuerdo era entrar a la biblioteca, guiarse por el aroma, ver al nerd en el piso de manera tentador e ir a besarlo sin contenerse, después de ese beso el nerd diciéndole "alfa" y todo se oscureció, no había más recuerdos, Deku despertó y al no saber que hacer ambos buscaron sus ropas, entonces lo vio, una mordida.
Logicamente suya, había marcado a Izuku.
Se reprendió por ser tan estúpido y dejar que eso pasar, acaso era un asco de alfa como su madre.
Siguió al peliverde a su casa.
Él no podía ser como su madre, así que como lo había marcado no iba a echarse para atrás él sería su alfa.
Tenía miedo, estaba confundido y no sabía si era lo correcto, después de todo Izuku lo odiaba, lo molesto tanto, fue grosero y una pésima persona, lo normal sería odiarlo.
Quien más sufría tenía que ser el nerd, así que lo mínimo que podía hacer era dedicar su vida a lograr que Deku cumpliera su sueño y tuviera una vida pacífica y felíz, lo más que pudiera lograr con la responsabilidad de ser héroes.
Se aseguraría que otros alfas no lo rondarán ni lo dañaran, lo cuidaría, tal vez un día este se enamoraría o por lo menos algo de cariño lograría obtener.
Porque el no era un cobarde y conseguiría borrar todo lo malo que alguna vez hizo.
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Era su segundo celo, pero algo estaba mal, se encerró en el baño para tomar una ducha y limpiar el líquido que salía de su cuerpo cuando todo se apagó, el omega tomaba el control y se quedó ahí bajo el chorro de agua, hasta que su alfa entro, hablo seductor, pero su voz sonaba tranquila.
El alfa reaccionando tomo todo el control, abrazo al omega que lloraba y cubría las lágrimas con el agua de la regadera.
- ¿dónde está mi cachorro? ¿ay algo mal conmigo? - habían estado juntos durante el celo e incluso con el nudo y una mordida, debía estar en cinta, pero no lo estaba.
- no ahí ninguno - lo abrazo y saco del baño, lo llevo a la habitación y seco con calma su cuerpo.
- pero....
- no ahí nada malo contigo, somos muy jóvenes, estabas consiente cuando el doctor dijo que un celo normal es después de los 17, aún no se desarrolla aquí bien - tocó su vientre - aún no puede tener cachorros.
- pero otros ....
- todo son diferentes, mi nudo tampo es fuerte, dura menos de 15 minutos, soy patético - trato de convencerlo.
- no, no es así...yo...algo pasó....
- no confías en mí - no podía decirle que esa mala mujer había echo algo que mató su cachorro antes de que se formará siquiera, si lo decía este odiara a su madre y todo sería un caos, los omegas protegen a sus cachorros con uñas y dientes y que su omega matara a alguien no sería bueno para nadie.
- si...pero...
- usaremos esto - saco condones del cajon de su mesita.
- no quiero - se indigno y arrojo una lámpara hasta estrellarla.
- será así un tiempo - dijo con calma entendiendo perfectamente a su omega pero devia protejer a sus posibles cachorros de esa malvada mujer y hasta que no fuera más fuerte, está era su mejor opción.
- no quiero - sus feromonas mostraban mucho disgusto.
- entonces no te tocare.
- no - trato de calmarse.
- quieres un cachorro enfermo o débil o que no viva mucho, no te gustaría mejor uno fuerte y saludable.
- si - se calmó un poco y se sentó a su lado - como mi alfa.
- yo quiero un tan bello como mi omega - lo beso - solo será poco tiempo, pronto podremos tener muchos.
- muchos...
- tantos como quieras.
- humano muy débil - se quejo haciendo puchero.
- mi humano también es débil - tomo su mano y la beso con cariño - cuando sea más fuerte podrá protejer los.
- humano piensa nos vas a dejar por ser tan débil.
- mi humano piensa que lo odias.
- no es así yo los amo, los amamos.
- me siento igual tanto él como yo los amamos más que nada, pero no lo entiende y siente que lo odias.
- que estúpido - se recargo en su pecho, sin la confusión de un principio ni el enojo, ahora su aroma salía relajado y poco a poco el deseó de unirse fue más fuerte que todo.
- yo voy a cuidarte - prometió, besando a su pareja y recostandolo en la cama.
Su aroma ahora dulce lo invitaba a tomarlo sin reparó y así lo haría, pero cuidando usar preservativos de ahora en adelante.
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Me da mucho gusto leer todos sus comentarios, gracias por apoyarme
Aún tengo más historias de estos dos 🤭 también otros más por si quieren leer más de mis historias 💐 a cada una le pongo un trozo de mi 💙
Gracias, gracias, gracias...
Les recomiendo leer
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