Capítulo 34.
El cielo estaba totalmente limpio ese día, lo que le dio la William la idea de un buen presagio. No había nubes, significaba que no llovería.
Hacia un tiempo que las cosas habían comenzado a mejorar. En las noticias se hablaba sobre cómo los habitantes actuaban frente a los últimos desastres ocurridos y otros más mostraban las reacciones sorprendidas de las personas ante la desaparición de los mismos.
No le gustaba decirlo, pero las cosas mejoraron porque Alba no estaba, consciente al menos. Porque ya no había dos portadores de los cuatro elementos. Y eso se lo había dicho el profesor, respaldado por la señora Victoria.
Tomó asiento junto a Sara, agarró la mano de la joven entre las suyas, apretándola, dándole a entender que ahí estaba él de nuevo. Que siempre lo estaría.
Entonces hubo, por primera vez en meses, una reacción por parte de ella.
La joven había apretado con un poco de fuerza ambas manos entrelazadas.
William miró con sorpresa ese pequeño movimiento. Sin creer lo que había sucedido. Él no soltó la mano de ella, se puso de pie y se acercó a su campo de visión, esperando impacientemente a que abriera sus ojos.
Pero la mirada que ella le dio al abrir los ojos no fue lo que él estaba esperando. Sus orbes marrones mostraban confusión sobre el chico frente suyo.
Él era ¿Quién...? ¿Quién era él?
- Sara... - apenas habló William.
¿Sara?
Ella reconoció el lugar de inmediato, había un intenso olor a alcohol que impregnaba el lugar y la habitación era tan pequeña que no podía ser su habitación. Así que llevó su mano hasta el botón rojo que por defecto se encontraba a un lado de la camilla y de manera inmediata envío una notificación de que necesitaba ayuda.
- ¿Sara? - le habló William con voz calmada.
Y su voz. Oh, su voz. Sonaba gruesa pero gentil, tenía un toque de amabilidad en ella, envío una sensación de familiaridad que no pasó por alto.
Un par de enfermeras entraron, interrumpiendo sus pensamientos. Ella las miró de inmediato, casi pidiendo ayuda. No porque tuviera miedo de él, si no que lo desconocía y desde su punto de vista, él no tenía nada que hacer en su cuarto del hospital.
- ¿Sucede...? ¡Oh, despertó!
Así como entró, corrió a buscar al doctor o científico, quien sea que estuvieron a cargo del cuidado de ella.
El joven en la habitación esperó una respuesta de su parte, que dijera algo, lo que fuera pero esperaba que lo primero que dijeran sus labios fuera su nombre.
El hombre de bata entró a la habitación y se sorprendió al verla consciente.
- ¿Cómo se siente?
-¿Qué hago aquí? - habló con voz ronca, por pasar mucho tiempo dormida, ella misma se sorprendió de cómo sonaba, miró al joven de bonitos ojos moteados - ¿Quién es él?
William podía jurar que escuchó su corazón y esperanzas romperse en pedazos, convirtiéndose en piezas rotas cual vidrio.
El doctor miró alarmado a William. No tenía por qué prescenciar eso.
- Joven, por favor, le pediré que salga, necesitamos...
- No me recuerda... No sabe quién soy - susurró apenas, bajó la vista, cortando el contacto visual entre ambos.
El doctor llevó a William hasta la entrada mientras un par de enfermeras le explicaban a la joven que acababa de despertar.
-... ¿Por qué?
- Joven, escuche... La posibilidad de que esto pasará era alta, siempre lo fue - le explicó.
- ¿Y por qué no me lo dijo? ¡¿Por qué?!
Sin pensarlo tomó al doctor de las solapas de su bata y lo golpeó contra la ventana de la habitación. No era más que un acto que descargaba su frustración y tristeza sobre una persona equivocada. A este punto, hablaba con coraje, con el corazón roto y lágrimas en sus ojos.
- Si no se calma, me veré obligado a llamar a seguridad - amenazó el hombre, hubiera sido otra persona lo intentaría calmar, pero era un alterado frente suyo, a pesar de recibirlos todos los días, temía por su poder.
William observó sus manos convertidas ahora en puños, sus nudillos blancos. Aflojó el agarre y soltó al doctor. Llevó sus manos a su boca, suprimiendo las ganas que tenía de gritar.
- ¿Por qué no me dijo eso? - volvió a preguntar, esta vez más calmado.
- Porque los doctores no creían que sucedería, los científicos sí. No podíamos darle una respuesta a medias... Lo siento.
William sacudió la cabeza, pues lo que decía el hombre no tenía sentido en absoluto.
- Ni entiende, doctor ella... Ella sabe quién soy - aclaró mientras asentía.
El hombre me dio una expresión confundida como respuesta, miró a ambos lados antes de colocar su índice en sus labios para indicarle qur guardara silencio y le indicó que lo siguiera. William lo siguió sin rechistar, pues bien aquel doctor podía tener respuestas. Una vez en la privacidad del consultorio del doctor, el hombre procedió a pedirle explicaciones sobre lo que había dicho anteriormente.
- ¿Por qué dice que lo recuerda? Ella claramente despertó con amnesia.
- Por que... - empezó impaciente, pero recapacitó, pues desesperarse no le ayudaría - Ella despertó ése día en el laboratorio - explicó - Y me reconoció, yo estaba a su lado cuando abrió los ojos.
El hombre miró con extrañeza al joven frente suyo.
- La señorita Brown llegó inconsciente al hospital, es muy raro que haya despertado antes - le recordó.
- Pero lo hizo y me vio, iba a decir mi nombre cuando... Cuando se desmayó - su voz cayó al momento de decirle lo que había ocurrido. Había un claro tono de tristeza.
- ¿Su nombre? - repitió, con curiosidad.
- Sí, se lo acabo de decir, ella y yo nos conocemos, estuvimos juntos en el laboratorio de Dalton - continuó explicando - Me conoce, no puede olvidarme así... Tan fácil.
El hombre tomó una postura más firme, y entrelazó las manos sobre el escritorio.
- Lo que podemos hacer es esperar a ver si recupera sus memorias, ya sea poco a poco o todas juntas, será difícil, será tardado - mientras le hablaba, el joven no dejaba de negar con la cabeza, no le gustaba nada lo hacía que le decía - En este momento nuestra única respuesta es el tiempo.
- Tiempo, tiempo, tiempo es lo que no quiero, yo... Necesito saber por qué me olvidó o si-si sólo he sido yo a quién ha olvidado.
La frustración, la desesperación de no tener respuesta lo abrumada, la sensación de tenerlo todo y no tener nada a la vez lo dejaba con la mente en blanco.
- Necesitaremos hacerle unos estudios - continuó el hombre - Varios estudios y con eso podremos darle una respuesta concreta, por el momento le pido qur se retire, deje a la chica a solas lo que ella necesita es espacio para digerir lo que ha sucedido estos últimos años.
El joven negó con la cabeza y limpió son fiereza sus mejillas, agradeció al doctor y salió del consultorio, más desesperanzado de lo que creyó. Caminó hasta la habitación de Sara y colocó su mano en el pomo, pero no la abrió.
Exhaló. Levantó la vista y se encontró con que ella también lo miraba a través de la ventana junto a la entrada.
El contacto visual no duró mucho, pues Sara retiró sus ojos de inmediato, sentía culpabilidad en su pecho, pero no sabía por qué.
William la observó unos segundos más antes de dar la media vuelta e irse de ahí.
🌪️💧🔥🌱
Una de las enfermeras le dio un paracetamol para el dolor de cabeza que sentía, pero no estaba haciendo efecto.
El dolor había comenzado desde que vio a ese joven frente suyo, su rostro lleno de preocupación por ella y tristeza cuando ella mencionó no conocerlo. El intentar averiguar quién era sólo hizo doler su cabeza. No había nada que pudiera hacer por él. Incluso cuando lo vio retirarse, algo en ella le pedía que lo detuviera.
El mismo doctor que se llevó al joven volvió a entrar, esta vez con una tabla de apuntes en sus manos.
- Muy bien, señorita Lee ¿Cómo se encuentra? - le preguntó una vez que estuvo a su lado.
- Confundida - respondió ella con obviedad - Espere ¿Lee? - frunció al ceño ¿Por qué le llamó por ese apellido?
- Primero, debe decirme qué es lo último que recuerda - pidió, ignorando lo último que le había dicho.
- ¿Ahora?
- Si no es mucha molestia - asintió mientras sacaba la pluma de su bata y comenzaba a escribir.
Cerró los ojos para concentrarse, pero mientras más intentaba recordar más empeoraba el dolor en su cabeza. Lo intentó, realmente lo hizo, pero era como si hubiera algo que le impidiera recordar los últimos años. Sin embargo, fue un salto largo hasta un recuerdo que tenía con claridad en su mente.
- Ah... Recuerdo estar con un amigo, yo... Nosotros tuvimos un accidente de auto - asintió - Sí, eso, luego-
Llegó a su mente el instante después del choque, recuerda haber intentado salvar a ¿Quién? Una chica, sí, estaba con ellos ese día, pero... No lo logró. El auto había explotado antes de poder acercarse. Y el chico, él si logró salir con vida. Pero lo que más la sorprendió fue el ver a alguien frente suyo, lucía exactamente igual que ella.
¿Por qué? ¿Estaba alucinando ahora? ¿Por qué entre sus recuerdos había un doble suyo? Por razones que desconocía todo le parecía muy lejano. Cada recuerdo estaba en su mente como si el hecho hubiera sucedido hace mucho tiempo.
- Por qué... ¿Por qué pregunto por lo último que recuerdo? - le habló la joven al doctor, intrigada por su extraño comportamiento, desde haberse llevado al joven hasta hacerle una pregunta tan simple. Ella necesitaba saber dónde estaba el chico del accidente de auto y estaba pir preguntarle cuando el doctor volvió a hablar.
- Señorita Lee, por favor, no se altere ¿De acuerdo?
- ¿Perdón? - pues su actitud sólo la asustaba y más diciendo esas cosas ¿Qué había para alterarla?
El hombre se acercó a la orilla de la camilla y comenzó a preparar una jeringa.
- ¿Qué va a hacer? - preguntó en un hilo de voz. Había algo en esa pequeña acción que la asustaba demasiado, al punto de hacer que su corazón latera desesperado por el miedo.
- Tranquila, sólo es por si acaso - tapó el instrumento, guardó silencio antes de hablar de nuevo - Señorita Lee, usted acaba de despertar de dos años de coma.
Las palabras resonaron en su cabeza al igual que el eco. Pero no le daba crédito a lo que oía, era simplemente imposible. No podía ser cierto, estaba segura de que acaba de ver a... ¿Quién? El chico rubio... ¿Cuál era su nombre?... ¡Mike! ¡Juraría haberlo visto hace poco!
- N-no es cierto - dijo en voz baja, negando con la cabeza - M-miente.
- Señorita, por favor.
- ¡Es mentira! - exclamando, asustando a los presentes.
Sin darse cuenta, había ocasionado un leve temblor que asustó a todos los empleados del hospital y corrieron a ponerse a salvo.
El doctor, por su parte, sólo se aferró al barandal de la camilla. Incluso una enfermera corrió hasta el botón de seguridad, lista para presionarlo y llamar a los soldados uniformados por si la alterada se descontrolaba.
- Le pido de favor, que no se altere - repitió el doctor - Sé que es difícil de procesar pero debe-
- ¿Cómo me pide eso? Cómo... ¿Cómo puede pedirme eso? - replicó, su voz se quebró al final de las palabras. Sintió las lágrimas de coraje y tristeza correr por sus mejillas.
El monitor que marcaba su pulso había comenzado a trabajar de manera rápida y descontrolada desde que ella había hablado. El sonido estaba demasiado presente.
- No es cierto, no es cierto ¡No es cierto! - exclamó, esta vez más alto.
Negó repetidamente con la cabeza, al tiempo que sus manos se hacían puño en las sábanas verde menta.
No podía, no podía. Simplemente no.
¿Cómo es posible que hubiera perdido dos años de su vida? ¿Cómo? ¿Qué fue lo que hizo para llegar a eso?
- ¡Miente, miente! ¡Está mintiendo!
La joven, desesperada, pasó sus manos por sus cabellos. Tenía que ser una mentira. No podía ser verdad. No.
Al ver que la joven no tenía intenciones de guardar la calma, el doctor aplicó el contenido de la jeringa en la intravenosa de Sara.
Sabía que ella era una Alterada y que no cualquier medicamento le haría efecto, así que pidió uno a los científicos. Un poco de anestesia mejorada para aplicarla por si llegaba a desesperarse.
El medicamento comenzó a hacer efecto a los pocos segundos. La joven dejó de llorar, para caer en los brazos de Morfeo.
El doctor suspiró.
Sabía que podía reaccionar así cuando se estuviera enterada de lo que sucedió.
Y todavía tenía que asimilar que podía poseer los Cuatro Elementos, que lo último que recuerda no fue último que sucedió.
Lo que tenía que hacer ahora era esperar a que despertara para hacerle más exámenes, quizás ahí estarían las respuestas que buscaban.
-karimodelarosa.
Gracias a -lightinthedarkness por decirme la edad de William, fuiste quién más se acercó a su número, están en inicios de Otoño y William ya cumplió los 20 el diez de Octubre, gracias 💕💕 a quienes también me respondieron, igualmente gracias ❤❤
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