Capítulo 22.

Cuando Alba abrió los ojos, ya no estaba en el cuarto, junto a Daniel, se encontraba en la habitación en la casa de su hermana, cuando había sido una niña.

-¿Sara? -preguntó, pero no la vio por ninguna parte.

Subrió las escaleras, abrió todas las puertas, pero no vio a nadie, entró al cuarto de su hermana, vacío.

Un objeto captó su atención, una piedra.

Se acercó a ella y vio que era el elemento Fuego, lo tomó y al instante que lo hizo, su mano se incendió. Gritó asuatada y soltó la piedra.

Desesperada intentó apgarse el fuego en su brazo derecho, pero era inútil. Mientras más quería que se apagara, más se intensificaba.

Recordó quién había pasado por lo mismo, quién había tenido que sufrir eso. Sara.

Y en ése momento, no creía poder soportar más ese terror.

La desesperación y el miedo la consumían viva, no sabía que hacer. No se calmó, quitó las cortinas para que entrara el aire, pero no había corriente alguna.

-¡Alguien... alguien... ayuda! -gritó.

Se pasó las manos por ambos brazos, para aplacar el fuego, pero éste se corrió a su ropa. Sacudió su vestido, pero no podía aplacar el fuego.

Respiró varias veces de manera entrecortada, poco a poco se fue cortando. No respiraba.

Se llevó una mano a su pecho, no sentía su corazón latir tampoco, eso la alertó más.

¿Iba.. iba a morir? ¿Ahí entre recuerdos?

Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, el fuego se extinguió.

Había perdido el elemento del fuego.

Y el mundo lo estaba sintiendo.

🌱🔥🌪️💧

Estaba a tan sólo unos metros de entrar. Tenía que pensar bien lo que haría.

De manera rápida, sacó un par de bombas de humo y otras más que lograban dormir a la gente. Estaba claro que no derramaría sangre.

No dudó y abrió dos bombas, esperó a que se activaran y entonces las lanzó. Él cubrió su rostro con el trozo de una camisa para evitar respirar el mismo humo.

Los hombres se sorprendieron y tomaron sus armas, pero cuando pudieron haber disparado, ya se desvanecían.

Daniel tomó sus tarjetas de identificación y las usó para entrar. Una vez adentro descubrió que el lugar estaba solo, por lo que fue más sencillo cruzar al otro lado del vidrio.

Encontró a Alba dentro de aquella cápsula, se acercó con cuidado y colocó su mano sobre el cristal.

-Oh, Alba... -incluso desde afuera podía ver el camino que habían dejado sus lágrimas al secarse.

Veía las marcas en sus muñecas, antebrazo e incluso el pinchazo que había recibido en el cuello. Los moretones en sus brazos estaban más presentes.

Sentía su pecho oprimirse de tan sólo verla en ese estado. Ella no tenía que sufrir.

Observó la cápsula y presionó el botón de "abrir", el cristal se deslizó en automático para abrirse. Luego, él mismo levantó la cubierta y entonces pudo tomarla en brazos.

Aprovechó el tiempo que tenía, que le habían brindado las bombas de humo y salió del lugar cargando a la joven.


Daniel caminó lento por los pasillos del laboratorio, se suponía que en algún momento se encontraría con William, pero aún no lo veía ¿Qué habría pasado? Esperaba que todos estuvieran bien.

Se detuvo un segundo, sentó a la gemela en el suelo, recargada en la pared. Sacó el marcador fosforescente amarillo de la mochila y en la pared marcó con una flecha hacia dónde se dirigía, eso hacía cada que daba vuelta. Era para que William se diera cuenta del camino que estaba tomando él para llegar.

Guardó el marcador en el bolsillo del pantalón, cargó a la gemela en su espalda y la mochila la llevaba enfrente. Continuó avanzando.

Conforme más pasaba el tiempo se daba cuenta de lo extraño que era que Alba no despertara. Pero aún así, sentía el corazón latir de ella en su espalda, por extraño que sonara eso.

Se recargó en la pared, necesitaba descansar un poco, había recorrido mucho, se estaba cansando. Acomodó a la gemela y avanzó despacio.

🌱🔥🌪️💧

-¡Señor! -le dijo a la distancia, el hombre de gris se detuvo.

-¿Que sucede? -preguntó ya cansado, había sido demasiado para apenas un día.

-Me... me informaron que... -dijo jadeando por haber corrido para llegar hasta él.

-¿Que te informaron? -le preguntó.

-Se llevaron a cero treinta y uno, señor.

Petterson se detuvo de inmediato al escuchar la noticia. No podía ser posible que sus hombres se volvieran tan incompetentes.

Pero debía de haber esperado algo así, sobretodo cuando la había dejado sola.

-Señor ¿Quiere que mande a alguien tras ellos?

-De inmediato, la necesito aquí, vayan tras ella.

🌪️🌱💧🔥

Poco después, recibió comunicación por parte de William.

-¿Dónde estas? -le preguntó, pero por el tono de voz, no sonaba nada contento.

-No tengo idea... Pero Alba está conmigo ¿Encontraste a Damián? -le preguntó cansado, llevaba un rato cargando a la gemela.

-Sí, pero... ¡Agh! -exclamó con frustración -... Bien, creo que sé dónde podemos encontrarnos -le dijo, evadiendo la pregunta.

-Para eso usé el plan de reserva.

-¿Cuál de todos?

-Los plumones, así que, luces fuera -le dijo en un intento de hacer una broma y que su amigo riera, aunque fuera un poco.

-Bien ah... Busca en el mapa-le dijo William.

-Claro, como tengo las manos libres -respondió con sarcasmo.

-Entonces no te tardes, no tenemos tanto tiempo.

Iba a responder algo más, cuando escuchó  rápidas pisadas que resonaban haciendo ecos en los pasillos del laboratorio.

-Oh, mierda -se quejó Daniel al ver a los Agentes.

-¿Daniel? -William me habló con tono preocupado.

-Me encontraron, William, hay agentes tras de mí -respondió mientras comenzaba a correr.

-¡Pues entonces corre!

Y eso hizo.

Daniel corría lo más rápido que podía para -con suerte- encontrarse con William y su otro amigo, cuyo nombre no recordaba.

Las gotas de sudor corrían por su frente, de los nervios y del cansancio, pero no se detendría hasta encontrarla.

Se detuvo unos instantes, se recargó en la pared, los brazos comenzaban a dolerle, pero no la dejaría en el suelo, ni la cargaría como costal de papas.

-¿William...? -le habló, su voz sonaba bastante cansada -Will... ¿Estás... ahí?

Por unos segundos no hubo respuesta alguna y se sintió abandonado.

-William... -hizo otro intento.

-¿Daniel?

-Dime dónde estás, dime a dónde tengo que girar o ir... tengo que encontrarte.. necesito su ayuda -él miró a la gemela en sus brazos.

-En el área diez, no sé dónde estás... Pero aquí estoy.

-Pues gracias -había esperado un "Te encontraré en el camino" pero no.

Acomodó a la gemela en sus brazos y comenzó a avanzar por los pasillos, deseando que cualquiera fuera el área diez.

-Ah, genial otra vez -se quejó al ver los demás agentes que corrían hacia él justo en el trayecto que él iba a tomar.

Daniel dio un largo suspiro. Parece que era hora de usar su arma de reserva.

-¿Daniel? ¿Qué pasa?

-Hay Agentes, de nuevo.

-No te defiendas, no llevas armas de bala.

-No tengo, porque no las necesito -su tono había cambiado de uno desesperado a uno más serio.

Los agentes se encontraban a unos diez, ocho, seis metros.

El joven no dijo nada, sólo dio la vuelta y cuando los vio lo suficientemente cerca, pisó el suelo, con fuerza. La suficiente cómo para hacer que aparecieran grietas y se levantaron algunos pedazos de cemento. Los agentes se sorprendieron ante tal movimiento, algunas salieron volando en su dirección, el impacto los hizo caer de espaldas.

Daniel también se tambaleó un poco, pero no debía de caerse, podría hacerle daño a Alba. Hizo que otro pedazo de suelo se quebrara hacia abajo, para darle forma de escapar por ahí e ir en su encuentro con William sin usar las escaleras.

Se equilibró y de deslizó por el cemento para luego seguir corriendo.

-¡Daniel! ¡No te atrevas a-!

-Demasiado tarde amigo.

Describió que se encontraba en el área once, quizás las áreas estaban por pisos y William se encontraba más abajo.

Daniel hizo lo mismo que hace rato, quebró el suelo para darle manera de ir al piso de abajo. Después de correr por otro rato, encontró a William.

-¡Gracias el cielo! -exclamó con alivio.

Disminuyó su paso, no quería golpearse con William, de esa manera también podría herir levemente a Alba.

-¡William! -le gritó, de nuevo entrando en la desepseración -¡William!

El susodicho corrió hacia él ante la mención de su nombre. Lo primero que vio, fue a la gemela desmayada en los brazos de Daniel.

-¿Qué sucedió? ¿Qué le sucedió? -preguntó con preocupación. Él notó lo pálida que estaba Alba y también las manchas que empezaban a hacer su aparición en sus brazos descubiertos, con una mano tocó la frente de ella -Está fría ¿Qué tiene? ¿Dónde estaba?

-Estaba en una cápsula... Parecía dormida pero tenía muchos moretones -respondió de manera atropellada.

-Eso es malo, de seguro es malo -dijo en voz baja.

-¿Sabes qué hacer? -preguntó Daniel.

William vio que su amigo en verdad se había preocupado bastante por la gemela, lo vio cansado, desesperado, preocupado. Se dio cuenta de que había venido corriendo en su busca.

Miró el lugar tratando de encontrar algo para poder acostarla, pero a su alrededor no había nada salvo paredes y puertas desconocidas.

-Supongo que no tenemos otra opción -dijo en voz baja -Recuéstala en el suelo, revisaré mi mochila, para ver si traigo algo que ayude -se sentó en el suelo y comenzó a rebuscar en su mochila.

Inmediatamente dejó a la gemela recostada, mientras su amigo revisaba la mochila. No dejó que todo su cuerpo tocara el suelo, él colocó la cabeza de ella en sus piernas.

Daniel esperaba que pudieran ayudarla.

Si la sacó de la cápsula fue para ayudarla, salvarla de los planes que tuviera el director para ella.

-karimodelarosa.

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