Capítulo 20
—¿Dónde estamos? —Gemma se encontró frente a un gran cartel de neón rosa con la palabra Rager que resaltaba en la oscuridad de la noche. Gemma miró a Logan, tenía la mitad del rostro rosado iluminado por esta luz. Él la miró con una sonrisa tan brillante como el cartel.
—¿Lista para divertirte?
—Hum... —Antes de poder responder, él ya estaba entrando al lugar.
Adentro el lugar estaba muy iluminado y había grafitis blancos y negros en las paredes. En el centro de la sala había un mostrador y un joven que tenía varios aritos en la cara. Parecía estar supervisando todo desde allí. Gemma notó un eco que venía de una sala detrás del joven. Era el ruido de vidrios rompiéndose y cosas siendo destrozadas. Luego de cada golpe se oían aplausos y gritos.
—Bienvenidos a Rager. ¿Cuántos son? —El joven sonrió educadamente a pesar de dar la impresión de ser alguien que odiaba a todos con ese atuendo negro y punk rock.
—Dos, por favor —dijo Logan antes de colocar su tarjeta de crédito sobre el mostrador.
—¿Qué armas eligen? —preguntó el joven.
—Yo quiero un mazo, ella usará un bate.
—Logan. ¿Qué es esto? —Gemma intentó comprender rápido en donde estaban para evaluar si Logan la había llevado allí para asesinarla o no. Tal vez estaban allí para luchar como gladiadores.
—¿Has oído hablar de las salas de ira?
—¿Las qué?
Logan rió.
—Es un lugar donde puedes dejar salir toda tu furia, o frustración en tu caso, rompiendo diferentes cosas.
Gemma levantó las cejas.
—¿Romper cosas? Pero... ¿no quedará todo hecho un desastre?
—Ese es el punto —le respondió.
—Muy bien, chicos, síganme. Vamos para atrás para prepararlos.
El joven los llevó a una habitación detrás del mostrador donde podían guardar sus cosas en un casillero. Le dio a cada uno un traje blanco que se parecían los que usan los ingenieros para protegerse de la radiación nuclear. También les entregó cascos con protección facial y guantes gruesos.
—La habitación está lista. Tómense su tiempo y, cuando estén preparados, pueden entrar y comenzar. La única regla es que no hay reglas. Ah y el tiempo termina cuando se enciende la luz roja.
Tan pronto como el joven salió, Gemma se dirigió hacia Logan, que ya tenía puesto su traje.
—Logan, ¿qué estamos haciendo? ¿Es esto seguro?
—Si, por supuesto. Créeme, te encantará.
Gemma se puso rápido su equipo y siguió a Logan a través de la puerta hacia una sala llena de vidrios rotos, plástico y otros materiales. Además de las piezas rotas, había cosas como teclados, monitores, discos, mesas, espejos y sillas.
—¿Vamos a romper estas cosas?
—Claro que sí.
—¡Pero será un desastre! ¿Podemos acomodar todo luego?
Logan respondió con una risa profunda que obligó a Gemma a sonreír. Quizás esto sería divertido después de todo. No le haría daño intentarlo. Gemma respiró hondo y preguntó:
—Bien, ¿cómo funciona? ¿Hay un cierto número de artículos que romper? ¿Y hay algún orden en el que tengamos que romperlos?
—Oíste al hombre, Gem. No hay reglas. Solo hazlo.
Miró alrededor de la habitación y vio un monitor que estaba sobre una mesa baja.
—Creo que empezaré por eso.
—Por favor, hazlo —respondió Logan con una amplia sonrisa. Gemma se preguntó con qué frecuencia venía aquí y qué tipo de estragos había desatado sobre esos desprevenidos objetos.
Le dio un golpe suave al monitor haciéndole una pequeña abolladura a la pantalla.
—Gem, más fuerte.
Levantó el bate y esta vez utilizó toda su fuerza para golpear el monitor. Un fuerte crujido resonó por toda la habitación cuando le hizo un agujero del tamaño de una pelota de golf a la pantalla negra.
—¡Eso es! ¡Sigue!
Gemma comenzó a sentir un calor en toda su piel y las palabras que salían de su boca eran como gasolina sobre el fuego que ardía en su interior. Comenzó a golpear el monitor y con cada estallido toda la tensión que cargaba internamente se disipaba de a poco.
Logan comenzó a romper cosas junto a ella con su mazo y ella comenzó a reír al ver lo comprometidos que estaban ambos con la actividad. Cuando no quedaban más que partes del monitor, Gemma se dirigió hacia unos floreros que estaban dispuestos sobre una bandeja. Con otro potente swing de su bate, volaron miles de pedacitos de vidrio por toda la habitación. Gemma soltó una risita eufórica.
—¡Mírate nomás, Gem! —dijo Logan con una gran sonrisa mientras ella rompía una silla de madera en cientos de pedazos.
—¡Logan! ¡Esto es muy divertido! —Gemma gritó mientras continuó destruyendo otros artículos a su alrededor.
Se pasaron la siguiente media hora rompiendo todo a su paso. Incluso hicieron una pequeña competencia para ver quién podía romper un armario de madera en menos tiempo. Gemma hizo un esfuerzo por no mirar fijo a Logan mientras utilizaba toda su fuerza para destruir esos muebles. Lo molestaba diciéndole que no estaba poniendo suficiente fuerza, aunque sabía perfectamente que él estaba esforzándose al máximo solo para impresionarla.
Él se frenaba de a momentos para observarla a ella romper algunas cosas más pequeñas. Gemma supuso que el calor que le fluía por las venas era por el ejercicio físico que implicaba la actividad y no por sentir sus hermosos ojos sobre ella.
Con cada estallido, cada quiebre y cada golpe, parecía que las cuerdas tensas que sostenían su implacable auto exigencia se iban soltando. Sintió, por primera vez en mucho tiempo, que por fin podía llenar sus dos pulmones de aire. La reunión con Katie comenzó a convertirse en un recuerdo lejano, y oyó algo en su interior diciéndole que todo estaría bien. Las cosas sucederían como tenían que suceder.
Se detuvo al verse reflejada en un espejo de cuerpo entero que aún estaba intacto. Podía ver su rostro en un tono anaranjado. Respiró hondo, levantó el bate y lo sacudió muy fuerte contra el reflejo. El estallido creó un laberinto de grietas a lo largo de toda la superficie. Un reflejo fragmentado y cubista la miraba desde el espejo. Fue como si la Gemma que había estado frente a ella se hubiera ido y en lugar, otra versión de sí misma había aparecido. Una versión mucho más rota y desfigurada.
—Se encendió la luz roja. ¿Lista para irnos, Gemma?
—Sí, estoy lista —respondió respirando cansada, mirándose al espejo. Quería continuar y terminar de destruir ese espejo, pero ya no quedaba más tiempo. Seguro iba a dolerle todo el cuerpo al día siguiente. Sin embargo, en ese momento, sintió un alivio en sus músculos que nunca había experimentado. Había sido mucho más satisfactorio que un fuerte entrenamiento en el gimnasio. Por un momento pensó en pedirle a Enzo de comenzar a entrenar en Rager.
Luego de quitarse el traje en el vestuario del lugar, Gemma abrazó a Logan por la cintura. Logan, sorprendido, se quedó inmóvil por un momento hasta que se relajó y le devolvió el abrazo colocando la manos con suavidad alrededor de Gemma.
—Gracias, Logan. Gracias por todo. Esto es justo lo que necesitaba.
—De nada. Me alegra que la hayas pasado bien.
Permanecieron allí unos momentos en silencio, abrazados. Gemma estaba tan cansada y adormecida que no pudo pensar en otra cosa que en la cercana conexión que tenía con Logan. No pensó en la posibilidad de que él estuviese siendo amable solo porque ella le había dado dinero. Estaba contenta de tenerlo ahí con ella, sin tener que charlar largas horas sobre cómo solucionar lo ocurrido ese día. Sin pensar en planes para la renovación. Se preguntó si, quizás, no era tan importante después de todo.
Apoyó la barbilla contra el pecho de Logan y subió la cabeza para mirarlo. Él bajó la cabeza, y se miraron de manera profunda y prolongada. La gran tensión en el aire parecía difuminar todos los límites que se había impuesto cuando se trataba de Logan. Él se acercó lentamente. Gemma podía sentir su aliento mentolado y su corazón latiendo frenéticamente como el fuerte llamado de un tambor. Ella quedó atrapada en esa sensación y su corazón comenzó a latir en respuesta, haciendo que una tormenta de mariposas revolotearan sin control en su interior. Cerró los ojos, anticipándose a lo que iba a venir.
Gemma sintió el roce de sus narices cuando, de repente, se oyó un ruido en la puerta delantera que la hizo soltar a Logan y dar un paso hacia atrás.
—¿Cómo les fue? —El empleado que los había recibido entró para preguntarles.
Sin mirar a Logan, Gemma se volteó para mirar al joven. En cuanto pudo registrar la pregunta, respondió:
—¡Oh, hum, fue increíble! ¡Muchas gracias! —Forzó una sonrisa y respiró profundo para aplacar el tambor en su pecho.
—Sí, podía mirarlos en el monitor. Nunca había visto a nadie golpear las cosas con tanta fuerza.
—¿A mí? —Su boca se quedó entreabierta por un instante.
—Sí, chica. Pensé que una vena explotaría en tu frente. Era como ver a una hiena hambrienta desencadenada.
Una risa profunda llenó el espacio y Gemma supo que Logan no dejaría esto pasar. Comenzó a reírse y lo miró de frente.
—No empieces. —Se volvió hacia el joven con una sonrisa—. Qué lindo que te comparen con una hiena. Gracias por eso.
—Ha tenido unos días difíciles —agregó Logan entre carcajadas.
—Ya lo creo, bueno, me alegro que lo hayan disfrutado —dijo el joven, sin captar el sarcasmo en el comentario de Gemma—. Abrimos seis días a la semana y pueden volver cuando gusten. También realizamos eventos grupales, cumpleaños o fiestas corporativas. En fin, gracias por venir. Disfruten el resto de su noche.
El joven volvió a su mostrador y Gemma se dirigió hacia Logan que, después de reír hasta el cansancio, se secaba los ojos con las manos y miraba su celular, tranquilizándose poco a poco.
—Me pregunto si deberíamos hacer nuestro evento de equipo aquí. Logan, ¿qué te parece?
Él la miró brevemente y luego miró su teléfono.
—Parece que el equipo ya decidió el plan.
Gemma tomó rápido su teléfono del casillero y vio que tenía ocho mensajes sin leer. Abrió la aplicación y vio que todos provenían del chat grupal de Perusing Port.
Stefanie: James y yo decidimos que iremos a una Sala de escape. Hice una reserva para la próxima semana. Luego podemos ir a cenar todos juntos.
James: ¡Qué emoción!, ¡no puedo esperar! Vamos a una sala de nivel avanzado así que asegúrense de traer sus habilidades detectivescas.
James: ¡Gemma! Nos enteramos de que tienes novio. ¡Nos encantaría conocerlo! No dudes en venir con él.
El estómago de Gemma se revolvió. Ir a una Sala de escape era lo último que Carter estaría interesado en hacer. Además, la idea de tenerlo junto a Logan en la misma habitación le daba náuseas.
Stefanie: ¿Qué? ¡Chica! ¿Tiene novio? ¡No lo sabía! James, me sorprende que no les hayas dicho a todos en cuanto te enteraste. Gemma, ¡tienes que traerlo! Nos encantaría conocerlo.
James: No soy un chismoso.
Stefanie: Sí, sí lo eres. Eres el mayor chismoso que conozco.
James: ¡Ja! Tienes razón. Mañana iba a contárselo a todos.
Gemma miró a Logan, que ya estaba saliendo. Rápido lo siguió, con un nudo en el estómago, intentando averiguar lo que estaba pensando. Sintió una vibración de su teléfono y se detuvo para ver el mensaje entrante.
Tina: Estimada Gemma, estamos ansiosos por conocerlo. Con amor, Tina.
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