39-"Tu segundo novio"
Por favor di que sí, di que sí, di que sí, ¡di que sí!
--¿Crees que me gustas? -preguntó Austin con seriedad.
Mi vida es un chiste.
--No, claro que no -dije decepcionada- olvídalo -suspiré. Hubo un ligero silencio, luego Austin me miró directamente a los ojos.
--¿Yo te gusto? -inquirió.
Ay Dios. ¿Qué hago? ¿Le miento y le digo que no? ¿O mando todo a volar y le digo la verdad? Luce genuinamente interesado, talvez hay esperanza...
--¿Crees que me gustas? -opté por repetir su pregunta.
--Eso creía...-murmuró.
Tardé unos segundos en procesar lo que dijo porque me había perdidio en sus ojos verdes.
¿QUÉ? ¡¿Cómo que eso creía?! ¿Él sabía? No no no no, no es posible, puede que yo no sea la más discreta del mundo, pero se supone que los chicos nunca notan estas cosas. Un momento, ¿por qué el verbo en pasado?
De repente sonó el timbre de mi casa, así que me levanté para ver quién era. Si es Amanda juro que le cerraré la puerta en la cara, ¡estoy en medio de algo importante!
Inesperadamente, al abrir la puerta me encontré a mi amiga Mariela.
--¿Qué rayos haces aquí? -pregunté.
--Hola a ti también -dijo- llevo más de una hora mandándote mensajes para avisar que vendría, pero no contestabas.
Yo vi que me había enviado un par de mensajes, pero no los leí porque me distraje con los de Alexis.
--¿Y entonces decidiste solo venir y ya?
--Exacto, ¿no es un mal momento o sí?
Bajé el tono de voz y le conté rápidamente todo lo que está pasando con Austin ahora, supongo que lo comprenderá y nos dejará solos. Antes de que me diera cuenta Mariela entró a mi casa e inmediatamente se dirigió hacia donde estaba Austin.
Demonios.
--Hola Austin.
--Hola Mariela.
--Iré al grano, escuché que intentaste besar a mi amiga.
¡Mariela cállate!
--Tu amiga debe ser muy chismosa -respondió Austin con cara pensativa.
--¿Y qué tal? -preguntó Mariela- ¿significaba algo para ti? ¿O solo estabas aburrido?
Austin permaneció unos segundos inexpresivo, luego finalmente esbozó una sonrisa.
--Dile a Leah, que si quiere saber algo que me lo pregunte ella.
--¡Yo no la mandé a preguntarte nada! -aclaré- aunque tampoco me molestaría que respondieras -agregué encogiéndome de hombros.
Pero igual no respondió. Le hice un gesto a Mariela para que nos dejara solos, ella rodeó los ojos y dijo que iría arriba a saludar a mi hermana.
--¿A qué te referías cuando dijiste que creías que me gustabas? -pregunté a Austin a penas mi amiga se fue.
--A que eso creía -dijo con obviedad.
--Pero no entiendo -murmuré confundida- no he dicho que no me gustes.
Tonta, tonta, tonta ¡¿por qué dije eso?!
Austin volteó a mirarme con mucho interés.
--Leah -habló- si te gusto, dímelo.
--Va lo mismo para ti -me crucé de brazos. Austin tampoco ha dicho que no le gusto, y a pesar de todo, estoy segura de que él no jugaría conmigo así. Le gusto, lo sé.
¡Dios, como me gustaría gritar en este momento!
--No sé qué decir -suspiró.
--Di que te gusto -lo miré- por favor -¿por favor? ¡Ahora voy a parecer desesperada! Vaya, en serio que necesito pensar cinco veces antes de hablar, ya veo que con dos no es suficiente.
Austin permanece callado... Bueno, talvez estaba equivocada y no le gusto después de todo, ¿estará pensando cómo rechazarme con sutileza?
--Me gustas, Leah -dijo de repente, haciendo que se detuviera mi corazón por un segundo- y mucho.
Oh por Dios.
No puedo creerlo... después de todo este tiempo... Vaya, esto no parece real.
--¿En serio?
Austin asintió, y yo realmente me paralicé, no sabía cómo actuar, solo sabía que estaba muy feliz.
--Pues... pues gracias -fue lo único que pude formular después de ese momento de shock, seguí sonriendo como estúpida.
Austin rio. --Esperaba que dijeras que también te gusto.
--Creo que eso ya lo sabes.
--Buen punto.
¡Le gusto! ¡Le gusto! ¡Le gusto! ¡Nos gustamos!
¿Y ahora qué?
Jamás había llegado tan lejos.
--¿Hace cuánto que te gusto? -pregunté, era una de mis muchísimas dudas que me acababan de surgir.
--Bueno, desde que empezamos las tutorías me comenzaste a llamar la atención... Pero creo que fue el día que fuimos a la crepería cuando me di cuenta.
--¿Cómo te diste cuenta?
--Porque no me gustó para nada verte con Adrián, y sentí mucho alivio cuando me enteré que era falso.
Vaya, quién diría que el plan de Adrián me beneficiaría a mí también.
¡Le gusto desde hace dos semanas! ¡Repito, le he gustado las últimas dos semanas a Austin!
--¿Yo cuando te empecé a gustar? -preguntó, y mi sonrisa se desvaneció.
Mierda. ¡No pienso decirle que desde hace casi dos años! Por más que deteste mentir, por esta vez tendré que hacerlo.
--Supongo que también desde lo de la crepería -dije- talvez un poco antes.
O un mucho.
--Claro -murmuró.
¿Está siendo sarcástico? Espero con todo mí ser que no esté siendo sarcástico.
--¿Qué significa ese "claro"?
--Pues... un sinónimo de "ok".
--Ah, sí -dije, sin darle importancia- oye, sabías o por lo menos sospechabas que me gustabas, ¿cómo te enteraste? ¿Soy muy obvia?
--Para nada -respondió- lo que pasó fue que le mencioné a Diego que me gustabas, y él me dijo que creía firmemente que yo también a ti, y me mencionó varias razones convincentes...
--Estúpido, estúpido Diego.
Yo lo único que le había dicho era que Austin me gustaba en el pasado, no en el presente. Igual no debí haberle dicho nada, menos sabiendo lo pésimo que es para guardar secretos... Aunque bueno, el secreto de que yo le gustaba a Austin sí lo supo guardar, ¡qué conveniente!
--Oye, sobre lo que pasó hace un rato... Lo siento, ¿asumo que no has tenido tu primer beso?
Iba a asentir, pero luego recordé la cosa rara con Alexis. No quiero recordar ese como mi primer beso, fue espantoso. Bueno, no espantoso, solo no agradable.
--Técnicamente sí, uno -contesté- pero fue tan... raro, e incómodo, no sé si cuenta de todos modos.
--En ese caso no lo contaremos, o al menos yo no lo contaría como tu primer beso real -mientras hablaba sonaba su celular, él lo tomó y contestó- ¿hola? Está bien, ya salgo -dijo y colgó la llamada- perdón, llegaron por mí.
Parpadeé perpleja.
--¿Ya mismo? ¿No te ibas en taxi?
--Mi mamá dijo que hoy podía recogerme -explicó al mismo tiempo que guardaba todo con rapidez y se colocaba su mochila.
--Oh... ok... -no quiero que se vaya, pero al mismo tiempo me beneficia que se vaya para así poder procesar mis emociones en paz-. Hasta pronto.
--No te distraigas, ¡concéntrate en la materia! -exclamó- adiós -se despidió besando mi mejilla, una vez, dos veces, tres, y se fue.
Bueno, esa última acción hizo que me sienta mejor sobre el hecho de que me abandone justo después de confesar nuestros sentimientos, y al fin podré sentarme a procesarlos, pero justo ahora me está invadiendo la sensación de preocupación o incertidumbre, porque no sé si las cosas van a cambiar entre nosotros, probablemente lo harán, ¿no? ¿no? Sí, definitivamente quiere algo serio conmigo, espero...
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose con la llegada de Lucía y mi papá. Oh, olvidé que Lucía no estaba en casa. La pobre de mi amiga está sola arriba, espero que se le haya entretenido, probablemente oyó toda la conversación con Austin.
Mi papá y mi hermana andaban recogiendo los resultados de la prueba de ADN.
--¿Y bien? -pregunté ansiosa.
--Positivo -respondió Lucía con una gran sonrisa- ¡papá realmente es mi papá!
--¡Eso es genial! -exclamé sorprendida, no pensé que en verdad lo fuera, corrí a abrazar a mi hermana- me alegra muchísimo.
.-.-.
Era lunes de nuevo y me encontraba pidiendo consejos de mis nada sabias amigas durante el recreo.
--Me prometí a mí misma que si la prueba salía positiva me pondría en contacto con Amanda...-conté- pero... ¿y si lo mejor es no volver a comunicarme con ella? No sé qué hacer, ¡ayúdenme!
--Creo que es buena idea que hables con ella -aconsejó Mariela- después de todo, sigue siendo tu mamá.
--¿Su mamá? -Karina bufó- ella podrá haberle dado vida, pero está lejos de ser una madre para Leah.
--¡Exacto, ella le dio vida! -exclamó Mariela- ¿sabes qué significa eso? ¡Significa que es su madre!
--¡No, no lo es! -re afirmó Karina- ¡compartir sangre no las hace familia, ella es una desconocida para Leah! La familia se forja con amor, no con la sangre.
--Bueno eso es muy conmovedor y todo -suspiró Mariela- pero técnicamente hablando, ¡la sangre sí las hace familia!
--¿Pueden dejar de discutir? -pedí- no me están ayudando, solo me confunden más -rodeé los ojos.
--Leah, por Dios, ¡solo haz lo que quieras! -repuso Karina- si quieres tener una conversación con tu madre hazlo, si no quieres volver a verla nunca entonces no lo hagas. Fin.
--Esta vez concuerdo con Karina -admitió Mariela- haz lo que tú quieras, no lo que nosotras te recomendemos.
--Tienen razón, no voy a complicarme la vida pensando que decidir -me rendí- es mi madre, y quiero hablar con ella.
--¿Qué? No seas tonta -dijo Karina inmediatamente.
--¡Tú misma acabas de decirle que hiciera lo que quería! -le dijo Mariela.
--¡Pero no pensé que elegiría eso!
Y nuevamente mis amigas comenzaron a debatir.
--¡Dejen de pelear! -les grité interrumpiendo su discusión.
--Lo siento -dijeron ambas al mismo tiempo.
Y nos quedamos en silencio un rato, lo cual fue bastante agradable para mí.
--Cambiando de tema... -habló Mariela- Leah, no nos has dicho que pasó con Austin después de lo del sábado.
Ah claro, el tema de mi madre no les interesa tanto como el chisme.
--Pues... después de irse hablamos por mensajes -dije contenta- y ayer nos quedamos hablando hasta la una de la mañana.
Sonreí al recordar nuestras conversaciones, el hecho de que ya me confirmó que sí me quiere para algo serio, y que hoy iremos a la crepería nuevamente, lo cual me parece tierno porque fue ahí donde le empecé a gustar, y es donde será nuestra primera cita.
--Awwwww -comentó Karina- qué tierno, así éramos Logan y yo -se acercó al oído de Mariela- te apuesto cien a que terminarán igual de mal que nosotros -le susurró, pero escuché claramente.
--Gracias por tu apoyo -dije sarcásticamente.
--¡Eres una pésima amiga! -la regañó Mariela- ya la estás desilusionando, cállate.
--¡Soy su mejor amiga! -Se defendió Karina- y Leah es consciente de que existe la posibilidad de que las cosas terminen mal, yo solo decía.
--¡Su mejor amiga soy yo! -exclamó Mariela.
--No empiecen otra discusión -las interrumpí- por favor, por lo que más quieran.
--Bueno... -Karina suspiró- hablemos del baile.
--¿Cuál baile? -pregunté.
--Pues el baile de graduación, ¿te suena?
--Ah, ¿a quién le importa ese baile? -bufé.
--Es la otra semana -dijo Mariela.
--¡¿Qué?! -pregunté sorprendida- ¡¿cómo que es la otra semana?! ¡Ni si quiera hemos pasado el año!
--Pero es obvio que lo pasaremos.
--¿Y qué pasa si repruebo?
--El baile es el otro fin de semana y todos vamos, incluso los que aplacen el año -aclaró Karina.
--Sigo sin poder creerlo -dije- ¿por qué nadie me recordó que era el próximo fin de semana? ¡Ni si quiera tengo el vestido!
--Bueno, tienes diez días para conseguirlo.
--¿Crees que tengo tiempo para conseguir vestidos cuando los exámenes finales también empiezan la otra semana?
--¿Entonces qué vas a hacer? -Preguntó Mariela.
--Ir al baile con jeans y tenis -bromeé, lo que haré será: estresarme.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
En este momento voy camino a mi casa, le pedí a Diego que me llevara porque necesito llegar rápido a alistarme para ir a mi cita con Austin.
--¿Emocionada por salir con tu crush? -preguntó Diego.
--¿Pero qué pasó con Adrián? -preguntó Lucía, quién también viene en el auto de Diego, por supuesto.
--Ya te dije que lo mío con Adrián era falso.
--Claro -Lucía me guiñó un ojo.
Bueno, supongo que nunca me creerá.
--¿Entonces tú y Austin son novios? -preguntó mi hermana.
--No...
--Pero lo serán -dijo Diego- solo espera.
--Aw, ¡ya es tu segundo novio! -dijo mi hermana- ¿para la otra semana ya habrá un tercer novio? -preguntó.
--¿Qué? ¡No! -exclamé- y ni si quiera sé todavía si Austin llegará a serlo.
--Siempre supe que él te gustaba -comentó Diego.
--Hey, lo había superado por un tiempo -protesté.
--¿Y Austin es el tipo de chico que siempre quisiste? -preguntó Lucía con cara pensativa.
--Sí... bueno talvez habría sido lindo alguien como yo que nunca haya tenido pareja antes -dije- pero creo que de esos ya no quedan. Aunque Alexis parecía ser de esos...
Lucía soltó una carcajada. --Creo que nunca te mencioné porqué él y yo nos llevábamos tan mal.
Mis ojos se abrieron como platos.
--Lucía... por favor no me digas que tú y él eran...
--Lo éramos -se encogió de hombros- pero me puso los cuernos.
--¡Por Dios! -exclamé sorprendida- ¿por qué nunca me lo dijiste? Pudiste advertirme, o por lo menos mencionar que tuvieron una relación.
--¡No era algo de lo que estaba orgullosa como para decirlo!
A veces olvido lo inmadura que es mi hermanita.
--Pero de lo nuestro si estás orgullosa ¿verdad? -preguntó Diego.
--Claro que sí -contestó Lucía sonriente.
Ew.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
Cuando llegué a la crepería ya Austin estaba ahí, luciendo guapo como siempre, con un jacket de mezclilla y camiseta blanca, nos saludamos y pedimos la orden; para mi sorpresa se sentó en el mismo lado que yo en vez sentarse al frente, y no me quejo.
Ayer encontré un hilo en twitter llamado "50 preguntas divertidas para una cita", claramente ayer estuve estresada porque todo saliera bien, investigando topé con ese hilo y me gustó. Planeaba sacar algunas de las preguntas de manera natural en vez de ser intensa y proponerle que respondamos todas las del hilo, pero honestamente, ¿cuál es el punto de esta primera cita si no puedo ser yo misma?
Quiero hacer las cosas bien, quiero ser yo misma, y yo soy una intensa, entonces le hablé sobre el hilo de preguntas de una vez a ver qué le parecía.
--Esto es lo más cool que he visto para una primera cita -me respondió- eres una genia, Leah.
Sonreí complacida. Ya yo había leído varias preguntas por encima, pero no las memorizé así que sería medianamente espontáneo.
--Déjame ver -pidió Austin, yo le entregué mi teléfono- ¿cuál fue la última mentira que dijiste? -leyó/preguntó.
¿Cual habrá sido mi última mentira? Creo que cuando le dije que me gustaba desde hace dos semanas en vez de dos años, talvez algún día le cuente la verdad, pero ese día no es hoy.
--Le dije a Lucía que ya no había más galletas oreo cuando en realidad las tenía escondidas en mi cuarto -contesté, y esa mentira es de ayer, o sea que es más reciente que la que le dije a Austin- ¿y la tuya? -pregunté.
--Cuando te dije que me gustabas.
--¡¿QUÉ?!
--Es broma, obviamente -respondió riendo- no entiendo cómo pensaste que lo decía en serio.
--Talvez porque aún me cuesta mucho creer que te gusto.
--¿Por qué te cuesta creerlo? Eres hermosa -dijo, y sentí como mis mejillas se sonrojaban- en el interior -agregó haciendo que me estrellara de la nube hasta que volvió a hablar- y en el exterior.
Ok, ahora estoy aún más roja.
--Gracias Austin, eso es muy dulce.
Él me sonrió. --Siguiente pregunta: ¿alguna vez has discutido con la pareja de un amigo?
--Con Charlie -afirmé- todo el tiempo.
--Bueno, yo no.
--Siguiente pregunta -dije- ¿has sido infiel? -leí.
--No -respondió.
--Bueno, ya sabes que yo menos. Ni si quiera he tenido a alguien a quien serle infiel.
Austin rio de mi triste chiste.
--¿Alguna vez has estado con alguien para olvidar a otra persona? -leyó Austin.
--Ya sabes que no he estado con nadie -dije- pero... ¿qué hay de ti?
Austin estuvo enamorado de Becca por meses, ¿habrá intentado olvidarla con alguien más en todo ese tiempo? Me parece poco probable que no haya sido así.
--No -respondió.
--¿Estás seguro? -pregunté.
--Sí... ¿por qué te sorprende?
--No dije que me sorprendiera, solo te pregunté si estabas seguro... pero bueno, siguiente pregunta -agregué rápidamente para evitar incomodidad- ¿extrañas a tu ex? -leí.
--Para nada -respondió- no he tenido novia como desde hace un año.
Desde que te enamoraste de Becca, supongo.
Pero viendo el lado bueno, lleva suficiente rato soltero para yo considerarlo emocionalmente disponible.
--A las preguntas que siguen mi respuesta es no -dije luego de leerlas rápido mentalmente- pero tú, vete preparando para responderlas.
--De acuerdo.
--¿Cuánto ha durado tu relación más larga y tu relación más corta?
--La más larga dos meses, la más corta una semana, fue en la escuela.
--¿Te has emborrachado?
--No
--¿En serio? -pregunté.
--Sí Leah, en serio.
Inesperado, pero interasante, dos palabras que describen su forma de ser.
--¿Has estado enamorado? -ya sé su respuesta.
--Sí.
--¿Cuántas veces? -esta pregunta la agregué yo, y creo que no lo disimulé.
--Una.
Ya sabemos de quién.
--Y la última pregunta dice... ¿me llamarás mañana?
--Si todas tus respuestas a esas preguntas eran no... -comentó Austin- ¿significa que no me llamarás mañana?
--No, pero si tú me llamas te contestaré -le sonreí.
--No pienso llamarte, ¡tienes que estudiar! -exclamó, recordándome mis responsabilidades.
--Cuando termine.
--Llámame cuando sea así.
--Lo haré.
Sonreí y continuamos hasta terminar las 50 preguntas, sí fue divertido, conforme íbamos avanzando en el hilo las preguntas eran cada vez más random.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Al día siguiente en la tarde, me encontraba en la crepería nuevamente, pero esta vez no estaba con Austin, estaba con mi hermana, esperando a Amanda, con quién arreglamos un encuentro después de que la prueba diera positiva.
Al llegar nos sonrió levemente y se dirigió a nuestra mesa.
--Aprecio mucho que me hayan llamado -comentó Amanda.
--Bueno -dije- adelante, dinos todo lo que tengas que decirnos.
Amanda respiró hondo para prepararse para hablar. --¿Por dónde empezar? Saben que lo siento y que me arrepiento de mis acciones, pero entiendo que no puedan perdonarme, no me voy a meter en sus vidas si no me quieren en ellas. Si no quieren volver a saber nada de mí nunca más está bien, es totalmente comprensible, y lo respetaré, ni si quiera vivo cerca -hizo una pausa- pero, si quieren mantener contacto, pueden escribirme cada vez que quieran, de mi parte me encantaría conocerlas, y lamento mucho si es demasiado tarde.
Nos quedamos casi quince segundos en un incómodo silencio, mientras meditábamos la decisión y procesábamos lo que acabábamos de escuchar.
--Amanda, yo te quiero fuera de mi vida -repuso Lucía- efectivamente, es demasiado tarde.
--Lo entiendo -Amanda asintió con tristeza.
--Yo... -comencé- no quiero vivir odiándote para siempre, no puedo. Me gustaría que nos conozcamos...
Amanda me miró sorprendida. --¿E-en serio?
Yo asentí.
--¿En serio? -Dijo Lucía- estás loca, adiós -dicho esto salió de la crepería.
Me voltié hacia Amanda nuevamente y continué con lo que estaba dicienco: --De niña siempre soñé con conocer a mi madre... Cuando crecí y comprendí lo que me habías hecho, ya no soñaba con conocerte, pero sí soñaba con que te arrepintieras.
--Y así fue -susurró- de verdad me arrepiento, Leah, nunca debí huír, nunca debí abandonarlas, tenía miedo y comentí el peor error de mi vida.
--Yo quiero darte otra oportunidad, pero tampoco es que quiera mantener mucho contacto -confesé.
--Y lo entiendo, solo hablaremos cuando tú quieras -aseguró- en verdad agradezco que me des otra oportunidad, sé que no me la merezco.
Yo no dije nada, por lo que se armó otro pequeño silencio. Debo de decir que estas interacciones son sumamente incómodas, pero hay algo reconfortante en ellas.
--¿Quieres que hagamos algo esta tarde? -Sugirió Amanda- podemos ir de compras o... bueno, no sé qué te gusta hacer, o está bien si no quieres hacer nada, solo decía.
Ok no pensé que sugeriría que hiciéramos algo, pensé que solo nos quedaríamos en la crepería hasta que nos echaran por no comprar nada.
--Ah... bueno en realidad no me gusta ir de compras pero resulta que mi baile de graduación es la otra semana y aún no he conseguido un vestido...
--Ya veo... ¿tienes una idea de cómo lo quieres?
--Sí, pero no creo que vendan alguno como el que yo quiero.... De todos modos no tengo problema en usar un vestido cualquiera -dije- solo quiero salir de eso.
--¿Sabes? Tengo una amiga costurera que podría hacerte el vestido que quieras para dentro de dos semanas siempre y cuando no tenga demasiados detalles.
--¿Hablas en serio? -pregunté, ella asintió. Saqué mi teléfono y busqué en galería la foto del vestido que había visto en internet y me había encantado, pero triplicaba mi presupuesto- ¿crees que pueda hacer algo parecido a esto?
--¡Claro! -exclamó- está súper sencillo y a la vez muy bonito.
--Eso es genial -dije- pero... ¿cuánto me costaría?
--No lo sé, pero no te preocupes por eso, yo lo pagaré todo -ofreció- es lo menos que puedo hacer.
--¿En serio?
Amanda asintió.
--Wow, gracias.
--No hay de qué.
.-.-.
Pasamos como cuarenta minutos conversando sobre nuestras vidas, luego nos fuimos, Amanda también se comunicó con su amiga y ella le afirmó que podía hacer el vestido. No puedo creer que conseguiré el vestido que quería después de todo, me dirigí contenta a la parada de bus para volver a mi casa,
Me pareció ver una silueta familiar caminando para acá. Parpadeé varias veces, no podía ser que fuera ella. Conforme se iba acercando y vi que me sonreía me di cuenta de que sí era ella.
--Becca -dije sorprendida- volviste.
Oh no.
--¡Leah! -exclamó y me abrazó, yo me quedé quieta- oye, ¿estás bien?
--Ah... sí sí -dije rápidamente, mientras procedía a abrazarla de vuelta- solo me sorprendió mucho verte, no pensé que realmente fueras tú.
--¿Crees que me perdería el baile de graduación después de todo lo que he pagado durante el año? -bromeó.
--No, claro que no -dije- que gusto verte -me siento tan hipócrita al decirle eso.
Becca es una persona agradable, ¡pero no quiero que arruine todo con Austin!
Ok, tal vez estoy exagerando... ¡O talvez no! ¡Becca es mucho más bonita que yo, mucho más simpática, mucho más popular y mucho más perfecta! ¡Austin estuvo casi un año enamorado de ella y yo solo le gusto hace tres semanas!
¿Qué probabilidad hay de que me cambie?
¡¿Y cómo va a reaccionar cuando vea a Becca?
____________________________
Hola :3 Muchas gracias por leer.
Este iba a ser el penúltimo capítulo pero se me alargó demasiado y tuve que dividirlo en dos, por lo tanto ahora este es el antepenúltimo :)
Espero que les haya gustado, intentaré actualizar lo más pronto posible, pero les aviso que ya voy a empezar exámenes así que no podré hasta dentro de unas semanas :(
Pero no se asusten, prometo que no me tardaré más de un mes para actualizar!
Los amo, byee.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top