30-"Go Diego Go"
Literal, puedo ganarme un premio a la persona más estúpida del mundo. ¡¿En qué estaba pensando al salir huyendo de repente?! No entiendo qué me pasó, Diego dijo que me amaba y es normal que los amigos se digan eso, pero... Fue tan extraño e incómodo.
Yo nunca había tenido un amigo cercano hombre, y menos uno que me dijera que me ama. Mierda, ¿por qué reaccioné así, por qué tengo que exagerar todo siempre?
Soy tan tonta ¿por qué no se me ocurrió decir algo así como que tenía que ir al baño? Hubiera sido la excusa perfecta para irme de la nada. Aunque claro, lo ideal habría sido no salir huyendo y actuar como una persona normal. Pero no, como me sentí incómoda actué como estúpida.
Vi a mi amiga Melanie y caminé hacia ella, al mirar al frente mi mirada se cruzó con la de Diego quien comenzó a dirigirse hacia acá. Rayos.
--¡Melanie! Responde rápido y con honestidad, ¿me veo roja? -pregunté antes de que Diego llegara. El está relativamente oscuro solo ligeramente iluminado con luces de colores, espero que eso me ayude a disimular.
--Nop.
Gracias al cielo.
--¡Leah! -exclamó Diego al alcanzarme, yo lo miré sonriente como si nada- ¿qué te pasa, loca? ¿Por qué saliste corriendo?
¡¿A quién le dice loca, eh?!
--No salí corriendo, salí caminando rápido -aclaré- y es que me urgía ir al baño, ya me iba a orinar ahí mismo -ok, no tengo que ser tan explícita con mis excusas.
--Aquí no hay baño.
--¿En serio?
--No -dijo- sí hay, pero no lo sabías eso significa que no fuiste.
--Es que... No he ido, lo estoy buscando.
No estoy segura si me cree, mentir no es algo en lo yo que sea buena.
--Está allá -indicó señalando el lugar- sabes es extraño que no lo encontraras aún dada tu urgencia.
--¿En serio te parece extraño? Sabes que soy bastante despistada.
Diego se quedó en silencio por unos segundos. --Tienes razón.
.-.-.
Llegué a casa, subí a mi habitación y me senté en la silla giratoria de mi escritorio mientras comenzaba a dar vueltas.
La estúpida voz del estúpido Diego sonaba en mi estúpida cabeza una y otra vez sin parar.
"Nunca cambies, te amo, tal y como eres" "Te amo, tal y como eres" "Te amo".
¡Basta! Tengo que dejar de darle tanta importancia y superarlo, pero no sé cómo.
Necesito despejar mi mente, olvidar, ¿pero qué puedo hacer para lograrlo...? ¡Ya sé! ¡Leer! ¡Necesito leer un libro!
Bajé las escaleras me dirigí a la sala y tomé el primer libro que vi del montón del estante.
Mi hermana Lucía estaba recostada en uno de los sillones usando su celular, yo me senté en el de la par y comencé el libro.
--¿Qué lees? -preguntó Lucía unos segundos después.
--Ni idea -dije sin interrumpir mi lectura- pero está interesante -admití. No llevo más de tres páginas pero me está gustando lo que leo.
Lucía se levantó un poco para ver la portada de mi libro.
--Oh, ese es bastante bueno...
--¡No puede ser! -lancé el libro estrellándolo contra la pared- el maldito protagonista se llama Diego.
Opté por ver televisión.
Lo encendí pero en el canal que apareció estaban dando Go Diego Go.
--¡¿Aún siguen dando ese programa?! -Apagué el televisor y subí a mi habitación nuevamente. Decidí que lo mejor era dormirme ya y mañana despertar recordando todo esto como solo una mini pesadilla.
.-.-.-.-.-.-.-.
Luego de un fin de semana cuestionándome sobre Diego y estudiando para el examen de química con poca concentración debido a eso, ya es lunes y me encuentro almorzando con mis amigas.
--Mmm, ¿y alguna vez ha dado alguna señal de que puedas gustarle? –preguntó Lauren.
--Yo... No lo sé –lo pensé un rato- espera, ¿y si es por eso que se la pasaba avergonzándome frente a Dylan? Y... Karina, ¿recuerdas hace unos días cuando nos topamos a Spencer fuera de la cafetería? Diego actuaba muy extraño, como si estuviera... ¿Celoso? Y... también siempre me preguntaba por Alexis, ¿y si aquel día nos interrumpió al propio porque...?
--Leah -Karina suspiró- sin ofender, pero la última vez que te pusiste a crear "teorías" terminaste pensando que hablabas con un Spencer bueno y otro malo, así que mejor...
--Sssh -la callé- no quiero creer que yo pueda gustarle a Diego, solo estoy diciendo que no es completamente imposible.
--¿Y a ti te gusta? -preguntó Melanie.
Luego de estar pensando en él todo el maldito fin de semana, he llegado a la conclusión de que lo amo como amigo, pero hay demasiadas cosas de él que no me gustan, las suficientes para no tener sentimientos por él, pero sé que no es imposible tenerlos en un futuro y eso me asusta.
--No, definitivamente no -respondí inmediatamente- pero... tal vez podría con el tiempo -y no quiero que eso pase.
--Bueno quién sabe -intervino Lauren- puede que Diego sea la persona para ti.
--¡NO! -exclamaron Karina y Mariela al mismo tiempo.
¿Qué les pasa? Ya veo que no nos shippean.
--Recién comenzaba a gustarte Alexis... -comenzó Mariela.
Alexis. Vaya, de verdad ir a la fiesta me hizo olvidarme de él, debí haberme quedado en casa, nada de esto habría pasado.
--Fue muy confuso -le respondí- tuve muy poco tiempo para asimilarlo, menos de una semana para ser exactos.
--Y Alexis no está aquí, Leah -repuso Lauren- pero Diego sí.
De repente alguien se sentó a la par mía, rodeé los ojos al ver que se trataba de Brad Pitt Jr de nuevo. Ya estoy harta de Adrián, demasiado harta.
--Hola Leah –saludó.
--Deberíamos dejarlos solos –sugirió Karina, las demás asintieron y se cambiaron de mesa.
--¿Qué? ¡No! ¡No se vayan!
Malditas traidoras.
--Entonces... -comenzó Adrián.
--Escucha, no estoy de humor -dije- te lo pido amablemente, déjame en paz.
--Nunca estás de humor -bufó.
--Bueno, no discutiré eso.
--Eres un tanto amargada.
Agh, si me pagaran un millón de dólares cada vez que alguien me dice amargada ya tendría como cuatro millones dólares.
--Ya en serio, ¿qué quieres, Adrián?
--Lo mismo que la vez pasada, invitarte a salir.
--Adrián, por milésimas vez, no voy a salir contigo.
--¿Tanto te gusta mi nombre como para que lo digas en todas tus oraciones? -preguntó arqueando una ceja.
--Pues... tengo debilidad por los nombres que comienzan con A –confesé, no sé por qué- pero ya en serio, olvida la apuesta, no engañas a nadie.
Él puso los ojos en blanco: --¿Otra vez con eso?
--Sí, otra vez con eso.
--¿Pero por qué rayos piensas que hice una apuesta? ¿Quién hace eso?
--Bueno, en las películas es muy común...
--Esto no es una película, Leah.
Suspiré. Dudo mucho que me busque si no es por una apuesta, es horrible que hagan este tipo de cosas.
--Adrián... ¿Te digo algo horrible?
--¿Tu cara? -respondió riendo.
Lo miré con disgusto antes de levantarme y irme. Lo detesto, lo detesto, lo detesto, personas como él no merecen amabilidad.
--¡Leah! ¡Espera! ¡No lo decía en serio! ¡Perdón! ¡Solo lo dije como defensa! ¡Leah! –exclamó mientras me seguía.
--¡¿Qué es lo quieres?! -pregunté desesperada-. ¿Podrías por un segundo dejar de fingir que estás interesado en mí? No engañas a nadie, dime ya la verdadera razón por la que me persigues.
–Yo... –suspiró- te juro que no es por ninguna apuesta.
--¿Entonces?
--Bueno, era más como un favor.
--¿Un favor? -pregunté indignada- ¿a mí? ¿Yo te daba lástima o qué?
--¡No! Y no fue por lástima, ni si quiera sabía que existías.
--Oh bueno gracias -murmuré con sarcasmo.
--Pregúntale a tu amiga al respecto, ella es la que debe explicarte –dijo y se fue por donde vino.
¿Amiga? ¿Cuál? ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver?
Me dirigí a la mesa a la que se habían pasado completamente confundida.
--¿Cómo es posible que no le prestes atención a Adrián? Es decir, ¿estás ciega o algo? -Preguntó Karina- ¿cómo puedes ignorar a alguien tan guapo?
--Adrián no es guapo. ¿Y saben qué? ¡Nadie aquí es guapo! -repuse- lo que pasa es que en este colegio todos los hombres son muy feos, y eso provoca que los que no son tan tan tan feos parezcan guapos, pero no lo son -concluí.
Mis amigas me miraron como si hubiera perdido la cabeza.
--¿Y qué opinas de Diego? -preguntó Lauren señalándolo-. ¿Es guapo para ti?
Miré hacia dónde él estaba.
--No, no lo es -tragué saliva- regular solamente.
.-.-.-.
A la hora de salida iba camino a la biblioteca hasta que recordé que ya no me voy con Diego, por lo que di vuelta. Es como la quinta vez que me pasa esto.
--Leah -estaba detrás mío.
--¿Diego? ¿Qué...? ¿Qué haces aquí?
--Te vengo siguiendo, si que caminas rápido eh, ¿qué haces en la biblioteca de todos modos?
--Ah... se volvió una costumbre y olvidé que ya tienes auto -respondí sin importancia- ¿por qué me buscabas?
Diego sonrió: --Porque me pasa algo que no puedo creer y necesito decirlo o voy a explotar.
¿Será lo que creo? Me estoy sintiendo mareada.
--Ah... me cuentas más tarde –dije.
--¿Por qué?
--Porque... -¡Piensa tonta!- tengo que ir al baño.
--¿De nuevo?
--Que te diré, tomo mucha agua.
--Es importante -se encogió de hombros- creo... creo que me estoy enamorando.
No de mí, no de mí, no puede estar hablando de mí.
--Leah... -continuó- ¿adivina quién ya oficialmente tiene novia? -preguntó sonriendo- ¡yo!
_____________________
N/a
No saben lo mucho que me costó escribir este corto capítulo. Me distraje demasiado y después no salía nada de mi mente, no tenía ganas, me faltaba inspiración. Sorry
Pd: ¡que lindo, es la primera vez en mucho tiempo que subo un capítulo a las dos de la tarde en vez de las dos de la mañana! 😄
Aunque la mayoría lo escribí a esa hora por aquello de que vean algo escrito raro 😬
Bueeno recuerden tomar ocho vasos de agua diarios, y si pueden mejor diez ✌💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top