23-"Sé honesto"
--¡Spencer! -exclamé asustada-. ¡Por el amor de Dios! ¿De dónde saliste? ¿Nos estabas siguiendo o algo?
--¡Acosador! -le gritó Karina.
Ya entiendo lo que siente Dylan.
Spencer nos miró entre sorprendió y avergonzado.
--No soy un acosador, ya quisieras que lo fuera -rodeó los ojos- solo salí un segundo y me encontré a la chica que me debía una respuesta y que casualmente estaba hablando de mí cuando me acerqué -contó.
No le debo ninguna respuesta. Si se refiere a lo de si lo voy a dar otra oportunidad, ya yo tengo mi decisión clara, pero no se la diré aún. Lo dejaré que sufra un tiempo más, aunque no creo importarle lo suficiente como para que sufra por eso.
--Bueno -dije- te respondo otro día, nos vemos...
--Necesito hablar contigo, Leah -interrumpió Spencer- a solas -agregó mirando a mis amigos.
--No -dijeron Karina y Diego al unísono.
--Di lo que tengas que decir frente a ellos -repuse- de todos modos se enterarán.
Spencer suspiró.
--Como quieras. Leah, escúchame, te pedí disculpas, te expliqué el mal entendido...
No estoy de humor para oírlo hablar.
--¿Mal entendido? -lo interrumpí riendo sin gracia- Spencer, no tengo tiempo para excusas baratas, ¿qué es lo que quieres de mí? ¿Por qué eras tan amable antes y ahora no? ¿Para qué me invitaste a una cita en primer lugar?
Tenía que aprovechar para sacarme de dudas. Antes de que Spencer me contestara, cambié de opinión sobre tener a mis amigos presentes.
--¿Nos dejan hablar en privado un segundo? -pedí a Diego y Karina, ya me estaba dando vergüenza hablar con Spencer frente a ese par.
--¡Pero ya se había puesto interesante! -Protestó Karina, yo la fulminé con la mirada- está bien, los dejaremos solos un segundo.
--Un segundo exacto -repuso Diego.
--Entonces que sea un minuto -dije.
--Un minuto -murmuró mientras ponía el cronómetro en su reloj y se alejaba junto con Karina. Era algo metafórico, no puedo creer que en serio me den solo un minuto.
Cuando ya se habían alejado suficiente me dirigí al rubio.
--Ahora sí, puedes responder -dije- y por lo que más quieras, Spencer, sé honesto.
Él se quedó pensando unos segundos.
--¿Recuerdas una de las veces que fuiste a la cafetería te mencioné que mi vida había estado muy aburrida últimamente?
Oh Spencer.
--Entonces solo me invistaste a salir porque estabas aburrido, genial -soné molesta, pero en el fondo ya no me importaba.
--No solo eso, mira... Fue interesante conocerte -se me salió un bostezo y no me molesté en disimularlo, solo me tapé la boca para no verme como un hipopótamo-. Me caías bien, Leah -continuó- me agradabas, por eso te invité a salir, pero luego las cosas se complicaron...
--¿Te refieres a la parte en la que besaste a otra como dos semanas después de haber tenido una cita y ni si quiera llamarme? -Él se quedó en silencio- ¿sabes? Me pregunto qué hubiera pasado si yo no te hubiera visto ese día...
--Se acabó el minuto -Karina apareció y dirigió su mirada al rubio inmediatamente- escucha Spencer, voy a ser directa contigo, ¿te gusta Leah sí o no?
Mis mejillas comenzaron a arder, no me esperaba que viniera a disparar preguntas tan directa, por un lado se lo agradezco, yo jamás me hubiera atrevido a preguntar eso.
--Yo... No... No sé.
--No aceptamos un "no sé" como respuesta, así que decídete -exigió mi amiga.
--No -dijo- no me gusta Leah.
Era de esperarse.
Y no me interesa, Spencer talvez me llamaba la atención cuando era ese chico dulce que dibujó a Pikachu en mi café. Pero siempre he pensado y sigo pensando que "gustar" es una palabra muy fuerte, y cualquier cosa que hubiese sentido por él se esfumó en el momento que me di cuenta que era un idiota.
--¿Entonces? -intervino Karina.
--Leah, me creas o no, no quería lastimarte -dijo Spencer mirándome a los ojos, algo en su tono de voz me convenció que decía la verdad- y no suelo ser de los que les interesa arreglar las cosas, pero eso es lo quiero en este momento.
Demonios, ese es el tipo de hablada que puede conmigo. Mantente firme, Leah.
--Me voy a vomitar -murmuró Diego.
Karina le dio unas palmaditas en la espalda. --No te culpo.
--Spencer... -hablé- puedo olvidar y perdonar lo que hiciste, pero no confío en ti y nunca volveré a hacerlo.
--¡Qué trágico! -exclamó Diego burlándose.
Por eso les había pedido que se fueran.
--Me conformo con que me perdones -dijo Spencer- ¿qué dices? ¿Amigos?
--No, no -negué con la cabeza, decidiendo que lo mejor es ser conocidos- pero, talvez pase a la cafetería este sábado.
Ya no tengo que renunciar a ese maravilloso café solo por él.
.-.-.-.-.
--No hablabas en serio ¿o sí? -Preguntó Karina cuando ya habíamos llegado a mi casa- ¿no estás tan loca, verdad?
Le lancé el primer cuaderno que encontré, pero Karina lo atrapó. --Linda agenda -comentó-, ¿qué apuntas en ella?
--Ya sabes, tareas y exámenes, ¿qué más apuntaría en una agenda?
--Nombres, como este que está aquí en la parte de notas -dijo Karina mientras lo señalaba- ¿quién es Amanda Fuentes?
--Oh, ella es... -me siento rara diciéndolo en voz alta.
Karina rodeó los ojos. --¿Quién es?
--Es mi madre -murmuré con amargura- la que no me quiso y me abandonó.
--Oh -se quedó callada unos segundos- esto es incómodo... ¿Por qué tienes escrito su nombre?
--Hace un tiempo quería preguntarle a papá si ella seguía con vida.
--¿Y sigue con vida?
--Me dijo que no lo sabía, pero me dio su nombre y... -me corté ahí al recordar lo de mi media hermana.
--¿Y...? -me incitó a continuar.
--Y me contó que Lucía no es su hija.
--¿QUÉ?
--Así es.
--¿Por qué no me lo dijiste antes?
--No lo sé, ¿para qué iba decírtelo? No se lo he dicho nadie -en eso me recordé que sí se lo había dicho a una persona- bueno, solo a Alexis pero...
--¿QUÉ? ¡¿Se lo contaste a él y no a mí?!
--Fue un accidente, estábamos chateando y le pregunté cómo él y Becca podían tener la misma edad si eran hermanos, y me dijo que es su hermana adoptiva, y yo por accidente le dije que también tenía una de esas...
Karina se llevó una mano a la frente --¿y Lucía lo sabe?
--Sí, pero creo que no sabe que yo lo sé.
Mi amiga asintió pensativa.
--Talvez la tal Amanda tenga Facebook...-comentó.
--Sería raro buscarla.
--Si la encontráramos... ¿Sería doloroso para ti verla o algo así?
--No creo -dije- es algo que superé hace mucho.
--Entonces hagámoslo.
Karina tomó mi laptop, abrió Facebook y escribió "Amanda Fuentes" en el buscador. Aparecieron nueve resultados.
--¿Cómo sabremos quién es ella? -Pregunté- puede ser que no sea ninguna o que no tenga Facebook.
--Por favor -bufó- todo el mundo tiene Facebook, y solo necesito un par de minutos para saber cuál es ella.
.-.
Un par de minutos después...
--Ya entré a todos los perfiles, seis son adolescentes y uno es de una niña, por lo tanto, quedan descartados. Quedan dos que son de mujeres adultas, tiene que ser alguna de ellas, ¿podrías reconocerla si las ves?
--Karina, ella podría tener el pelo verde y no lo recordaría.
--¿Y de casualidad no tienen ninguna foto ni nada?
--¿Por qué tendríamos fotos de ella?
--Y yo que sé. Bueno, ¿supongo que no quieres preguntarle a tu padre cuál es..?
--No, por supuesto que no, además puede que no sea ninguna.
--Veamos ambas.
La primera Amanda Efron tenía 42 años, era rubia y en su foto aparecía con su familia. En su perfil compartía muchas frases motivadoras, y publicaba cosas cómo: Amo a mi familia, Son lo mejor que tengo, No sé qué haría sin ustedes.
--No creo que sea ella -comentó Karina.
--Definitivamente no.
Entramos al perfil de la otra Amanda Efron. Vimos su foto de perfil, tenía el cabello castaño y colocho, los ojos color verde, y una sonrisa blanca como la de Shakira, pero con brackets.
--Es ella -afirmó Karina- solo mírala, se parece mucho a Lucía, y tiene un... aire contigo.
Asentí.
.-.-.-.
--Bueno, esto es lo que averiguamos sobre ella: está viva, es periodista, no está comprometida, tiene 38 años, vive lejos de aquí, debe ser muy sociable considerando que todas sus fotos tienen más de 300 likes y son decentes -agregó- ¿qué dices? ¿le escribimos un mensaje que diga Yo soy tu hija?
Reí ante su idea.
Ahora que lo pienso es un gran cliché que en todas las series y películas el padre o madre desaparecido en algún momento aparece y tiene una explicación de por qué abandonó a su hijo. Yo quiero vivir ese cliché, ¿por qué a mí no me pasa eso?
--Le mandé una solicitud de amistad -susurró Karina
--¡¿Qué hiciste qué?!
.-.-.-.-.-.
No pasó nada interesante el fin de semana, ni tampoco volví a saber de Amanda. Ya era lunes nuevamente y me encontraba en el comedor del colegio con un gran dilema, porque quería almorzar con Alexis, pero ya me había reconciliado con Mariela y no tenía excusa para hacerlo.
Me agrada mucho Alexis y también sus amigos, quiero ir con ellos, pero talvez debería dejar de abusar y volver con mis amigas otra vez...
Ya sé, me iré con quien vea primero. Total si Alexis es mi amigo puedo almorzar con él de vez en cuando sin necesidad de excusas, ¿no?
--Hola Leah -saludó él- me preguntaba hoy con quien...
--Con ustedes -respondí sonriendo- si les parece.
--Por supuesto, pero te iba a decir que ahora yo soy el que está peleado con un amigo y quiere evitarlo -comentó- ¿y si hoy almorzamos solo tú y yo?
--Claro -dije intentando ocultar mi sonrisa.
No te ilusiones, no te ilusiones, no te ilu... Muy tarde.
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Bueeeeenaaaas
Me tardé más en actualizar de lo que pensé... pero bueno al menos ya terminé de corregir la historia :D Espero que no les llegara notificación cada vez que corregía un capítulo por que ya me imagino el spam si eso pasara.
PREGUNTA ¿sienten los capítulos de esta historia muy cortos o muy largos? díganme por favor :3
Voten y comenten, se los agradeceré infinitamente.
Pd: muy probable que actualice el fin de semana :)
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