20-"¡¿A quién?!"
--No voy a prometer nada -dijo Charlie mientras se daba vuelta y se iba caminando de lado contrario.
--¿Para qué quieres que Mariela esté enfadada conmigo? -pregunté.
Él me ignoró.
--¡Charlie! -siguió caminando- ¡oye te estoy hablando! ¡Contéstame!
Continuó su camino y yo no pensaba perseguirlo. Cerré mi casillero frustrada provocando un gran estruendo.
--Tranquila, Leah -me sobresalté con la voz de alguien.
--Alexis... hola -saludé, algo apenada.
--No es por nada, ¿pero por qué sonaste el casillero con furia?
--Yo... -¿Le cuento? Sí, veamos qué opina-. Verás, mi amiga Mariela está enojada conmigo porque su novio le dijo una mentira sobre mí, y ahora estoy muy molesta con él por no decirle la verdad, y con ella por no creerme a mí.
--Oh -dijo arrugando las cejas- ¿y qué vas a hacer?
--Por ahora nada, Charlie dijo que mañana le dirá la verdad, pero no estoy segura de que lo haga.
Alexis solo asintió, probablemente ni me entendió.
--¿Vas para la soda?
--¿Qué? -pregunté confundida.
--A la soda, a comprar el almuerzo....
--Oh. ¡Sí!
Había olvidado que era hora de almorzar.
--¿Vamos?
Asentí y lo seguí.
.-.-.
Luego de hacer fila por un rato finalmente conseguimos nuestros almuerzos. Busqué con la mirada la mesa en la que siempre se sientan mis amigas, fruncí el ceño al ver que Mariela estaba con ellas, no sé porque me sorprende si era obvio que iba a estar ahí, son sus amigas también.
--¿Sucede algo? -preguntó Alexis.
--Mariela está con mis amigas y...
Rayos, no quiero sentarme en la misma mesa que ella, sería incómodo y probablemente me haga otra escena, no estoy de humor para tolerar eso.
--Ya veo -dijo Alexis- ¿tienes otras amigas además de ellas?
Ay Alexis, ¿piensas que las amigas me sobran?
--No en realidad -admití avergonzada.
--Bueno, si quieres puedes almorzar conmigo.
Lo miré incrédula, esta es la mejor opción de todas las posibles.
--Sí, me parece bien -accedí, claramente- muchas gracias, habría sido muy incómodo para mí sentarme con Mariela.
.-.
¿Más incómodo que esto?
Creí que iba almorzar solo con Alexis, pero en realidad era con toda su manada de amigos.
--Gente, les presento a Leah -dijo.
Me saludaron animadamente y me dijeron sus nombres. Eran cuatro chicos y dos chicas. Alexis se sentó y yo me senté a la par suya. Sentí que alguien en la mesa de la derecha me estaba viendo, giré la cabeza para ver quién era y resultó ser Becca, me sonrió al ver que estaba a la par de su hermano, yo puse los ojos en blanco pero luego le devolví la sonrisa.
--¿Estás en nuestra generación, Leah? -Preguntó uno de los amigos del Alexis.
--No, estoy en último año -intento hablar con tranquilidad, pero estoy nerviosa, soy mala para socializar.
--¿En serio? -preguntó una de las amigas, Sofía- creí que eras un año menor que nosotros, ya iba a llamar a Alexis asalta cunas.
No sabía bien qué responder a eso, así que reí con incomodidad.
--La asalta cunas aquí sería Leah -dijo Alexis.
--¡¿Por qué?!
--Solo bromeo -me sonrió.
Oh Alexis...
Debo admitir que pienso constantemente en él, suelo revivir en mi cabeza todos los momentos que pasamos juntos, y cada vez que conversamos me alegro... Pero eso no significa que me guste, ¿verdad?
No, claro que no, solo significa que me agrada como persona.
--¿En qué piensas? -me preguntó Alexis.
En ti.
--¿Qué? Ah no, en nada -dije rápidamente.
--¿Se enteraron de que nos van a cambiar de profesor de química? -preguntó otro de los amigos de Alexis, Evan.
--¡Sí! -contestó Sofía- ya era hora.
--¿Quién será nuestro profesor? -preguntó la otra chica.
--Alguien llamado Señor Lewis -contestó Alexis.
Pobrecillos.
--Les deseo suerte -dije- para mí el Sr. Lewis es el peor profesor de todos, lo detesto y sé que él me detesta también.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
Austin POV
--Austin.
--Profesor Lewis -contesté.
Nos estaba llamando a todos los de la clase uno por uno para darnos nuestro promedio trimestral de química. Como mi pupitre está a la par de su escritorio, puedo escuchar las notas y quejas de todos, y no quiero.
Pero al menos no tengo que levantarme para la que me diga la mía.
--Sacaste A -dijo, era evidente la decepción en su voz. Lo dice como si fuera cualquier cosa y la verdad lo es, pero...
--¿No va a felicitarme?
Él negó con la cabeza.
--Pudiste haber obtenido una +A.
Puse los ojos en blanco. En serio odio este asiento, me siento ridículo y además tengo que aguantarme a todos los profesores. Incluído a mi padre.
--Cámbiame de lugar -le rogué- por favor.
--¿Para qué? Aquí te portas bien -repuso- ¡Mery, eres la siguiente!
Rodeé los ojos de nuevo cuando llamó a Mery, ella se levantó de su asiento y venía sonriente hasta que me vio.
--Un segundo -dijo- no quiero que Austin escuche mi nota.
--No se preocupe señorita, a él no le importa su nota.
--Eso es cierto -asentí.
--Esi is cierti -me arremedó la odiosa.
.-.
--¡Leah! -llamó el señor profesor.
--¿Yo? -preguntó desde lejos, nerviosa, como siempre.
--¿Es que acaso hay otra Leah? -le respondió.
--Ojalá hubiera otra -murmuró. Se puso roja al notar que toda la clase la había escuchado- perdón yo...
--No atrase señorita.
Leah asintió y caminó hacia acá rápidamente. La verdad esta vez sí tengo curiosidad por saber la nota, yo pensaría que Leah es una estudiante aplicada, pero el evidente terror en sus ojos me hace pensar lo contrario.
--No aprobaste mi materia -escuché. Wow, eso no me lo esperaba- todavía queda un trimestre, talvez puedas recuperar, pero tendrá que esforzarse esta vez.
Ella pareció verse muy ofendida ante su comentario.
--¡Me esforcé por aprobar, en serio!
--Entonces tienes serios problemas con la materia -concluyó. Leah asintió y miró al suelo avergonzada.
Siento tanta lástima por ella, se ve muy triste, igual que el día que le pusieron los cachos.
--Lo sé, pienso buscar tutorías -dijo- cerca de mi casa hay un profesor que podría ayudarme.
--Yo puedo ayudarte -me ofrecí de repente.
Ambos voltearon a verme de golpe, seguro habían olvidado que yo estaba aquí también.
--¿Estaba escuchando? -preguntó el profesor.
--Sí -le dije sin importancia, me dirigí a Leah- así no tendrías que gastar dinero en tutorías.
--¿Qué? -preguntó perpleja- ¿h-hablas en serio?
Asentí.
--Uhm, ¿eres buen estudiante?
--Al menos en química.
Se quedó pensativa unos segundos.
--Gracias... pero no tienes que hacerlo, no creo que quieras ayudar a estudiar a alguien tan amargada como yo.
--¿Por qué dices eso? -pregunté completamente confundido.
--Tú lo dijiste, hace un par de meses.
No recuerdo haberla llamado amarga; aunque sí suena a algo que yo podría haber dicho, pero no en su cara.
--Pues no pienso que seas amargada -dije, realmente no pienso nada de ella del todo, porque no sé nada- ¿quieres que te ayude en química?
.-.-.-.
Leah POV
No sabía cómo rechazar su ayuda. Es muy amable de su parte y no quiero ser mal agradecida, pero no puedo permitir que Austin sea mi tutor. No es porque lo odie, yo no odio a nadie, ni siquiera a Spencer y a Charlie (y eso es decir mucho). Pero siendo honesta, no importa cuánto me esfuerce, estar con Austin siempre me pone nerviosa, talvez pueda disimularlo un poco pero no podré estudiar ni concentrarme si estoy nerviosa, y tengo que aprobar la materia el otro trimestre sí o sí.
¿Cómo rechazo su ayuda de forma amable?
No quiero que piense que estoy despreciando su ayuda, cosa que talvez ya piense porque restregué en cara que me había llamado amargada. ¿Porque dije eso? Lo único que hice fue confundirlo.
Ahora que recuerdo... la última vez que desprecié la ayuda de alguien, este terminó haciendo que me peleara con mi amiga.
Austin no es Charlie, Leah.
--Con permiso -dijo alguien desde la puerta, era Evan, uno de los amigos de Alexis- Señor Lewis, ¿me permite un segundo a Leah? -preguntó.
--Adelante.
--Hablamos luego -le dije a Austin y él asintió.
¡JA! Solo falta un minuto para la hora de salida, no le hablaré hasta mañana, y ya mañana sabré exactamente qué decirle para rechazar su ayuda con amabilidad, buscaré algo en internet.
Me dirigí a la puerta donde estaba Evan, él me contó que había dejado mi billetera en la mesa, y me la entregó.
Si que soy descuidada.
--Todo está ahí -me aseguró.
--Vaya, muchas gracias.
¡Me salvó de dos situaciones! Miré mi reloj y solo faltaban diez segundos para la hora de salida. Rápidamente tomé mi mochila y salí del aula a tiempo, evitando a Austin.
Caminé hacia la biblioteca para encontrarme con Diego. Apenas llegué, al ver que no estaba ahí me acordé de que está molesto conmigo, y yo con él.
--Estúpido Diego -pensé.
--Gracias -susurró alguien en mi oído, me di vuelta y me encontré con Diego a mis espaldas.
--¿Qué? ¿Lo dije en voz alta? -pregunté confundida, él asintió.
Ups.
--¿Qué haces en la biblioteca? -preguntó levantando una ceja.
--Este... venía a devolver un libro -me excusé.
Diego miró hacia la biblioteca cerrada: --Suena súper creíble, pero me inclinaré a que viniste a buscarme.
--Ok, tienes razón, vine a buscarte -dije- ¡luego recordé que me traicionaste, humillaste y encima te enfadaste conmigo!
--Me enfadé, porque te pedí que confiaras en mí y al final no lo hiciste. Sin mencionar que fuiste muy grosera.
¿Grosera? Solo le dije que se callara y que se fuera, eso no es algo tan grosero.
--¡Grosero fue que dijeras todas esas mentiras sobre mí a Dylan! -Exclamé- escucha, me pediste que confiara en ti y lo hice al principio, pero cuando supe que lo único que tratabas era de empeorar todo...
--¿Empeorar? ¿Tan malo crees que soy? Leah, para tu información... ¡Sí tenía un plan!
--¿En qué clase de plan Dylan hubiera cambiado de opinión al decirle todas esas estupideces que me hacían quedar más acosadora?
--Porque conozco a Dylan, y sabía que no se iba a creer esas estupideces y luego...
--¿Y luego qué?
--Bueno, por tu culpa tuve que cambiar el plan, pero no cambié la meta.
Lo miré confundida sin entender de qué hablaba.
--Espera -continuó Diego- primero que todo tienes que disculparte por haber sido grosera conmigo, y sí, sí fuiste grosera -afirmó- y segundo, tienes que agradecerme, porque hoy en clase hablé con Dylan y lo convencí completamente de que no lo acosas.
No le estaba prestando mucha atención hasta que dijo eso último.
Abrí los ojos al máximo.
--¿Qué dijiste?
--Ya me escuchaste -Diego sonrió.
--¡¿Hablas en serio?! -Pregunté emocionada.
--Sí.
--¿En serio? ¿Ya Dylan no piensa que lo acoso?
--Ya no más.
--¿Estás seguro? ¿Cien por ciento seguro?
--¡Que sí! -Diego puso los ojos en blanco- y después dices que soy yo al que hay explicarle todo mil veces para que entien... -fue interrumpido por mi súper abrazo de oso.
--¡GRACIAS! ¡DE VERDAD, GRACIAS!
Diego rio y me devolvió el abrazo.
--Fue un placer ayudarte, Leah.
--No tienes idea del peso que acabas de quitarme de encima -dije apartándome.
--¿Tanto te importaba? -preguntó sorprendido.
--Pues sí, me hacía sentir mal -admití- y para empeorar Dylan andaba por todo lado diciendo que yo era una loca acosadora y supongo que hacía que las demás personas creyeran eso también... pero ya no importa, se acabó -sonreí.
--Y todo gracias a mí -agregó Diego.
--Siempre tan modesto -reí- ¿nos vamos?
--No aún, tengo que esperar a Austin.
--¡¿A quién?!
______________________________
Hola, espero que les haya gustado el capítulo :3
Austin en multimedia *-*
He estado actualizando muy lento últimamente y lo siento, no sabía como desarrollar mis ideas supongo... Voy a tratar de subir otro capítulo este fin de semana, pero depende si logro inspirarme.
Que les vaya bien :)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top