17-"Traidora"

--¿Por qué crees que te molesto, Leah?

La primera teoría que se me vino a la cabeza me dio ganas de vomitar.

¿Si un chico molesta a una chica es porque le gusta?

Talvez eso sea en otros casos, cuando tienes 12 años, pero en este caso él es novio de mi amiga, y si yo de verdad le gustara no me trataría como una mierda.

--Creo -dije- que porque no tienes una vida ni nada mejor que hacer.

--Ahora soy yo el que no tiene vida -murmuró con sarcasmo- te molesto, porque me gus...

--¡Ustedes dos! -gritó una voz adulta desconocida para mí, miré de dónde provenía la voz y era de la subdirectora que por alguna razón andaba caminando por el pasillo- saben que están prohibidas las escenas amorosas en el colegio, ¡a mi oficina, ahora!

--¿Qué? No señora usted no entiende, no es lo que parece... -traté de explicarle, al mirar alrededor me di cuenta de que todos en el pasillo la habían escuchado y que éramos el centro de atención.

Inmediatamente me teñí de rojo. Qué vergüenza.

--Creo que es exactamente lo que parece -repuso.

--¡No, solo estaba molestándome! -exclamé- lléveselo a él nada más.

--Pero que mala novia eres -dijo el idiota de Charlie.

Lo miré con ganas de matarlo.

--Los veo en mi oficina.

.-.

--¡¿Acaso eres tonto?! -le grité a Charlie mientras la subdirectora llegaba- ¿por qué dijiste que somos novios? ¡Pudimos habernos librado de esta!

--Cállate, tú me culpaste de todo y le dijiste que solo me llevara a mí, ¡qué traidora!

--¡Pero es que sí tuviste la culpa de todo! -me defendí.

--Aún así, si me hundo tú también.

--Te odio -murmuré- y voy a decirle a Mariela que te deje, porque eres un demente.

En realidad ya se lo he dicho, miles de veces.

--Pff pero si con Mariela soy un ángel.

--Conmigo eres un demonio.

--Qué exagerada eres.

¡¿EXAGERADA?! ¡¿YO EXAGERADA?!

El tipo me quiere hacer la vida imposible, demonio es una palabra apropiada.

--Listo ya tengo sus boletas -habló la subdirectora entrando a su oficina- tienen que aprender a comportarse cuando están dentro de la institución.

¿Boletas? ¡No es justo!

--Déjeme explicarle lo que realmente pasó -pedí desesperada- yo me dirigía a mi clase cuando este imbé... Charlie, me empujó contra los casilleros y traté de apartarlo pero él no se quitaba...

--En ningún momento trataste de apartarme -me interrumpió Charlie- y para su información señora Cortés, me encontraba a una distancia prudente.

--Cuando los vi, no estaban a una distancia prudente -bufó la señora "Cortés".

--Por favor no me mande boleta, yo...

--¿Creen que voy a dejar pasar el echo de que se hayan besado en medio pasillo? -preguntó incrédula- esas conductas son prohibidas aquí, yo los vi y también los demás estudiantes del pasillo, no es negociable.

--¡¿QUÉ?! -pregunté confundida por lo que acaba de escuhar-. ¡No nos besamos! -afirmé, y rogué mentalmente que Charlie no dijera lo contrario.

--Eso fue lo que yo vi -dijo Cortés.

--Pues vio mal -insistí- talvez fue el ángulo, un efecto visual ¡o lo que sea! Pero no nos besamos, lo que Charlie hizo fue decirme algo en el oído, nada más -expliqué- yo a él lo detesto, puede preguntárselo a cualquier profesor que nos haya dado clases el año pasado -agregué- NO nos besamos.

--Yo sé lo que vi -dijo la subdirectora, yo rodeé los ojos, ¿por qué no me cree?

--Pues mire las cámaras -sugirió Charlie, me di una abofetada mental, ¿de verdad piensa que hay cámaras en un colegio público?

La directora suspiró por millonésima vez:--Miren, están perdiendo mucho tiempo de clases, ya las boletas están hechas, yo los vi besarse y el joven afirmó que son novios.

Estúpido Charlie.

--No lo dijo en serio -aclaré- solo lo hizo para que me llevara a mí también, y además él es novio de mi mejor amiga.

Por la cara de la subdirectora, puedo asumir que decir eso último no ayudó.

--Cielos, estos jóvenes de ahora... Con más razón señorita, ¿cree que está bien traicionar a su amiga de esa manera?

--Yo no...

--No era en serio lo de que éramos novios -intervino Charlie.

--¡Ya es suficiente! -Exclamó la subdirectora- me mienten descaradamente, se contradicen entre ustedes, creo que se están ganando una suspensión por el resto de la semana.

Iba a protestar pero me quedé tan impactada que no pude hablar. ¡no pueden suspenderme! Mi papá me mataría, perdería muchos puntos en conducta, me perdería clases importantes de materias que estoy fallando como química... ¿Y todo por algo que no hice? 

Miré hacia Charlie suplicante, esperando que él pudiera protestar, que dijera algo para convencerla de que no nos suspenda.

--Vamo a calmarno -le dijo el estúpido muy estúpido de Charlie.

Me llevé una mano a la frente y Cortés lo miró endada.

Vamo a golpearlo.

Extendí la mano y le pegué fuertemente en la cabeza.

--¡Ouch!

La subdirectora suspiró. --No puedo con ustedes, vayan a hablar con el director.

.-.-.-.-.-.

Algo así como una hora después de estar en su oficina debatiendo con ella y luego con el director, y exponiendo nuestros puntos de vista, y rogar para que no me suspendieran... Finalmente nos dejaron ir, sin suspensión, y todavía mejor: solo a Charlie le enviaron boleta.

Al tiempo que regresé a mi aula solo faltaban un par de minutos para la hora de salida. Todos me miraban extraño, no debería extrañarme que lo sucedido en el pasillo ya haya llegado a oídos de todos, la gente es muy chismosa.

Cuando sonó el timbre Mariela se levantó y salió del aula inmediatamente, sin esperarme como hace todos los días. Desconcertada me apuré para alcanzarla

--Oye...

--Traidora -me dijo.

--¡Mariela! ¿Qué te pasa?

--¿Qué que me pasa? -preguntó indignada- Leah, ¡besaste a mi novio!

La miré sorprendida, esperaba que el rumor esparcido fuese que nos llevaron a mí y a Charlie a dirección, no que nos besáramos.

--¡No! -exclamé-  ¡Eso no fue lo que pasó! ¡jamás besaría a tu novio, menos cuando es ese imbécil! La directora creyó eso -me apresuré a decir-... y Charlie... ¡Sabes que lo detesto! Y no lo besé.

Mariela sonrió encogiéndose de hombros: --Es un alivio -dijo.

--¿En serio pensaste...?

--Nah, pero quería ver qué decías.

Puse los ojos en blanco, de verdad me hizo paniquear.

Luego de contarle la historia completa de lo que había pasado, no pude evitar molestarme con Mariela por ella no molestarse con Charlie, cuando el muy tonto le dijo a la directora que éramos novios, y todas las demás cosas raras. Yo esperaba que con algo de suerte finalmente lo botara, ¡pero no! 

--Me imagino tu reacción cada vez que Charlie decía una idiotez -dijo Mariela riendo.

--¡No es gracioso! Por un segundo pensé que me iban a suspender, ¡ah, y ahora todo el colegio piensa que soy una roba novios!

Por alguna razón eso último me da igual, supongo que al fin está dejando de importarme la opinión de las personas que no me importan.

--Exagerada.

Seguimos caminando en silencio.

Ahora que lo pienso... Charlie nunca dijo la razón por la que me molesta, y la curiosidad me está matando, pero no voy a ir a preguntarle, planeo ignorarlo el resto de mi vida.

Al menos ignorar a Dylan se me está dando bien, ya no me lo topo seguido.

.-.-.-.-.-.

Cuando me di cuenta ya era lunes de nuevo, oficialmente el semanaversario del día que vi a Spencer con otra; y debo decir que me siento orgullosa de mí misma por haber logrado olvidarme de él. Puede que Alexis haya ayudado un poquito, pero ese no es el punto.

Eran las ocho de la mañana y estábamos en clases de matemáticas cuando me habló Becca, quien ahora está en el pupitre al lado mío porque cambiaron a Austin.

--Así que, Leah... ¿debería preocuparme por lo de Charlie? -preguntó divertida.

--¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué? -estaba muy confundida.

--Ya sabes, dicen que tú y Charlie se be...

--¡No! -la interrumpí- no es cierto, lo que pasó es que Charlie me dijo algo en el oído y desde donde estaba parada la directora parecía que nos estábamos besando, pero no, y yo a él no lo tolero.

Becca pareció contenta como mi respuesta, lo cual también me confunde, ¿a ella qué le importa yo y Charlie?

--¿Pero por qué preguntaste si debías preocuparte por eso? -inquirí.

--Oh -dijo- bueno, he visto que tú y mi hermano... no lo sé, pensé que eran algo, ¿lo son?

Inesperado.

--No... -tragué saliva nerviosa- bueno, somos amigos.

--¿Y te gusta? -preguntó mientras jugaba con un mechón de su cabello, su largo y brillante cabello castaño, lacio en la raíz y ondulado en las puntas. Estoy segura de que la contratarían para hacer anuncios de shampoo.

--Yo no... -¿qué era lo que me había preguntado?  Ah, ya me acordé- sí, espera no, no lo sé -Becca sonrió- por lo que más quieras no le digas que dije eso -agregué rápidamente.

--No te preocupes -ella rio. 

--¿Él te ha dicho algo?

--No realmente, pero si lo hace te lo informaré.

Vaya, qué buen servio.

Después de eso dejamos el tema de Alexis de lado, pero continuamos conversando el resto del día, teníamos tantos temas de conversación que me sorprendí demasiado. 

Finalmente las clases acabaron.

--Adiós, Leah -se despidió Becca.

--Adiós.

Parpadeé varias veces. ¿Me estoy haciendo amiga de Becca?

.-.

--Espera, tengo ganas de comprarme un helado -le dije a Diego deteniéndome frente a una heladería.

--De acuerdo, yo te espero aquí.

--¿No quieres uno?

--No traje dinero.

--Yo invito.

--¡Sí! ¡Pensé que nunca lo dirías! ¡Gracias, Leah!

Oh rayos. Esperaba que dijera "no tienes que hacerlo" o que dijera "no gracias, estoy bien"

Entré a la heladería, me acerqué al mostrador y pedí dos conos de menta. Mientras esperaba mi orden, noté que de pie a la par mía estaba Mason, un chico que va a mi colegio esperando por un MilkShake.

Mason había sido mi amigo cuando teníamos catorce años. Tenía ganas de saludarlo y preguntarle cómo iba su vida, pero no hemos hablado en tres años, y nunca lo saludo en el colegio... creo que sería algo raro.

¡Vamos, Leah! ¡Solo háblale¡Es tu último año y va por la mitad, ya nada importa!

Le entregaron el Milkshake a Mason y se fue sin mirarme si quiera. Suspiré y esperé por los conos.

--¿Por qué tardaste tanto? -Preguntó Diego.

--Mason estaba antes que yo y tuve que esperar a que le hicieran su MilkShake para que me entregaran los conos.

--¿Era Mason él que estaba ahí? Debí haber entrado a saludarlo.

¿Es que acaso Diego es amigo de todos en el universo?

Cinco minutos después llegamos a su casa, nos despedimos y seguí caminando hasta llegar a la mía que queda un poco más lejos.

A penas tenía un minuto de haber entrado a la casa cuando sonó el timbre.

--¡Yo no voy! -gritó mi padre.

--¡Yo tampoco! -gritó Lucía.

--¡Vagos! -les grité, mientras me devolvía para ver quien era.

Abrí la puerta y me encontré con la persona que menos quería ver y solo necesitaba olvidar.


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Hi,

Charlie en multimedia *-*

(Sí, ya sé que en las ventajas de ser invisible también se llama Charlie) Me pareció que le quedaba bien el nombre al actor, así que...

Bueno, nos leemos el sábado o domingo ;) ;)

Denle clic a la estrellita please <3

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