16-"Con razón no estás llorando"
Mi celular sonó de nuevo.
Papá: ¡Leah tengo prisa! /3:33p.m/
Yo: no te encuentro, ¿dónde estás? /3:33p.m/
Papá: no ando mi auto, estoy en otro, es color blanco /3:34p.m/
¿Por qué en otro?
Yo: hay como seis autos blancos, sé más específico /3:34p.m/
Papá -Grabando audio-
Rodé los ojos. No puedo escuchar audios con el escándalo provocado por la lluvia y las personas.
Hace como veinte minutos papá me envió un mensaje diciendo que estaba cerca y que vendría a recogerme del colegio, ya que estaba lloviendo muy fuerte. Y llevo algo así como diez minutos buscándolo.
Yo: ¡no puedo escuchar audios! /3:35p.m/
Papá: ¿por qué no? /3:35p.m/
Le mandé un audio diciendo que no podía y punto. Se supone que él tiene prisa, no hay tiempo para explicarle.
Papá: no puedes escucharlos ¿pero si puedes grabarlos? ¡Leah apúrate! /3:35p.m/
Yo: dime dónde estás o algo más sobre el auto /3:35p.m/
Papá -Grabando audio-
¡Pero qué necio!
Mientras él grababa su audio que no puedo escuchar, yo le mandé otro diciendo que no fuera necio y que escribiera.
Papá: estoy parqueado del lado izquierdo, en el auto que prende y apaga las luces /3:37p.m/
Papá: si no sales en dos minutos tendré que dejarte botada /3:37p.m/
Yo: ok ok /3:38p.m/
Salí cuando vi el auto. A pesar de que iba corriendo y tapándome con la mochila, llegué empapada. Mi padre estaba sentado en el asiento del copiloto y al volante una mujer desconocida para mí.
--Hola -saludé inesperada.
--Leah, ella es Francella, mi compañera de trabajo -nos presentó papá- Francella, ella es mi adorable hija.
--Mucho gusto -dijo Francella sonriendo.
--igualmente -sonreí también, espero que sea más que su compañera de trabajo.
Un momento... Mi papá escuchó los audios que le envié gritando. ¿Significa que Francella los oyó también? Uy, probablemente piensa que soy una mocosa malcriada... y talvez lo sea, pero ella no tenía que saberlo.
Francella prendió la radio y sonó la canción love me like you do de Ellie Goulding. Me quedé en silencio el resto del camino mientras ellos dos conversaban.
.-.-.
Llegué a casa y me dejé caer en el sofá, no me importó en absoluto mojarlo, no tengo energía para subir a mi cuarto a cambiarme.
--Estás empapada –dijo Lucía al verme.
--¿En serio? No me había dado cuenta.
--Otra vez con el sarcasmo -Lucía rodeó los ojos- significa que sigues de mal humor.
--Solo estoy cansada.
--¿Es por lo de Spencer? -preguntó Lucía, yo rodeé los ojos al escuchar el nombre del inombrable- dijiste que no te había afectado mucho.
Suspiré. Ya pasaron dos días desde que lo descubrí, y creo que me siento mejor. Al menos pasé de sentir rabia, humillación, y tristeza; a solo decepción, y bueno, la decepción es un sentimiento al que ya estoy acostumbrada.
--No lo hizo -respondí- tampoco estaba tan encariñada con él, salimos una vez, solo me ilusionó, pero ya lo superé -dije intentando convencerme a mí misma.
Mi hermana asintió comprensiva. Revisé mi celular y vi un mensaje de Alexis, ayer me escribió y hemos estado hablanco desde entonces.
--¿Por qué de repente sonríes? ¿Con quién hablas? –preguntó Lucía.
--¿Qué? Con nadie... -dije, lo cual fue tonto de mi parte, debí haberle dicho que hablaba con Karina o algo así, porque mi hermana me arrebató el celular de las manos antes de que pudiera darme cuenta.
--¿Alexis? -preguntó indignada- ¡¿por qué rayos estás hablando con Alexis?!
--Porque es mi amigo -dije encogiéndome de hombros, no sé si ya estamos en ese nivel pero para fines prácticos lo llamaré amigo frente a mi hermana.
--¡No puedes ser amiga de mi enemigo! -exclamó.
--Talvez no deberías ser tan odiosa con él -dije, recordando como lo trató el día que vino a la casa.
Lucía me miró sorprendida: --Espera espera, ¿te gusta? ¡No puedo creerlo! Con razón no estás llorando por Sp...
--Me cae bien -la corté- nada más.
--Más te vale –dicho esto Lucía se retiró.
Vaya, no entiendo cómo puede odiarlo. La ignoré y procedí a contestarle a Alexis, estábamos hablando sobre las películas de Star Trek.
Yo: estoy ansiosa por ver Star Trek Beyond /3:45p.m/
Alexis: yo también /3:46p.m/
Estaba pensando ir a verla al cine mañana, ¿no quieres acompañarme? /3:46p.m/
Di un pequeño saltito de emoción; no significa que me esté ilusionando, simplemente estoy emocionada por la amistad que estamos cosechando.
Yo: sí, me parece bien y estoy libre mañana :) /3:46p.m/
No puedo creer que yo estuviera sufriendo por el idiota de Spencer, cuando todo el tiempo que desperdicié hablando con él pude haberlo desperdiciado con Alexis.
Ahora sí tengo la energía para subir a mi cuarto, todo para reservar las entradas para el cine mañana.
.-.-.-.-.
--¿Cómo has estado, Leah? –preguntó Austin en cuanto llegué al aula y me senté en mi pupitre.
¿Así que ahora me hablas?
Bueno, es lindo que muestre interés, aunque probablemente lo haga solo por lástima, literalmente me vio soltar una lágrima.
Fue una sorpresa para mí cuando me abrazó ese día y la forma en la que intentaba animarme. La Leah de hace unos meses probablemente se hubiese desmayado, pero a la Leah de ahora no le importó, en ese momento solo estaba pensando en Spencer.
--Bien –le respondí, tratando de sonar creíble.
--¿Ya hablaste con él? -preguntó.
--No.... –dije- ¿por qué? ¿crees que debería? ¿Crees que tenga una explicación o algo...?
--No seas ingenua.
Pero es mi especialidad.
La verdad es que había bloqueado a Spencer de mis contactos, ¿para qué decirle que lo vi? Mejor que piense que simplemente me aburrí de él. Pero no había considerado la posibilidad de que él tuviera una explicación, es decir, ¿qué tal si es actor y en realidad estaba grabando una escena y...? Nop, me engañó y punto.
La profesora llegó y comenzó la lección, mientras nos explicaba matemáticas Austin conversaba animadamente con los compañeros a su alrededor. La profesora lo regañó una vez, luego dos, y unos minutos después le llamó la atención por tercera vez, y podría decirse que agotó su paciencia por completo.
--¡Austin, ya es suficiente! –exclamó la profesora- trae pupitre, lo pondrás a la par de mi escritorio, y ahí te vas a seguir sentado el resto del año -ordenó.
Austin la miró desconcertado: --Wow, profesora yo sé que me quiere cerca pero...
--Basta -lo interrumpió- pásate, ¡ahora!
--No puede estar hablando en serio –dijo incrédulo- ¿a la par del escritorio de profesores? ¿Qué soy, un niño de kínder?
--Actúas como uno, si no quieres otra boleta será mejor que lo hagas ahora.
Todos en la clase nos estábamos riendo, excepto Becca, por su puesto.
Austin rodeó los ojos y cargó su pupitre hasta ponerlo a la par del escritorio de la profesora, dejando un espacio vacío a la par mía.
Justo cuando podía dejar de ignorarme lo cambian de lugar. Otra vez el destino me recuerda que no nos quiere juntos, pero ahora estoy lejos de quejarme.
.-.
Al terminar las clases tomé el bus para llegar a casa más rápido y tener tiempo para alistarme para mi salida con Alexis, como esta era una amistosa, simplemente me cambié el uniforme del colegio y me peiné. En cuanto estuve lista tomé otro bus para llegar al cine, y justo en la entrada me encontré con Alexis.
--Hola -lo saludé.
--Hola Leah -saludó sonriente- todavía faltan unos minutos para que empiece la película, ¿quieres palomitas? Yo invito.
Wow, por supuesto que quiero palomitas, yo iba comprármelas pero ya que insiste...
--¿En serio? ¡Sí, gracias!
Compramos la comida y caminamos para entrar a la sala de cine. Mientras Alexis sostenía la bandeja con las palomitas y refrescos yo saqué las entradas del bolsillo de mi pantalón y se las entregué al señor de la boletería, quien por alguna razón hizo una cara rara al ver las entradas.
--Estas entradas eran para ayer -dijo con voz firme.
--¿Cómo dice? –pregunté, esto tiene que ser un mal entendido.
Señaló la fecha en la entrada, decía martes 26 de julio, hoy es 27.
--No puede ser -dije mientras ahogaba un grito de frustración.
¿Esto es en serio? ¡¿Por qué tengo tan mala suerte?! ¿Era mucho pedir poder ver la película y pasar un buen rato con Alexis?
Él debe estar furioso conmigo por ser tan despistada y arruinarlo todo.
--Vámonos, Leah -dijo Alexis riendo- talvez hayan entradas para otra película.
¿Se ríe? ¿Le parece gracioso que no hayamos podido ver la película que tanto había esperado?
--¡Agh! -me quejé mientras caminábamos hacia la fila de la boletería- juro que reservé las entradas para hoy, no para ayer, ¡esto debió ser un error de impresión y...! ¿Cómo puedes reírte? -le reprendí al ver que continuaba riéndose- ¡Acabamos de perder el dinero de dos entradas... estaban baratas, y eran 2x1, pero igual! Quiero tirarme de una escalera en estos momentos...
Alexis lo único que hizo fue reír más.
--Traquila Leah, la podemos venir a ver otro día -repuso con calma- y por hoy podemos ver otra película, ¿te interesa alguna?
Miré la cartelera, solo quedaban entradas para tres películas: los caza fantasmas, la era del hielo 5, buscando a Dory...
--¡Buscando a Dory!
--Pensé que nunca lo dirías –Alexis sonrió, lo que me hizo sonreír.
Compramos dos entradas a pesar de que la película había comenzado hace diez minutos y solo quedaba espacio en la primera fila de asientos. Esto me va a causar tortículos toda la semana, pero todo por pasar tiempo con Alexis.
Terminó la película y pudimos comentarla un poco antes de que Alexis tuviera que irse por algún asunto familiar, razón por la que casi no tuvimos tiempo de hablar, ni nada, lo cual me decepcionó un poco, pero al menos existe la posibilidad de que volvamos a venir.
.-.-.-.-.-.-.-.-.
--Bueno, técnicamente él sugirió el cine -comentaba Mariela mientras sacaba los libros de su casillero que iba a ocupar para la próxima clase- ahora te toca a ti proponer una salida, y no elijas el cine o otra vez no podrán hablar.
--Ya veremos -dije, de camino al aula me percaté que estuve tan concentrada hablándole a Mariela sobre Alexis que olvidé sacar los libros que ocupaba- agh, adelántate, tengo que regresar a mi casillero -le dije y ella asintió.
Llevaba un rato caminando tranquilamente por el pasillo cuando de repente alguien me puso las manos en los hombros y me acorraló contra los casilleros.
--Ha pasado un tiempo, Leah -saludó Charlie.
Rodeé los ojos.
--¿Qué quieres? –pregunté, él solo levantó los hombros. Respiré profundo lista para recitar el discurso que vengo preparando desde la conversación por teléfono de aquel día- Charlie.... eres el novio de mi mejor amiga, solo por eso he intentado tolerarte, ¡pero tú sigues jodiendo cada vez que tienes la oportunidad y ya me harté! Así que escucha, ya no estamos en la misma aula, no somos compañeros de clases, y me mantengo alejada cuando estás con Mariela; en otras palabras, ya no hay nada que nos una, ni ninguna razón por la que debamos interactuar. Así que te pido que madures de una maldita vez, y me dejes en paz.
Charlie pareció sorprendido por un segundo, solo por un segundo.
--¿Y si no, qué? –dijo cruzándose de brazos.
--¿Cómo que "y si no qué"? ¡Solo no me vuelvas a hablar! –Exclamé- ¡ya deja de molestarme!
--¿Nunca se te ha ocurrido pensar que hay una razón por la que me la paso molestándote? -dijo Charlie mientras daba un paso hacia adelante- ¿por qué crees que te molesto, Leah? –Preguntó en mi oído.
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