14-"Esto es humillante"

Salí con Spencer el jueves de la semana pasada, hoy es miércoles, y aún no me ha llamado, ni puesto un mensaje, NADA.

--¿Crees que estoy exagerando? -pregunté a Karina, nos encontrábamos en mi casa viendo una película.

--No sé, talvez un poco, solo han pasado seis días, y de igual forma irás a la cafetería el sábado.

--Te aseguro que no iré este sábado, estoy enferma.

--¿Qué tienes?

--Pereza -suspiré- Karina, ¿crees que sí le gusto? Es decir, me invitó a una cita, y según yo salió bien pero comienzo a empezar que lo espanté...

--No necesariamente -me interrumpió- a veces los chicos son muy tontos y piensan que no es importante escribir después de una cita, así que solo queda esperar a ver si te invita a otra. Me parece muy bien que no vayas a la cafetería, deja que él te busque.

Temo que no lo hará.

--Creo que si le gustara ya me habría escrito, ¿para qué pidió mi número si ya no me quería? -me quejé.

Realmente disfruté mi cita con Spencer, fue divertida, la conversación fue fluída, y no me puse nerviosa ni recuerdo haber dicho nada estúpido como siempre hago. Talvez arruiné un poco aquel momento, pero no fue mi culpa, y no puede ser que sea por eso que no me haya hablado... ¿o sí? Bueno, preferiría que fuera por eso a que fuera porque le aburrí y no le parecí interesante en absoluto.

--Leah, no me contaste los detalles -habló Karina-, ¿qué pasó en su cita? ¿Se tomaron de la mano? ¿Se besaron? Bueno no lo creo, ya me habrías contado si algo así hubiera pasado... pero para estar seguros, responde mis preguntas.

--Verás... -comencé.

*FlashBack*

Luego de la comida Spencer me acompañó caminando hasta mi casa, lo que me pareció muy tierno.

--Hasta luego, Spencer -me despedí- la pasé muy bien, gracias.

Él esbozó una leve sonrisa y fue acercándose a mí, estaba a menos de medio metro de distancia y su mirada se dirigió a mis labios; pero hacía mucho viento y mientras se acercaba me dio ganas de estornudar.

Oh no, no ahora. ¡No estornudes!

Terminé retrocediendo y dando vuelta para taparme con el brazo mientras estornudaba.

Spencer también retrocedió, espero no haber salpicado gérmenes.

--Salud -dijo- adiós, Leah -me dio un beso en la mejilla y se fue camino hacia el otro lado.

Estuve apunto de decirle que voviera, que ya no iba a estornudar, pero las palabras no salieron de mi boca. Me golpeé en la frente mientras veía como su silueta desaparecía.

*Fin del flashback*

--Ya veo -Karina hizo una cara seria y luego rio- ¡no puedo creer que estornudaras! Pero bueno al menos te dijo salud, ¡qué educado de su parte!

--Talvez es culpa de mi estornudo que no me ha llamado. Seguro ahora le doy asco.

Aunque la verdad en parte agradezco el estornudo, no sé si ese era el mejor momento para mi primer beso, además, habría hecho que me sintiera aún peor de que no me haya llamado.

--No digas idioteces -intervino Karina- ¿cómo le vas a dar asco por estornudar? ¡Como si él no estornudara también!

--Lo sé, lo sé -dije- talvez solo no fui de su agrado -me encogí de hombros.

Karina puso los ojos en blanco. -Tienes que dejar de pensar así -repuso- pero bueno, para que no pienses más en eso, cambiando de tema, ¿quieres venir a mi fiesta...?

--No -la corté.

--¿Me dejas terminar? -preguntó y asentí de mala gana- no es lo que piensas, es mi fiesta de cumpleaños. Si fueras buena amiga recordarías que cumplo años este sábado... -¿me está diciendo mala amiga? Ok, talvez no sabía cuándo era su cumpleaños, pero Facebook me lo recordaría ¿Cuál es la diferencia? no tengo espacio suficiente en mi cerebro para recordar tantos cumpleaños - Voy a hacer una pequeña fiesta en mi casa, solo con unos cuantos amigos y me gustaría mucho que fueras. Es una fiesta simple no se va a descontrolar nada, te lo prometo.

--Eso dices siempre -le recordé- como el año pasado cuando tú y Mariela me dijeron que iríamos a una convención de té nocturna y en realidad era una fiesta en la ciudad...

--Ya ya ¡supéralo! -Karina suspiró- solo queríamos que salieras de casa... aunque que te creyeras lo del té sigue siendo muy gracioso. En fin, la diferencia es que esta vez la fiesta es mía, y es con pocas personas, todas cercanas a mí, y tú eres mi mejor amiga y es importante para mí que vayas así que no me hagas enojarme contigo y ve.

--De acuerdo -dije, me halaga que dijera que soy su mejor amiga, creí que esa era Melanie aunque ahora que lo pienso talvez solo lo dijo para que yo aceptara-. Bueno ya que es importante para ti y yo soy muy pero muy buena amiga -aclaré- voy a ir.

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--Estoy aburrido -dijo Diego mientras caminábamos a Ciudad Clavel como de costumbre- juguemos verdad o reto.

¿Para que me pregunte algo que no quiero responder? ¿O ponerme quién sabe qué trastornado reto?

--No gracias.

--Leah, no era una pregunta -dijo con ternura- comienzas tú, ¿verdad o reto?

--Verdad -respondí, Diego pareció satisfecho con mi elección y no tardó más de un segundo en pensar qué preguntarme.

--¿Cuántos novios has tenido en tu vida?

Suponía que iba a preguntar algo así, bueno pudo haber preguntado algo peor, pero ¡agh! ¿Qué voy a responderle? Voy a sonar patética si le digo que ninguno, y aunque puedo fácilmente inventarme un número... Eso sería mentir, y se supone que tengo que decir la verdad.

--Ninguno -dije.

Diego me miró sorprendido.

--¿Qué dijiste? -preguntó sonriendo.

--Dije que ninguno -repetirlo no era agradable.

--¿Nunca?

--No, tu turno -dije con rapidez en un intento de cambiar de tema- ¿verdad o reto?

--¿En serio nunca? ¿Nunca, nunca?

Pero en qué idioma tengo que hablarle.

--¡No, nunca! Ahora responde, ¿verdad o reto?

--Tenemos que cambiar eso -dijo Diego, nuevamente ignorando la pregunta.

--¿Cómo? -pregunté confundida.

--Puedo iniciar el rumor de que estamos juntos, sería bueno para tu currículum, los chicos adoran a las que ya tienen pareja.

Reí ante su comentario: --Gracias, pero no hace falta, estoy saliendo con alguien.

Al menos eso espero, ¡maldita sea, Spencer, ya pasó una semana desde la cita!

--¿En serio? Genial.

--¿Verdad o reto? -le pregunté.

--Lo que sea, no estoy interesado en jugar, solo buscaba que me dieras la información que quería.

--¿No podías sólo preguntarme y ya? -reí confundida.

--Temía que no responderías.

--Siempre respondo tus tontas preguntas personales -y vaya que hace muchas, pero no me molesta, porque puedo preguntárselas también y así cada vez lo conozco más.

Sólo espero que no me pregunte por la persona con la que dije que estoy saliendo, por el momento mi situación con Spencer es vergonzosa.

--Supongo que tienes razón -aceptó- ¿nunca te ha gustado nadie, Leah?

--Sí.

--¿Quién?

--Nadie que pueda decirte -antes de que siguiera insistiendo desvié la atención a él- ¿tú cuántas novias has tenido?

--¿Oficiales? Ninguna -respondió.

--¿Qué? -me sorprendí, ha andado con medio colegio, uno pensaría que por lo menos una de ellas fue su novia. Tanto drama que hizo sobre que yo nunca haya tenido novio, ¡cuando él tampoco ha tenido novia! Aunque bueno, al menos él ha tenido romances- ¿alguna vez te ha gustado alguien de verdad? -pregunté con curiosidad.

Diego negó con la cabeza:--¿Gustar más allá de que me parezca atractiva? Definitivamente no.

--Tal vez tu problema es que solo te fijas en el físico -apunté.

--Eso no es cierto, también le he dado oportunidades a feas -afirmó, yo reprimí una risa, qué conversación tan rara- es igual, todas las mujeres que he conocido tienen personalidad irritante, o aburrida, o simplemente les falta un tornillo.

Bueno, yo soy mujer, ¿qué hago, me ofendo? Creo que debo ofenderme, pero no puedo negar que su punto de vista me parece interesante y algo gracioso.

--Todas las que has conocido... -repetí- ¿entonces yo qué soy? Déjame adivinar, ¿aburrida?

Diego rio.

--No tonta, cuando dije "conocer" quise decir en el ámbito romántico, ¿crees que caminaría cuarenta minutos contigo casi todos los días de la semana si me parecieras irritante o aburrida?

Aww, es halagador para mí saber que no soy eso para él.

--El tornillo sí te falta -agregó.

Reí, él tampoco puede hablar mucho sobre cordura...

--Talvez estás en el equipo incorrecto -sugerí- por eso no te gusta ninguna chica.

--Nah, los chicos son todavía menos interesantes, y créeme, eso es decir mucho.

--¡Oye! -le reclamé- pero hay muchas chicas geniales... Becca, por ejemplo -fue la que se me ocurrió, tenía que probar mi punto- es muy linda, es popular, divertida, lista, ¡lo tiene todo!

--Lo sé, pero no me interesa, ella le gusta a uno de mis mejores amigos.

Vaya, me pregunto a quién. Agh.

--¿Qué hay de Karina? -inquirí- también es un gran partido.

--Adoro a Karina -afirmó- pero le faltan un millón de tornillos, ah, y tiene novio.

Cierto, me olvidé de la existencia de Logan. Muy cierto lo de los tornillos también, no pude evitar reírme, de todos modos le di un codazo a Diego por decir eso de mi amiga.

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Es sábado. 

Ya pasaron nueve días y Spencer sigue sin hablarme. 

Esto es humillante. Me rindo, claramente no va a escribirme nunca y claramente ya no está interesado en mí.

Es algo bueno que hoy sea la fiesta de Karina, talvez socializar me ayude a quitarme a Spencer de la cabeza, y olvidar la sensación de rechazo tan horrible que me dejó. Estarán mis mejores amigas, supongo que será divertido.

Llegué a casa de Karina unas horas antes para ayudarla a preparar todo, y bueno, porque no veía la hora de salir de mi casa a despejarme.

--¿Y a quién invitaste? -le pregunté mientras colocábamos luces de navidad en la sala para decorar.

--No más de 25 personas -respondió Karina- nuestras amigas, otros amigos, unos cuantos de mi aula.

--¿De tú aula...? ¿No habrás invitado a Dylan, cierto? -pregunté preocupada, Karina se encogió de hombros- ¡no puedo creerlo!

--¡Es mi amigo, no podía no invitarlo solo porque te cree acosadora!

--Aún no estoy segura si me cree una acosadora -dije en voz baja, como si hubiera alguien que pudiera escucharnos.

--Cálmate, ¿qué es lo peor que podría pasar? -preguntó relajada- también invité a Diego, por cierto.

--¿Qué? ¿Por qué? ¡Dijiste que nunca habían hablado cuando me lo presentaste!

--Eso era antes, desde hace más de un mes que ya hablamos, de todos modos, ¿por qué te molesta, no es tu mejor amigo?

--Sí, pero me da miedo que intente avergonzarme frente a Dylan otra vez. 

Hoy tengo que mantenerme alejada de ambos lo más posible.

.-.

Dos horas después estaban todos los invitados de Karina bailando al ritmo de la música en su gran patio, yo me encontraba dentro en la sala jugando juegos con mi celular. Mi plan de socializar y divertirme se había ido a la basura desde que me enteré que venía Dylan.

--¿No vas ir a bailar, Leah? -levanté la mirada y me encontré con mi amiga Lauren y Diego en frente mío.

Fruncí el ceño. --No sé bailar.

--Tampoco yo, a nadie le interesa -dijo Lauren- ¡vamos! No quiero que te quedes aquí sola.

--Bailemos -dijo Diego jalándome de la mano.

--No quiero.

--Vamos Leah, no seas amargada -insistió.

--No voy a bailar, Diego -repuse.

Él asintió y se fue rodeando los ojos. Suspiré aliviada, tengo que estar lejos de él durante la fiesta. 

De repente mi celular sonó al recibir un mensaje de Karina.

Karina: necesito tu ayuda urgente, ven a la cocina ¡pero ya! /8:11p.m/

Me levanté confundida.

--Karina dice que vaya a la cocina, ya regreso -le informé a Lauren y ella asintió.

Karina: ¡¡rápido!! /8:11p.m/

Doblé por el pasillo a toda prisa, pero choqué con alguien fuertemente y terminé cayéndole encima, mi rostro quedó a centímetros del suyo y al separarme un poco pude ver quién era: Dylan.

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