Comenzamos el viernes con matemáticas (hermosa forma de comenzar el día, ¿no creen?)

Becca solo estuvo ausente un día, al siguiente regresó, y todo volvió a la normalidad. El resto de la semana Austin no me volvió a hablar, nuevamente él y Becca no se callaban, y Mery y yo nos molestábamos por lo desconsiderados que eran con los que intentamos prestar atención en clases. 

Me di cuenta que la idea de que talvez podíamos ser amigos, era de las más tontas que había tenido en mi vida, al diablo con eso.

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Durante el recreo estaba metida en WhatsApp pasando la lista de contactos mirando los estados de la gente y esas cosas. Entre los primeros diez vi el nombre Alexis.

Suspiré. Casi había olvidado que me dio su número, igual no me atrevería a escribirle, no sabría ni cómo. Seguí pasando los contactos hasta que me detuve en Dylan, también había olvidado que tenía su número. Es hora de borrarlo.

Iba a abrir su foto de perfil pero por error le di en el teléfono y terminé llamándolo.

No no no no no no.

Colgué inmediatamente; pero Dylan estaba en línea, significa que al entrarle mi llamada debió haberle aparecido mi foto de perfil en grande.

No puede ser, si Dylan no me veía como una acosadora antes, ahora que sabe que tengo su número lo hará. 

Talvez colgué antes de que Dylan pudiera ver mi foto...

Suspiré y eliminé mi foto de perfil con la esperanza de que no la haya visto y nunca sepa quién lo llamó.

--Eres una estúpida -le dije a Karina, estábamos sentadas en el césped merendando- guardaste el número de Dylan en mi teléfono y acabo de llamarlo por accidente...

Ella solo rio.

--Sí soy una estúpida -afirmó- pero no por eso.

Creo que Dylan no supo que fui yo, porque el muy tonto me devolvió la llamada, yo la rechacé, y luego procedí a bloquearlo. 

Casi se me sale el corazón cuando lo llamé.

Levanté la mirada del celular mientras recuperaba mi ritmo cardiaco normal. Mirando a lo lejos divisé a Alexis hablando con sus amigos, y otra vez mis latidos aumentaron.

--¿Leah? -me habló Karina- estás mirando a Alexis con nostalgia, ¿te das cuenta de que tienes su número? ¿Que él te lo dio específicamente para que le escribieras? 

Esa última afirmación hizo que de repente me diera un ataque de confianza inexplicable. Busqué el número de Alexis y abrí el chat.

--No puedo -suspiré en cuanto escribí la "h" de hola- mira mis manos, están temblando.

--¿Y si lo escribo yo? -sugirió Karina.

--¿Qué diferencia haría que mandes el mensaje tú en mi lugar?

--Que a mí no me cuesta, y te podría dar el pequeño empujón que necesitas.

Antes de poder sobrepensarlo, le entregué mi teléfono a Karina, y en dos segundos ya ella había mandado un mensaje que decía: Hola, soy Leah :)

--Vaya, eso estuvo intenso -dije tomando un sorbo de agua- gracias.

--De nada, aunque no entiendo qué te daba tanto miedo.

Francamente, yo tampoco. Él quería que le escribiera, de lo contrario no me habría dado su número. Aunque me lo dio hace dos semanas, tal vez ya mi tiempo venció... No, esto no vence, ya deja de pensar, Leah, el mensaje está enviado.

Apagué mi celular y decidí que lo dejaría así hasta llegar a casa, porque no quería estar distrayéndome en clases revisando cada minuto si ya me había respondido. Además, era muy improbable que Alexis respondiera en horario de colegio, como el buen estudiante que es. 

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Llegó la hora de salida y me encontraba caminando con mi amigo Diego. Hoy olvidé traer mis audífonos, y como no dejaba de quejarme porque no iba a poder escuchar música, Diego me prestó uno de los suyos, ya que eran inalámbricos.

--Pásala -le dije en un momento- no me soporto esa canción.

--¿Bromeas? -me miró ofendido- ¡es de las mejores canciones de Taylor!

--No, la mejor canción de Taylor es You belong with me -afirmé.

Diego negó con la cabeza.

--La mejor claramente es 22.

--¿Por qué? -pregunté confundida- tienes 17 años.

--Pero puedo sentirme de 22, ese es el punto.

Reí. Es genial conocer a un chico que no tema admitir que es fan de Taylor Swift y podamos hablar sobre sus canciones.

Pasamos un agradable rato comentando música, hasta acordamos que de ahora en adelante seguiríamos usando sus audífonos para estar en la misma sintonía, literalmente.

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Finalmente llegué a casa y más emocionada que nerviosa encendí mi celular para ver si Alexis había respondido.

Alexis: Hola Leah, ¿cómo estás? /3:55p.m/

Yo: bien, gracias /4:10p.m/

Apareció el visto de inmediato, y un minuto después seguía sin responder. 

Yo:💔 /4:11pm/

Alexis: me alegra /4:11pm/

El mensaje de Alexis me llegó apenas se envió el emoji.

Alexis: ¿por qué el corazón roto? /4:11pm/

Yo: es que creí que me habías dejado en visto, pero contestaste y... olvídalo /5:12pm/

Alexis: jaja, debo decir que pensé que no me ibas a escribir nunca, pasaron dos semanas /4:12pm/

Yo: sí... lo siento, yo no sabía qué escribir exactamente, ni sabía de qué hablarte /4:12pm/

Alexis: ¿y ahora sí? /4:13pm/

Yo: no, en realidad no /4:13pm/

Alexis: pues yo sí :)  /4:13pm/

Continuamos con la conversación que habíamos dejado a la mitad el día que nos conocimos, sobre la comparación de de un libro que ambos leímos con su película. ¿Cómo no se me ocurrió que habíamos dejado una conversación pendiente? Todo este tiempo estuve preocupada de que no teníamos nada de qué hablar.

La conversación fluida y interesante, pero ya se estaba acabando, así que aproveché para sacarme de una duda que tenía.

Yo: Alexis... tengo una pregunta /4:30pm/

Alexis: dime /4:30pm/

Yo: es sobre Becca, si ella es tu hermana ¿por qué tienen la misma edad? /4:30pm/

Alexis: es mi hermana adoptiva /4:30pm/

Yo: ¿en serio? 😱 /4:30pm/

También tengo una hermana adoptiva /4:31pm/

Alexis: ¿¿LUCÍA?? /4:31pm/

Mierda, olvidé que se conocían.

Yo: no debí decir eso 😳

Por favor, no le digas que te lo dije, tampoco la molestes con eso, ella no sabe que yo lo sé 😰 y es adoptiva de parte de mi padre, pero sigue siendo mi media hermana /4:31pm/

Alexis: no te preocupes. /4:32pm/

Yo: gracias /4:32pm/

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Al menos se hubiera despedido antes de dejarme en visto. ¡Pero qué importa, parece que ya tendré otro amigo aparte de Diego! 

Hoy ha sido un buen día.

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Otra vez lunes. Estaba caminando sola hacia mi casa, Diego estaba enfermo y faltó al colegio hoy.

Iba pasando al frente -desde otro lado de la calle- de la cafetería donde trabaja Spencer. Casualmente él estaba en la acera y me vio, yo lo saludé con la mano y  me respondió con una seña, no entendí si se refería a que fuera allá o si solo me estaba saludando de vuelta, pero yo tenía que cruzar la calle de todos modos, así que me dirigí donde estaba él.

--Hola Spencer -lo saludé.

--Hola, ¿cómo has estado? -preguntó sonriente. Spencer no andaba el uniforme del trabajo, andaba una camisa roja de cuadros y un jeans. No es el mejor outfit del mundo, pero, a él le queda.

--Bien, ¿y tú?

--Bien -dijo- aunque me hiciste falta el sábado.

Mi cara empezó a arder. Parece que hice bien en quedarme en casa estudiando ese día.

--¿De verdad? -sonreí.

--De verdad -dijo- me alegra haberte encontrado -Spencer metió las manos en los bolsillos de su jeans- Leah, me estaba preguntando si... No lo sé, ¿te gustaría salir algún día? ¿Como en una cita?