Reencuentro
¡Más rápido, por favor!
El sicario obedeció y piso el acelerador, tenía que llegar al muelle antes de que el barco zarpara.
Los hombres de Hades no tardaron en deducir a dónde iban, uno de los empleados de Kido había alquilado un buque mercantil, planeaba huir y llevar al niño con él, sabían que no podían dejarlo ir, o su jefe explotaría contra ellos.
Zaphiri y Krest iban junto a los dos sujetos que los habían ayudado todo el caminó. Avenir y Hakurei marcharon con Calvera al hospital, llevando a los pequeños para que los revisarán.
¡Ya lo encontraron!
Informo uno de los secuaces a su compañero.
¡Que no le dejen ir!
***////
¡Rápido, muevanse! ¡Tenemos que irnos antes de que esos desgraciados lleguen.
Tatsumi daba órdenes a todos lados, no sabía quién ayudaba a Krest, pero era tan poderoso como su maestro.
¡Señor Tatsumi!
Dante llegó corriendo .
¡¿Que es lo que pasa?!
Señor, el maestro....
¡Bang, Bang!💥
Una serie de disparos no tardaron en llegar, los ojos del calvo se abrieron asustados al ver caer a Dante frente a él, una bala le dió en la cabeza.
Logró quitarse y correr a dentro.
Tres camionetas blindadas y otros más en motocicletas, todos ellos con armas de grueso calibre.
Los trabajadores corrían desesperados para cubrirse de la ráfaga de balas que el barco comenzaba a recibir, los hombres de Kido no tardaron en repeler el fuego, convirtiendo el muelle en un infierno.
¿Que barco es?
Un buque comercial, nuestros hombres ya están ahí.
El carro llegó derrapando, se cubrieron tras unos contenedores. Krest y Zaphiri bajaron de un brinco, intentaron correr hacia el barco pero los otros dos no los dejaron.
¡Están locos! Si corren así quedarán en fuego cruzado.
¡No, mi bebé!
Krest buscaba liberarse, tenía que entrar, tenía que salvar a su hijo.
Un fuerte estruendo les hizo retroceder, uno de esos sujetos había sacado un lanzacohetes.
¡Maldita sea!
¡Agáchense!
El mayor de los sicarios los arrastró hasta la parte trasera del auto, donde abrió la cajuela mostrando un armamento digno de Rambo.
¿Sabes disparar?
....
¡La vida de tu hijo depende de ésto?
El bicho solo afirmó, tomo un arma y muy a su pesar formó parte del tiroteo.
****////****.
¡Tap,tap,tap,tap!
Unos pasos resonaban en el pasillo, se podía escuchar la respiración entrecortada, sus pies estaban descalzos y ardían al contacto con el suelo metálico, se adentro en el pasillo, acunando su preciada carga.
****///
¡Maestro!
Tatsumi llegó corriendo al camarote que su amo ocupaba, tenía que informarle lo que ocurría. Enorme fue su sorpresa al entrar y ver a su jefe tendido en el suelo, quejándose, mientras un doctor revisaba su hombro, a los pies de estos estaba el abre cartas manchado con sangre.
¡Ese infeliz!
No tuvo tiempo de reaccionar, de improviso el grito de Julián lo asustó, el chico corrio hacia el como poseso, clavo el abre cartas en su hombro y después lo empujó lejos del niño.
¡Zeus!
Gritó antes de tomar al niño en brazos y salir corriendo de ahí.
-señor, tenemos que irnos, estos sujetos.
¡No! No me iré ¡Esos malditos van a pagar!
Furioso, Kido se levantó, camino hasta la puerta tambaleándose y con una mirada psicópata ¡Nadie se burlaba de él! ¡Nadie lo humilla! Y por sobre todo ¡Nadie lo lastima! Estos niños necesitaban un correctivo y el se los daría.
¡Julián!
Rompió uno de los vidrios de seguridad y tomo el hacha, se hecho a correr gritando el nombre de su hijo y con cara de desquiciado.
Kido había perdido la razón.
¡JULIAAAANNNN!
****///
¡Ahhh!
El peliceleste se asustó por el grito, que resonó en todo el buque.
Llorando abrazo con más fuera al pequeño bulto que llevaba en sus brazos.
Kardia lloraba en silencio, se abrazaba al cuello del chico. Por increíble que parezca ese olor a sudor y tierra le recordaba a su madre, la primera vez que lo conoció, cerro los ojos y se apretó más, suplicando a sus padres para que fueran a salvarlo.
Sacando fuerzas de flaqueza Julián continuó avanzando, escondiéndose para que no le vieran los hombres que corrían a la proa para tomar parte en la guerra que se encontraba en el exterior.
¡Ya casi Zeuz, ya casi llegamos! ¡No te preocupes, te voy a proteger!
¡Mami!
****////%%%>
La policía no tardó en llegar, sin saber exactamente lo que pasaba, pero ya que algunos de los "suyos" ( los hombres de Hades se vistieron como oficiales) estaban bajo fuego no tardaron en ayudar.
Zaphiri y los demás lograron avanzar.
Aunque no fueron los únicos, un ser de cuatro patas finalmente había encontrado el aroma de su niño. Aquiles paso corriendo entre la gente, esquivando un sin fin de cosas, sus patas lo llevaron hasta una rampa a un costado del buque, subió esquivando algunos cadáveres, en su mente solo estaba un niño.
****///.
¡Están locos! ¡Tenemos que irnos! Un barco pesquero nos está esperando.
Más Dante no logro convencer a sus jefes. Mitsumasa estaba como loco buscando a esos chiquillos y Tatsumi le seguía fielmente.
El ruido en el exterior comenzaba a disminuir, parece que sus compañeros estaban perdiendo la batalla.
¡Kardia!
El grito de Krest los alertó. Los hombres de Hades habían tomado el control.
¡Detenlos!
Fue la orden que recibió.
¡Mierda!
Dante se pegó a los muros y comenzó a disparar.
¡Aghhhh!
Le alcanzó a dar a uno de los hombres que acompañaba a la pareja. Estaba por rematarlo pero una bala le dió de lleno en el pecho.... Zaphiri le había disparado.
Al bicho ya no le importaba quien moría y quién no, el solo deseaba recuperar a su hijo.
¿Estás bien?
¡Ahhh! si, me dió en el hombro y...¡Hey esperen!
Pero su voz no logro detener a los desesperados padres, que continuaron su camino llamando a su hijo.
****
¡Julián!
¡Ah...no!
El chico se aterró al ver la cara de kido, parecía un diablo, temblando comenzó a correr directo a las escaleras, tenían que salir de ahí.
¡Kardiaaaaa!
En ese mismo instante aparecieron Zaphiri y Krest, los cuales miraron horrorizados como ese hombre perseguía a su pequeño con un hacha.
Zaphiri estaba por dispararle pero Tatsumi se arrojo encima de él, dispuesto a proteger a su amo. El arma salió rodando y los dos empezaron a pegarse.
Por su parte Krest paso por un lado y siguió corriendo, desesperado por proteger a su hijo.
%%%*////
¡Abre, abre!
Con mucho trabajo logró abrir la puerta, sus fuerzas se le estaban acabando y la desnutrición y cansancio cobraban factura. Salió a la parte trasera del barco, una serie de contenedores le dió la bienvenida.
¡Mamita!
La suave voz de niño lo alertó.
¡Tranquilo Zeus, no dejaré que te dañe!
Esos ojos azules, llenos de inocencia y temor lo impulsaban a seguir. Tambaleándose se adentro entre las enormes cajas, buscando un escondite, sus fuerzas estaban por acabarse pero no podía dejar que algo malo le pasará a su hermanito, tenía que protegerlo de esa enorme sobra que los acechaba...hasta que el llegará.
El pobre pececito deliraba y podía jurar que estaba dentro de su pesadilla, ya que la cara de Kardia no era lo que veía.
¡Malditoooossss!
Por desgracia el moustros se acercaba.
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¡Ahhh!
Zaphiri logró esquivar la patada brincando asia atrás, pese a su edad Tatsumi aún era muy ágil y fuerte, aunado a eso el pelón aún estaba furioso con el porque le rompió el brazo.
Un certero puñetazo cerca de la mejilla hizo a Zaphiri tambalear, Tatsumi aprovecho para taclearlo y comenzar a golpearlo, el bicho intentaba defenderse pero le estaba costando mucho trabajo, recibió más de cinco impactos, uno le rompió el labio y otro le dejaría el ojo nuevamente morado, finalmente tuvo una oportunidad cuando logró cabecear uno, en un movimiento apreso la mano de su contrario entre su clavícula y el brazo, era la que le fracturó la vez pasada por lo que está vez sería más fácil, se giró y un sonoro crack no tardó en oírse. Logró arrojar a Tatsumi aún costado, se paró de un brinco y por inercia tomo algo de la pared, sus manos dieron con una llave, la agarro con fuerza y al girar le propinó un certero golpe en la cabeza al calvo, a este siguió otro y otro, Zaphiri dejo de golpear hasta que se dió cuenta que ya no se movía.
Tambaleándose tomo el arma y se encamino a las escaleras, tenía que salvar a su hijo.
*****////
¡Ahu!
Julián y no podía más, sus fuerzas estaban en cero, el chico cayó al suelo, ocacionando un quejido en Kardia, arrastrándose se recargo en una esquina entre dos contenedores, podía escuchar la voz enfermiza de Kido llamándole, cubrió la boca de Kardia y se pego más al frío metal, inmensas lágrimas corrían por su cara.
¡JULIAAAANNNN!
¡VEN AQUÍ MALDITO NIÑO INGRATO!
¡VEN A JUGAR CON PAPÁ!
kido golpeaba con el hacha las cajas, gritando desesperado, había perdido, lo sabía, pero no se iría a la cárcel antes de hacer pagar a esos miserables.
¡JULIAAAANNNN!
El chico no dejaba de temblar, apretó con más fuerza al niño mientras mordía sus labios para no gritar desesperado.
¡Te encontré!
Sus ojos se abrieron al ver a ese demonio frente a ellos.
¡No, No...!
Intento arrastrarse, sin soltar al pequeño Kardia que lloraba descontrolado.
¡Has sido un niño malo! ¡Muy malo mi pequeño! ¡Papá tendrá que darte una lección! ¡A ti y al bastardo que llevas en las manos!
¡NO, NO, DEJANOS EN PAZ!
La sonrisa psicópata de Kido le causaba terror, tanto que incluso se orinó en sus pantalones, llorando abrazo al chiquillo, intentando protegerlo con su cuerpo.
¡NOOOOOOOO!
El grito de Krest resonó en todo el lugar, el galo llegó justo en el momento exacto, sin dudar ni un segundo brinco a la espalda del anciano, sujetando el hacha con sus manos.
¡No lastimes a mi hijo!
Comenzaron a forcejear, Krest intentaba quitarle el hacha, a la par que lo alejaba de su bebé.
¡MAMI,MAMI!
Kardia se revolvía en los brazos de Julián, llamando a gritos a su madre, el pobre peli azul hacía hasta lo imposible para sujetarlo.
¡Bastardos, Bastardos, todos ustedes son unos malagradecidos!
El galo alcanzó a quitarle el hacha, le dió una fuerte patada en la espinilla y arrojo el arma a un costado, mientras le lanzaba golpes poco certeros al mayor.
Por desgracia Kido ya no razonaba, el hombre ahora era un animal, un moustro, y valiéndose de esa fuerza sobrehumana que solo la locura puede darte, así como su entrenamiento militar recibido en su juventud, no tardó en darle vuelta al asunto, dos golpes en el estómago a Krest lo hicieron doblegar, después lo tomo del cabello y lo arrojo al piso, para patearlo un par de veces.
¡Malditos, todos ustedes son unos ingratos, pero ya verán, pagarán muy caro su traición!
Tomo el hacha y le soltó un golpe a Krest, por fortuna el castaño alcanzó a girar evitando el golpe, mas Kido volvió a levantar el arma.
Sus ojos de abrieron aterrados al verlo, pero no era por su vida por lo que temia, era por su hijo, porque cuando ese sujeto lo matará dañaría a su bebé, no podía dejarse morir.
Sacando fuerza de flaqueza logró dar un giro y esquivar nuevamente el arma. Mitsumasa la levantó listo para dar otro golpe pero.
¡Grrrr!
Aquiles llego corriendo justo en el momento exacto, el can mordió la pierna del viejo, alejándolo de su dueño, Mitsumasa grito adolorido, furioso giro con el arma, sin importar que su pantorrilla se desgarrarse, y le asesto un hachazo al pobre animal, partiendo su cráneo.
Cuando se giró a intentar rematar a Krest, pero un impacto atravesó su pulmón desde la espalda, a este siguieron dos más, uno de ellos perforando su corazón.
Cuando Zaphiri llegó arriba vio pasar a Alquiles corriendo, no dudo en seguirlo seguro de que él lo llevaría con su hijo, llegando justo a tiempo para salvar a su novio.
Krest miró en cámara lenta cómo aquel demonio caía al suelo, el sonido del arma cayendo al piso retumbó en sus oídos, así como el último suspiro de su viejo verdugo.
El cuerpo de Mitsumasa quedo inerte en cuestión de segundos, la sangre manchava el piso, mezclándose con la de el fiero cachorro que protegió a su familia.
¡Buaaaaaaa, MAMAAAAAA!
El sonoro grito de Kardia los hizo regresar a la realidad. Krest no tardó en girar y ver a su niño llorando, estirando sus manitas en su dirección, esto lo saco de su ensoñación, se paró a trompicones y corrió hasta el.
¡Mamá, mamaaaaa!
¡Mi bebé! ¡Mi niño!
Cuando lo volvió a tener entre sus brazos su corazón latía de alegría, no tardó en llenar su cara de besos, abrazándolo con fuerza, temeroso de perderlo otra vez.
¡Kardia!
Zaphiri no dudo en tirar el arma y correr a abrazar a sus dos amores, besando desesperado a su hijo y llorando de felicidad al ver que estaba bien.
¡Ze...us!
Por su parte unos ojos azules veían toda la escena, mientras su cerebro parecía regresar a la realidad. El cabello rubio del pequeño poco a poco se fue tiñendo de azul, a la par que se volvía más rebelde. El callejón negro donde había estado en poco tiempo fue bañado por mas figuras, enormes cajas blancas y rojas fueron apareciendo, las sombras que tenía delante de él también tomaron un aspecto más humano...una de ellas le parecía familiar. Pero lo que más le sorprendió fue la figura del moustro tendida en el suelo, era Mitsumasa.
Un golpe de alegría y miedo lo hizo gritar y comenzar a llorar más fuerte, captando la atención de la pareja.
¡¿Julián??
Le tomo unos segundos reconocerlo, ya que la desnutrición había hecho mella en su viejo amigo. Con mucho trabajo, y sin deseos, le pasó a su hijo a su padre, se paró y camino hasta su viejo amigo, el cual lloraba descontrolado.
¡Julián, Julián!
Con mucha ternura, para no asustarlo, Krest le abrazo despacio, comenzó a acariciar sus cabello buscando calmarlo.
Está bien, está bien, ya pasó, ya pasó...la pesadilla terminó.
¡¿Krest?!
Se sorprendió mucho al ver a su viejo amigo ahí ¿Que hacía ahí? ¿De verdad era el? O su fantasma.
¡¿Krest?!
Tocó su rostro solo para comprobar, tal vez finalmente había muerto y ahora estaba en el cielo.
Está bien, estoy aquí, no te preocupes....ya todo está bien.
Una tenue sonrisa es todo lo que le dió antes de desmayarse, sus fuerzas estaban al límite.
Cuando los hombres de Hades llegaron se sorprendieron por lo ocurrido, parece que nunca hay que hacer enfadar a unos padres tan sobreprotectores como esos, pero lo que más les sorprendió fue encontrar al hermano de su jefe junto a ellos, no tardaron en trasladarlos a todos al mejor hospital, así como el cadáver del pobre perro, al cual Kardia no paraba de llorar.
*****.
(Más tarde)
Zaphiri salía de hablar con los doctores, gracias a Dios su madre había logrado sobrevivir, los doctores lograron operarla a tiempo parando el sangrado, por desgracia la bala había atravesado la columna, por lo que no volvería a caminar, aún no sabía cómo lo tomaría, pero estaría con ella para apoyarla.
En ese momento se dirigía a la otra habitación donde su familia descansa, Hakurei y Avenir se quedarían con ella toda la noche, despertandole si algo pasaba.
Al entrar vio a Krest y sus niños descansar en la cama. El castaño abrazaba con fuerza a sus pequeños, temeroso de perderlos. Zaphiri miró los golpes en su novio e hijo mayor, cosa que hizo hervir su sangre, el odio que sentía por ese sujeto jamás se iría, aún cuando esté este muerto.
Con mucho cuidado se acostó al otro lado de la cama, esto asustó a Krest que inmediatamente se levantó.
Tranquilo amor, soy yo.
¿Zaphiri?
Está bien, duerme cariño.
El castaño acepto y volvió a acostarse, entrelazaron sus manos abrazando a sus pequeños, Kardia parecía tener pesadillas, por lo que Krest no tardó en cargarlo y cantarle para tranquilizarlo.
Tendremos que llevarle con un psicólogo...a los tres.
....está bien.
Unas traviesas lágrimas bajaron por su mejilla, se sentía culpable por todo lo ocurrido.
Calma Krest, esto no fue tu culpa, ese sujeto estaba loco...no es tu culpa amor.
Le miró sorprendido al ver cuánto le conocía.
Vamos a dormir, mañana habrá mucho que hacer.
El galo solo acepto, abrazo con fuerza a su hijo mayor susurrando palabras dulces.
La tormenta había pasado, ahora era necesario recoger los destrozos que había dejado y seguir adelante..
ser fuerte por sus hijos.
****////***///
Hades recibió la noticia de lo ocurrido mientras venía de regreso. Cuando Pandora le informo que su hermano había sido encontrado casi le da un infarto.
Sus apresurados pasos resonaban en el enorme salón.
A diferencia de los demás Julián había sido trasladado a su lujosa mansión, la cual contaba con tres excecelentes médicos y todos los aparatos necesarios en un hospital.
Subió corriendo las escaleras de tres en tres, ni siquiera presto atención a los doctores que iba saliendo del cuarto donde su hermano descansaba, entro corriendo directo a la cama, al tenerlo enfrente...su cuerpo se congelo.
Ahí estaba, su adorado hermano menor... Poseidón.
No tenía que revisar su marca para saber que era él. Se arrodillo a su lado, tenía miedo de tocarlo. Su cuerpo estaba muy delgado, la piel pálida y pegada a sus huesos, esas enormes ojeras, tomo su mano, eran muy delgadas, logró ver marcas de golpes en estos, cosa que lo lleno de irá.
Con mucho cuidado delineo su rostro, temiendo despertarlo ¡Era él! ¡Su hermano! Pese a lo maltratado de su cuerpo, esos rasgos tan finos y delicados, esa belleza digna de dioses era imposible opacar.
Soltó un sollozo y comenzó a besar su rostro, mientras inmensas lágrimas bajaban por su rostro.
¡Poseidón, Poseidón...Dioses, ahhh, mi niño!
Pandora les hizo una seña a los doctores para que salieran, su maestro necesitaba un momento a solas con su hermano, no pudo evitar las traviesas lágrimas que corrieron por sus mejillas ante tan tierna escena. De momento ella se encargaría de todo el papeleo y las facturas de hospital, algo le decía que su maestro estaría agradecido toda la vida con esos abogados.
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