recuerdos segunda parte.

Advertencia.

Este capítulo contiene violencia sexual y abuso de menores.

****///))/***

Mordió sus labios, aguantando el dolor, podía sentir como el cuero golpeaba su cuerpo, cortando su delicada piel que poco a poco derramaba sangre.

¡Malditos, malditos me la pagarán!

Solo pudo cerrar los ojos y suplicar que el castigo terminará pronto.

****////*%%}}}}

(Hace años)

Julián no estaba muy seguro de querer ser adoptado por ese hombre, la verdad la idea le daba miedo.

Y si alguien venía a recogerlo.

Tal vez su familia finalmente vio alguno de los letreros de "encontrado" o fue informado por la policía de su ubicación, sus padres u hermanos, tal vez algún tío estaba en camino a buscarle.

¡No se vallan!

Le dolió mucho el ver las lágrimas de los pequeños, Yato se aferraba a su cintura mientras lloraba, como Tenma lo hacía con Krest.

-hey enanos, calma, les prometo que vendremos a visitarlos.

No sé le hizo extraño ver al castaño con ojos cristalinos mientras acariciaba la cabeza de los niños, era obvio que se había encariñado con ellos pese a sus travesuras.

-si, vendremos a verlos, lo prometo.

¡Tsk! Podemos irnos ya.

¡El señor Kido está esperando! ¡Porque tardan tanto!

Desde la puerta Saori y Sonia les veían con molestia. Las pequeñas ya tenían su maleta lista, deseosas por salir de ese lugar.

-¡Tsk! Porque tenían que adoptarlas también....hubiese preferido a alguno de los enanos.

-....si.

Al final resultó que el señor Kido también se llevó a las dos señoritas de la casa, planeaba darles algo mejor.

Le dolió mucho dejar ese lugar, si bien las mujeres no eran muy cariñosas, se había sentido protegido y en confianza. Lo único bueno es que Krest iría con él.

El castaño aún no salía de su asombro, ellos ya eran prácticamente unos adolescentes, porque les quiso adoptar.

Aunque una parte de el estaba muy ilusionada, tal vez en esta ocasión, finalmente, tendría una familia.

Fueron las ilusiones de su amigo lo que le llevo a aceptar, no quería dejar a Krest.

****////****)//

La "casa de verano" del señor Kido era enorme, tanto como una mansión, con bellos jardines en la entrada, un sin fin de cuartos y salas de estar.

Pero pese a ser un palacio, en cuanto los jóvenes bajaron de esa lujosa limusina...supieron que estaban condenados.

- bienvenidos, adelante, disfruten su nuevo hogar.

Saori y Sonia alzaron la cabeza altivas, orgullosas de pertenecer a una de las familias más influyentes, incluso veían con desprecio a la servidumbre que les saludaba al pasar.

Pero hubo algo que captó la atención de los jóvenes, la mirada que estos recibían por parte de los empleados.

No era una mirada de molestia, de saber que ahora tenían que servir a una panda de niños huérfanos, posiblemente de mala calaña, latosos y que solo provocarían problemas, no era una mirada así, tampoco una mirada de odio o desprecio, más bien era una mirada de...lastima. Los sirvientes les veían con una lastima infinita, conocedores de lo que pasaría.

Muchas veces desearon ayudar a los chicos que caían en las manos de su amo, pero, la amenaza de aniquilarlos junto a su familia era latente y aterradora, por lo que preferían quedarse al margen y solo podían sentir lastima por los chiquillos que recibían.

-bueno, descansen, e de hacer algunas llamadas.

Mitsumasa se retiró por el amplio pasillo seguido de Tatsumi, un hombre alto y calvo que era su escolta personal.

-vamos a ver nuestras habitaciones.

-si...mucama, ayúdanos a desempacar.

-¡Saori no le hables así!

Más la niña solo le miró con desprecio, ella y Sonia se adentraron a su habitación seguidas por una sirvienta, la cual les regaló un pequeña sonrisa como muestra de agradecimiento.

-¡Tsk! Mocosas engreídas ¿No entiendo porque alguien las querría adoptar?

Julián solo le dió la razón, el tampoco entendía el porque, si bien adoraba a los niños del orfanato, Saori y Sonia siempre fueron diferentes, eran un par de niñas malcriadas, se sentían superiores a todos y siempre querían hacer todo a su modo, la verdad eran insoportables, pero por alguna razón tras hablar con el señor Kido este decidió llevarlas con él.

-sabes qué, vamos a desempacar.

-...si.

****/*//////

(Ahora)

Su cuerpo le dolía horrores, su blanca piel tenía una gran cantidad de marcas y hematomas. Desde hace unos días su amo se encontraba muy molesto, llegaba de la calle y se dedicaba a golpearlo, pegándole tan duro hasta hacerlo sangrar, para después violarlo de una manera cruel, últimamente había agarrado la manía de extrangularlo e introducir botellas por su ano, cosa que lastimaba al jóven.

Arrastrándose se subió a su cama, cubrió su cuerpo con las mantas y cerro los ojos, intentando descansar, silenciosas lágrimas escurrían por sus ojos.

Llegó al mundo Onírico, solo para ser atormentado por su pesadilla, la misma pesadilla desde que tenía uso de razón.

¡Mi bebé, mi bebé! ¡Me lo quitaron!

Fueron sus últimas palabras antes de perder la conciencia hasta el día siguiente.

****////****

(Hace años)

Advertencia

Violación de un menor, pueden saltar está parte si lo desean .

-¿una fiesta?

-si, el señor les envía esta ropa, tienen que estar preparados, los amigos del amo vendrán a las doce.

Les sorprendió mucho el saber que harían una fiesta en su honor, Kido quería presentarlos a sus allegados cuanto antes.

-supongo que...debe ser normal.

-eso parece.

La cena ya había transcurrido hace una hora, solo cenaron los chicos, ya que el señor tenía que preparar algunas cosas para sus invitados. No negarian que fue una cena espléndida, jamás habían probado comida tan exquisita, incluso Julián pregunto si podía llevar algo a sus amigos del orfanato.

Porque desperdiciaría la comida en pobres diablos.

Si, ni siquiera la apreciarán.

Está de más decir que el comportamiento de esas dos fue altanero y prejuicioso, al grado de que artaron a Krest y les mando a su habitación sin postre, las niñas alegaron que lo acusarian con su padre, pero esto poco le importo al castaño y las llevo de las orejas a su cuarto.

-no entiendo cómo pueden ser tan engreídas, ellas también eran huérfanas

-...no lo sé.

La hora llego, Krest y Julián ya estaban listos, habían escuchado cuando una gran cantidad de autos llegó a la mansión, pero por orden esperaron en su habitación, pasaban de las doce y ellos ya tenían sueño, cuando unos toquidos los alertaron.

-jovenes...el maestro les llama.

Tatsumi fue por ellos, el calvo no les dijo nada, solo les ordenó seguirlo, cuando bajaron las escaleras el menor logró ver como un par de sirvientes les veía escondidos, dos señoras les veían con pena, esto le pareció raro más no tuvo tiempo de preguntar.

Salieron de la casa y fueron a un kiosko que se encontraba en el jardín trasero, ahí estaba reunido un grupo de unos ocho hombres.

Los adultos bebían mientras charlaban amenamente, más sus murmullos cesaron cuando Tatsumi anuncio su llegada.

Hay algo en la mirada de los malos, algo que te pone en alerta al máximo. Krest ya lo había sentido antes, esa mirada llena de lujuria y perversión que su novio le dió antes de violarle, era la misma mirada que esos hombres les dedicaban en ese momento, incluído su nuevo padre.

-mis pequeños, que hermosos se ven.

Mitsumasa se acercó a ellos y beso sus mejillas, está acción le dió asco a Julián, el aroma a licor y tabaco le produjo náuseas.

¿Eh?

Se sorprendió un poco al sentir como Krest lo jalaba colocándole tras de él, a manera de protección.

Así que estos son tus nuevos "hijos"

Muy bellos, parecen muñecos de porcelana.

De verdad has conseguido unas obras de arte, Kido.

La manera en que los rodeaban, como les veían y hablaban, todo ellos asustó a Julián, que no tardó en rodear el brazo de su hermano.

¿Y ya los haz comido?

Claro que no, que clase de anfitrión sería si pruebo la carne antes que mis invitados.

De un momento a otro el clima cambio, la tensión y miedo inundó sus corazones. Les ordenaron sentarse en la mesa del centro, siendo rodeados por los hombres que no dejaban de verlos y adularles, más esto en lugar de hacerlos sentir bien les daba náuseas.

¡No lo toques!

Krest le soltó una bofetada a uno de esos hombres, que sin descaro alguno, acaricio la pierna de Julián apretándola, provocando un grito en el chiquillo.

Los hombres soltaron la carcajada burlándose de su amigó. Por su parte Mitsumasa se acercó y le propinó una bofetada a Krest.

Escúchame bien mocoso estúpido, ustedes están aquí para complacernos, han entendido, a partir de este momento ustedes serán nuestras putas, les cojeremos hasta hartarnos y no se van a negar.

-¡Nunca! Jamás dejaré que un cerdo como tú me toque.

Krest le dió una patada y lo alejo de un empujón, tomo a Julián de la mano e intento salir de ahí, más Tatsumi no se lo permitió.

¡Maldito malagradecido! ¿Cómo te atreves a tocar al maestro?

El calvo sujeto a Krest de su cabello y lo tiró en el piso, donde le dió un par de patadas.

¡No, déjalo!

Julián intento ayudar pero Tatsumi lo alejo de un empujón.

Por su parte los demás sujetos solo reían, mirando divertidos como golpeaban a los niños.

De repente uno de esos sujetos lo tomo por el brazo, Julián intentaba defenderse pero ese hombre era más fuerte y grande. Arrojo al chico al piso y comenzó a besarle con desesperación, Julián le pegaba intentando alejarle, más otro sujeto no tardó en jalar su cabello, le pusieron boca abajo y comenzaron a quitarle su pantalón, el chico lloraba y suplicaba que le soltarán, podía escuchar los gritos de Krest, su compañero estaba tan asustado como el.

Fue desnudado a golpes, dos de esos sujetos lo sujetaron de sus manos, no tardó en sentir un fuerte dolor en su parte baja, uno de esos malditos lo había penetrado sin preparación, su ano ardía, podía sentir como la sangre escurría en sus piernas, el dolor era inmenso, sentía como su interior era desgarrado.

¡Me duele, me duele!

Las lágrimas brotaban de sus ojos, el hombre se movía de una manera brusca, dañando su interior, no tardó en ser sujetado nuevamente del cabello y obligado a levantar la cabeza, al hacerlo logró ver como Mitsumasa violaba al pobre de Krest, el cual era sujetado por Tatsumi y otro de esos hombres.

Uno de esos sujetos saco su pene y lo obligó a tragar, le dió tanto asco que no dudo en morderlo, pero solo recibió un fuerte puñetazo por esto y obligado a tragar de nuevo, el chico se sentía ahogar, no podía respirar y tenía unas inmensas ganas de vomitar.

Pasados algunos minutos logró sentir como un espeso líquido escurría en sus piernas, ese sujeto había terminado. Pero no tuvo tiempo de descansar, fue girado nuevamente y otro sujeto comenzó a penetrarlo, mientras otro se sentaba en su pecho y le obligaba a mamar su miembro.

El dolor, la humillación, los golpes, uno tras otro de esos enfermos saciaron su apetito con sus jóvenes cuerpos, incluso les metieron más de dos vibradores y colocaron unos anillos para que no pudieran correrse mientras los masturban.

Sus lágrimas se combinaron con los mocos que escurrían de su nariz, el labio sangraba así como su interior. El frío congeló el sudor que sus cuerpos desprendían, los ojos les ardían de tanto llorar, suplicaron por ayuda a la servidumbre, alguien, pero nadie apareció, fueron horas de angustia dónde su cuerpo fue mancillado.

****////

-….¿mmm?

Cuando despertó ya era tarde pasaban de las doce, se encontraba desnudo, pero con una serie de vendas y gasas en algunas partes de su cuerpo.

-¡Julian, despertaste!

Logró ver a Krest a su lado, el castaño tenía una serie de moretones en la cara, también tenía algunos vendajes y se cubría con una manta.

Sus ojos no tardaron en aguarse y comenzó a llorar, recordando el dolor de la noche pasada. Krest le abrazo y compartió su pena, el mayor se disculpaba por no haberle protegido, aunque estaba igual de traumado que él, nuevamente había sido víctima de una violación, en esta ocasión masiva.

Sus cuerpos dolían horrores y les costaba mucho trabajo levantarse, prácticamente se arrastraron hasta el baño, tomaron unas pastillas  que les dejaron para el dolor, no las querían ya que temian fuera otra cosa, pero la molestia era tanta que no les quedó de otra.

-tenemos que salir de aquí y llamar a la policía

-pero...

-regresaremos al orfanato y les diremos lo que pasó.

-...está bien.

Pero por desgracia no lograron escapar, estaban encerrados, todo el día la pasaron en su habitación, sin alimentos y con un dolor infernal en su cuerpo.

Fue a media noche cuando el señor Kido se presentó ante ellos.

-buenas noches mis pequeños, que tal durmieron.

-¡Maldito!

Krest le arrojo una de las lámparas, pero Tatsumi le agarro en el aire, como era de esperarse el calvo no tardó en pegarle, así como a Julián, que intento ayudarle.

-veo que siguen siendo muy desobedientes...eso me gusta, pero me temo que deberán aprender a obedecer.

-¡Jamás! ¡Voy a matarte por esto!

-jajaja, no me hagas reír niño, ustedes aran todo lo que yo les diga, ahora vistanse, vendrán otros amigos a conocerlos.

¡No! Llamaremos a la policía y terminarás en la cárcel.

Los jóvenes le miraban desafiantes, listos para luchar por su vida en esta ocasión...por desgracia.

¡Marco!

El hombre dió la señal y uno de los mayordomos entro...con Sonia. La pequeña vestía su pijama violeta, con su cabello  rosa atado en dos coletas, estaba aterrada, no entendía porque su padre la había sacado de su habitación tan tarde, mientras le ordenaba a Saori esperar.

-ustedes van a obedecer, de lo contrario.

Mitsumasa saco un arma y le apunto a la pobre niña, las lágrimas no tardaron en brotar de sus ojos.

¡Julián, Krest, ayuden...

¡Bang!

Pero no logró terminar la oración, el arma se disparó, volando la mitad del cráneo de la pequeña.

¡Nooooo!

Poco les importo el dolor, corrieron hacia la chiquita, que yacia inerte en el suelo.

¡Tatsumi!

¡Si maestro!

Sin una pisca de sentimiento el calvo les tomo del cabello y los obligó a pararse.

Bueno, ahora que ya sabemos cómo están las cosas. Ustedes son simples juguetes sexuales que e comprado, están aquí para cumplir todas y cada una de mis fantasías y la de mis socios, no tienen derecho a quejarse o protestar, si se niegan...voy a golpearlos hasta la muerte y después mataré a Saori frente a ustedes, no quieren perder a otra hermanita, verdad.

Los ojos de los chicos se abriendo aterrados, si bien no se llevaban bien con Saori, eso no quería decir que no la quisieran, para ellos la  pelimorada era su hermanita menor y tenían que protegerla.

-esta bien, haré lo que quieras pero por favor no la lastimes, a ninguno de los dos, yo obedecere en todo, no me quejare ni volveré a defenderme, pero, deja a Julián en paz, no lo obligue a hacer esto, conmigo bas ...

¡No! Son los dos, los dos son mis putas, no tienen derecho a negociar, hagan bien su papel y la niña vivirá, desobedezcan y...bueno (mirando el cadáver de Sonia) siempre puedo conseguir más niños huérfanos.

El Diablo, el sujeto que los había adoptado era el mismo diablo y ahora se encontraban en su infierno.

A partir de ese día los pobres chicos fueron tratados como muñecas sexuales, les obligaban a hacer todo tipo de fetichismos, los golpeaban, herían, les violaban en ocaciones días enteros, estuvieron cerca de la muerte más de una vez.

Krest siempre intento protegerlo pero, de tantos demonios era imposible, estuvieron por dos años así.

Tiempo después su querido hermano fue vendido a uno de los socios de Kido que se encariño con él, el se salvó al ser el esclavo preferido de éste, pero la perdida de Krest fue otro clavo en su ataúd. Podía sobrellevar el infierno con la compañía del castaño pero sin el ahí. En principio Saori intento acercarse, la niña comenzaba a sospechar y estaba asustada, el deseo por mantenerla a salvó era lo que le animaba a seguir, más con el tiempo también la perdió. Kido comenzó a ser más atento y amable con la chiquilla, la llevaba a recitales, museos, cine, teatro, parques, todo lo que ella deseara, en poco tiempo la convirtió en su incondicional y...con el paso de los años se convirtió en su igual, llegando también a abusar del pobre Julián, golpeándolo y humillando frente a la servidumbre y amigos de su padre.

No tardó en caer en la desesperación, Kido le arrastraba de un lugar a otro, tratandolo cual mascota, incluso le obligaba a viajar en una jaula, en ocaciones le dejaba sin comer, dejo de vestirlo ya que una puta no necesita ropa, el chico enfermo más de cinco veces de neumonía, si no murió fue un milagro, poco a poco el brillo en sus ojos se perdió, era un muerto en vida.

Pero no era todo, las pesadillas aumentaron, así como una inmensa culpa y asco a su persona, despierto, dormido, todo era un infierno para él.

****////****

(Tiempo actual)

Julián despertó tras su pesadilla diaria, seguía sin recordar quién era ese niño, los muertos que le perseguían y esa sombra, una sombra que había comenzado a aparecer, la cual parecía querer alcanzarlo.

Camino hasta el baño, su amo había salido a atender algunos asuntos.

Tenían cerca de seis meses que habían llegado a Grecia, por alguna razón este país le daba nostalgia, todo había transcurrido normal.  Kido salía a turistear todos los días, al regresar lo obligaba a atenderle, bañarlo, alimentarlo y cosas así, para después ser violado una y otra vez, al menos en esta ocasión viajaron solos y no con un socio, después de ello lo encerraba en el armario mientras el dormía, hasta el día siguiente para repetir la rutina.

Pero algo había cambiado, hace una semana su amo había salido a cenar, tardó más de lo normal y al regresar. Julián se sorprendió mucho al ver que el viejo tenía un ojo morado (Zaphiri no había perdido la oportunidad y le dió un buen golpe), se notaba alterado y muy molesto, Tatsumi tenía golpes peores, su ojos se hinchó hasta el grado que fue necesario cortar su párpado para sacar la sangre, se rompió un brazo y tenía una serie de moretones por todo el cuerpo. La verdad se alegro de que recibieran una paliza, incluso felicito mentalmente a los que lo hicieron. Por desgracia el fue el receptor de todo el coraje del anciano, que no tardó en quitar su cinturón y comenzar a golpearlo.

De eso ya habían pasado tres semanas y el viejo cada vez se molestaba más, si bien en ese tiempo no lo había violado, los golpes ya cubrían su cuerpo de un color morado.

Pero ese día algo paso.

Kido dijo que era momento de marcharse, tenía que salir de ahí, las maletas ya estaban listas y solo esperaban la limosina, el estaba encerrado en el armario, esperando que le abrieran y le metieran en su jaula, más no sucedió, unos golpes en la puerta los alertó, no sabía lo que ocurría, solo se podía ver la cama atravez de las rejillas, escuchaba voces, varias, alguien hablaba con el anciano, una serie de insultos y calumnias de parte de este, asegurando que era mentira y una afrenta a su persona, esto duro por más de veinte minutos, después la puerta fue cerrada de golpe, su amo continuaba hablando con Tatsumi, alegando sobre algo que era imposible, que no pudo hacerlo solo, alguien les estaba ayudando, alguien importante.

Julián intento entender, pero Mitsumasa hablaba en japonés, aún no lograba entender el idioma, salvó groserías y palabras obscenas que el viejo siempre le decía. Kido se oía muy molesto, comenzó a hacer llamadas durante todo el día, incluso en la noche no lo saco, lo dejo encerrado en el armario hasta el día siguiente, esto no molesto al menor, si bien sentía hambre, el dolor por los golpes recibidos le provocaron un sueño que lo dejo rendido, olvidándose por completo del mundo exterior.

Mientras dormía la imagen de ese pequeño niño rubio llegaba a su mente, unos enormes deseos de abrazarlo lo llenaban, corría desesperado, estirando sus manos mientras gritaba un nombre.

¡Zeus!

Más no logro tomar sus manitas, cayó al suelo nuevamente, las lágrimas escurrían de sus ojos, sabía lo que seguía, esos dos muertos lo retendrían mientras esa enorme sombra se llevaban al pequeño, cerro los ojos esperando...pero nada paso. Cuando abrió sus ojos estaba en ese obscuro callejón, no había muertos sujetando sus piernas, no había sangre inundando el lugar, estaba tirado en esa fría acera, más no estaba solo, una enorme sombra se encontraba delante de él.

....Hades...

Susurro antes de despertar de golpe.

¿Que había sido eso?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top