Recuerdos dolorosos
-Mis padres era una pareja joven, la cual cometió la imprudencia de concebir, mis abuelos los obligaron a casarse y asumir la responsabilidad, ninguno de ellos terminó la carrera, papá se vio obligado a trabajar para mantenernos.
-Jamás fueron emotivos o demostraron amor por mí, la verdad, incluso puedo jurar que se odiaban.
-Siempre fui pequeño...y llorón, papá aprovechaba esto para humillarme y pegarme... mamá hacía lo mismo.
-al crecer, Yo...conocí a alguien, un chico mayor, él me trataba bien, era amable y me hacía sentir bien...me enamore. Cuando mis padres se enteraron, papá me dió la paliza de mi vida...y me echó a la calle, no importo cuanto le suplicara él...fui con mi pareja, vivía solo así que creí no le molestaría, me equivoqué. Por un par de días las cosas parecían funcionar pero, después de un tiempo creo que se aburrió de mí y...era nuevo en eso de las relaciones , cosa que no le gustó,digamos que el quería avanzar en nuestra relación y yo tenía miedo, al final se desesperó, una noche, mientras llovía, abuso de mí, me violó y golpeó para después arrojarme a la basura...linda primera vez, no creés.
El bicho limpio sus mejillas con un pañuelo, le dió una sonrisa y tomo su mano para alentarlo a continuar. Quería saber todo, conocer a aquellas personas que habían dañado a su niño...y hacerlas pagar.
**
Al día siguiente llevo a Kardia a la escuela y paso a dejar a los más pequeños en casa de su madre, le pidió ir por el niño, le dijo vagamente lo que había ocurrido en la noche y que ese día se quedaría a cuidar a Krest. Calvera no dudo en aceptar y le suplico la mantuviese informada. Hakurei tampoco se negó a reemplazarlo en el trabajo y al llegar a la escuela Avenir le dijo que llamara si necesitaba algo.
En parte agradecía el apoyo de familiares y amigos.
Krest se había quedado dormido, resultado de una fuertes pastillas que Zaphiri le obligó a tomar para que descansará. El cubo despertó a medio día, con un ligero dolor de cabeza y brazos, pero más tranquilo, se aterró al ver la hora y no escuchar el ruido de sus niños. Cuando bajo se encontró a Zaphiri en la sala, limpiando el sofá...¡Que vergüenza!
Le costó mucho trabajo al moreno convencerlo para hablar, pero después de un rato lo logro.
En ese momento estaban sentados en la cama del mayor, ya que el sofá estaba mojado, hablando tranquilamente...o lo más tranquilo que se podía.
***
-Estaba muy asustado por lo que acudí a un centro de ayuda, al principio me trataban bien, incluso me consiguieron un trabajo de medio tiempo y acudía con un psicólogo para tratar el tema de la violación, todo esto hasta qué...hasta que un sujeto llegó, uno de los mayores beneficiarios, donaba una buena cantidad al centro por caridad...pronto descubrí que no era por eso. Ese bastardo les compraba a los residentes niños y niñas que habían sido abandonados por su familia...yo fui uno. Dijeron que me iba a adoptar pero fue mentira, nos llevó a una lujosa mansión y ahí... nuevamente volvieron a hacerlo.
Krest se acurrucó en los brazos de Zaphiri, buscando protección, este lo abrazo de forma cariñosa, dejándolo llorar hasta calmarse.
-Me tuvieron ahí por un par de años, pero luego me vendieron a un burdel en Grecia, así fue como llegué.
-Nos trajeron en barco y fue horrible, estábamos encerrados en contenedores, nos arrojaban la comida, no podíamos salir, tenías que hacer tus necesidades básicas ahí...snif...una vez unos chicos intentaron rebelarse, pero salió muy mal, los marinos los golpearon y...a...a uno de ellos, a uno de ellos lo mataron, des... descuartizaron su cuerpo y lo echaron al mar, esto atrajo muchos tiburones...esos, esos locos después arrojaron a los demás, heridos, sangrando y...¡Y nos obligaron a ver! Nos obligaron a ver cómo esos animales se los comían y dijeron que seríamos los siguientes si les hacíamos enfadar...¡Snif!...¡Zaphiri fue horrible! Tenía tanto miedo, esos sujetos me iban a arrojar al mar.
El moreno no podía creer lo que Krest decía, eso era inhumano, eran asesinos, tratantes, narcotraficantes y sabrá Dios que más, verdaderos demonios.
-Cuando...cuando llegamos me llevaron a una casa cerca de la capital, siempre estábamos adentro. Mucha gente llegaba ahí.
-Yo ya no quería eso, quería que parará...pero les tenía mucho miedo.
-Hombres mayores comenzaban a interesarse en mí... porque parezco un niño...je...¡Malditos pervertidos!
-Me daban tanto asco que, en una ocasión hice algo estúpido...me negue e intenté defenderme, empuje al anciano y trate de escapar...
Esto los hizo enfadar.
-Me golpearon hasta que perdí la conciencia...la verdad...por un momento me pareció estar muerto...y me agradaba, pero la vida es cruel y sobreviví. Cuando volvieron a rentarme...comenzaron a drogarme para que no pudiera defenderme, me inyectaban antes de ofrecerme, una, dos, tres veces o más...yo...es por eso que odio las agujas...me aterran tanto como el mar.
El moreno se sorprendió al oír ésto.
Krest miraba su mano vendada, el día anterior se había cortado, donde le vacunaron, intentando sacar la droga que el creía tener. Esto hizo sentir muy mal al moreno, como es que no se dió cuenta.
-Krest...lo siento yo... perdóname, no debí de obligarte a vacunar.
-Está bien, no sabías y...no lo hiciste con mala intención.
El cubo se abrazo al pecho del mayor, para este momento se encontraban recostados en la cama. Zaphiri le abrazaba con fuerza, buscando consolarle.
-Estuve muchos años ahí hasta que, ocurrió una redada, era de noche y...de nuevo llovía. La policía entro por la fuerza, nosotros dormíamos en el sótano, éramos unos doce, tal vez quince, la verdad jamás entable relación con ninguno de ellos, nos golpeaban si intentábamos hacer migas...creo que adoraban que fuéramos miserables.
-Recuerdo que todo era gritos y caos, había mucho humo, se oían balazos, yo estaba aterrado pero...logré escabullirme por las escaleras, una de las ventanas estaba rota, no me importo y me arroje, caí en uno de los arbustos, sufrí cortés pero era lo de menos, gracias a mi tamaño salí sin ser visto, corri tan rápido como mis piernas me lo permitieron, hasta caer exahusto en un callejón.
-Krest ¿Cómo se llamaba el sujeto que te vendió? ¿Lo sabes? ¿Recuerdas los nombres de todos?
Zaphiri estaba molesto, se podía oír en su voz, también tenía el seño fruncido y los ojos...incluso le provocó un escalofrío.
-...si...los recuerdo
Eso era todo lo que necesitaba, los encontraría y les haría pagar.
****///***
Pasaron toda la tarde hablando.
Krest contaba con una serie de desgracias dignas de una tragedia griega, cuando consiguió su libertad no todo mejoro, estaba solo, en un país desconocido, sin comprender el idioma o las reglas, ahora entendía porque se alegraba mucho cuando sus niños hablaban en otro idioma.
Llegó la tarde y Zaphiri no fue por los niños, le pidió a su madre que los cuidara hasta el día siguiente, quería que Krest descansará.
Zaphiri lo mimo toda la tarde-noche, incluso le trajo una cubeta de pollo para el solo, al final le dió un poco.
-no te preocupes, puedo dormir en la cama de Kardia...tengo el tamaño.
-...je, de acuerdo, si necesitas algo avísame.
-si.
En esta ocasión fue Krest quien fue arropado. El castaño se sentía mejor tras hablar y sacar todo el dolor que tenía, pero aún estaba lejos de estar bien.
Zaphiri hablo con Avenir para decirle que su hijo faltaría mañana...y que Krest estaba mejor, pero aún faltaba algo. No tardó en sacar una cita con un psicólogo, su pequeño necesitaba ayuda y ya no podía esperar, pero no era todo.
-Hakurei, hola...si...bueno está mejor...no...digamos que es complicado...si...lo hablamos mañana, yo llegaré tarde, de acuerdo...si...no, pasaré a ver a Gateguard, necesito su ayuda con Krest y...si...es...es muy fuerte...no...mañana te platico...si...nos vemos mañana...si, yo lo saludo de tu parte, descansa.
Colgó, más no tardó en volver a marcar.
-buenas noches, perdone la molestia pero, necesito información.
***/))
Los párpados de Krest comenzaron a moverse, clara señal que empezaba a tener un mal sueño, el chico se despertó de golpe, sudando. Tenía la garganta seca y una sensación de ansiedad.
Tomo la mantita de Kardia y se la colocó en los hombros, bajaría por un poco de agua.
-¿Que sucede? ¿Pesadillas?
Zaphiri venía subiendo las escaleras, el moreno se había pasado una buena parte de la noche hablando con la embajada Francesa.
-no...yo...
Con mucha pena el castaño acepto, bajando su rostro. Esto era estúpido, era un adulto y aún tenía pesadillas...debería verse patético.
Zaphiri sonrió y se acercó a él, le dió un abrazo y beso su cabello.
-quieres...em...¿quieres dormir conmigo?
-....
- solo...solo para que te sientas seguro, digo, no es obligatorio...o...podemos encender las luces.
Le dió ternura la manera en que lo trataba...como un niño.
Sonrojado solo afirmó, sin tener el valor de levantar la cara.
Fueron a la habitación y se acostaron, Zaphiri tenía la idea de dejar la luz prendida, pero Krest aseguro que no era necesario.
El castaño se veía tan pequeño e indefenso, comparado con su persona. Por un rato solo se miraron a los ojos, hasta que Zaphiri comenzó a jugar con su cabello y decirle palabras de aliento, esto motivo un sentimiento de seguridad que era lo que el castaño necesitaba. Deseoso por sentirse protegido se abrazo al mayor, cerrando los ojos listo para ir al mundo Onírico.
Zaphiri se quedó un buen rato contemplado, Krest se movió un par de veces, parecía que las pesadillas querían volver, por lo que lo abrazo con más fuerza y le susurro palabras calidad. Pasado un buen rato ambos se quedaron profundamente dormidos.
***///
-ya me voy, niños comportence, Krest está enfermo y no quiero que lo molesten.
-Zaphiri no los reprendas...no estoy enfermo
-krest.
El bicho le hizo una seña y el otro solo acepto, la verdad aún le hacía falta recuperar fuerzas, las noches de insomnio habían mermado su cuerpo, e incluso los niños lo sabían, ya que el castaño se veía muy cansado y delgado
-si papá, nos vamos a portar bien y cuidaremos de apestosito.
-chi, cuidamos totito.
-gaguuu (no te preocupes mamá, te voy a cuidar, te daré de mi lechita caliente y papilla, eso te ayudará a mejorar)
-bien, los veo en la tarde...intentaré salir temprano.
-esta bien, no te preocupes.
-ah, antes que lo olvide, el profesor dijo que vendría a verlos más tarde, traerá la tarea de Kardia y...está preocupado por tí.
Un ligero carmín apareció en las mejillas del menor, cosa que no pasó desapercibido al bicho...y le molestó.
-em... Krest ¿Tu y él son?...ya sabes.
-...¡¿Que?!...¡No! ¡No! ¡Nada de eso! El y yo solo somos amigos, es todo, podríamos decir que es como Hakurei y tú...lo juró.
No es que estuviera mal que Krest tuviese novio, está en todo su derecho pero...la idea no le agradaba, por lo que saber que solo eran amigos, era un peso menos.
-ya...tienes un buen amigó.
-... gracias pero...sabes, tu eres mi mejor amigo.
Susurro el chico con las mejillas convertidas en tómate.
-me alegra oír eso...tu también eres mi mejor amigo.
El tiempo parecía haberse congelado para esos dos. Estaban parados en la puerta, mirándose fijamente, Krest cargaba a Milo que devoraba su chupón de miel, mientras Zaphiri les veía a ambos.
En un reflejo inconsiente ambos se fueron acercando poco a poco. El moreno coloco su palma en la mejilla del menor, que cerro los ojos disfrutando la caricia. El bicho se acercó, despacio, listo para probar esos labios, solo un beso pequeño y...
-¡Buenos Días!
La alegre voz de Hakurei los saco de su trance, obligandolos a separarse en el acto. El abogado caminaba con una gran sonrisa y una enorme canasta de fruta.
-¡Krest! ¡¿Cómo estás?! ¡¿ Ya te sientes mejor?! ¡Te vez muy pálido!
-Hakurei, hola. Si, me siento mejor gracias.
-mira, te traje un poco de fruta para que comas.
-ah, que lindo, muchas gracias.
El peliplata abrazaba amistosamente a su amigó, que solo atinaba a sonreír, por su parte Zaphiri, solo chaesqueo la lengua...metiche.
Al final Kardia y Ecarlate fueron a ver porque Krest aún no entraba, corriendo a los mayores ordenando que lo dejaran descansar.
El galo sonrió al ver como los bebés lo cuidaban, incluso ellos se llevaron la canasta de fruta al interior, con mucho trabajo y bajo la supervisión de Milo.
***///.
En la tarde.
-y bien, ya me puedes decir lo que pasó, porque Krest se ve muy mal.
-yo también quiero saber, hijo.
No sabía si devia decirles lo ocurrido con el galo o no, en parte no se sentía con ese derecho pero. Necesitaría la ayuda de su amigo para poder llevar a esa gente ante la justicia, y jamás le había guardado un secreto a su madre.
-escuchen con atención, esto es muy delicado y...necesito que me ayuden.
Pero sabía que al final podía contar con ellos, porque al igual que él, ellos querían mucho a Krest.
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