14
1 mes después.
―¿Entonces a las 12? ―Pregunto sonriente.
―Sí ¿no quieres que pase a buscarte? ―se escucha preocupado.
―No puedo perderme, igual no quiero que nadie de mi casa te vea ―Ruedo en la cama.
―Está bien, pero te llamaré para asegurarme que no te pierdas. Iveth me da miedo que te pase algo.
―Tranquilo, cualquier cosa empiezo a gritar como loca ―Sonrío.
―Aprendes rápido ―Escucho como ríe.
―Tengo al mejor profesor.
―Hasta mañana besitos.
Siento un ligero rubor― Ya te dije que no me digas así ―Escucho como ríe― No es gracioso.
―Escucharte molesta es tierno ―Puedo imaginarlo sonriendo.
―Au revoir ―cuelgo.
El tiempo a pasado volando, esa pizca de libertad que obtuve a sido lo mejor en toda mi vida, en un mes aprendí todo lo que no sabía que existía que en 13 años. Matías a sido un buen profesor.
Él me prestó un celular de su hermana, así que cada noche hablamos sin parar sobre distintas cosas.
Nuestra relación a avanzado mucho, hemos pasado gran parte del tiempo juntos en la biblioteca, también hemos visto muchas películas (más de romance) y mañana tendremos nuestra primera cita. No sé qué es una cita en específico, según los libros y las películas es salir con una persona que te gusta, así que puedo decir que es una cita.
Me costó mucho tiempo darme cuenta que me gusta Matías, las señales estaban frente a mí y yo ni enterada. Creo que también le gusto a él, me he dado cuenta que lo insinúa a cada rato y es lindo. Es muy tierno cuando se sonroja porque siente que habló de más o cuando empieza a rascarse la nuca nervioso por mis palabras.
Todavía recuerdo cuando le di un beso en la mejilla, según él quedó embrujado y bajo mi hechizo, muy dramático. La situación se complicó cuando le volví a regalar besos en la mejilla, poco a poco se volvió un hábito, por eso me dice besitos. Él en cambio nunca me a dado un beso, a veces creo que quiere pero no lo hace y eso me frustra un poco. Según los libros el primer beso es algo mágico, explosivo y quiero sentir eso.
También quisiera saber lo que piensa Matías de eso, estas semanas me he puesto intensa haciéndole preguntas que él me responde con fuertes sonrojos.
¿Qué se siente besar?
¿Cómo se siente estar enamorado?
¿Cómo se siente una caricia en el cuello?
¿Los hombres qué sienten cuando una chica les gusta?
Y así seguía y seguía. Matías me molestaba diciendo que iba a dejar de mostrarme películas "cursis" o lo iba a matar de un infarto.
El día de mañana iremos al "arcade" dice que después de ir allí me llevará al cine, estoy muy emocionada ¿ya lo había dicho?
Ahora que lo pienso debo pedirle dinero a Michael, mi padre se fue a sus viajes de negocios y se llevo a mi madre.
Temía que ocurriera una fatalidad mientras no estaba.
Sinceramente no quiero ver a mi madre de nuevo, dejó en claro que me odia y no me importa si es por su trastorno o no, su mirada me helaba la sangre, me da pánico la idea de estar sola con ella o verla en el mismo comedor que yo.
Mi cuerpo a curado satisfactoriamente, ya puedo caminar con normalidad y me quitaron el yeso, era horrible usarlo, me causaba comezón, además era incómodo para cuando quieria abrazar a Matías, pero a la vez era muy útil para cuando lo castigaba, sus bromas aun no son muy chistosas para mí, creo que soy aguafiestas como lo dice él.
Mañana será un día increíble.
...
El sol salió y con el yo. Lo primero que hago es ir a la cocina, lo tomé como hábito, además Samantha desayuna conmigo.
La mañana está radiante, el patio está cubierto de blanco y los niños juegan con la nieve.
―Hola Iveth ―me sonríe Sam.
―Hola Samatha ¿cómo amaneciste? Espero que estés muy bien como yo ―llego hasta donde ella y la abrazo.
Nuestra relación mejoró a niveles sorprendentes, creo que simplemente ella no me hablaba por miedo, ya que actualmente me trata con el cariño que siempre quise sentir.
―¿Estás de buen humor hoy? ―coloca unos platos sobre la mesa.
―Hoy voy a salir con Matías ―sonrío aun más.
Sam me mira boquiabierta y poco a poco una sonrisa se expande por su rostro.
―¿A dónde irán? ―pregunta con interés.
Hace unos días le conté sobre Matías, ella lo tomó muy bien pero me dijo que lo manejara con cuidado, que no dejara de Michael se enterara y eso es lo que hago. Mantengo mi vida social lo más privada posible.
―A un "arcade" ―alza una ceja― ¿sabes lo que es?
―Pensé que no existían ya ―una sonrisa se extiende en sus labios― antes llevaba a mis hijos a esos lugares. Allí hay muchos juegos.
―¿Juegos? ―ladeo la cabeza― ¿qué juegos?
Cuando era niña nunca jugué con nada ni nadie, nunca tuve juguetes ¿me llevará a un lugar lleno de juguetes?
―Le va a gustar ―sentencia― no le daré más detalles.
―Pero Samantha... ―hago un puchero― necesito saberlo.
Niega mientras sonríe ¿por qué el misterio? Yo quiero saber, no quiero parecer una ignorante. En el colegio le pregunté muchas veces a Matías pero se negaba a explicarme. Bueno ya sé que habrán juegos ¿pero de qué tipo? Debí buscarlo en la computadora.
Veo como Samantha sirve el desayuno y se sienta. Nos enfrascamos en una animada conversación sobre cómo debo vestirme o peinarme para la ocasión.
Al terminar de desayunar me dirijo al garaje en busca de Michael. Tenía años que no venía aquí, hay dos coches estacionados y una moto ¿quién usa una moto? Es linda, tiene pequeños diseños en azul y letras doradas.
Todo se ve impecable, hay un pequeño escritorio en una esquina que llama mi atención. Encima de este hay muchos papeles, recibos, cupones, pero algo sobresale, debajo de todos esos papeles hay una fotografía.
Una pequeña niña pelirroja está sobre los hombros de un hombre sonriente, la niña tiene los brazos extendidos hacia el cielo y una gran sonrisa. En el fondo de la foto hay una pequeña casa y muchos árboles, se ve lindo.
―Es mi hija ―me sobresaltó dejando caer la fotografía, volteo a ver al dueño de esa voz de manera molesta.
―¿Por qué apareces así? ―masajeo mi pecho― mi corazón no puede seguir soportando esto.
Veo como Michael se agacha tomando la foto con una sonrisa, debo admitir que es la primera vez que lo veo sonreir.
―Usted revisaba mis cosas ―vuelve a colocar la foto sobre el escritorio― y no le he reclamado.
Su expresión es serena, tiene un suéter blanco y unos jeans negros, su cabello está desordenado en rebeldes mechones, nunca lo habia visto así.
―Disculpa ―vuelvo a mirar la fotografía― Siempre estás aquí ¿cuándo ves a tu hija?
Desde que tengo uso de razón Michael vive en esta casa, ni para navidad se va ¿abandonó a su pequeña?
―Vive en Suiza ―suelta un suspiro― se crió con mi madre.
―¿Por qué? ―inquiero, sé que no es mi asunto pero esta información es nueva.
―Estupidez supongo ―mira la foto con melancolía― bueno, si estaba aquí es por algo ¿qué desea?
Ya hasta había olvidado a qué venía, vuelvo a ver la foto y miro Michael, a cambiado mucho, en la foto parecía de uno 23 años y ahora tiene como 44, la niña parece de unos 4 años así que técnicamente ya debe ser mayor de edad ¿por qué no vendrá?
―Vine a buscar dinero, hoy voy a salir ―me mira con una ceja alzada― ¿qué?
―¿A dónde va a salir?
―Al parque, por ahí ―me encojo de hombros― quizás vaya al centro comercial, necesito ropa nueva y unos lápices.
Michael analiza mi rostro, trato de poner mi mejor rostro de indiferencia, no puedo demostrarle nerviosismo o todo acabará mal.
―Bien ¿a qué hora irá? Debo tener el auto listo ―camina hacia el auto gris.
―Puedo ir sola ―me apresuro― digo, es que me veré con unas amigas y no quiero parecer paranoica o algo llegando con un guardaespaldas.
Iveth, te luces cada día más ¿amigas? Amigas de dónde si todas las chicas te odian.
―Su padre dij...
―Mi padre dice muchas cosas ―empiezo a reír― vamos Michael, dijiste que querías ayudarme, bueno este es buen momento, déjame ir sola.
No puedo creer que voy a recuerrir a su antigua propuesta ¿estoy enloqueciendo? No debo confiar en él, pero bueno no pierdo nada haciéndolo, bueno puedo perder mucho, ¿hice bien?
Se queda viendo a la nada unos minutos que se me hicieron eternos, si insiste en ir conmigo todo acabará mal y si acaba mal no podré ver a Matías y eso nos llevaría a perder nuestra primera cita. Eso no puede ocurrir.
Veo como mete su mano en un bolsillo y saca una billetera.
―¿Cuánto quieres? ― ¿en serio me va a permitir ir sola?
―¿Cuánto dices tú? Yo no sé de esas cosas ―me dedica una mirada cansada y me extiende un billete.
―A las cinco debes estar aquí ―se gira y camina hacia un cuarto que no sabía que existía.
Miro el billete y un número 50 se hace presente ¿50 dólares? ¿Es mucho o poco? Bueno no sé si iremos a comer algo, no me sentiría bien si él paga todo.
Creo que servirá.
...
―¿Giro a la izquierda o a la derecha? ―pregunto ansiosa.
―Derecha, debes caminar recto y al final de la calle me verás ¿estás segura que no quieres que vaya por ti? No me molestaría en lo absoluto.
―No soy tan tonta Matías, solo debo seguir tus instrucciones, además ¿cómo aprenderé si me ayudas?
―No escuch... no nada ―me molesta cuando hace eso.
―Matías si vas a decir algo dilo, no me dejes con la intriga ―empiezo a caminar segun sus intrucciones, yo puedo hacerlo, no es tan difícil.
―Mejor concéntrate en el camino ¿por dónde vas? ―miro a mi alrededor lentamente.
―Pues hay una vaterinaria ―sonrío.
―¡¿Qué?! ¿Iveth dónde te metiste? ―se escucha aterrado― ahora mismo iré por ti ―empiezo a reírme a carcajadas― ¿qué es divertido?
―Nada, solo estoy viendo como un chico castaño con abrigo rojo camina de un lado al otro jalandose el cabello y pateando la nieve.
Veo como alza la mirada sorprendido, se dirige a mí a grandes pasos y yo simplemente sonrío.
―Casi me matas de un susto ―me abraza dramáticamente.
―Así me siento yo cuando me haces alguna broma ―sonrío falsamente.
―Pero es tierno, empiezas a golpearme y chillar ―sonríe y toma mi mejilla― estoy muy feliz de verte ―Sonríe.
Toma mi mano y empieza a dirigirme a un lugar desconocido, bueno todo es desconocido para mí.
―Creo que te gustará ―Sonríe― Creo que te gustará mucho.
Abre la puerta de cristal, todo lo que veo me deja sorprendida, nunca había visto un lugar así en toda mi vida.
Las paredes son moradas con círculos blancos, hay una gran cantidad de máquinas, creo que les puedo llamar así, unas tienen pistolas, otras motos y otras simplemente botones ¿estos son los juegos a los que se refería Samantha? Esto es increíble, las pequeñas pantallas muestran dibujos que no visualizo bien pero supongo que son los juegos. El lugar se encuentra completamente vacío lo cual me parece extraño ¿cómo lugar así puede estar vacío?
―¿Te gusta? ―Asiento repetidas veces― ¿a cuál quieres ir primero? ―Lo miro asombrada.
―¿Jugaremos en los aparatos?
―Sí, por el día de hoy este lugar es todo nuestro ―Comenta orgulloso.
―No entiendo ―No sé si es por la emoción o por mi bobería pero no capto bien lo que me quiere decir.
―Podremos jugar en todo lo que quieras gratis, además nadie vendrá porque estará “cerrado” ―hace comillas y sonríe― podemos quedarnos el tiempo que queramos.
¿Cómo es eso posible? Habrá pagado al dueño para reservar el día? Pero debe ser muy caro.
―¿Cómo lograste eso? ¿fue caro? ¿conoces al dueño? ―no quiero pensar que gasto tanto dinero por mí
―Conozco muy bien a la dueña y digamos que el precio fue alto ―se rasca la nuca― Princesa ―grita hacia el mostrador, veo como una niña sale de este, es rubia con grandes ojos marrones, tiene un vestido verde y unas sandalias doradas, su cabello está decorado con una diadema de princesa.
La niña se acerca a nosotros sonriendo mientras me dedica una mirada fija.
―Mi mamá me dio permiso de traerte si a cambio también venía Sara ―toma las mejillas de la pequeña― Iveth esta es Sara, mi hermanita.
La rubia sonríe aun más y me regala un abrazo el cual correspondo. Ya veo porque Matias la quiere tanto, es un amor.
―¿Eres la novia de Matt? ―mira a su hermano― es más bonita de lo que habías dicho ―toma mi mano― mi hermano se la pasa hablando todo el día de ti, dice que ust…
―Sara ―pone voz gruesa ―tu m´as promis quelque chose.
La pequeña asiente apenada― Lo siento.
Baja la mirada pero yo sonrio― Matias también me dijo muchas cosas de ti ―la pequeña me mira asombrada― me dijo que eres la niña mas dulce del mundo, además eres muy hermosa, pareces una muñeca.
Las mejillas de la pequeña adquieren un color carmesí, mira a su hermano y le da una abrazo. Se ven hermosos. Entonces ese el amor de hermanos, quisiera algo asi.
―¿Qué vamos a jugar Iveth? ¿Quieres jugar a las carreras de motos? ¿o quieres bailar? Sabes, aquí hay un juego donde puedes sacar peluches. Matías deberías regalarle un peluche a tu novia, sería muy romántico.
El rostro de Matías es un poema, se ve avergonzado pero tierno, tiene una sonrisa en sus labios pero aun asi ve a Sara con severidad.
Sara toma mi mano y me dirige a los juegos, empieza a explicarme uno a uno con completa calma, a veces dice cosas en otro idioma pero de una vez lo traduce.
Matias se dedicó a vernos con una sonrisa en sus labios, llegó un punto en el que tenía una cámara en su mano y nos grababa a Sara y a mí jugando.
A pesar de ser mi primera vez en un lugar así me fue bien, le gané muchas veces a Sara y ella solo sonreía y me regalaba abrazos a cada rato. Quisiera pasar el resto de mi vida aquí.
―Iveth eres muy divertida, sabes mi hermana no le gusta jugar conmigo ―toma un trozo de pizza. Matías pidió pizza y nos encontramos sentados en el suelo comiendo― ella siempre me dice excusas o me ignora ―su semblante se ve triste― pero Matías siempre juega conmigo, le gusta mucho que le pinte las uñas ―Matías empieza a reir mientras asiente.
―Me gusta cuando me las pinta de morado ―extiende su mano mostrándome sus uñas de dicho color.
―Ese es su color favorito, el mío es el verde porque me recuerda al verano y en el verano vamos a la playa ―su mirada se ilumina― ¿Qué color te gusta a ti?
Nunca lo había pensado, mis pinturas siempre tienen colores muy vivos, no creo que tenga uno preferido.
―Mientras no sea negro o blanco soy feliz ―tomo una rebanada de pizza.
―Matias me dijo que te gusta dibujar ¿podrías dibujarme?
―Sara, Iveth está comiendo ―regaña.
―Ella no come con los oídos, puedes escucharme ¿cierto? ―voltea a verme con una sonrisa.
―Muy cierto Sara ―asiento muchas veces y Matias entrecierra los ojos ― sí puedo dibujarte pero no tengo lápiz o papel.
La pequeña empieza a sonreír y asentir― no hay problema, traje mi maletín de la escuelta ―se levanta y corre hacia el mostrador― tengo lápices, hojas, colores ―se sienta en el suelo empezando a sacar todo, veo como todos sus cuardernos son de una chica rubia.
―¿te gusta mucho este diseño? ―inquiero mientras tomo el cuaderno.
―¿No sabes quién es? ―niego― Brother… ―mira a Matías ilusionada.
―Sara… ―la pequeña se pone de pie y se sienta mi lado.
Empieza a contarme sobre la chica del cuaderno, al parecer se llama Sailor Moon y es una chica mágica o algo asi. No me atrevo a preguntar ya que Sara estaba concentrada hablando. Ella no se dio cuenta pero llego un momento en el que dejó de hablar en español y lo decía todo en francés. Matias simplemente la miraba asintiendo. Yo imitaba sus gestos en una débil manera de complacerla.
―Iveth ya debo irme ―comenta de la nada― debo estudiar.
―¿Tan pronto? ―no quiero que se vaya, veo como voltea a ver a Matías y sonríe.
―Sí mi mamá me debe estar esperando ―se acerca a mi y me abraza fuerte― gracias por jugar conmigo. Estaré esperando a que vengas otra vez ―se acerca a su hermano― Matt te quiero ―le planta un sonoro beso en la mejilla.
Me regala una última mirada y se va corriendo hacia una puerta ¿vive allí?
―Vivimos ahí ―susurra en mi oído ¿Cuándo se acerco?
―Espera un momento ―giro mi rostro hacia él― Para venir aquí tomé el camino opuesto a mi casa ―ríe un poco― ¿cómo sabías donde vivía?
Empieza a reír fuerte, su rostro adquiere un color carmesí ¿qué es chistoso?
―Pensé que lo habías olvidado ―rasca su ceja― digamos que un día te seguí ―Lo miro sorprendida― no pongas esa cara, simplemente quería saber dónde vivías.
―¿Para qué ibas a querer saber eso? ―Me acerco a él.
―No lo sé, curiosidad ―se encoje de hombros― tampoco es muy importante.
―¿Me acosabas? ―Cuestiono.
Su rostro enrojece más y comienza a negar― No es eso ―se cubre el rostro― simplemente quería ver si podía hablar contigo mientras llegabas a tu casa ―Frunce el ceño― pero siempre ese hombre de negro te seguía.
Pero si nosotros hablábamos cada día, algo no me cuadra.
―No entiendo Matías, desde el primer día que llegaste al salón comenzamos a hablar ¿me querías decir otra cosa? ―Ladeo la cabeza.
Se restriega el rostro con las manos frustado ¿qué le pasa? ― Eso fue antes de que te conociera ―abro mi boca en una perfecta “O” ― Quería conocerte desde que empezaron las clases.
Baja la mirada y juega con sus dedos. Eso quiere decir que nuestra primera charla no fue por lástima, quiere decir que me conoce desde hace meses ¿cómo no me di cuenta?
―¿Por qué no me hablaste en el colegio?
―Cobardía supongo ―me mira triste― Me causaba terror la idea de acercarme y ser rechazado por ti o que le dijeras a alguien que traté de acercarme.
Yo nunca hubiera hecho, hubiera estado muy agradecida, pero ¿por qué me habló ese día entonces?
―Una chica de mi salón comenzó a decir cosas horribles de ti ―forma puños con las manos― yo no me controlé y le respondí, nos enfrascamos en una pesada discusión y ella me abofeteo ―enfoca mis ojos― en ese instante una profesora llegó y nos llevó a la dirección, la chica dijo que yo la había amenzado y que intenté golpearla. Llamaron a mi madre y a su padre, la solución que encontraron fue cambiarme de salón y no sabes la felicidad que sentí cuando me enteré que era el tuyo ―acaricia mi mejilla― si fuera para estar contigo recibiría todas las bofeteadas del mundo.
No puedo creer que él hizo todo eso por mí y yo ni sabía de su existencia, desde antes de conocerme siempre estuvo de mi lado, me defendió y no le molestó ser castigado por eso. Matías es un Ángel, es mi Ángel.
―Gracias ―acaricio su mejilla― en serio muchas gracias ―me acerco hasta él y planto un delicado beso sobre su mejilla.
―Gracias a ti por estar conmigo ―Toma mi mano y besa mis nudillos― eres la chica más maravillosa que he conocido ―sonríe.
Si mi felicidad fuera una persona se llamaría Matías, Matías Moreau.
...
Desconocida.
2010
La joven esperaba pacientemente su momento dorado, sabía que debía hacerse presente, dar a notar su existencia, solo debía esperar un momento de vulnerabilidad. Ya habían pasado tres años, su plan iba funcionando a la perfección, ese momento de quiebre llegaría pronto.
La chica llamada Iveth se encontraba en el baño de la escuela, como de contumbre estaba sola, su desalineado cabello le otrogaba un toque miserable, mientras esa mirada triste nunca abandonaba sus ojos.
Patética.
Aun no podía creer que su señor se había fijado en eso. Quizás era lo que más molestaba a la joven, que una miserable haya causado la separación con su señor.
La enrulada alza la mirada, se queda viendo fijamente el espejo del baño, nota como una delgada figura se esconde dentro de uno cubículo, por el espacio es hay entre la puerta y el piso puede visualizar unas zadalias doradas.
―¿Quién eres? ―comenta la enrulada mientras se acerca poco a poco al cubículo.
La joven sabe que aun no es su momento, no debe ser vista o todo acabará mal.
La enrulada nota como cierran la puerta con seguro
―No te haré daño ―toca la puerta dos veces― ¿estás bien?
La joven quiere abrir la puerta y extrangularla hasta que su rostro adquiera un lindo tono azulado, quiere ver como sus ojos adquieren ese tono carmesí lindo, quiere ver como la vida la deja poco a poco.
―Sabes, no a sido la primera vez que me doy cuenta que me observas, eres la única que usa zadalias doradas ―sonríe― si quieres podemos se amigas.
Amigas. Esa chica no sabe lo que pide. Un perfecto puño se forma en ambas manos de la joven, aprieta sus manos con tanta fuerza que logra romper su fina piel, no cree que pueda soportar más su voz
El tiembre suena para su beneficio, estuvo a punto de hacer una imprudencia. La enrulada le da un último vistazo a la puerta y se va corriendo.
―Algún día me conocerás Iveth Gutiérrez, algún día.
La venganza es como el vino, entre más tiempo demora para probarla más exquisita es.
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
Gracias por leerme, me siento muy contenta, ya son más de 800 vistas🥺🥺 no pensé que llegaría a tanto.
No se olviden que si les gusta el capítulo pueden votar, comentar y compartir.
Sería lindo llegar a otras personas.
Me gusta ver como hacen sus minis teorías, es lindo.
Los quiero mucho💋🧠♥️
Nos leemos mañana cerebritos💋🧠
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top